¡°El periodismo en Colombia es un ejercicio heroico¡±
Dar¨ªo Arizmendi dirige los informativos en la cadena Caracol
¡°No lo busqu¨¦, me cay¨® desde el cielo¡±. Para el periodista colombiano Dar¨ªo Arizmendi (Medell¨ªn, 1945), el premio Ortega y Gasset era uno de los pocos reconocimientos profesionales que todav¨ªa no hab¨ªa obtenido en su larga, brillante y comprometida trayectoria. Ayer recibi¨® la noticia, ¡°orgulloso y feliz¡±, en su puesto de trabajo: al pie de un micr¨®fono en los estudios de Caracol, cadena radiof¨®nica l¨ªder de Am¨¦rica Latina. All¨ª conduce un programa de vanguardia desde las cinco de la madrugada hasta las once de la ma?ana. Este espacio le permite ¡°ser testigo de hechos sobresalientes¡± en el momento en el que se producen y tener ¡°una cobertura global¡±.
Dedicado al periodismo desde hace medio siglo, Arizmendi fund¨® el diario El Mundo de Medell¨ªn, y lo dirigi¨® desde 1971 hasta 1991. Y a punto estuvo de lanzar, a principios de los ochenta, un peri¨®dico de la mano de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. ¡°Nuestra relaci¨®n era como una roca. Ambos pens¨¢bamos que la prensa colombiana estaba vieja, mal escrita y daba una sola versi¨®n de los hechos. Quer¨ªamos un peri¨®dico independiente, como El PA?S o La Repubblica, y columnistas de distintas tendencias¡±. Aquel rotativo ten¨ªa ya nombre. Se llamar¨ªa El Otro, una manera inequ¨ªvoca de diferenciarse de El Tiempo o El Espectador. Pero el proyecto se abort¨® por la inseguridad en Colombia y por la crisis econ¨®mica, que tuvo un impacto directo en la publicidad. Tambi¨¦n se quebr¨® por culpa del Premio Nobel de Literatura de 1982, que en aquella edici¨®n lo gan¨® Garc¨ªa M¨¢rquez. Eso cambi¨® los planes.
Aquellos fueron a?os en los que la sociedad colombiana, y tambi¨¦n el periodismo, estuvieron marcados por la radicalizaci¨®n. ¡°El n¨²mero de profesionales asesinados o v¨ªctimas de atentados es inenarrable. Ejercer el periodismo es un trabajo heroico. A¨²n hoy, muchos profesionales est¨¢n amenazados de muerte y obligados a vivir con escolta¡±, comenta Arizmendi, que tuvo que exiliarse en los ochenta, cuando los c¨¢rteles de la droga intentaron asesinarlo varias veces. Ahora ve el panorama menos oscuro que ¡°en los a?os de zozobra¡±. ¡°Soy optimista y creo mucho en el periodismo y en Colombia. Los mejores a?os est¨¢n por venir. Una nueva generaci¨®n va a empezar a conocer un pa¨ªs inclusivo, que mira hacia el desarrollo, la educaci¨®n y el empleo¡±.
Pero ese optimismo no le impide reconocer el estupor que le produjo el resultado del refer¨¦ndum en 2016, cuando los colombianos rechazaron el acuerdo de paz con las FARC. Arizmendi reconoce que ese d¨ªa llor¨®. ¡°Me pregunt¨¦ qu¨¦ le hab¨ªa pasado a mi pa¨ªs. Era algo demente, de psiquiatra. Tras cinco d¨¦cadas de locura, muerte y guerra civil, hab¨ªamos llevado a las FARC a la desmovilizaci¨®n y al desarme. Y gan¨® el no¡±. Fue una muestra ¡°de mucho odio y de un sentimiento de venganza¡±, pero ahora toca ¡°recomponer el tejido social, dar confianza y seguir adelante¡±.
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