En la piel del chulo, el ¡®putero¡¯ y la v¨ªctima
Un cortometraje en 3D muestra la captaci¨®n y explotaci¨®n de una mujer desde el punto de vista de quien la sufre, quien la promueve y quien la perpet¨²a
El inicio es dulce. Chico conoce chica. Todo un cl¨¢sico. Sentados en el banco de un parque de Nueva York. ?l sonr¨ªe, ella tambi¨¦n. El joven, moreno, alto y bien parecido, le ofrece que se mude desde el extrarradio al centro de la ciudad. Le ayudar¨¢ con un trabajo y compartir¨¢n piso. Ella, que debe rondar los 18 a?os, bonita e inocente, acepta. Y ah¨ª empieza la pesadilla que reproduce el cortometraje Come into me, visto ya en festivales de cine como la Berlinale, Sundance ¡ªen un pase privado¡ª y previsto en el neoyorquino de Tribeca, y que permite meterse en la piel de sus personajes, desde cuyos puntos de vista est¨¢ rodado.
M¨¢s de 21 millones de personas son v¨ªctimas de trata, seg¨²n la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo. La mayor¨ªa son captadas para la explotaci¨®n sexual. Como le pasa a la protagonista del filme, todo sucede ante los ojos del mundo, aunque casi nadie lo vea o quiera verlo. La cinta, dirigida por la actriz bielorrusa Aleszea Blanche Germann, lo muestra con toda crudeza. Y lo hace desde las miradas de la v¨ªctima, su chulo y uno de los hombres que paga por violarla, el putero.
La pel¨ªcula, que cont¨® con un presupuesto de 120.000 d¨®lares (unos 106.000 euros), est¨¢ grabada en tres dimensiones y se ve con unas gafas especiales. Cuando la protagonista se traslada y entra en el piso que le ofrece el chico, se queda sola en la cama de la habitaci¨®n. ?l le ha robado el bolso, con sus documentos y su m¨®vil, sin que ella se diese cuenta. Entra un desconocido. Le da la vuelta y la viola. La mirada del espectador salta de los ojos de ¨¦l a los de ella. Puede ser ambos personajes: el violador y su v¨ªctima.
La elecci¨®n del formato no es casual, explica desde Nueva York Blanche, que ha participado como actriz en series como House of Cards y Girls. ¡°Fue una evoluci¨®n natural. Es la mejor manera de poner a la audiencia en el cuerpo de los personajes: escuchar sus pensamientos, experimentar sus recuerdos, sentir empat¨ªa y compasi¨®n por ellos¡±.
La historia arranca en parte de su experiencia propia. Con 19 a?os, estuvo a punto de ser captada por una red mientras a¨²n viv¨ªa en Minsk. Un desconocido le ofreci¨® un trabajo de ensue?o en Egipto, una promesa envenenada de la que logr¨® escapar casi en el ¨²ltimo minuto. Aquello le abri¨® los ojos. Despu¨¦s se mud¨® a Nueva York y comenz¨® a colaborar con Fair Girls, una ONG que trabaja contra el tr¨¢fico de seres humanos. Tambi¨¦n se dedic¨® un tiempo al periodismo, lo que le permiti¨® ¡°conocer de primera mano la realidad de la industria del tr¨¢fico sexual en Estados Unidos¡±.
A lo largo de los ¨²ltimos tres a?os ha rodado tres veces la historia completa. Grabar en tres dimensiones le oblig¨® a conseguir escenas perfectas en una sola toma, sin editar ni ensamblar im¨¢genes. El equipo recre¨® el interior de un burdel, en el que cuela tambi¨¦n al espectador.
Blanche quiere que la cinta se vea en todos los foros posibles, m¨¢s all¨¢ de los festivales de cine. Busca concienciar con todas las miradas de que, aunque no se las vea, las v¨ªctimas de trata est¨¢n ah¨ª.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.