Una mujer y su hija discapacitada pactan suicidarse tras pasar varias noches en la calle
La madre est¨¢ en libertad con cargos de cooperaci¨®n necesaria al suicidio. Ambas est¨¢n hospitalizadas, aunque fuera de peligro
Una mujer de 55 a?os y su hija discapacitada, de 28, han intentado suicidarse este jueves en los soportales del Ayuntamiento de Torremolinos (M¨¢laga), donde llevaban durmiendo varias noches porque no pudieron pagar la habitaci¨®n del hostal en el que se alojaban. En un primer momento, la madre hab¨ªa sido detenida por la polic¨ªa local al sospechar que hab¨ªa intentado matar a su hija, pero este viernes ha sido puesta en libertad al considerar los investigadores que ambas pactaron quitarse la vida, aunque la madre ha quedado con cargos por cooperaci¨®n necesaria al suicidio, seg¨²n fuentes policiales.
Ambas mujeres fueron halladas a primera hora de la ma?ana de este jueves por un barrendero, que se vio un charco de sangre en el suelo, seg¨²n el Diario Sur. El empleado avis¨® a la Polic¨ªa Local y fueron los agentes que acudieron quienes en un primer momento hicieron torniquetes a madre e hija para evitar que continuaran sangrando.
Ambas est¨¢n ingresadas, fuera de peligro, en el hospital Virgen de la Victoria de M¨¢laga. Fueron trasladadas hacia el mediod¨ªa de este jueves con cortes en las mu?ecas, seg¨²n una portavoz del centro sanitario. La joven ten¨ªa una leve discapacidad ps¨ªquica e iba en silla de ruedas. Las heridas eran superficiales y no revest¨ªan gravedad, aunque requirieron sutura en el quir¨®fano. El hospital ha activado los protocolos de atenci¨®n en conjunci¨®n con los servicios sociales de Torremolinos.
Las dos mujeres hab¨ªan sido desahuciadas en diversas ocasiones y frecuentaban las inmediaciones del Ayuntamiento, donde protestaban con peque?as pancartas. Madre e hija, ambas en paro, tuvieron que abandonar el hostal donde viv¨ªan. Por una parte, cambi¨® la propiedad del establecimiento y el nuevo due?o rechaz¨® hospedarlas. Por otra, la ayuda de emergencia del Ayuntamiento que costeaba el alojamiento, habitualmente de un mes de duraci¨®n, concluy¨® despu¨¦s de extenderse otro mes, seg¨²n una portavoz municipal. "Los trabajadores sociales salieron a hablar con ellas cuando las vieron en los soportales del Ayuntamiento y las citaron para una reuni¨®n el mi¨¦rcoles para buscarles un piso. Pero no acudieron", afirma.
El expediente de las dos mujeres se abri¨® en 1991, dice la misma portavoz, y durante todos estos a?os han estado bajo el paraguas de los servicios sociales municipales. Desde principios de este a?o la madre percibe la renta m¨ªnima de inserci¨®n. La hija tiene reconocida la situaci¨®n de dependencia, aunque no recibe la prestaci¨®n. "Se les han dado todas las ayudas posibles, entre ellas incluirlas en todos los planes de empleo, de tal manera que al menos una de las dos pudiera tener trabajo; han recibido ayudas para pagar el alquiler, la luz y el agua, pero las han desahuciado siempre por no pagar", prosigue. "Pese a que han rechazado ir a los comedores sociales, se les han aportado alimentos y art¨ªculos de higiene b¨¢sicos, as¨ª como gafas cuando las ha necesitado la madre". Los trabajadores sociales creen que han hecho todo lo que est¨¢ en su mano para auxiliar a la familia y miran con preocupaci¨®n la situaci¨®n que se abre a partir de ahora, tras el intento de suicidio.
"Hay que mostrar much¨ªsimo respeto y compasi¨®n por estas dos mujeres en situaci¨®n l¨ªmite", dice Gustavo Garc¨ªa Herrero, miembro de la Asociaci¨®n Estatal de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, "y tambi¨¦n por los trabajadores sociales, que estar¨¢n muy afectados ante un suceso como este".
La madre y la hija han pasado en riesgo continuo de exclusi¨®n social casi tres d¨¦cadas. "Estar solo una semana en la calle ya te marca, as¨ª que despu¨¦s de todos estos a?os su situaci¨®n ha de ser terrible", observa el experto. La tarea de los servicios sociales para paliar progresiones as¨ª est¨¢ sujeta a l¨ªmites: "Tenemos fracasos continuamente, porque en las personas con las que trabajamos se dan y a veces se mezclan, situaciones muy delicadas: adicciones, enfermedad mental, discapacidad, violencia machista, prostituci¨®n, inmigraci¨®n", explica Garc¨ªa Herrero.
A nadie, dice, se le puede obligar a ser ayudado,? "y muchas veces estas personas no quieren o no pueden, dadas sus capacidades, acceder a las ayudas". Adem¨¢s no solamente se necesita casa o alimento. "Tambi¨¦n se precisa lo m¨¢s dif¨ªcil, que es la motivaci¨®n, tener un futuro. Quien se plantea el suicidio no lo hace por el sufrimiento actual sino por la falta de perspectivas de que ese padecimiento concluya".
Garc¨ªa Herrero piensa que la intervenci¨®n de un juez es b¨¢sica despu¨¦s del intento de suicidio de las dos mujeres para revisar la situaci¨®n y el futuro de madre e hija.?
?Con informaci¨®n de Cecilia Jan.
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