Una mujer que viv¨ªa en un centro de acogida para maltratadas de Granada, apu?alada por su expareja

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Cronolog¨ªa de v¨ªctimas mortales de violencia de g¨¦nero de 2019

Mar¨ªa, de 32 a?os, sali¨® ayer del centro de acogida en el que reside con una fiambrera en el bolso. Trabaja como peluquera, es temporada de comuniones y hay tanto que hacer que hab¨ªa preferido comer all¨ª mismo. Pas¨® toda la jornada en su puesto de trabajo. En su camino de vuelta, minutos antes de las nueve de la noche, se encontr¨® con su expareja en la Plaza de la Libertad, en el centro de Granada. Ella hab¨ªa presentado dos denuncias por violencia machista contra dos parejas anteriores, pero no contra ¨¦l. Sin embargo, lo hab¨ªa dejado hace poco porque ya sab¨ªa a d¨®nde se dirig¨ªa la relaci¨®n, seg¨²n cuentan quienes la conocen.

Antonio S¨¢nchez Portillo, de 36 a?os y residente de Monachil (Granada), hab¨ªa ido a buscarla. Le dio una pu?alada y emprendi¨® la huida. Pero volvi¨® sobre sus pasos y se ensa?¨® con ella. Le asest¨® ¡°m¨²ltiples pu?aladas¡± en el cuello y el abdomen. La dej¨® sangrando en el suelo y huy¨®. Minutos despu¨¦s fue detenido por la Polic¨ªa Local, aunque se resisti¨® intensamente. Pasar¨¢ a disposici¨®n judicial durante el fin de semana.

La mujer se encuentra ahora en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Virgen de las Nieves. La noche del jueves fue intervenida quir¨²rgicamente de urgencia. Su pron¨®stico es reservado y se sigue pendiente de su evoluci¨®n, seg¨²n fuentes sanitarias, que indican que su vida no corre peligro. La investigaci¨®n est¨¢ en manos de la Unidad de Atenci¨®n a la Familia y Mujer (UFAM) y el Grupo de Homicidios de la Polic¨ªa Nacional.

Mar¨ªa, nacida en 1986, lleg¨® a Granada el pasado noviembre. La ¨²ltima denuncia por violencia machista la hab¨ªa puesto en M¨¢laga, donde resid¨ªa hasta entonces. All¨ª hab¨ªa pasado a formar parte del sistema de acogida del Instituto Andaluz de la Mujer, ¨®rgano de la Junta de Andaluc¨ªa. El organismo decidi¨® que su mejor destino era un centro de acogida en la capital granadina, donde ha mantenido en estos meses ¡°una trayectoria ejemplar¡±, seg¨²n cuentan quienes han tratado con ella. Tanto, que los responsables de la peluquer¨ªa en la que trabaja hab¨ªan decidido cambiar su contrato temporal por uno indefinido la semana que viene.

Tambi¨¦n iba a abandonar a corto plazo el centro por un piso tutelado. ¡°Era el paso previo a su independencia total¡±, explica Alberto Arnaldo, gerente de la Red de Acogida de la Junta de Andaluc¨ªa. ¡°Ten¨ªa un proyecto de vida, un trabajo y muchas ganas de vivir¡±, ha subrayado la consejera de Igualdad y Pol¨ªticas Sociales de la administraci¨®n andaluza, Roc¨ªo Ruiz, que ha condenado ¡°la salvaje¡± agresi¨®n sufrida por la mujer.

La v¨ªctima ¡ªque tiene una hija menor de edad que vive con un familiar¡ª no hab¨ªa notificado ning¨²n cambio en su situaci¨®n sentimental de manera oficial. ¡°Intentamos que siempre lo digan, creemos que es fundamental para poder ofrecer total seguridad. Pero tampoco podemos obligarlas¡±, a?ade Arnaldo, que cree que en estos casos el foco hay que ponerlo en el agresor, no en la agredida. ¡°La mujer no puede desaparecer, no puede pasar su vida encarcelada entre cuatro paredes con miedo a salir. Tiene el derecho a sentirse segura¡±, subraya.

El responsable de acogida auton¨®mico cree que ¡°nada ha fallado en la coordinaci¨®n entre el personal del centro de acogida, los responsables municipales, el IAM o las fuerzas de seguridad del estado¡±. Hac¨ªa solo dos d¨ªas que la v¨ªctima hab¨ªa mantenido contacto con una de las agentes de la UFAM de la Polic¨ªa Nacional.

Varias personas que se encontraban en la Plaza de la Libertad alertaron de que un hombre estaba apu?alando a una mujer sobre las 20.55 del jueves. Varias patrullas de la Polic¨ªa Local que se encontraban realizando un control rutinario en la calle Gran V¨ªa, a menos de un kil¨®metro del lugar, se dirigieron hacia all¨ª. Una de ellas fue directamente a auxiliar a la mujer mientras llegaba el dispositivo sanitario de emergencias. Otros agentes se dirig¨ªan a la b¨²squeda del agresor cuando se encontraron a una persona corriendo. Llevaba las manos ensangrentadas ¡ªcomo relat¨® la propia Polic¨ªa Local en su cuenta de Twitter¡ª y un gran cuchillo en la mano, as¨ª que lo siguieron. Le dieron alcance r¨¢pidamente, pero se resisti¨®. No quiso soltar el arma blanca. Solo cedi¨® cuando fue enca?onado por los polic¨ªas. Finalmente, fue detenido en la Plaza de los Naranjos, a 300 metros de distancia de la agresi¨®n.

Seg¨²n fuentes policiales, la sangre en sus manos era de la v¨ªctima, aunque tambi¨¦n se deb¨ªa al corte que sufri¨® en uno de sus dedos mientras asestaba las pu?aladas. Fue atendido en el centro hospitalario del Parque Tecnol¨®gico de la Salud por dichas heridas bajo custodia policial. El agresor contin¨²a detenido en las dependencias de la Polic¨ªa Nacional. Se prev¨¦ que pase a disposici¨®n judicial el s¨¢bado o el domingo, una vez que se complete la investigaci¨®n sobre el suceso, que sigue abierta, seg¨²n fuentes del cuerpo.

A las 12.00 de este viernes, una veintena de personas se han concentrado ante la sede del IAM en Granada, en el barrio de El Realejo, para mostrar su rechazo a esta agresi¨®n. Entre ellas se encontraba la responsable del Instituto Andaluz de la Mujer, Ruth Martos, as¨ª como representantes de diversas asociaciones de mujeres de la Plataforma 8-M y 25-N. ¡°Estamos ya muy cansadas. La violencia machista no para. Ya no hay palabras, pr¨¢cticamente. Es una gran indignaci¨®n lo que sigue ocurriendo todos los d¨ªas. Y le puede pasar a cualquier mujer¡±, subraya Paqui Fuillerat, una de las responsables de la plataforma, que ha insistido en la importancia ¡°de que las mujeres v¨ªctimas de violencia de machista se sientan seguras y tengan todos los medios a su alcance¡±.

En lo que va de a?o, 20 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas. Hay otros dos casos m¨¢s en investigaci¨®n. Desde que se registran datos oficiales, en 2003, son 994.

El tel¨¦fono de atenci¨®n a las v¨ªctimas es el 016, no deja rastro en la factura, aunque es necesario borrarlo del registro de llamadas.