La maldici¨®n del petr¨®leo envenena a los ind¨ªgenas de la Amazon¨ªa peruana
El derrame de crudo ha contaminado los r¨ªos de la regi¨®n y sus peces, el principal sustento de sus pobladores. El Estado ha sido negligente en la respuesta al desastre
La vida de Nehem¨ªas Pando y su familia no volvi¨® a ser la misma tras los derrames de petr¨®leo en sus comunidades ind¨ªgenas, que en 2014 afectaron a centenares de personas en la selva norte del Per¨². Uno de sus hijos trag¨® agua contaminada con crudo mientras pescaba en la zona donde ocurri¨® el derrame del Oleoducto Norperuano de la estatal PetroPer¨². Y su hija de 17 a?os tambi¨¦n tiene problemas del aparato digestivo luego del vertimiento de crudo. Ninguno recibe la atenci¨®n m¨¦dica especializada que requieren. ¡°Cuando vinieron las brigadas de salud a entregar resultados de un an¨¢lisis, mi hijo sali¨® con 11 de plomo en la sangre. Tiene anemia, tiene sue?o, desde octubre esperamos que el centro de salud (de la localidad de Maypuco) le haga una transferencia a Iquitos nuevamente, pero no me responden¡±, cuenta Pando. No es, ni mucho menos, el ¨²nico que sufre las consecuencias de la tragedia.
En esta regi¨®n peruana la riqueza petrolera se ha convertido en una pesadilla para sus habitantes. El ducto principal que atraviesa cuatro zonas (Loreto, Amazonas, Cajamarca y Piura) tiene m¨¢s de 850 kil¨®metros de longitud y fue inaugurado en 1977. Un informe preparado por una comisi¨®n parlamentaria registr¨® 36 derrames entre 2008 y 2016, que afectaron unas 141 hect¨¢reas de terrenos comunales. Manuel Pulgar Vidal, ex ministro del Ambiente, afirm¨® en 2016 que los derrames se deb¨ªan a la falta de mantenimiento y corrosi¨®n de la infraestructura.
Una investigaci¨®n parlamentaria que concluy¨® en noviembre de 2017 hall¨® como responsables, entre otros, a PetroPer¨² y a las empresas que esta firma contrat¨® para garantizar la seguridad del ducto y la limpieza de las ¨¢reas que contamin¨®. Sin embargo, el pleno del Parlamento tard¨® un a?o y medio en poner en debate el reporte: el 15 de mayo lo archiv¨® argumentando que la comisi¨®n investigadora no identific¨® una ¡°responsabilidad directa¡±, a pesar de que el ¨²ltimo cap¨ªtulo del documento ¡ªde m¨¢s de 360 p¨¢ginas¡ª menciona a decenas de cargos como responsables, por acci¨®n o por omisi¨®n. ¡°Los derrames, as¨ª como las respuestas del Estado peruano y PetroPer¨² ante los problemas sociales, ambientales y econ¨®micos que han sido generados, constituyen una nueva evidencia de la situaci¨®n de marginalidad y desprotecci¨®n en la que se encuentra la poblaci¨®n de nuestra Amazon¨ªa¡±, describe el informe multipartidario.
La comunidad ind¨ªgena de San Pedro ha sido duramente golpeada por el desastre: ha sufrido varios derrames de crudo, el m¨¢s reciente en febrero de 2018, justo cuando PetroPer¨² anunciaba el fin de la limpieza del r¨ªo Mara?¨®n, el suelo y la vegetaci¨®n. EL PA?S acompa?¨® a inicios de mayo a un grupo de organizaciones de derechos humanos a la zona del derrame y constat¨® que a¨²n hay crudo en los canales pr¨®ximos a la comunidad. Cuando los residentes de San Pedro remueven las aguas con un palo, a un metro de profundidad, aflora el petr¨®leo. En tres d¨ªas de visita, las palabras que m¨¢s se repiten son ¡°hidrocarburo¡± y ¡°pescado contaminado¡±.
¡°Aqu¨ª hay bastante anemia en los ni?os, porque ya no hay pescado. Si uno va a las cochas (lagunas) a pescar es dudoso comer ese pescado, ahora viene flaco. En el cuaderno de actas de la comunidad la empresa se ha comprometido a dejar limpio, han dicho que han terminado, pero el agua sigue con hidrocarburo¡±, dice el apu (jefe) de San Pedro, Humberto I?api. ¡°Antes uno tra¨ªa pez para la casa para tres o cuatro d¨ªas y sobraba para vender unos 300 soles (90 d¨®lares). Ahora si queremos que nuestros hijos y nietos coman sano, tenemos que criar patos, gallinas, cerdos, y esa alimentaci¨®n cuesta. Al pez no le cr¨ªas¡±, agrega la autoridad del pueblo formado por m¨¢s de 170 personas.
Entre ellas est¨¢ Nehem¨ªas Pando y su tragedia. El hombre dijo que su hijo podr¨¢ ser traslado a Iquitos luego de siete meses de espera. ¡°Si tuviera el dinero ya lo hubiera llevado, solo quiero que pueda estudiar, que su vida sea m¨¢s tranquila¡±, a?ade el padre de seis hijos.
En San Pedro, el Ministerio de Vivienda ha instalado una planta de filtraci¨®n de agua de la que hay que abastecerse en cubetas. Desde los nueve a?os las ni?as cargan los baldes a sus casas. No hay electricidad, ni desag¨¹e, ni alcantarillado. En la escuela de la localidad hay dibujos en las paredes pintados por los alumnos. Uno de ellos, Belinson, ilustra a un ni?o pescando sentado en una barca y en el extremo de la ca?a hay un pez m¨¢s grande que la embarcaci¨®n. Explica que le gusta nadar en el r¨ªo Mara?¨®n, conectado a canales a¨²n contaminados.
La Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) otorg¨® en diciembre de 2017 medidas cautelares para los afectados por los derrames en San Pedro y Cuninico, otra comunidad ind¨ªgena, y pidi¨® al Estado peruano suministrarles atenci¨®n m¨¦dica apropiada, ¡°agua potable libre de agentes contaminantes y una alimentaci¨®n adecuada en t¨¦rminos nutricionales y culturales¡±, entre otros. Adem¨¢s, la Corte Superior de la regi¨®n de Loreto confirm¨® en enero de 2018 una sentencia que ordena al Ministerio de Salud dise?ar y desarrollar un plan de salud p¨²blica en Cuninico y un sistema de vigilancia epidemiol¨®gica que incluya el monitoreo de los ¨ªndices de salubridad del agua, entre otros factores. El Ministerio a¨²n no ha ejecutado el fallo, afirma el abogado Juan Carlos Ruiz, quien plante¨® la demanda.
Cuninico est¨¢ localizada a unas seis horas de San Pedro atravesando el r¨ªo Mara?¨®n. Tiene m¨¢s de 720 habitantes y sufri¨® en 2014 la fuga de unos 2.560 barriles de crudo. Sus vecinos dependen del agua de lluvia para cocinar y ba?arse, porque los 14 grifos de agua que coloc¨® el Ministerio de Vivienda en la calle principal del poblado el a?o pasado solo funcionan unos 40 minutos diarios. ¡°Si llega a media hora es bastante¡±, comenta Elva V¨¢squez, vecina de Cuninico. Adem¨¢s, las mangueras que llevan el l¨ªquido hacia las tomas tienen agujeros.
En este poblado la tragedia ha abrazado a todos sus habitantes. El d¨ªa que lo visitamos un grupo de hombres constataba la situaci¨®n de las aguas en un canal localizado a unos 30 minutos de la comunidad. Entre ellos estaba Marcial, que desde la proa de una embarcaci¨®n sumerg¨ªa una vara en el agua: con el movimiento sal¨ªan unas burbujas aceitosas. Cuando hundi¨® m¨¢s la vara aparecieron trazas negras de crudo. ¡°Lo que all¨ª ha pasado es permanente y nos hace da?o a la salud¡±, se lamenta Watson Trujillo, el apu de Cuninico, su poblado marcado por la maldici¨®n del petr¨®leo.
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