Solo el 4% de los casos de acoso escolar llegan a la inspecci¨®n educativa
Amnist¨ªa Internacional acusa al Gobierno de haber ignorado el protocolo al no comunicar las agresiones que le llegan. El Ejecutivo asegura haber cambiado el reglamento

Espa?a ha incumplido su protocolo contra el acoso escolar. El Ministerio de Educaci¨®n, obligado a trasladar a la inspecci¨®n educativa de las autonom¨ªas los casos registrados en su tel¨¦fono de atenci¨®n a las v¨ªctimas, no lo hizo durante los dos primeros a?os de funcionamiento de ese servicio (2016 y 2017, cuando gobernaba el PP), en los que solo deriv¨® el 4% de los casos que catalog¨® como acoso. "?Qu¨¦ ha pasado con el 96% restante? Son miles de agresiones las que no se est¨¢n analizando", denuncia Koldo Casla, coautor del primer estudio de Amnist¨ªa Internacional sobre el acoso escolar en Espa?a.?
La principal conclusi¨®n del informe Hacer la vista... ?gorda! El acoso escolar en Espa?a es que ni las autoridades ni los docentes est¨¢n utilizando correctamente las herramientas para detectar y tratar las agresiones en las aulas, que pueden ser f¨ªsicas, verbales (insultos) o de relaci¨®n personal (cuando se margina o a¨ªsla a alguien del grupo). Seg¨²n el trabajo, para el que se entrevist¨® a m¨¢s de 120 alumnos, docentes, psic¨®logos e inspectores, la mayor¨ªa de los centros educativos no activan los protocolos si no hay da?o f¨ªsico. "El acoso sigue siendo un problema invisible en las escuelas, que todav¨ªa tienen la percepci¨®n de que una tasa del 0% es sin¨®nimo de ¨¦xito, pero es todo lo contrario. En todos los centros hay casos, y si no se reportan es porque no se est¨¢n detectando o se est¨¢n ocultando", apunta Casla, doctor en Estudios Europeos e Internacionales por King's College London.?
En noviembre de 2016, el Ministerio de Educaci¨®n puso en marcha un servicio gratuito de atenci¨®n telef¨®nica para v¨ªctimas de acoso escolar (900 018 018), cuyo reglamento inclu¨ªa la obligaci¨®n de comunicar todos los casos susceptibles de acoso a la inspecci¨®n educativa. De las 25.366 llamadas recibidas entre 2016 y 2017, el ministerio identific¨® 7.508 como posibles casos de acoso, pero solo inform¨® a la inspecci¨®n de 278 de ellas (el 3,7% del total). "Es muy grave y desde el ministerio no nos dan una explicaci¨®n", critica Esteban Beltr¨¢n, director de Amnist¨ªa Internacional.?
El pasado octubre, cinco meses despu¨¦s de la llegada al poder de los socialistas, la ministra de Educaci¨®n, Isabel Cela¨¢, externaliz¨® el servicio de atenci¨®n telef¨®nica, que dej¨® en manos de la Fundaci¨®n Anar, con 48 a?os de experiencia en atenci¨®n a menores en riesgo. En ese momento se modific¨® el protocolo y se elimin¨® la obligaci¨®n de comunicar todos los casos a la inspecci¨®n. "El? nuevo reglamento establece que el 100% de los casos deben ser derivados, pero a distintas organizaciones: la Fiscal¨ªa de menores, el centro educativo, las fuerzas de seguridad del Estado, los servicios sociales, sanitarios o la inspecci¨®n educativa. Cada caso requiere un tipo de atenci¨®n", explica el secretario de Estado de Educaci¨®n, Alejandro Tiana.?
Aunque el ministerio todav¨ªa no tiene datos de este curso, s¨ª los ofrece del pasado mes de abril: se recibieron 1.603 llamadas; de ellas, 941 se derivaron a distintos departamentos (de ellos, 370 a servicios jur¨ªdicos y 18 a las fuerzas de seguridad para una intervenci¨®n externa).?
No hay datos oficiales sobre el total de menores que sufren acoso escolar en Espa?a. En el informe Una lecci¨®n diaria: #STOPViolenciaInfantil en las escuelas, que Unicef public¨® en 2018,?se informaba de que en Espa?a,?sin datos desde 2014, casi un 17% manifestaba entonces haber sido acosado y el 30% aseguraba haber estado envuelto en una pelea. Espa?a es el tercero ¡ªentre los 37 pa¨ªses de Europa, EE UU y Canad¨¢¡ª con menor ¨ªndice de violencia en las escuelas entre estudiantes de 13 a 15 a?os.?
Sin formaci¨®n
Los problemas del hijo de Carmen Villar, que vive en A Coru?a, empezaron cuando su hijo cumpli¨® 12 a?os. Tres compa?eros de clase comenzaron a hacerle la vida imposible. "Se dirig¨ªan a ¨¦l con motes, le empujaban, le tiraban las cosas... estaba trist¨®n y no quer¨ªa volver al colegio", cuenta. Despu¨¦s de insistir durante meses, al final consigui¨® que el centro activara el protocolo anti acoso. A Carmen le sorprendi¨® que llevase el caso la profesora de matem¨¢ticas y no un psic¨®logo. Despu¨¦s de muchos encuentros y charlas, decidieron cerrar el caso porque uno de los tres requisitos no se daba: su hijo no se sent¨ªa inferior a los dem¨¢s y, por tanto, "no se daba un desequilibrio de poder", aunque s¨ª insultos prolongados en el tiempo. "Le tuve que cambiar de colegio, fue muy doloroso para ¨¦l y, ahora, con 16 a?os, sigue con terapia". La Inspecci¨®n Educativa le dijo a Carmen que no la pod¨ªa ayudar; el centro hab¨ªa archivado el caso.?
El estudio, que se ha centrado en Extremadura y Galicia (los autores aseguran que tanto los protocolos de las Administraciones como el de los centros educativos es similar en las 17 autonom¨ªas), denuncia que la formaci¨®n de los docentes sobre acoso, que es voluntaria, es "insuficiente" e "ineficaz". Ni los programas acad¨¦micos de los grados en Magisterio ni los m¨¢steres en formaci¨®n del profesorado (para secundaria) contienen herramientas pr¨¢cticas para prevenir y tratar el problema.?
"Queremos que sea una prioridad para el nuevo Gobierno, que est¨¢ fallando en la protecci¨®n de los menores, y para ello necesitamos un sistema de denuncias complementario, que los j¨®venes puedan usar a trav¨¦s de Internet", explica Beltr¨¢n, quien reclama tambi¨¦n la puesta en marcha de los llamados programas de apoyo entre iguales?¡ªen los que los adolescentes se escuchan y ayudan entre ellos¡ªen todos los centros educativos del pa¨ªs.?
Jos¨¦ Luis Cerezo, profesor de valores ¨¦ticos en el instituto p¨²blico Cardenal Herrera Oria, en Madrid, desde hace 14 a?os, asegura que el acoso escolar ha existido siempre, pero como con la violencia de g¨¦nero, "ahora estamos m¨¢s sensibilizados y hacemos el recuento". Cree que la clave no est¨¢ tanto en la formaci¨®n de los profesores como en la de los alumnos. "Ellos pueden detectar las din¨¢micas de grupo con mayor facilidad y conocen los c¨®digos", opina. Por eso, cree que los institutos necesitan refuerzos en los departamentos de orientaci¨®n, que son los que se encargan de ense?ar a los chavales t¨¦cnicas para detectar posibles abusos. En su centro hay una sola orientadora para 550 estudiantes.?
"La prevenci¨®n es lo m¨¢s importante y ah¨ª fallamos los docentes, que aunque tenemos guardias para controlar los recreos o las bibliotecas, no podemos llegar a todos los rincones del centro. Cuando ya se da un caso, aplicar el protocolo es sencillo: est¨¢ explicado paso a paso", cuenta. Entrevistas con la v¨ªctima y los acosadores y sus familiares son los primeros pasos de un proceso que puede llevar un m¨ªnimo de 10 d¨ªas.?
En un informe de 2016 de la ONU se documentaron los efectos negativos del acoso escolar en la salud mental, la autoestima o la sociabilidad, consecuencias que tanto las v¨ªctimas como los abusadores pueden arrastrar hasta la edad adulta. El acoso, adem¨¢s, aumenta el riesgo de absentismo escolar y el abandono temprano, y suele ser el motivo del empeoramiento en el rendimiento acad¨¦mico. En el ¨²ltimo informe PISA (elaborado por la OCDE para medir el nivel de matem¨¢ticas, ciencias y comprensi¨®n lectora de los alumnos de 15 a?os), se reflej¨® que el alumnado de las escuelas con problemas de acoso obten¨ªa 47 puntos menos en ciencias.?
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