Bruselas acelera su agenda verde para importar solo productos ¡°libres de deforestaci¨®n¡±
La Comisi¨®n saca brillo a su pol¨ªtica medioambiental ante la inminente llegada de Ursula von der Leyen
La Comisi¨®n Europea prepara el terreno a Ursula von der Leyen para facilitarle la ambiciosa transformaci¨®n que aspira a poner en marcha durante sus primeros 100 d¨ªas al mando de la instituci¨®n. Dos pesos pesados del Ejecutivo comunitario, los vicepresidentes Frans Timmermans y Jyrki Katainen, presentaron este martes un paquete de medidas para frenar la tala de bosques en todo el planeta y promover su recuperaci¨®n.
El movimiento llega en plena preocupaci¨®n por las pol¨ªticas del presidente brasile?o Jair Bolsonaro respecto a la Amazonia. Bruselas es consciente de que su campo de acci¨®n es limitado: la mayor¨ªa de bosques se encuentra m¨¢s all¨¢ de su territorio y no puede obligar a los Estados fuera de su per¨ªmetro, pero planea utilizar cada vez m¨¢s sus potentes herramientas comerciales para disuadir a otros pa¨ªses de seguir pelando los bosques y selvas: seg¨²n sus c¨¢lculos, entre 1990 y 2016 se han destruido en el planeta 1,3 millones de kil¨®metros cuadrados de bosque, lo que supone que cada hora desaparecen el equivalente a 800 campos de f¨²tbol.
La hoja de ruta final para dar un giro a la acci¨®n comunitaria est¨¢ todav¨ªa por pulir, y mezcla nuevas medidas con objetivos. Una de las que pueden tener un efecto m¨¢s claro sobre el consumidor es la intenci¨®n de Bruselas de endurecer los est¨¢ndares y certificaciones para que al mercado europeo lleguen sobre todo productos que no contribuyan a la deforestaci¨®n. "Por ejemplo, se puede indicar: este producto que est¨¢ usted comprando se ha elaborado sin repercusi¨®n sobre la deforestaci¨®n. Eso ayuda al consumidor a tomar una decisi¨®n informada sobre lo que compra", ha explicado Timmermans.
El ejemplo de la moratoria de la soja de la Amazonia brasile?a
Si la Uni¨®n Europea quiere asegurarse de que no importa productos fruto de la deforestaci¨®n existe un sistema vigente hace casi 12 a?os que persigue precisamente ese fin y que, seg¨²n Greenpeace, funciona. Aunque es limitado a un producto -soja- y a un territorio -la Amazonia brasile?a-, lo considera un buen modelo a replicar. En 2006, las grandes empresas del sector de la soja, el Gobierno de Brasil y la sociedad civil suscribieron un acuerdo por el que la industria se comprometi¨® a no utilizar soja producida en ¨¢reas deforestadas en el mayor bosque tropical del mundo. El pacto incluye mecanismos fiscalizadores. Gracias a ese mecanismo, Brasil no exporta soja derivada de la deforestaci¨®n de la Amazonia.
El problema es la producci¨®n agr¨ªcola en otras zonas del pa¨ªs que no tienen tanta protecci¨®n legal y ambiental como la Amazonia y cuya cadena de producci¨®n es m¨¢s dif¨ªcil de controlar. Buena parte de las mayores empresas alimentarias del planeta de comprometieron hace nueve a?os a que para 2020 excluir¨ªan de sus cadenas de producci¨®n de varios productos (incluidos la soja, el ganado, el cacao, los l¨¢cteos, el aceite de palma y el papel) cualquier ingrediente fruto de la deforestaci¨®n. Cuando recientemente Greenpeace les apremi¨® porque el plazo se acerca, solo una respondi¨®. Cargill, una de las mayores comercializadoras de grano del mundo, admiti¨®, a trav¨¦s de su directora de sostenibilidad, Ruth Kimmelshue: ¡°Pese a nuestros esfuerzos, nuestra empresa no cumplir¨¢ la meta de eliminar la deforestaci¨®n en 2020¡±.
La Uni¨®n Europea importa productos como aceite de palma, carne, soja, cacao, ma¨ªz, madera y caucho, todos ellos incompatibles, en muchos casos, con el objetivo de mantener intacta la superficie boscosa. "La UE representa un 10% del consumo final de productos asociados a la deforestaci¨®n", ha reconocido el l¨ªder holand¨¦s.
La Comisi¨®n estudia proponer leyes que minimicen su porcentaje de culpa en la tala masiva. El enunciado no siempre va acompa?ado de respuestas sobre c¨®mo lo lograr¨¢, y cada paso de Bruselas requiere a menudo de un largo proceso legislativo hasta su aprobaci¨®n definitiva, pero a apenas tres meses de que se produzca el trasvase de poder en su c¨²pula, el gesto denota el af¨¢n de Bruselas por agilizar la agenda medioambiental.
El documento contempla la creaci¨®n de un observatorio europeo sobre deforestaci¨®n global que agrupe datos a disposici¨®n de las Administraciones, empresas y consumidores; tambi¨¦n de un foro donde est¨¦n presentes para discutir sobre la cuesti¨®n; incentivos para que los peque?os agricultores no da?en los ecosistemas ¡ªla expansi¨®n de los cultivos provoca el 80% de la deforestaci¨®n, el resto corresponde al crecimiento de ciudades e infraestructuras¡ª, fomentar el consumo de productos libres de deforestaci¨®n o apoyo financiero a los pa¨ªses productores para que protejan sus bosques.
Los mandamases comunitarios consideran que Europa est¨¢ exenta de problemas a nivel interno porque ha conseguido aumentar su superficie boscosa en los ¨²ltimos tiempos, pero insisten en la importancia de estas masas arboladas para la biodiversidad y la captura de carbono, y creen que los europeos tienen una responsabilidad en su deterioro por sus h¨¢bitos de compra. Cambiar la cadena de suministro para reducir esa huella de consumo no se antoja sencillo. ¡°No podemos hacer esto solos, tenemos que formar parte de una alianza global¡±, emplaz¨® Timmermans.
El objetivo es doble: preservar los bosques y plantar nuevos. "Suena muy f¨¢cil, pero no hay una soluci¨®n r¨¢pida y simple. Si la hubiera ya lo habr¨ªamos resuelto", record¨® Katainen. El gran instrumento de presi¨®n con que cuenta la UE para influir en sus socios son los tratados comerciales. Bruselas ha aprovechado la regresi¨®n proteccionista de Donald Trump para embarcarse en una carrera en la que ha firmado numerosos acuerdos de libre circulaci¨®n de servicios y mercanc¨ªas. Entre otros pa¨ªses, con Canad¨¢, Jap¨®n o los miembros de Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay).
Este ¨²ltimo pacto, aprobado pero que todav¨ªa no ha entrado en vigor, es especialmente delicado, dado que Brasil concentra las mayores inquietudes sobre la salud de los bosques del planeta. Greenpeace se apresur¨® a calificar el tratado como "un desastre para el planeta" que afectar¨¢ al Amazonas y afectar¨¢ a los pueblos ind¨ªgenas. La UE defiende lo contrario. Estima que incluye salvaguardas muy robustas contra la tentaci¨®n de sus l¨ªderes de acelerar la tala. Y en el articulado del texto se menciona el objetivo de sacar a los bosques de las cadenas de suministro y la moratoria al cultivo de la soja en Brasil para limitar la expansi¨®n de las plantaciones en terrenos forestales. "Sabemos la posici¨®n de los pa¨ªses de Mercosur, sobre todo de Brasil, respecto a la degradaci¨®n del bosque tropical, pero no estamos dispuestos a ceder lo m¨¢s m¨ªnimo", advirti¨® Katainen.
El Ejecutivo europeo conf¨ªa en que si impone restricciones, el mercado se autorregulara para excluir a los productos que no sean sostenibles. "Cuando limitamos el uso de plaguicidas perjudiciales el mercado cambi¨®. Ahora no hay mercado para alimentos obtenidos con plaguicidas prohibidos", celebr¨® Katainen.
Pese a que la Comisi¨®n saliente ha logrado sacar adelante en los ¨²ltimos cinco a?os numerosas medidas contra las emisiones contaminantes, el auge electoral de Los Verdes en Europa, y el movimiento estudiantil que ha sacado a las calles a centenares de miles de alumnos en todo el planeta, han contribuido a crear un momentum favorable a las pol¨ªticas ecol¨®gicas que sobrevolar¨¢ todo el mandato de Von der Leyen a trav¨¦s del llamado green deal. ¡°El bosque te devuelve el eco de lo que le grites¡±, remat¨® Katainen citando un refr¨¢n finland¨¦s.
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