Ant¨®nio Guterres: ¡°La naturaleza est¨¢ enfadada y te devuelve el golpe¡±

En la cafeter¨ªa de la sede de la Organizaci¨®n de Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, se pueden encontrar envases y utensilios de cart¨®n, de vidrio, de papel, de madera o de metal. Desde hace cuatro meses, sin embargo, el pl¨¢stico se ha convertido en material non grato. ?C¨®mo pod¨ªa la instituci¨®n ponerse a la cabeza de la manifestaci¨®n contra la emergencia clim¨¢tica para luego lanzar diariamente quintales y quintales de pl¨¢stico a la basura? Algo as¨ª, pasar del dicho al hecho, es que lo que el secretario general, Ant¨®nio Guterres, reclama a los l¨ªderes pol¨ªticos en la Cumbre del Clima que se celebra el pr¨®ximo lunes. ¡°Los objetivos son muy dif¨ªciles, pero posibles, lo que necesitamos es voluntad pol¨ªtica. Esta a¨²n no existe, pero veo cada vez m¨¢s fuerte a la opini¨®n p¨²blica y a la juventud radicalmente comprometida¡±, se?al¨® este martes en una entrevista con Covering Climate Now, un consorcio global de m¨¢s de 250 medios de comunicaci¨®n para fortalecer la cobertura informativa sobre el clima.

Los cartones de agua individuales que se beber¨¢n durante la conversaci¨®n tienen el cierre de pl¨¢stico. En efecto, los objetivos son dif¨ªciles. Ant¨®nio Guterres (Lisboa, 1949) parece consciente de ello y tambi¨¦n de que los pa¨ªses no suelen reaccionar ni a tiempo ni de forma coordinada a los desaf¨ªos comunes, curtido como est¨¢ tras una d¨¦cada como alto comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados y tras siete a?os como primer ministro de un pa¨ªs miembro de la Uni¨®n Europea, Portugal. Con el clima, conf¨ªa en la presi¨®n popular como fuerza catalizadora. ¡°Antes o despu¨¦s, los Gobiernos siempre siguen a la opini¨®n p¨²blica, en todos los lugares del mundo. Debemos seguir contando la verdad y confiar en que los sistemas pol¨ªticos, especialmente las democracias, acabar¨¢n por cumplir con lo que la gente cree necesario¡±, afirma.

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La ONU ha puesto negro sobre blanco cu¨¢les son esas necesidades. Entre otras metas, plantea la reducci¨®n del 45% de las emisiones de di¨®xido de carbono en 2030 y, para 20 a?os despu¨¦s, en 2050, la neutralidad del carbono, es decir, que la cantidad de emisiones no supere la que pueden absorber, por ejemplo, los bosques. As¨ª, el impacto es cero, neutro. ¡°Traigan planes, no discursos¡±, ha reclamado Guterres a los l¨ªderes ante la cumbre del clima. Se espera la participaci¨®n de entre 60 o 70 y a todos se les ha pedido, como requisito para hablar en el plenario, que se comprometan a alguno de los objetivos. Pero todo plan incumplido se queda en un mero discurso, y la experiencia tras el Acuerdo de Par¨ªs contra el cambio clim¨¢tico, firmado en 2015 por casi 200 pa¨ªses, da cuenta de ello: las emisiones han aumentado y el pa¨ªs m¨¢s poderoso del mundo, Estados Unidos, ha renegado de ¨¦l.

El factor de cambio, insiste Guterres, es el movimiento civil. ¡°Quiero a toda la sociedad presionando a los Gobiernos para que entiendan que deben ir m¨¢s r¨¢pido, porque estamos perdiendo la carrera, las consecuencias de los desastres naturales son cada vez m¨¢s devastadoras¡±, alerta, reci¨¦n regresado de un viaje a Bahamas, donde ha podido comprobar el impacto del hurac¨¢n Dorian. ¡°La naturaleza est¨¢ enfadada ¡ªenfatiza¡ª y no puedes jug¨¢rsela a la naturaleza, porque te devuelve el golpe¡±.

Cuando asumi¨® la jefatura de la ONU, el 1 de enero de 2017, Guterres situ¨® la batalla contra el cambio clim¨¢tico como uno de los grandes pilares de su mandato. Tres semanas despu¨¦s, Donald Trump jur¨® el cargo de presidente de Estados Unidos y cumpli¨® con otro juramento: dejar el Pacto de Par¨ªs. T¨¦cnicamente, esa retirada no ha sucedido a¨²n, ya que, legalmente, ning¨²n firmante puede abandonarlo hasta cuatro a?os despu¨¦s de que el tratado haya entrado en efecto (noviembre de 2016), lo que deja el portazo final para noviembre de 2020. Justo despu¨¦s de las elecciones presidenciales estadounidenses. La desvinculaci¨®n pol¨ªtica de Estados Unidos, con todo, ya ha supuesto de por s¨ª un machetazo.

Guterres, pol¨ªtico y diplom¨¢tico, evita la confrontaci¨®n directa con Trump. ¡°Ser¨ªa mucho mejor¡±, admite, que Estados Unidos estuviera comprometido, igual que ciertos pa¨ªses de Asia ¡°dejasen de exportar plantas de carb¨®n¡±. Pero se aferra al optimismo: ¡°Vemos mucha acci¨®n de los Estados, de las ciudades y de la comunidad empresarial norteamericana que est¨¢ produciendo muchos resultados. En la cumbre vamos a tener a un gobernador de un Estado [Maine] y a empresarios muy importantes¡­ La experiencia es que los Gobiernos algunas veces llegan m¨¢s tarde que la opini¨®n p¨²blica, pero acaban cambiando¡±, opina.

La creciente preocupaci¨®n reflejada en las encuestas, las grandes manifestaciones y la aparici¨®n de iconos juveniles como Greta Thunberg se est¨¢n produciendo en un contexto de fuerte polarizaci¨®n pol¨ªtica. La batalla del clima no ha escapado a la lucha partidista: mientras fuerzas conservadoras cuestionan la emergencia, las progresistas la han convertido en una bandera. ?Le preocupa? ?C¨®mo devolver la conversaci¨®n al ¨¢mbito de la ciencia y de la sostenibilidad? ¡°La polarizaci¨®n no es tan fuerte en el clima como en otras materias, como las migraciones, por ejemplo¡±, responde Guterres. ¡°Hay fuerzas conservadoras que son muy radicales, radicales tambi¨¦n contra la acci¨®n clim¨¢tica, pero tambi¨¦n hay cada vez m¨¢s fuerzas conservadoras que comprenden que la acci¨®n clim¨¢tica es una parte de su pol¨ªtica¡±.

¡°No se puede hacer la divisi¨®n entre izquierda y derecha tradicional, sobre todo en Europa, entre los que est¨¢n a favor o en contra de la acci¨®n clim¨¢tica. Cada vez veo m¨¢s a los partidos de derecha en Europa con una gran comprensi¨®n de la necesidad de esta acci¨®n¡±, insiste. De hecho, destaca el auge de los partidos ecologistas en elecciones recientes y c¨®mo solo tres pa¨ªses europeos ¡ªPolonia, Hungr¨ªa y Rep¨²blica Checa¡ª se han opuesto al objetivo de la neutralidad del carb¨®n en 2050.

Sin entrar en valoraciones directas sobre propuestas pol¨ªticas de ning¨²n pa¨ªs, el secretario general de la ONU saluda el impulso de planes de transformaci¨®n econ¨®mica hacia modelos m¨¢s sostenibles. Muchos de ellos han sido bautizados con la marca rooseveltiana del Green New Deal, como en Estados Unidos. S¨ª se muestra tajante ante una cr¨ªtica frecuente a estos programas: que resultan muy costosos y son necesarios enfoques m¨¢s graduales. ¡°?Cu¨¢l es el coste de los desastres naturales que est¨¢n ocurriendo? El mayor coste es el de no hacer nada¡±, subraya. Guterres defiende el impulso de reformas fiscales que favorezcan el cambio: ¡°Si ponemos un impuesto al carbono y bajamos los impuestos a las rentas de las personas, todos ganan, las clases medias se benefician m¨¢s que nadie. Se puede plantear una pol¨ªtica verde que al mismo tiempo obtenga el apoyo del electorado¡±. ¡°?Qui¨¦n paga los subsidios a los combustibles f¨®siles?¡±, contin¨²a. ¡°Nosotros, que somos los contribuyentes, y yo no quiero que el dinero de mis impuestos sirva para aumentar la acci¨®n devastadora de los volcanes o para acabar con los glaciares¡±.

De los riesgos, insiste, ya no hay que hablar en tiempo futuro, pues ¡°julio ha sido el mes m¨¢s caluroso de la historia, llevamos cinco a?os de r¨¦cords de temperaturas, la concentraci¨®n de CO? m¨¢s elevada¡­¡±.¡°La ¨²ltima ola de calor en Europa mat¨® a muchas personas, sobre todo mayores¡±, advierte. ¡°Hay que hacer comprender a la gente que hay una emergencia clim¨¢tica hoy, que el problema del cambio clim¨¢tico es de hoy, que la salud p¨²blica est¨¢ amenazada hoy, que el mar est¨¢ subiendo hoy, que las temperaturas ya est¨¢n provocando problemas muy graves¡±.?