Una agricultora planta cara a un gigante del oro
La ecologista peruana M¨¢xima Acu?a lleva ocho a?os en pugna contra una empresa extractora de Cajamarca
M¨¢xima Acu?a de Chaupe lleva ocho a?os enfrentada a un gigante de la extracci¨®n de oro desde su propiedad en las monta?as de Cajamarca, en el norte de Per¨². Yanacocha, filial de la empresa estadounidense Newmont, la demand¨® penalmente por supuesta usurpaci¨®n de tierras ¡ªun caso que esta agricultora de 49 a?os gan¨® en 2017 en la Corte Suprema¡ª y en 2015, le abri¨® dos litigios civiles para determinar qui¨¦n es el due?o del predio de Tragadero Grande donde vive con su familia.
Acu?a, con cuatro hijos y tres nietos, posee certificados expedidos en 1994 por la comunidad campesina de Sorochuco, antes, asegura, de que la compa?¨ªa se interesara por ese paraje de la regi¨®n. Pero no solo defiende su terreno y su casa, sino que vigila las cuatro lagunas y decenas de manantiales para evitar que se conviertan en dep¨®sito de desechos. Su resistencia se ha convertido en un s¨ªmbolo de la lucha medioambiental. En 2016 gan¨® el Premio Goldman, un prestigioso reconocimiento anual a los defensores de la naturaleza.
Hostigamiento
Mientras el proceso civil segu¨ªa su curso, la activista y su familia han denunciado hostigamiento por parte del personal de seguridad de la empresa o polic¨ªas contratados. Hace algunos a?os, la minera instal¨® un cerco entre su propiedad y la de la activista: desde all¨ª cr¨ªa alpacas y mantiene un sistema de vigilancia de la familia y de sus visitantes ante las agresiones denunciadas. ¡°En junio salimos a la ciudad a vacunar a mi nieta y dejamos un toro con su yugo: era recio, ?qui¨¦n iba a creer que le iba a pasar algo? Dos d¨ªas despu¨¦s volvimos, estaba muerto y la carne no serv¨ªa para nada porque ten¨ªa un olor diferente, como envenenado. Un toro as¨ª cuesta unos 1.300 soles (400 d¨®lares)¡±, cuenta Acu?a al lado de la cocina a le?a, acompa?ada por su esposo Jaime y su hijo Daniel.
¡°De d¨ªa no entran porque hay c¨¢maras, pero de todos modos cuando hay neblina no se puede divisar nada¡±, describe la defensora ambiental. Desde que unos voluntarios extranjeros les ayudaron a instalar c¨¢maras, estos episodios han disminuido. ¡°Ayer terminamos de sembrar papa, oca, mashua (unos tub¨¦rculos), tenemos miedo de que cuando empiece a salir (la cosecha), otra vez entren¡±, agrega la campesina. El temor tambi¨¦n alcanza a la abogada de Acu?a, Mirtha V¨¢squez, quien no soport¨® las amenazas y se mud¨® a Lima.
Consultada por EL PA?S, la compa?¨ªa argumenta que se limita a defender su propiedad de acuerdo con la ley, ¡°cada vez que la familia intente extender su posesi¨®n m¨¢s all¨¢ de la zona que es objeto de un proceso civil¡±. Sobre el litigio, la firma asegura que ¡°existen dos predios que involucran la discusi¨®n de tierras. El predio norte, donde se encuentra la casa levantada por la familia desde 2011, y el predio sur. Ambos se encuentran inscritos bajo propiedad de Yanacocha, pues fueron comprados en 1996 y 1997 a su anterior propietario, la comunidad campesina de Sorochuco¡±.
Despu¨¦s de varios d¨ªas de helada, hace dos domingos a mediod¨ªa sale el sol en el terreno de Acu?a. A esta hora ya ha trasquilado seis ovejas. La defensora ambiental solloza cuatro veces durante la entrevista. Una de ellas, cuando recuerda que no sabe leer. Sus dos hijas mayores han ido a la universidad, pero el tercero no lo intent¨® siquiera porque ante el acoso de la empresa decidi¨® quedarse para ayudar a cuidar a sus padres en la monta?a.
¡°?Hasta cu¨¢ndo vamos a estar as¨ª?¡±, pregunta la agricultora, quien lamenta que el juicio civil no avance. ¡°La jueza nos dijo que hab¨ªa otros casos, que estaba muy ocupada. Mientras tanto, no podemos trabajar tranquilos¡±. Vuelve a sollozar cuando recuerda las dificultades de salir de donde vive para ir al mercado m¨¢s cercano. ¡°Como si estuvi¨¦ramos escapando de un Ej¨¦rcito, tengo que salir a las cuatro de la ma?ana, a oscuras a buscar alg¨²n transporte¡±.
Seg¨²n Newmont, las reservas de el proyecto en la zona son de 6,5 millones de onzas de oro y de 11.000 millones de onzas de cobre. Eso no es, para Acu?a, raz¨®n suficiente. ¡°Debemos tomar conciencia y valorar nuestra tierra y nuestra naturaleza para vivir, de esto tenemos que sustentarnos todos. Entonces ?por qu¨¦ vamos a dejarnos destruir la naturaleza o que sequen nuestras lagunas o manantiales? ?Por qu¨¦ vamos a permitir que contaminen nuestro ambiente y quedarnos enfermos?¡±, a?ade. ¡°Nosotros podemos morir ma?ana o pasado, pero hay que pensar en el futuro: nuestros hijos o nietos son los que van a pasar esa guerra, ese sufrimiento sin agua o sin tierra. Cuando est¨¦n contaminadas, los ni?os, nuestros nietos dir¨¢n ?qu¨¦ har¨ªan nuestros padres, nuestros abuelos, nuestras autoridades que no protegieron nuestra tierra, no cuidaron nuestras aguas, ni el aire?¡±
La agricultora lamenta que estos problemas no sean de la incumbencia de los l¨ªderes pol¨ªticos. ¡°?Por qu¨¦ la gente de la ciudad no toma conciencia? Las autoridades deber¨ªan ayudar al campesino, hacer justicia por el derecho y la legalidad. No deben dejar maltratar al pobre, al campesino por estas empresas¡±.? El documental M¨¢xima, dirigido por la peruana Claudia Sparrow, estrenado en agosto en Lima, muestra que la ONG Earth Rights demand¨® a Newmont en 2017, a nombre de Acu?a. La Corte Federal de Filadelfia desestim¨® el caso en 2018, pero en marzo la Corte de Apelaciones de Estados Unidos lo reabri¨®. Earth Rights espera llevar a un tribunal al jefe de seguridad de Newmont, como el responsable de las agresiones en el predio de Tragadero Grande.
En los ocho a?os de tensi¨®n con la empresa, muchos voluntarios extranjeros han visitado a la agricultora para aprender de ella, pero pocos peruanos lo hacen. A inicios de septiembre, un grupo de siete artistas pl¨¢sticas -seis de ellas peruanas- reunidas por iniciativa de Maxim Holland, han convivido por m¨¢s de una semana con la familia Chaupe Acu?a, instalados en carpas, mientras cada una desarrolla un proyecto art¨ªstico. ¡°Estoy muy alegre, contenta, porque est¨¢n a nuestro lado¡±, dice Acu?a, sonriente.??
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