Oaxaca, el motor de la marea verde mexicana
El movimiento feminista de este Estado del sur de M¨¦xico ha impulsado desde las calles la despenalizaci¨®n del aborto y ha convertido a la entidad en un ejemplo de esta lucha en Am¨¦rica Latina
Una procesi¨®n de cat¨®licos se congregaba a las puertas del Congreso de Oaxaca con una misi¨®n: reventar la sesi¨®n del mi¨¦rcoles que votaba la despenalizaci¨®n del aborto. Entre gritos de "asesinas" y amenazas de excomuni¨®n, caminaban las diputadas hacia un debate hist¨®rico en esta entidad del sur de M¨¦xico. Pero en la C¨¢mara, por primera vez, ellas eran mayor¨ªa. Y, desde las gradas, el movimiento feminista oaxaque?o, vestido de verde, esperaba celebrar por fin, despu¨¦s de m¨¢s de una d¨¦cada de lucha, tener una fecha para marcar en su calendario: 25 de septiembre. "Ir¨¢n todas al infierno", se escuch¨® cuando ya no hab¨ªa vuelta atr¨¢s.
M¨¦xico observ¨® sorprendido c¨®mo uno de los Estados con peores niveles educativos, con ¨ªndices altos de marginaci¨®n y pobreza, con m¨¢s de 400 municipios ind¨ªgenas, donde los derechos de las mujeres no fueron durante a?os una prioridad, se convert¨ªa en un ejemplo para el movimiento feminista. Un referente de lucha para el pa¨ªs y tambi¨¦n para Am¨¦rica Latina. Con 24 votos a favor y 12 en contra, se aprob¨® la despenalizaci¨®n del aborto. Y las feministas de Oaxaca son estos d¨ªas el motor de la Marea Verde mexicana.
La lucha empieza en la calle
Mayra Morales, de 35 a?os, coordinadora estatal de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos y miembro de Marea Verde, cuenta que su plan no era ser activista. "Un buen d¨ªa me despert¨¦ y estaba sangrando", recuerda. Se hab¨ªa quedado embarazada y acababa de tener un aborto espont¨¢neo. "Entonces entend¨ª la desesperaci¨®n de miles de mujeres oaxaque?as".
Comenz¨® a trabajar con ellas hace 10 a?os. En una entidad donde la lucha feminista se asociaba a la capital, a las grandes ciudades con las necesidades b¨¢sicas cubiertas. "Parec¨ªa que ten¨ªamos que esperar a que se resolvieran las otras problem¨¢ticas, que nuestra reivindicaci¨®n no era urgente", se?ala. La misi¨®n de su organizaci¨®n ha sido informar a las mujeres en colonias, escuelas y comunidades. "Porque en Oaxaca muchas que hab¨ªan sido violadas, no sab¨ªan que pod¨ªan hacerlo", cuenta. Tambi¨¦n, acompa?ar a quienes no pod¨ªan viajar a la capital para interrumpir su embarazo ¡ªdonde es legal desde 2007¡ªy brindar defensa legal en los casos en los que, dentro de las causales, como violaci¨®n o riesgo para la salud de la madre, se les negaba el servicio p¨²blico.
En Oaxaca m¨¢s de 9.000 mujeres se someten a un aborto clandestino cada a?o, seg¨²n las cifras oficiales de Salud. Unas 20 mujeres han sido encarceladas por este delito desde 2016 y las complicaciones derivadas de este tipo de abortos ilegales son la tercera causa de muerte entre las mujeres de este Estado. Morales levanta este jueves el pu?o en se?al de victoria: "Si a m¨ª hace un a?o me hubiesen contado esto, lo hubiera dudado".
La eliminaci¨®n de los delitos en el C¨®digo Penal ha sido un gran paso, pero a¨²n falta por modificar la Constituci¨®n que reconoce el derecho a la vida desde la fecundaci¨®n y modificar la Ley de Salud para que los hospitales garanticen este servicio de forma gratuita y eliminen la objeci¨®n de conciencia de los m¨¦dicos.
La condena de Mar¨ªa
Mar¨ªa Rodr¨ªguez (nombre ficticio) no sabe por d¨®nde empezar. Tiene 31 a?os, dos trabajos, una hija de 11 y se disculpa por no tener el tiempo suficiente como para sumarse a las marchas, asistir a los foros y ser una "verdadera feminista". Pero un d¨ªa despu¨¦s de la despenalizaci¨®n, ha encontrado el valor suficiente como para hablar por primera vez de algo que mantuvo en secreto durante a?os: "Yo abort¨¦. Lo hice cuando todav¨ªa era ilegal", se?ala con un hilo de voz.
Estaba de dos semanas y la opci¨®n m¨¢s viable era un medicamento que no hab¨ªa sido dise?ado para abortar, el misoprostol, y que seg¨²n cuenta lo pudo conseguir en una farmacia sin receta. Un protector estomacal indicado para ¨²lceras de est¨®mago y duodenales que provoca tambi¨¦n contracciones en el ¨²tero que facilitan que se expulse el feto o embri¨®n. Un tratamiento que tambi¨¦n puede producir arritmias y depresi¨®n y sobre todo, fuertes hemorragias. Si las cosas van mal, la mujer corre riesgo de desangrarse.
Cuatro pastillas debajo de la lengua no fueron suficientes. Una vez que se suministra no hay vuelta atr¨¢s, pues puede provocar que, si nace, el ni?o tenga malformaciones, par¨¢lisis o falta de miembros, seg¨²n los expertos. Y a Rodr¨ªguez este tratamiento no le hizo efecto y en esos a?os en Oaxaca solo quedaba una opci¨®n: viajar a la Ciudad de M¨¦xico.
La ONG Fondo Mar¨ªa financi¨® a Rodr¨ªguez para que pudiera abortar en la capital cuando estaba ya de dos meses. Un procedimiento por el que las cl¨ªnicas privadas cobran desde 3.000 a 9.000 pesos (de 150 a 450 d¨®lares), dependiendo de las semanas de embarazo. Una madrugada, se subi¨® sola a un autob¨²s que la dej¨® en una estaci¨®n de la capital. Despu¨¦s de la intervenci¨®n le aconsejaron reposo. "Pero todav¨ªa me quedaba el metro, los camiones y siete horas de viaje, en los que no dejaba de sangrar y pas¨¦ mucho miedo, mucha ansiedad", relata.
En ning¨²n momento dud¨® de que estaba haciendo lo correcto. Esta noche se emociona al saber que su hija, llegado el caso, no tendr¨¢ que pasar por lo mismo.
Un espacio de desobediencia
¡ª?Qu¨¦ har¨ªan para luchar por un transporte p¨²blico seguro para nosotras?
¡ª?Secuestrar un autob¨²s!
¡ª?Incendiarlo!
Hay un lugar en el centro de Oaxaca donde se imparten clases de desobediencia para mujeres. Y se ha convertido desde hace cuatro a?os en uno de los nichos fundamentales del movimiento feminista en el Estado. Por este centro han pasado muchas de las que hoy lideran las organizaciones de la entidad y otras que no hab¨ªan o¨ªdo hablar nunca de feminismo. Un lugar al que llaman La Escuelita.
Se imparten clases de teor¨ªa feminista, de desobediencia a trav¨¦s del arte, pero tambi¨¦n de autodefensa y de reparaciones b¨¢sicas del hogar (fontaner¨ªa, sistemas el¨¦ctricos y carpinter¨ªa). Un curso que dura tres meses y medio y para el que, cuentan, llevan varias generaciones con lista de espera. En total han formado a m¨¢s de 270 mujeres en este espacio, de una ciudad de 255.000 habitantes. Y muchas feministas locales se refieren a ¨¦l como la meca del movimiento. Su nombre oficial es Casa Libertad para las Mujeres. Y est¨¢ financiado por la diputaci¨®n de Guip¨²zcoa (Pa¨ªs Vasco), pero coordinado por oaxaque?as y una madrile?a, que es cofundadora del proyecto.
Lidia Aguado, de 45 a?os, desmonta un water improvisado para la clase de fontaner¨ªa mientras habla aceleradamente de por qu¨¦ se embarcaron en algo as¨ª. "Mira, montar esto en el DF hubiera sido f¨¢cil. ?Pero un espacio feminista en Oaxaca? Una locura. Es un un Estado tan pobre y conservador, donde casi no hab¨ªa opciones para las mujeres, era necesario", se?ala. Y, aunque no era su objetivo fundamental, pues su plan era educar a las mujeres para que aprendieran a desenvolverse en un mundo machista, su cofundadora se?ala el gran logro: "Nos consta que estamos potencializando el movimiento feminista en Oaxaca. Y esto es maravilloso". "Yo te puedo decir, y te lo digo de veras, que a m¨ª esto me ha cambiado la vida", se?ala una de las alumnas sin despegar la vista del flotador de una cisterna.
La batalla por los votos
La diputada de Morena, Hilda P¨¦rez Luis, acude a la entrevista con una cadena colgada al pecho con un coraz¨®n verde. Se lo ha regalado una activista argentina:"Ha sido incre¨ªble. La verdad es que nunca dimensionamos el impacto que iba a tener".
La lucha por la aprobaci¨®n del dictamen se libr¨® desde enero en los pasillos de esta instituci¨®n. Ni siquiera sus compa?eros de partido estaban convencidos de apoyarlo. "Hicimos foros con instituciones federales y organizaciones y conseguimos cambiar algunas conciencias. Pero a¨²n as¨ª, solo 19, de 26 diputados de Morena, votamos a favor. Y si no hubi¨¦ramos sido mayor¨ªa mujeres, esto no habr¨ªa salido adelante", denuncia la diputada. Ahora esperan convencer al menos a cuatro m¨¢s para que voten a favor del resto de medidas que hagan posible su aplicaci¨®n. Y si no lo consiguen, el siguiente paso ser¨¢ judicial: una decisi¨®n que quedar¨ªa en manos de la Suprema Corte.
Cuando explica por qu¨¦ no es una sorpresa que Oaxaca se haya convertido en un referente de la lucha feminista en Am¨¦rica Latina recurre a la historia de esta entidad: "Este es un lugar que siempre est¨¢ protestando por las grandes desigualdades que existen. Recordemos el movimiento de los maestros en 2006, su batalla feroz al Gobierno. Somos un Estado de resistencia y quien no lo quiera ver as¨ª es que no s¨¦ d¨®nde ha estado los ¨²ltimos a?os", zanja. En la batalla por el aborto legal, las oaxaque?as han ocupado por primera vez la l¨ªnea de ataque.
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