Justicia pagar¨¢ 50.000 euros a unos abuelos privados de ver a sus nietas
La exnuera incumpli¨® los derechos de visita y el juez no hizo nada por ejecutar la sentencia. No han podido relacionarse con las ni?as en 14 a?os: ¡°El dinero no compensa¡±
Los abuelos tienen derecho a disfrutar de sus nietos. No se les puede privar de ello aun cuando el matrimonio de los hijos haya sido conflictivo y acabe en divorcio. Ram¨®n y Margarita, ambos de 76 a?os, abuelos de dos ni?as y vecinos de un peque?o municipio de Tarragona, han mantenido una larga y tortuosa batalla judicial con su exnuera para que esta les dejase ver a sus dos nietas. Lograron que un juez les diese la raz¨®n frente a la madre de las ni?as y le ordenase dejar a los abuelos estar con ellas al menos un d¨ªa cada dos semanas. La nuera se negaba en redondo y desobedeci¨® reiteradamente la orden judicial. El juzgado dej¨® pasar los a?os y nunca lleg¨® a ejecutar su propia decisi¨®n. El conflicto ha tra¨ªdo consecuencias.
La Audiencia Nacional ha condenado a Justicia como responsable patrimonial de la inacci¨®n del juez, que no lleg¨® a ejecutar su orden de que los abuelos pod¨ªan estar con sus nietas
La Audiencia Nacional, en una novedosa sentencia del magistrado Jos¨¦ F¨¦lix M¨¦ndez Canseco, ha ordenado al Ministerio de Justicia, como responsable patrimonial de la inacci¨®n del juez y de la larga duraci¨®n del proceso, que indemnice a cada uno de los abuelos con 25.000 euros, m¨¢s los intereses legales.
¡°El dinero no compensa lo mucho que hemos pasado, tantos pleitos y sin poder estar con ellas ni verlas crecer¡±, dice Ram¨®n que, como su esposa, lleva 14 a?os sin poder ver a sus nietas. La pareja ha perdido toda esperanza. Una de las ni?as tiene ahora 18 a?os; la otra, 16. ¡°No hay derecho, todo ha sido muy injusto¡±, se quejan. ¡°Nos han robado la vida de nuestras nietas; cuando nos miramos, sabemos que nos faltan ellas¡±, describe Ram¨®n.
La madre de las ni?as no solo impidi¨® a los abuelos ver a las nietas. Hizo lo mismo con el padre, lo que deriv¨®, en septiembre de 2018, en otra sentencia de la Audiencia en la que se condena al ministerio a pagar otros 48.000 euros al padre. Tras un divorcio contencioso, la exesposa? de Jordi tambi¨¦n se opuso a que viese a las menores.
Los abuelos acudieron a un juzgado de Catalu?a el 22 de noviembre de 2007, cuando su hijo y su entonces nuera se estaban divorciando. Hab¨ªa tensi¨®n entre ellos. Ella ped¨ªa a su expareja una pensi¨®n de 700 euros y ¨¦l ofrec¨ªa 200: el juez de familia la zanj¨® en 400. La madre denunci¨® al padre por supuesto abuso a una de sus hijas. Y un juez orden¨® su alejamiento de las dos menores y le abri¨® diligencias penales.
El padre de las ni?as fue absuelto por la Audiencia de Tarragona, que tild¨® la denuncia materna de ¡°seriamente inquietante¡±. Jordi no pudo estar con sus hijas durante los ocho a?os que dur¨® el proceso judicial. Y cuando un juez le autoriz¨® estar con ellas, las ni?as ya no quer¨ªan verle.
La madre no cej¨® de obstaculizar las autorizaciones judiciales para el padre y los abuelos. Uno y otros acabaron arrojando la toalla tras muchos a?os de pleitos ¡°e impotencia¡±, subraya Jordi. Con los a?os, las ni?as fueron creciendo y neg¨¢ndose a ver a su padre y a sus abuelos paternos. Jordi lamenta la duraci¨®n del proceso, que debi¨® resolverse con mucha m¨¢s celeridad. Le duele que sus padres, ¡°sin tener culpa de nada¡±, se hayan visto privados de sus nietas. ¡°Al margen de si la responsabilidad del conflictivo divorcio fue de ella o m¨ªa¡±, dice.
Mientras Jordi estuvo imputado por la denuncia de la madre de las ni?as, los abuelos paternos alegaron su derecho a estar con las peque?as. Lograron que un juez les diese la raz¨®n en una sentencia de 2007 que establec¨ªa que, con independencia del conflicto matrimonial, los abuelos paternos ten¨ªan derecho a disfrutar de sus nietas. Pero esa orden judicial nunca se ejecut¨®. Y las veces que se intent¨®, acab¨® en drama. ¡°Hicimos viajes de 200 kil¨®metros para verlas, llam¨¢bamos a la puerta y ella nunca nos abri¨®¡±, cuenta Ram¨®n. ¡°Nos hemos perdido verlas crecer... ?De qu¨¦ sirve ahora que la justicia nos d¨¦ la raz¨®n si lo que se orden¨® nunca se cumpli¨®?¡±, se pregunta el abuelo con rabia.
Ni el padre ni los abuelos han podido estar con las ni?as desde el a?o 2007. Las menores ya han crecido y no quieren estar con su familia paterna
Larga espera
Para que se cumpliese esa orden judicial, Ram¨®n y Margarita enviaron al juez numerosos escritos a lo largo de muchos a?os record¨¢ndole que su exnuera persist¨ªa en no dejarles ver a las menores. El Estado ha sido ahora condenado por la pasividad del juez (que no responde personalmente por su inacci¨®n), quien aleg¨® en su defensa que la demora en ejecutar la sentencia se deb¨ªa a problemas ¡°estructurales del juzgado¡±.
Los abuelos pidieron inicialmente a Justicia, por el da?o psicol¨®gico, un total de 200.000 euros. El ministerio les dio la raz¨®n, pero solo les ofreci¨® 20.000 euros, 10.000 para cada uno.
A trav¨¦s del abogado Igor Fern¨¢ndez Barcel¨®, Ram¨®n y Margarita recurrieron el ofrecimiento de Justicia ante la Sala de lo Contencioso de la Audiencia Nacional, que ha sentenciado que los abuelos deben ser indemnizados, no con 20.000 euros los dos, sino con 25.000 cada uno, por las ¡°indebidas dilaciones del juez¡± en ejecutar su propia sentencia. ¡°Ya se han hecho mayores y seguimos sin saber nada de ellas. La justicia ha sido muy lenta... Han pasado los a?os y ha habido mucho sufrimiento. Tenemos 76 a?os y hubi¨¦ramos querido estar con ellas antes de morir, pero el tiempo ha pasado y me temo que nos moriremos con ese disgusto¡±, dice Ram¨®n.
¡°?El dinero? Nos hemos gastado m¨¢s en abogados¡±, a?ade su hijo Jordi, resignado. Y alberga una intuici¨®n: ¡°Creo que cuando pasen los a?os, mis hijas podr¨¢n pensar por s¨ª mismas, sin influencias, entonces podr¨¦ hablar con ellas y contarles todo...¡±.
¡°Esto no habr¨ªa pasado en un juzgado especializado en familia¡±
¡°La gran v¨ªctima silenciosa son los ni?os¡±, afirma Mar¨ªa P¨¦rez Galv¨¢n (Sevilla, 64 a?os), miembro de la junta de gobierno de la Asociaci¨®n Espa?ola de Abogados de Familia, que agrupa a unos 2.200 letrados. La organizaci¨®n reclama una jurisdicci¨®n espec¨ªfica. ¡°Este caso [que unos abuelos no puedan ver a sus nietas en 14 a?os porque no se ejecute la sentencia] probablemente no se habr¨ªa dado en un juzgado especializado en familia. Ahora hay ciudadanos de primera, en capitales de provincia, con juzgados espec¨ªficos, y de segunda, en pueblos, con juzgados mixtos que tratan todo tipo de asuntos, desde un conflicto de vecinos a violencia de g¨¦nero¡±, prosigue la letrada, con m¨¢s de 30 a?os de experiencia. ¡°Todo el mundo tiene el mismo derecho a juez, fiscal, equipos psicosociales y abogados especializados¡±.
En 2018, hubo 99.444 divorcios, separaciones y nulidades, seg¨²n el INE. La mayor¨ªa de casos no son conflictivos, pero los que se enconan son muy problem¨¢ticos, seg¨²n esta abogada. Reclama que en materia de familia ¡°no haya vencedores ni vencidos, sino pactos razonables¡±. Y aconseja buscar asesoramiento, que adem¨¢s impida que los procesos se alarguen. ¡°El derecho de familia es algo vivo, los ni?os crecen, se hacen adolescentes, las relaciones cambian y su voluntad hay que o¨ªrla¡±.
Pide sobre todo sentido com¨²n. ¡°El incumplimiento del r¨¦gimen de visitas va muy unido al odio, a la venganza. Pero no es com¨²n que tarde tant¨ªsimo en ejecutarse una sentencia¡±, se?ala. ¡°Quiz¨¢s la reclamaci¨®n de un abuelo para ver a sus nietos pueda demorarse de cuatro a seis meses en un juzgado de familia, dos o tres a?os en uno mixto¡±, sigue. Pero reconoce que es m¨¢s f¨¢cil solicitar la ejecuci¨®n de sentencia cuando se incumple una obligaci¨®n econ¨®mica que un r¨¦gimen de visitas. ¡°En el primer caso, se embarga la n¨®mina. ?Pero qu¨¦ ocurre en el segundo? Faltan medios, t¨¦cnicos y humanos, en los juzgados, personal que vigile el cumplimiento y ayude a entender a las partes que debe primar el inter¨¦s del menor¡±, a?ade.
La abogada sostiene que los casos de abuelos que piden un r¨¦gimen de visitas para ver a sus nietos comenzaron cuando se aprob¨® el divorcio, en los a?os ochenta, pero que han ido aumentando, sobre todo desde 2015, cuando el C¨®digo Civil estableci¨® que no pueden impedirse sin ¡°justa causa¡± las relaciones personales del menor con sus parientes y allegados. Lo que no son comunes son las indemnizaciones, especialmente en casos de familia: ¡°El ciudadano acaba muy quemado psicol¨®gicamente¡±.
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