Galicia aprende a convivir con los osos
Apicultores y cazadores de la sierra de O Courel se preparan para que el regreso de los plant¨ªgrados tras 150 a?os de exilio no cause conflictos
Regresa el oso pardo a la sierra gallega de O Courel tras 150 a?os de exilio y los vecinos se preparan para que no se vuelva a marchar. As¨ª se lo explica el bi¨®logo Fernando Ballesteros, de la Fundaci¨®n Oso Pardo, a los 15 ni?os de Primaria del colegio de Seoane do Courel: ¡°Hace tiempo los humanos de esta tierra persiguieron a los osos y acabaron con ellos. No eran malas personas, lo que pasa es que eran otros tiempos y se ten¨ªan que defender. Ahora queremos conservarlos y, como nadie los mata, se est¨¢n recuperando¡±.
Ballesteros recorre desde hace un par de a?os estas monta?as de la provincia de Lugo para ense?ar a sus habitantes a evitar conflictos con sus nuevos vecinos. La Fundaci¨®n Oso Pardo es la coordinadora de un proyecto Life impulsado hasta 2020 por la Uni¨®n Europea en los ayuntamientos de Folgoso do Courel, Quiroga, Samos, Triacastela, As Nogais y Pedrafita do Cebreiro. Su objetivo es ayudar a expandir la incipiente presencia de estos animales en uno de los territorios en los que se extinguieron durante la segunda mitad del siglo XIX.
Adem¨¢s de organizar cursos y charlas por los pueblos para exponer como una ¡°oportunidad¡± el regreso de los plant¨ªgrados a esta sierra golpeada por el abandono de la vida rural, a los apicultores se les han repartido pastores el¨¦ctricos para defender sus colmenas. Es la versi¨®n moderna de las alvarizas, abellarizas o cortines, esas construcciones defensivas, de piedra y forma circular, que se usaban antiguamente en Galicia, Asturias y Le¨®n para salvaguardar los panales y cuyos restos a¨²n son numerosos en O Courel. Dentro del proyecto europeo tambi¨¦n se desbrozan puntos de tiro estrat¨¦gicos para los cazadores de jabal¨ª con el fin de mejorar la visibilidad e impedir que fulminen alg¨²n Ursus arctos por accidente.
Jos¨¦ ?ngel Ib¨¢?ez dice ser el apicultor que m¨¢s ataques de oso ha sufrido en O Courel. Acumula una decena de denuncias y una veintena de colmenas por los suelos. El primer destrozo lo descubri¨® en 2013, cuando el regreso de esta especie a la zona a¨²n no estaba asumido. Ni los agentes medioambientales se explicaban qu¨¦ tipo de ser vivo pod¨ªa haber causado aquellos da?os. Seis a?os despu¨¦s Ib¨¢?ez tiene claro que los plant¨ªgrados tienen ¡°tanto derecho¡± a habitar este para¨ªso natural como ¨¦l, que cambi¨® su trabajo en Vigo como comercial de una empresa de calderer¨ªa industrial por la producci¨®n de miel en el alto de la monta?a.
¡°El oso es un riesgo en mi trabajo como otro cualquiera, como el de los hosteleros que ponen terrazas aunque tengan m¨¢s posibilidad de que se les vaya alguien sin pagar. La miel es buena aqu¨ª por la buena vegetaci¨®n y hay animales que tambi¨¦n valoran eso y con los que tengo que convivir. Prefiero el oso de O Courel a tener cerca fincas con ma¨ªz transg¨¦nico¡±, argumenta este apicultor.
La clave, prosigue, es ¡°tomar medidas para mitigar los da?os¡±. ?l coloc¨® uno de los cercados el¨¦ctricos que distribuye el proyecto Life. Los osos, que son muy h¨¢biles, esquivaron el cierre col¨¢ndose por abajo. Ib¨¢?ez les ha chafado la argucia cubriendo de pizarra los bajos de la valla. Ense?ar a los vecinos a vencer a estos animales en inteligencia es otro de los cometidos de la iniciativa financiada con fondos comunitarios y en la que colabora la Xunta.
El Ursus arctos ¡°no es la soluci¨®n¡± a los problemas de O Courel pero ¡°es una oportunidad¡±, defiende la Fundaci¨®n Oso Pardo. Puede atraer turismo, explica Ballesteros, no porque los visitantes vengan a ver osos sino porque su presencia es una ¡°etiqueta de calidad¡± ambiental, un im¨¢n, por ejemplo, para viajeros ingleses y franceses que eligen destino ¡°buscando en Internet Espa?a y oso¡±. ¡°No queremos atraer el turismo sin m¨¢s, queremos un modelo sostenible y debemos marcar unas pautas¡±, defiende Marcos Reinoso desde la Asociaci¨®n de Desenvolvemento Rural do Courel.
Gemma Arza es hostelera y cazadora en la aldea de Paderne: ¡°A m¨ª el oso no me molesta, tenemos monte para todos. Y como hostelera es una ventaja porque puede atraer gente. Y necesitamos gente¡±. No todos los aficionados a la caza piensan igual porque, explica ella, ¡°los hay que temen que se vigile m¨¢s medioambientalmente y que aumenten los controles¡±.
El bi¨®logo Ballesteros es consciente de ¡°las dudas y miedos¡± que el retorno del oso despierta en ciertos sectores, aunque subraya que los ataques a ganado vivo son improbables. ¡°El sector de la caza es el que m¨¢s recorre el monte y el que m¨¢s probabilidad tiene de encontrarse con un oso, as¨ª que nos lo tenemos que ganar", explica. "La mayor¨ªa de los tecores [cotos] est¨¢n a favor, aunque hay alguno que no ha querido que se trabaje en su territorio¡±.
El pasado enero un oso irrumpi¨® en una cacer¨ªa y los participantes dejaron de disparar, cambiaron de zona y avisaron a los ecologistas. Recibieron hasta una felicitaci¨®n de la Administraci¨®n por su comportamiento c¨ªvico. ¡°Los cazadores son una realidad del mundo rural que realizan una actividad legal y regulada y tenemos que hacer que sea compatible. Tenemos que explicarles bien que la presencia del oso en un territorio no implica que se proh¨ªba la caza¡±, expone ?scar Rivas, de la Asociaci¨®n Galega de Custodia do Territorio, que tambi¨¦n participa en el proyecto.
En el colegio de O Courel los cr¨ªos acribillan a preguntas al representante de la Fundaci¨®n Oso Pardo. ¡°?Por qu¨¦ no podemos nosotros dormir durante tres meses como ellos, sin hacer caca ni pis?¡±. ¡°?Nacen con pelo?¡±. ¡°?C¨®mo son de adolescentes?¡±. Ballesteros les cuenta que los osos vienen a O Courel porque estas monta?as est¨¢n plagadas de f¨¦rtiles bosques, rocas donde esconderse y vecinos "que no les molestan". Si los humanos logran impedir que se coman la rica miel de sus colmenas, estos omn¨ªvoros enamorados de los vegetales no pasar¨¢n hambre.
La naturaleza en esta sierra les brinda a estos animales de olfato portentoso un banquete de casta?as, avellanas y hojas cuando es oto?o y, con el buen tiempo, sin descuidar en su dieta las hormigas, caracoles y gusanos, pueden darse un atrac¨®n de cerezas, ar¨¢ndanos o moras. El proyecto Life tambi¨¦n prev¨¦ la plantaci¨®n de 100.000 ¨¢rboles y arbustos para llenar aun m¨¢s la despensa. ¡°Se puede aprender a vivir en armon¨ªa con los osos¡±, remarca Ballesteros ante los escolares. ¡°Y vosotros sois los que lo har¨¦is dentro de unos a?os¡±.
M¨¢s de 20 a?os de lucha contra la extinci¨®n
En O Courel la presencia de oso pardo se ha incrementado ¡°de forma notable¡± en los ¨²ltimos a?os, destaca la Fundaci¨®n Oso Pardo. Seg¨²n los ¨²ltimos datos del proyecto Life, en esta sierra se han hallado desde 2015 132 registros de sus incursiones en este territorio, un listado que incluye huellas, excrementos, avistamientos y da?os a colmenares. Los an¨¢lisis gen¨¦ticos y las c¨¢maras de fototrampeo (con sensores de movimiento) han logrado identificar este a?o a tres machos distintos.
La poblaci¨®n total de esta especie en el norte de Espa?a, que en los ochenta estaba a punto de desaparecer, ronda actualmente a los 340 ejemplares tras m¨¢s de 20 a?os de trabajo: unos 250 en la zona cant¨¢brica occidental (Asturias, Galicia y Le¨®n), unos 40 en la oriental (Cantabria y Monta?a Palentina) y casi 45 en los Pirineos. En territorio gallego su presencia se centra en Os Ancares, junto a la incipiente recuperaci¨®n en O Courel.
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