El misterio de los osos de la cordillera Cant¨¢brica
El h¨¢bitat, la mortandad, la caza, la comida o la fecundidad. Nadie sabe con certeza por qu¨¦ la misma especie crece m¨¢s en la parte occidental que en la oriental
Los ¨²nicos osos pardos que han conseguido esquivar la extinci¨®n y salir adelante en Espa?a sin reintroducciones de ejemplares for¨¢neos son los de la cordillera Cant¨¢brica, distribuidos en dos subpoblaciones: la occidental y la oriental. Pero con distinta suerte. Mientras que en la parte occidental se estima que existen alrededor de 250 ejemplares, con 35 hembras reproductoras y 64 cr¨ªas en 2017, en la oriental la cifra baja a unos 40, con seis hembras y nueve cr¨ªas, seg¨²n los datos de la Junta de Castilla y Le¨®n. Ambos grupos est¨¢n separados por una franja de entre 50 y 80 kil¨®metros. El otro reducto, el de los Pirineos, con 44 ejemplares, compartido con Francia y Andorra, procede del traslado de osos pardos eslovenos de la misma especie (Ursus arctos arctos). La ¨²ltima osa aut¨®ctona muri¨® en 2004.
A pesar de los a?os de estudio, todav¨ªa no se han aclarado los motivos de las diferencias en el crecimiento poblacional de las dos subpoblaciones, que se distribuyen en las comunidades de Asturias, Galicia, Cantabria y Castilla y Le¨®n. Guillermo Palomero, presidente de la Fundaci¨®n Oso Pardo (FOP), centra el problema en el h¨¢bitat. ¡°La monta?a palentina es menos productiva por el tipo de comida. En oto?o los osos dependen de los robles y las hayas, mientras que en la zona occidental cuentan con casta?as, bellotas, hayas¡.Tienen mayor garant¨ªa para aguantar el invierno¡±, explica. Recuerda tambi¨¦n que cuando se comenz¨® a gestionar al oso, hab¨ªa m¨¢s individuos en la zona occidental con m¨¢s individuos. ¡°En los peores a?os¡±, aclara la Junta de Castilla y Le¨®n, en la parte occidental sobreviv¨ªan entre 50 y 60 ejemplares y al menos 10 osas reproductoras. En la oriental, sin embargo, la poblaci¨®n bajaba a unos 20 ejemplares y? a no m¨¢s de dos osas reproductoras. Una circunstancia que aument¨® su consanguinidad.
El Fondo para la Protecci¨®n de los Animales Salvajes (Fapas), que tambi¨¦n se dedica a la conservaci¨®n del oso en la cordillera Cant¨¢brica, advierte de que en la parte oriental la mortandad es mayor. ¡°Hay un goteo continuo de muertes vinculadas a la actividad cineg¨¦tica. Si fueran naturales no se localizar¨ªan los cad¨¢veres, porque es un animal que se cobija si est¨¢ enfermo o herido¡±, sostiene Roberto Hartas¨¢nchez, presidente de la organizaci¨®n. "Es un entorno menos agreste, por lo que si abres pistas, como ha ocurrido, reduces los lugares de refugio y el oso necesita lugares tranquilos", opina.
Este a?o est¨¢ siendo especialmente tr¨¢gico. Se han descubierto cuatro ejemplares muertos en la zona oriental.? ¡°Estamos esperando las necropsias, si nos las dan, porque no se pueden perder esa cantidad de osos as¨ª, de golpe¡±, se queja el presidente de la FOP. ?l descarta, sin embargo, la caza o el furtivismo como origen del problema. ¡°Pasar¨ªa lo mismo en la parte occidental, donde hay m¨¢s presi¨®n humana¡±, sostiene.
Desde hace cuatro a?os un grupo de investigaci¨®n formado por expertos del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) y de la Universidad de Oviedo, estudian el caso del oso pardo cant¨¢brico. Vicenzo Penteriani, responsable del equipo, considera que desde el punto de vista de los recursos, tanto en funci¨®n de comida como de h¨¢bitat ¡°no existe tanta diferencia como para explicar las desigualdades en el crecimiento de la especie entre ambas ¨¢reas¡±. Adem¨¢s sostiene que la productividad de las hembras es similar, por lo tanto, tampoco est¨¢ ah¨ª la raz¨®n de la disparidad en el n¨²mero de ejemplares.
La FOP muestra sus dudas al respecto, porque sus investigaciones indican que las hembras cant¨¢bricas son menos prol¨ªficas de lo que es habitual en la especie. Las osas occidentales vuelven a salir ganando, con un tama?o medio de camada de 1,87 cachorros, mientras que las orientales se quedan en 1,5. El bi¨®logo de la FOP Fernando Ballesteros explica que sus t¨¦cnicas pueden no ser muy sofisticadas, pero el hecho de contar con tantos a?os de observaci¨®n ¨Cdesde 1989- hace que sus datos sean ¡°muy robustos¡±.
Ballesteros sostiene que la "tendencia de hoy es relativamente similar entre ambas poblaciones". Una buena noticia a la que hay que a?adir que ambos grupos se est¨¢n mezclando, con alguna incursi¨®n de machos de la parte occidental a la oriental, constatada con an¨¢lisis de heces y pelos. M¨¢s complicado lo van a tener los plant¨ªgrados para comunicar con la poblaci¨®n de los Pirineos. ¡°No hay conexi¨®n f¨¢cil¡±, sostiene el investigador del CSIC.
Objetivo: Radiomarcajes
El objetivo principal de los investigadores del CSIC es conseguir la autorizaci¨®n para emprender una campa?a de radiomarcaje, que consideran determinante para obtener datos m¨¢s concretos de la especie. ¡°No se puede plantear un programa de gesti¨®n sin saber de d¨®nde se parte¡±, advierte Penteriani. El conservacionista Hartas¨¢nchez muestra su acuerdo, porque "dar¨ªan una informaci¨®n fant¨¢stica". Desde Fapas, sin embargo, advierten de que se deber¨ªa radiomarcar a ejemplares seleccionados para dar respuesta a problemas concretos.
"Pero es un tema tab¨², porque hace 20 a?os pusieron en marcha un proyecto semejante y sali¨® mal", explica Penteriani. Un oso muri¨® d¨ªas despu¨¦s de ser capturado en una trampa en el parque natural de Somiedo (Asturias) para instalarle un radiotransmisor y se desat¨® la pol¨¦mica sobre la pertinencia o no del m¨¦todo.?
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