Una trabajadora de la dependencia: ¡°Me duele tanto la espalda que lloro¡±
Los sindicatos se quejan de la sobrecarga en el sector. Un informe de CC OO pone de manifiesto la alta medicaci¨®n a la que recurren las empleadas
Comienzan a despertarlos a las siete de la ma?ana para que d¨¦ tiempo a asearlos y que a las diez est¨¦n listos para el desayuno. Son solo dos gerocultoras en la planta para atender a 17 ancianos en situaci¨®n de gran dependencia, la m¨¢s grave. "Tuve incluso una lesi¨®n en el hombro por los movimientos repetitivos y por trasladar a los usuarios. Cuando llegas a casa, te duele todo y lo ¨²nico que haces es tomarte un ibuprofeno para poder seguir con las tareas dom¨¦sticas", cuenta Juani Pe?afiel, que lleva 17 a?os trabajando en el sector, ahora en una residencia privada en Madrid. "Hay rachas en las que me duele tanto la espalda que me estiro en el suelo y lloro", dice esta mujer de 50 a?os. Los sindicatos se quejan de la sobrecarga. Un estudio de CC OO pone de manifiesto que gran parte de las empleadas termina medic¨¢ndose para paliar el dolor.
Ella es una de las 250.000 personas que trabajan vinculadas a la Ley de Dependencia en Espa?a, seg¨²n una estimaci¨®n de la Asociaci¨®n de Directoras y Gerentes en Servicios Sociales, experta en la materia. La gran mayor¨ªa (casi un 90%) son mujeres, seg¨²n c¨¢lculos de CC OO, que eleva la cifra de empleados solo en el sector residencial a m¨¢s de 290.000. Los sindicatos lamentan la "precariedad" ¡ªlas gerocultoras y auxiliares de ayuda a domicilio no llegan a los 1.000 euros al mes, seg¨²n el convenio¡ª y las condiciones laborales, que repercuten en la calidad del servicio que prestan a unos usuarios en situaci¨®n tan vulnerable. Si algo genera consenso entre trabajadores, sindicatos y las empresas del sector es la?necesidad de financiaci¨®n de una ley ahogada por los recortes.
Las mujeres toman m¨¢s tranquilizantes y somn¨ªferos que los hombres, y el porcentaje de poblaci¨®n que declaraba haber tomado hipnosedantes subi¨® entre 2007 y 2013, los ¨²ltimos datos disponibles, entre la poblaci¨®n laboral de los servicios sociosanitarios, educativos y de la Administraci¨®n. "Pas¨® del 5,7% al 8,6%, seg¨²n la encuesta Edades del Ministerio de Sanidad. Es un porcentaje superior al 7,3% de media del conjunto de la poblaci¨®n laboral", explica Jos¨¦ Rodr¨ªguez Vald¨¦s, de la secretar¨ªa de Salud Laboral de CC OO. Aqu¨ª se incluye a los trabajadores de los servicios sociales. "Es el tercer sector en que m¨¢s creci¨® el consumo de hipnosedantes en estos cinco a?os [el primero fue el de las actividades dom¨¦sticas]", se?ala.
"Esto nos llev¨® a realizar un estudio entre m¨¢s de 80 trabajadoras de residencias, a trav¨¦s de grupos de discusi¨®n y de una veintena de entrevistas en profundidad con empleadas y con delegados sindicales, responsables de recursos humanos, m¨¦dicos...", a?ade. Ellas refieren una sobrecarga de trabajo f¨ªsica y psicol¨®gica. "Casi el 80% manifiesta dolor de forma habitual y tres de cada cuatro asegura que toma medicaci¨®n para paliarlo. Los resultados no se pueden extrapolar a toda la poblaci¨®n, pero dan una idea de la gravedad de la situaci¨®n", sostiene Rodr¨ªguez Vald¨¦s. "Cuentan que sienten presi¨®n, cansancio, bajo reconocimiento profesional", sostiene. "Antes de llegar a medicarse para calmar la ansiedad o conciliar el sue?o, toman antiinflamatorios o calmantes", contin¨²a.
"Tienen altas cargas de trabajo, al que adem¨¢s se ven abocadas en situaciones de estr¨¦s, porque ven que no llegan y por las personas a las que atienden, muy vulnerables", sostiene Gracia ?lvarez, responsable de dependencia en UGT. "Sus condiciones repercuten directamente en la calidad del servicio", a?ade. M¨¢s de un mill¨®n de personas recibe una prestaci¨®n o servicio a trav¨¦s de esta ley. M¨¢s de 257.000 personas est¨¢n en lista de espera. M¨¢s de 146.000 aguardan a ser valoradas para saber si tienen derecho. "Las trabajadoras tienen bajos salarios y muchas tienen problemas f¨ªsicos a consecuencia del mismo", dice ?lvarez.
Juani Pe?afiel corrobora que los dolores son comunes entre las compa?eras. Ella cobra 700 euros al mes por trabajar "tres o cuatro d¨ªas a la semana" de siete a tres de la tarde. "El sector ha ido empeorando con los a?os. En mi planta hace 15 a?os ¨¦ramos cuatro trabajadoras para atender a las mismas personas que ahora, que somos dos". Los usuarios de esta residencia privada pagan "de 2.600 a 3.400 euros al mes". "Por ese dinero a veces pienso que estar¨ªan mejor en su casa", contin¨²a esta trabajadora, que afirma que, aun sin parar en toda la jornada, no les est¨¢n dando un servicio adecuado.
Los sindicatos piden mejoras salariales. Llevan meses negociando con la patronal el nuevo convenio colectivo, que agrupa al sector de las residencias, la ayuda a domicilio y la teleasistencia. UGT y CC OO han convocado precisamente este jueves concentraciones en ciudades de toda Espa?a ¡ªen Madrid ante la CEOE¡ª para reclamar una subida del sueldo. "Hay cuatro categor¨ªas por debajo del salario m¨ªnimo, no llegan ni a los 900 euros al mes en 14 pagas. Reclamamos una subida del salario del 10% entre este a?o y el pr¨®ximo", reivindica Antonio Cabrera, secretario general de la Federaci¨®n de Sanidad de CC OO. Jes¨²s Cubero, secretario general de la Asociaci¨®n de Empresas de Servicios para la Dependencia (AESTE),?que aglutina a las grandes compa?¨ªas del sector residencial, replica que est¨¢n dispuestos a negociar, pero que no han aceptado esa propuesta, "planteada en octubre porque les har¨ªa subir m¨¢s de un 8% el salario en 2020". Asegura que cumplen las ratios fijadas por las comunidades aut¨®nomas ¡ªque los sindicatos tildan de insuficientes¡ª y reclama m¨¢s financiaci¨®n, algo en lo que tambi¨¦n insisten el C¨ªrculo Empresarial de Atenci¨®n a Personas (CEAPS) y la Asociaci¨®n Estatal de Entidades de Servicios de Atenci¨®n a Domicilio (ASADE).
Cubero afirma que los precios de plaza p¨²blica fijados por las consejer¨ªas se remontan "en la mayor¨ªa de los casos a antes de la crisis" y recuerda que la Administraci¨®n General del Estado tiene la obligaci¨®n de cofinanciar la ley al 50% junto a las comunidades aut¨®nomas. "Ahora paga un 20% y las comunidades aut¨®nomas, un 80%", sostiene. Y aqu¨ª el consenso con los sindicatos es absoluto. "Un gran problema de la dependencia es la financiaci¨®n. Naci¨® sin dotaci¨®n econ¨®mica y los recortes no se han recuperado", sostiene Gracia ?lvarez, de UGT.
Pero ella incide adem¨¢s en la precariedad y en la sobrecarga, tambi¨¦n de las auxiliares de ayuda a domicilio. Un estudio de UGT, presentado el a?o pasado, pone de manifiesto las dificultades de las trabajadoras. "Es un servicio p¨²blico, pero normalmente de gesti¨®n privada. Suelen tener jornadas parciales [algo que niega la patronal, ASADE], pero partidas, de tal manera que a lo mejor trabajan unas horas por la ma?ana y otras por la tarde, lo cual les impide compaginarlo con otros empleos. Y las casas no suelen estar adaptadas, realizan mucho esfuerzo f¨ªsico, por lo que acumulan patolog¨ªas", apunta ?lvarez.
Estrella L¨®pez de la Rosa, sevillana de 45 a?os, atiende a cinco ancianos en diferentes zonas de Huelva. "Me encargo del aseo, pero tambi¨¦n de tareas como hacer la compra, limpiar la casa o ayudarles a pasear". Asegura que se ha gastado "mucho en fisioterapeutas". Cobra 982 euros al mes por una jornada completa en la que realiza "gran esfuerzo" f¨ªsico. "La mayor¨ªa de las casas no tienen ni camas articuladas ni gr¨²as", explica. Ella no se medica a diario, pero conoce a compa?eras que "toman antiinflamatorios o relajantes musculares antes de ir al trabajo". Para soportar la nueva jornada. Y al d¨ªa siguiente, vuelta a empezar.
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