Una COP de asimetr¨ªas

Acaba de terminar la COP latinoamericana que no pudo ser. Primero la lectura generosa. Espa?a dio la cara y eso refuerza los afectos iberoamericanos que a veces se dan por sentados. Adem¨¢s, en la ministra Teresa Ribera vimos la perseverancia que infinitas mujeres queremos ver en la agenda clim¨¢tica. Dentro de la COP, el recinto se llen¨® de caras m¨¢s j¨®venes; una generaci¨®n Greta m¨¢s furiosa que nunca. Que los Gobiernos sientan esa furia fue sano porque insisten en defender la ciencia. Adem¨¢s, hubo gran presencia ind¨ªgena en debates que de otra forma les dejar¨ªa de lado. A la vez, se acord¨® un programa en materia de g¨¦nero que culmina un arduo trabajo en un tema no siempre bienvenido. La Alianza de la Acci¨®n Clim¨¢tica, formada por Gobiernos y actores no estatales, fue quiz¨¢s el momento m¨¢s celebratorio de las dos semanas. Sin embargo, es innegable que la COP tambi¨¦n dej¨® un sabor angustioso.

Primero, conducir una COP con protocolos de la diplomacia del siglo XX ha dejado de funcionar para atender las expectativas de este siglo XXI. Aunque han crecido los espacios para que ¡°actores no estatales¡± participen ¡ªen eventos paralelos, pasillos y delegaciones¡ª, es insuficiente porque esto no incide en el resultado final. La nueva generaci¨®n se siente defraudada con el proceso de negociaciones y esta grieta debe abordarse abiertamente en 2020. Fue simb¨®lico el momento en el que los j¨®venes, exasperados con los Estados, tomaron la plenaria de la COP.

Segundo, en Madrid vimos tres grupos de pa¨ªses: los que defienden la ciencia, los que la socavan y los indiferentes. Vimos demandas de los pa¨ªses vulnerables al clima caer en o¨ªdos sordos. Por eso naci¨® la campa?a #MAD4Survival del Climate Vulnerability Forum, con pa¨ªses de Asia, ?frica y Am¨¦rica Latina: un llamamiento a que se tomen mejores metas clim¨¢ticas para 2020. La COP a¨²n no da respuesta a la angustia de estos pa¨ªses. Es una deuda que no debemos normalizar.

Tercero, acordar las reglas de los mercados de carbono era la tarea m¨¢s concreta de esta COP. Pero no se pod¨ªan acordar reglas a cualquier precio. Brasil, junto a aliados como Australia, mostr¨® que la integridad ambiental no est¨¢ entre sus aspiraciones. En respuesta, un grupo de 30 pa¨ªses liderados por Costa Rica definieron los principios de San Jos¨¦ de integridad ambiental como punto de referencia: las reglas de los mercados deben ser compatibles con el Acuerdo de Par¨ªs o no hay acuerdo. No hubo acuerdo.

En la COP qued¨® un sabor de peligrosas asimetr¨ªas; no solo entre pa¨ªses, sino dentro de cada Estado. Nuestras desigualdades nos debilitan. La COP latinoamericana ¡°que no pudo ser¡± debe marcar un giro para esta d¨¦cada definitiva que casi empieza.

M¨®nica Araya es una especialista costarricense en negociaciones clim¨¢ticas y asesora del Climate Vulnerability Forum.?