China empieza a creer que lo peor de la epidemia ha quedado atr¨¢s
El gigante asi¨¢tico anuncia la cifra de contagios m¨¢s baja, tras tres d¨ªas sin detectar infecciones en el centro de la epidemia
China sigue acumulando datos para la esperanza en la epidemia de Covid-19, la enfermedad causada por el coronavirus, y sus autoridades se muestran cada vez m¨¢s cautamente optimistas. Este domingo, la Comisi¨®n Nacional de Salud ha anunciado 44 nuevos contagios, la cifra oficial m¨¢s baja desde que se reconociera la gravedad de la crisis en enero y la ciudad de Wuhan, el foco de la enfermedad, quedara bloqueada por cuarentena. Hace ya tres d¨ªas que Hubei, la provincia donde se encuentra Wuhan, no detecta nuevos casos fuera de esa urbe, cuando hace un mes los contaba por miles. En el resto de China, si las infecciones recientes a¨²n se registran por docenas es debido a casos importados del extranjero: las comunitarias se reducen a un pu?ado diario, o como este domingo, ninguno en absoluto.
?nicamente el derrumbe de un hotel reconvertido en centro de cuarentena para personas en observaci¨®n en la ciudad costera de Quanzhou, que ha costado la vida al menos a 10 personas, ha venido a empa?ar la ola de buenas noticias que el Gobierno ha anunciado esta semana.
Las declaraciones suenan gradualmente m¨¢s entusiastas sobre una epidemia que ha dejado m¨¢s de 3.000 muertos e infectado a m¨¢s de 80.000 personas en este pa¨ªs. Ding Xiangyang, subsecretario general del Consejo de Estado ¡ªel Ejecutivo chino¡ª dejaba entrever esta semana la posibilidad de que, si la tendencia contin¨²a, pueda comenzar a relajarse la cuarentena en Hubei. ¡°Cuando sal¨ª de casa esta ma?ana, los cerezos estaban empezando a florecer. Eso nos dice que se ha acabado el invierno y llega la primavera. Tengo confianza en que el d¨ªa que todos estamos esperando no est¨¢ ya lejos¡±.
Ya una de las ciudades en cuarentena en Hubei, Chibi, de medio mill¨®n de habitantes, ha levantado los puestos de control en sus calles, aunque mantiene los implantados en las carreteras al exterior. Esta semana, 20 provincias han rebajado su nivel de alerta del 1 ¡ªel m¨¢s alto¡ª al 2 o el 3.
La Comisi¨®n Nacional de Sanidad, por boca de uno de sus responsables, Zheng Zhongwei, ha asegurado que se avanza ¡°con paso seguro¡± hacia el logro de una vacuna contra la enfermedad. ¡°Seg¨²n nuestros c¨¢lculos, esperamos que en abril algunas de las vacunas que desarrollamos puedan entrar en la fase de investigaci¨®n cl¨ªnica, o emplearse en situaciones de emergencia¡±. Otros expertos chinos han apuntado a finales de abril como el momento del fin de la epidemia.
El propio presidente, Xi Jinping, enviaba tambi¨¦n una se?al de la creciente confianza en que la epidemia quedar¨¢ pronto bajo control. En una videoconferencia con funcionarios del Partido Comunista de todo el pa¨ªs, exhortaba a redoblar los esfuerzos en la campa?a para eliminar por completo la pobreza rural que a¨²n padecen cinco millones de personas en China. El objetivo debe completarse este a?o como estaba previsto, insisti¨®, en declaraciones recogidas por la agencia de noticias estatal Xinhua.
Y dado que, aunque a¨²n no se atisba su fin, el t¨²nel est¨¢ ciertamente mejor iluminado que apenas dos o tres semanas atr¨¢s, las autoridades quieren tratar de recuperar lo antes posible la actividad econ¨®mica, a¨²n debil¨ªsima. Los ¨ªndices de actividad en el sector manufacturero y el de servicios para febrero han descendido a los niveles m¨¢s bajos desde que comenzaron esas mediciones. Las exportaciones cayeron en los dos primeros meses del a?o un 17,4% con respecto al mismo periodo del a?o anterior.
Ausencia de decenas de millones de trabajadores
En parte, los problemas para reactivar la econom¨ªa se deben a la ausencia a¨²n de sus puestos de decenas de millones de trabajadores, imposibilitados de regresar a sus ciudades por los controles a la movilidad impuestos contra la epidemia. Aunque ya han vuelto en las ¨²ltimas semanas 78 millones, seg¨²n el Gobierno, a¨²n faltan por retornar cerca de 50 millones, la mayor¨ªa empleados en peque?as y medianas empresas que no pueden ofrecer los medios de transporte ¡ªautobuses o incluso aviones¡ª que s¨ª han movilizado algunas de las grandes empresas estatales.
Poco a poco, las grandes ciudades pierden el aspecto fantasmag¨®rico que lucieron a lo largo de febrero. Van abriendo m¨¢s comercios, adem¨¢s de las farmacias y tiendas de alimentaci¨®n que han permanecido operativas durante la larga temporada de semicuarentena en todo el pa¨ªs.
Aunque la normalidad est¨¢ a¨²n muy lejos: en los muy escasos restaurantes abiertos en Pek¨ªn, no se permite que se sienten m¨¢s de tres comensales a la misma mesa, y entre una y otra debe haber al menos un metro de distancia. En muchos edificios de oficinas tampoco se permite que est¨¦n presentes m¨¢s de una tercera parte de los empleados al mismo tiempo: el resto debe trabajar por turnos o desde casa. Las entradas a los complejos de viviendas siguen vetadas a quienes no residan all¨ª; calles enteras del Pek¨ªn m¨¢s tradicional se han cerrado con vallas para impedir el acceso a los que no sean vecinos. M¨¢s de 800.000 personas en la capital, de 20 millones de habitantes, permanecen en cuarentena preventiva, tras llegar de otros lugares de China o de lugares en el extranjero donde se han detectado grandes focos: Corea del Sur, Jap¨®n, Singapur o Italia, por el momento.
Para entrar en cualquier parte ¡ªestaci¨®n de metro, centro comercial, urbanizaciones¡ª hay que dejarse tomar la temperatura. Incluso algunos restaurantes, preocupados por la falta de clientela y volcados en el reparto a domicilio, incluyen en las bolsas con los alimentos un formulario con los nombres, n¨²mero de tel¨¦fono y temperatura corporal de quienes los han preparado.
Aunque el ambiente es m¨¢s optimista, nadie se atreve a¨²n a cantar victoria. Los cient¨ªficos gubernamentales advierten del riesgo de que, con el regreso de los trabajadores migrantes, pueda generarse una segunda oleada de contagios. O que se eleve desproporcionadamente el n¨²mero de casos importados, que contin¨²a creciendo y ya supera los 60, entre ellos una mujer de nacionalidad china llegada de Espa?a a Shenzhen, en el sur.
En los ¨²ltimos d¨ªas, y ante el aumento de casos en el extranjero, China ha comenzado a sacar pecho en sus declaraciones p¨²blicas y en sus medios estatales, para promover su modelo de respuesta al coronavirus como el m¨¢s adecuado. ¡°La contenci¨®n en China, resultado de una movilizaci¨®n nacional¡±, titula este domingo el peri¨®dico China Daily. La agencia oficial Xinhua, este s¨¢bado, sosten¨ªa que ¡°los progresos de China ofrecen esperanza, experiencia para la lucha de Europa contra el virus¡±. Tambi¨¦n, desde el propio Gobierno, algunos funcionarios han empezado a poner en duda que el virus se transmitiera al ser humano en Wuhan y han comenzado a describir su origen como ¡°desconocido¡±. Un mensaje al exterior, pero tambi¨¦n a unos ciudadanos que durante semanas de encierro han tenido mucho tiempo para pensar.
Son mensajes que calan. Cada vez son m¨¢s frecuentes, en las redes sociales chinas, opiniones de ciudadanos chinos que sostienen que el virus tiene un origen extranjero. Estados Unidos suele ser el pa¨ªs se?alado.
Pero la propaganda tambi¨¦n falla. Esta semana, la viceprimer ministra, Sun Chunlan, visit¨® una urbanizaci¨®n de Wuhan para comprobar la eficacia del reparto de alimentos a los vecinos encerrados. Fue recibida a gritos de ¡°?es falso!¡± ¡°?es todo falso!¡± de los residentes desde sus viviendas, que denunciaban que esas vituallas solo hab¨ªan aparecido en el ¨²ltimo momento y eran una mera exhibici¨®n.
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