Teletrabajo con ni?os, d¨ªa 4: el mayor da golpes ¡®ninja¡¯. Claramente necesita desfogar

Despu¨¦s de seis d¨ªas encerrada en casa con los ni?os, cuatro de ellos trabajando en mallas, me hac¨ªa tanta ilusi¨®n salir este jueves que me puse un vestido primaveral y me pint¨¦ los labios. Mi destino, Hipercor, donde esperaba conseguir los objetos de mi lista, apuntados con mimo como un salvoconducto a la calle. Huevos, cebollas, material de papeler¨ªa para el telecolegio que tengo montado y, al fin, un alijo de papel higi¨¦nico. En realidad, ya hab¨ªa salido la medianoche anterior, pero hab¨ªa sido una escapada, que no dur¨® ni cinco minutos, para bajar la basura y no fumarme un cigarrillo furtivo (porque yo no fumo, mam¨¢) en el jard¨ªn prohibido de mi urbanizaci¨®n.

Total, que me arregl¨¦ para ir a hacer la compra como si quedara con un novio adolescente y pregunt¨¦ a los ni?os si quer¨ªan venir, en una de las pocas ocasiones justificadas que iban a tener para salir de casa. La conclusi¨®n es que el 66% de mis hijos son unas setas. ?Pero no os apetece ni un poquito? ¡°Para jugar s¨ª, mam¨¢, pero para hacer la compra paso¡±, es la postura del de 12. ¡°No, porque no quiero coger el coronavirus¡±, dice con tono de guasa la de 10. Solo se apunt¨® la de 8, a la que le gusta m¨¢s una tienda que a m¨ª una torrija (por cierto, ?se cancelan las torrijas por el coronavirus?).

Es verdad que son bastante caseros. Ninguno se ha quejado por el encierro. La falta de actividad f¨ªsica y aire no parece afectar a las ni?as. Pero el mayor claramente, necesita desfogar. Los dos ¨²ltimos d¨ªas, en los que el telecolegio ha bajado los deberes a una cantidad razonable, me lo encuentro en los descansos subido al sof¨¢ lanzando golpes con dos calcetines como si fueran chigirikis ninja ¡ªel famoso palo con cadena, lo que se aprende en Google¡ª. Tambi¨¦n se desahoga haciendo combates de sumo con un oso de peluche gigante, que dudo que salga entero de esta cuarentena.

El momento chigiriki sobre el sof¨¢ ha quedado integrado en la coreograf¨ªa que se invent¨® la peque?a para una de las tareas de Educaci¨®n F¨ªsica: inventarse un baile, a ser posible con participaci¨®n familiar, y grabarlo en v¨ªdeo. Aunque a otros padres de clase entiendo que les agobiara, yo lo agradec¨ª bastante. Fue una excusa para olvidar un rato la tensi¨®n que genera el teletrabajo con ni?os y bailar y re¨ªrnos juntos. A¨²n espero que los profes de la mediana y el mayor hagan algo parecido, o den clases de gimnasia por Hangouts o Meet, en vez de mandarles trabajos escritos como han hecho estos d¨ªas. Porque ahora m¨¢s que nunca, necesitan encontrar formas y motivaci¨®n para moverse.

Aparte del baile, los movimientos ninja, los paseos entre el sal¨®n y el cuarto de ba?o y los dedos desliz¨¢ndose por pantallas o pulsando teclas, nuestra escasa actividad f¨ªsica se la tenemos que agradecer a un videojuego que trajeron los Reyes: el Ring Fit Adventure, de la Nintendo Switch. B¨¢sicamente, tienes que correr en el sitio para hacer avanzar al personaje, y los combates con los distintos adversarios se vencen a base de abdominales, sentadillas y otros ejercicios.

Como la casa estos d¨ªas es un totum revolutum, con mi puesto de trabajo en la mesa del comedor, donde tambi¨¦n he instalado mi consultorio de profesora forzosa, me he encontrado algunas ma?anas editando art¨ªculos mientras delante de m¨ª alguno de los ni?os hac¨ªa running en pijama. ¡°Mam¨¢, he corrido seis kil¨®metros y quemado 50 calor¨ªas¡±, me dec¨ªa el mi¨¦rcoles la mediana. Qu¨¦ barbaridad, pensaba yo, si eso no lo corro ni aunque me persigan cuesta abajo con un chigiriki. No est¨¢ mal el juego, sobre todo si se alarga el confinamiento. Aunque a¨²n me da m¨¢s vida arreglarme para salir a Hipercor.

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