Berl¨ªn camina con un metro y medio en cabeza
Alemania estrena nuevas restricciones que permiten salir a la calle, pero de dos en dos y manteniendo la distancia
Bajo un sol brillante, la capital alemana parec¨ªa el lunes el escenario de una coreograf¨ªa ensayada, en la que los actores se mov¨ªan manteniendo la distancia unos de otros. Cumpl¨ªan las nuevas normas adoptadas el domingo y que imponen un confinamiento laxo, en el que est¨¢ permitido salir para trabajar, ir a la compra o al m¨¦dico, pero tambi¨¦n para respirar aire fresco o hacer deporte. Eso s¨ª, siempre que se vaya solo o acompa?ado como mucho de otra persona ¡ªsalvo en el caso de familiares¡ª y que se mantenga una distancia social de al menos 1,5 metros. Con 22.672 casos positivos y 86 personas fallecidas, Alemania es uno de los pa¨ªses europeos en los que m¨¢s se ha propagado el virus.
La idea es restringir al m¨¢ximo el contacto entre las personas sin limitar del todo el movimiento. Este lunes sirvi¨® de ensayo general. ¡°Si quiere salir a tomar aire fresco, no tiene que preocuparse de que vaya a ser controlado. Controlaremos a grupos de m¨¢s de dos personas y en los que se viole claramente la distancia de seguridad¡±, tuite¨® la polic¨ªa berlinesa.
El centro de la capital estaba el lunes semivac¨ªo. Ni rastro de Free tours en la puerta de Brandeburgo, ni un solo selfi en el Checkpoint Charlie. La isla de los Museos, tambi¨¦n estaba desierta. Apenas alguna c¨¢mara haciendo un directo y otras apuntando al apartamento de la canciller, Angela Merkel, en cuarentena preventiva despu¨¦s de que la vacunara un m¨¦dico que ha dado positivo. Los primeros an¨¢lisis de la canciller dieron este lunes negativo.
En un banco, una pareja com¨ªa sushi al sol. Aseguran que cuando acaben, se volver¨¢n a casa, porque saben que no conviene estar mucho por ah¨ª fuera. Dicen que se dieron cuenta de que esto iba en serio cuando el pasado jueves, Merkel se dirigi¨® a la naci¨®n para explicarles que este era el mayor desaf¨ªo al que se enfrentaba Alemania desde la Segunda Guerra Mundial. Ella, Nadine, de 43 a?os, teme por su sal¨®n de depilaci¨®n que ha abierto hace medio a?o. Teme que la lluvia de millones que el lunes ha anunciado el Gobierno alem¨¢n acabe beneficiando sobre todo a las grandes empresas. ?l, Osman, cree que las nuevas medidas est¨¢n dirigidas sobre todo a los j¨®venes. ¡°Era como si con ellos no fuese, no se daban por enterados¡±, dice en alusi¨®n a las famosas corona partys que tanto han indignado a muchos ciudadanos.
En el Tiergarten, el gran parque del oeste berlin¨¦s, hab¨ªa paseantes y no eran furtivos. Enamorados, corredores, jubilados y ni?os disfrutando de sus padres en este corchete que se les ha abierto en sus vidas escolares. De sus padres, pero no de sus amigos, porque los parques infantiles est¨¢n precintados y porque tres son multitud a partir de este lunes. En los ¨¢rboles, los primeros brotes verdes y la primavera que pelea por abrirse paso en medio de la conmoci¨®n general.
Cerca de all¨ª, una madre y una hija hacen tiempo antes de entrar en el abogado, donde tienen cita. Cuentan que solo salen para lo estrictamente necesario. Porque tienen miedo, pero tambi¨¦n porque si las tiendas y las cafeter¨ªas est¨¢n cerradas y no se puede ni quedar con amigos, salir pierde buena parte de la gracia. ¡°Yo prefiero estar en casa¡±, dice Medina R. No ha terminado de hablar cuando empieza a estornudar. La hija, Aylin, que se ha prestado voluntaria a acompa?ar a su madre porque dice que se le cae la casa encima, en seguida la disculpa. ¡°Es solo un constipado¡±.
En los barrios, en algunas calles, parec¨ªa casi un d¨ªa normal, con personas cargadas de bolsas caminando por la calle y padres con los carritos de los ni?os. Pero cada persona ocupaba su espacio en la v¨ªa p¨²blica guiada por un metro de medir interior, que dibujaba un halo invisible a su alrededor.
Algunas terrazas de los bares amanecieron precintadas, pero en la entrada del cajero, el hombre que siempre pide dinero, segu¨ªa ah¨ª, sujetando su vaso de papel, solo que con mascarilla y un chaleco reflectante.
La droguer¨ªa estaba a tope de gente comprando productos de limpieza. Las baldas de desinfectantes, papel higi¨¦nico y jab¨®n de manos estaban arrasadas. Se ped¨ªa a los clientes que cogieran como m¨¢ximo dos productos cada uno. La circulaci¨®n dentro del establecimiento, como en las calles de la ciudad, se convert¨ªa en un baile, en el que el objetivo era esquivar al de enfrente con el tiempo suficiente para mantener la distancia de seguridad.
Bicicleta, veh¨ªculo seguro
En las calles, m¨¢s polic¨ªa y m¨¢s riders de lo habitual, llevando comidas a las casas de los que no salen. Tambi¨¦n camionetas repartiendo paquetes por todas partes y muchas bicicletas. En tiempos de coronavirus, las bicis se han convertido en un veh¨ªculo m¨¢s seguro y pr¨¢ctico, para evitar el riesgo de contagio que conlleva el transporte p¨²blico.
Los c¨®digos sociales y de c¨®mo ocupar el espacio p¨²blico, se van construyendo sobre la marcha. Tambi¨¦n en el carril bici, donde todav¨ªa no est¨¢ claro si esperar al sem¨¢foro en paralelo o en una fila alargada. Debajo del puente, tres mendigos charlan animados y mantienen tambi¨¦n la distancia de seguridad. Y, en las casas autogestionadas, se organizaban asambleas en el patio para tratar de decir c¨®mo de com¨²n es lo colectivo en tiempos de coronavirus y de separaci¨®n f¨ªsica.
Cada estado federado ha aplicado las medidas con sus particularidades. Alguno incluso como Baviera ha optado por el confinamiento total. En la capital, el Gobierno regional recomienda evitar salir si no es necesario. Est¨¢ por ver si estas medidas funcionar¨¢n o si ser¨¢n solo un pr¨®logo de otras m¨¢s estrictas. De momento, la mayor¨ªa de los alemanes pueden disfrutar de su venerado aire fresco.
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