Las malas ense?anzas de las crisis anteriores
Tanto en la gripe aviar como en la porcina, los escenarios m¨¢s alarmistas nunca se confirmaron
La pandemia que tanto se tem¨ªa ha llegado. La Covid-19 avanza por los cinco continentes y Espa?a se ha convertido en uno de los focos m¨¢s activos. Hacer balance de lo que podr¨ªa haber sido y no ha sido cuando las cosas ya han ocurrido es f¨¢cil. El sesgo de retrospecci¨®n cambia la perspectiva y con posterioridad hace evidente lo que en el momento de tomar la decisi¨®n no lo era tanto. La dificultad de gestionar una crisis como esta es que se han de tomar decisiones duras y r¨¢pidas, con enormes costes, bas¨¢ndose en proyecciones y escenarios posibles. En esas circunstancias, la capacidad de respuesta est¨¢ condicionada por dos factores: la experiencia previa y el conocimiento sobre la naturaleza de la amenaza. Ambos han jugado esta vez en contra.
La experiencia previa llevaba a la prudencia. Por eso la primera respuesta estuvo orientada a no asustar ni alarmar. Pero a diferencia de las emergencias anteriores, esta vez las peores hip¨®tesis se han confirmado y la ciencia ha ido siempre por detr¨¢s del virus.
Hace tiempo que se teme que aparezca un virus tan mort¨ªfero como el de la gripe espa?ola, que en 1918 mat¨® a m¨¢s de 60 millones de personas, y cada vez que surge una nueva cepa de la familia influenza tipo A o que un coronavirus salta de los animales a los humanos se encienden las alarmas. Eso ha ocurrido ya varias veces, pero nunca se hab¨ªan confirmado los temores. La Covid-19 es de la misma familia que el SARS, que en 2002 provoc¨® la primera crisis global. Surgi¨® en la provincia de Cant¨®n y en aquella ocasi¨®n China tard¨® mucho en reaccionar. Con una mortalidad del 13%, se propag¨® por 17 pa¨ªses y el balance final de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) fue de 8.098 afectados y 774 muertos. Esta vez, la Covid-19 era mucho menos letal (2%) y China hab¨ªa reaccionado mucho antes y de forma contundente, de modo que era plausible que, como ocurri¨® con el SARS, la pandemia pudiera contenerse.
Pero no ha sido as¨ª, y en la respuesta de cada pa¨ªs han contado especialmente las experiencias m¨¢s recientes. A diferencia de Corea del Sur o de Singapur, en Espa?a, y en general en Europa, las crisis anteriores no han ayudado precisamente a valorar el peligro. El antecedente m¨¢s cercano, la crisis del ¨¦bola de 2014, apenas cuenta porque aquella era una enfermedad muy grave y con alta mortalidad pero poco infectiva. Si se hac¨ªan las cosas bien, la repatriaci¨®n de espa?oles infectados en ?frica no ten¨ªa por qu¨¦ provocar un brote. Lo que ha quedado de aquella crisis es la importancia de una buena comunicaci¨®n. Los primeros d¨ªas fueron catastr¨®ficos, parec¨ªa que no hubiera nadie al mando. Hasta el nombramiento de Fernando Sim¨®n al frente del comit¨¦ cient¨ªfico no se enderez¨®. Afortunadamente, esa lecci¨®n s¨ª se aprendi¨®.
Pero las experiencias que m¨¢s han influido han sido la de la gripe aviar de 2005 y la de la gripe A o gripe porcina de 2009. El virus H5N1 fue detectado en aves acu¨¢ticas de Hong Kong y en poco tiempo infect¨® millones de aves de granja. La alarma salt¨® en 2005 cuando se supo que hab¨ªa humanos contagiados y que de los 50 primeros infectados, 36 hab¨ªan muerto.
Se lanz¨® una alerta global basada en una mera hip¨®tesis. El virus solo infectaba por contacto directo con animales enfermos, pero se tem¨ªa que pudiera mutar y adquirir la capacidad de transmisi¨®n entre humanos. En la cumbre convocada por la OMS en Ginebra el mensaje no pod¨ªa ser m¨¢s alarmante: ¡°Estamos ante un virus de una virulencia sin precedentes, en alg¨²n momento la cepa que ahora se expande entre las aves mutar¨¢ y saltar¨¢ a los humanos y cuando eso ocurra, causar¨¢ una pandemia con centenares de miles de muertos¡±.
Eso, que de no tomar medidas podr¨ªa ser cierto en la Covid-19, nunca ocurri¨®, pero la espiral de alarma llev¨® a escrutar las aves migratorias y comprar grandes cantidades de un antiviral, el Tamifl¨², que ni siquiera ten¨ªa eficacia terap¨¦utica. En Espa?a, los expertos convocados por Sanidad aconsejaron comprar dos millones de tratamientos, pero el entonces consejero de Madrid, Manuel Lamela, encabez¨® una campa?a populista acusando al Gobierno, como ahora hace el PP, de no querer proteger a los ciudadanos. Finalmente, se compraron 12 millones de tratamientos que acabaron caducando en dependencias del Ej¨¦rcito. El balance de la OMS en 2014 fue de 420 personas infectadas y 257 fallecidos, todos ellos por contagio directo con animales.
Lo mismo ocurri¨® con la gripe A. Los primeros informes internacionales sobre el H1N1 hac¨ªan temblar. El Centro Europeo para la Prevenci¨®n y Control de Enfermedades lleg¨® a vaticinar que la gripe golpear¨ªa, en el peor escenario, a tres de cada cuatro europeos. El fantasma de la gripe espa?ola se hac¨ªa de nuevo presente. Hubo mucho alarmismo. Cuando la vacuna estuvo disponible, Espa?a encarg¨® 37 millones de dosis. En diciembre de 2009, la OMS contabilizaba 12.220 muertes en el mundo, muchas menos de las esperadas. La compra se rebaj¨® luego a 13 millones de dosis. Al final, result¨® ser una gripe m¨¢s benigna que la estacional y la mitad de la reserva estrat¨¦gica de vacuna nunca se lleg¨® a utilizar.
Esta vez, el coronavirus no se ha detenido en China. Ha prevalecido el escenario m¨¢s pesimista y nos ha cogido con el pie cambiado. Con un coeficiente de infecci¨®n Ro (n¨²mero promedio de personas que cada infectado contagia) de 2,8 seg¨²n la revista The Lancet, el crecimiento es exponencial. Como record¨® el secretario general de Naciones Unidas ante los mandatarios del G20 el pasado jueves, los primeros 100.000 casos registrados tardaron tres meses, pero los siguientes se alcanzaron en 12 d¨ªas, los siguientes en solo cuatro, y los ¨²ltimos 100.000 en apenas un d¨ªa y medio. Sabemos, adem¨¢s, que los registros oficiales no reflejan la realidad. La falta de reactivos impide hacer el test a muchos contagiados leves. La velocidad de la propagaci¨®n ha exigido medidas r¨¢pidas y contundentes, pero las experiencias anteriores han hecho que no estuvi¨¦ramos mentalmente preparados.
Por detr¨¢s del virus
El segundo gran factor que ha condicionado la respuesta es que el virus se ha comportado de manera diferente de la esperada y el conocimiento ha ido por detr¨¢s. Al principio de la epidemia ten¨ªa mucho sentido aplicar una estrategia de contenci¨®n basada en la identificaci¨®n de casos y seguimiento de contactos. Pero cuando se descubri¨® que se transmit¨ªa tambi¨¦n en fase asintom¨¢tica, esa batalla se perdi¨®. Solo pod¨ªa ser efectiva si se hac¨ªan pruebas masivas y no hab¨ªa suficientes.
Cuando en Italia se descubri¨® que se hab¨ªan producido muertes tres semanas antes de la alerta se supo que las barreras contra el virus estaban rotas. Lo mismo en Espa?a. Hab¨ªa que pasar a mitigar. En esta fase, el c¨¢lculo de infectados es muy importante para calcular las necesidades asistenciales. Y la posible mortalidad. Una proyecci¨®n de la Agencia de Calidad y Evaluaci¨®n Sanitaria de Catalu?a estima que, si el confinamiento funciona, con la actual tasa de mortalidad (3,4% de los casos notificados), en el mejor escenario habr¨ªa unas 7.600 muertes y en el peor 13.000 solo en Catalu?a.
Con el tiempo, el virus de la gripe A fue perdiendo letalidad, pero no sabemos c¨®mo se comportar¨¢ la Covid-19. Datos publicados en 'Science' sobre su evoluci¨®n en Corea del Sur, el pa¨ªs donde m¨¢s test se han realizado, sit¨²a la mortalidad en un 0,7%. La tasa final depender¨¢ de la respuesta preventiva y sanitaria de cada pa¨ªs, pero incluso si esa fuera la mortalidad general, ser¨ªa siete veces m¨¢s alta que la peor gripe estacional. Tampoco sabemos si una persona curada se puede volver a infectar ni cu¨¢nto tiempo puede seguir contagiando. Una de las principales inc¨®gnitas sigue siendo qu¨¦ tipo de inmunidad genera, si ser¨¢ permanente o transitoria. Esta inc¨®gnita es lo que hac¨ªa especialmente temeraria la estrategia inicial de Boris Johnson en el Reino Unido, basada en propiciar inmunidad de grupo lo antes posible.
Informaci¨®n sobre el coronavirus
- Aqu¨ª puede seguir la ¨²ltima hora sobre la evoluci¨®n de la pandemia
- El mapa del coronavirus: as¨ª crecen los casos d¨ªa a d¨ªa y pa¨ªs por pa¨ªs
- Preguntas y respuestas sobre el coronavirus
- Gu¨ªa de actuaci¨®n ante la enfermedad
- En caso de tener s¨ªntomas, estos son los tel¨¦fonos que se han habilitado en cada comunidad
- Pincha aqu¨ª para suscribirte a la newsletter diaria sobre la pandemia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.