En la muerte de Jos¨¦ Mar¨ªa Calleja: ¡®Soy callejera¡¯
Jos¨¦ Mari acept¨® el reto de reunir todas aquellas cosas de las que podemos estar orgullosos
Ninguna cifra es buena, por mucho que forme parte de una desescalada que nos debiera de animar, y menos si entre sus pliegues se esconde un ser querido. Y todos lo son, los 430 de este martes, los 399 del lunes, gente amada por gente an¨®nima, personas arrancadas a la vida, a las risas y las siestas, a la mala leche, pero entre los de ma?ana habr¨¢ uno que late y latir¨¢ con desgarro para varias amigas, para un grupo especial, las callejeras. Porque hemos quedado hu¨¦rfanas.
Jos¨¦ Mar¨ªa Calleja fue la primera persona que conoc¨ª que hablaba en femenino, hace ya muchos a?os, mucho antes de que mis hijos y muchos otros popularizaran esa forma de agrupar a los presentes sin hacer caso a la RAE. Su ¡°nosotras¡± nos inclu¨ªa a varias amigas, pero le inclu¨ªa sobre todo a ¨¦l, porque es dif¨ªcil hallar otro periodista, otra persona, m¨¢s adelantada a su tiempo, m¨¢s abierta, m¨¢s inclusiva, m¨¢s feminista, m¨¢s pacifista y m¨¢s de todo lo bueno que puede haber en este pa¨ªs. Nos conocimos en sus programas en CNN+, donde semanalmente nos invitaba a un pu?ado de periodistas a debatir sobre todo lo debatible, y eso es lo que seguimos haciendo cuando cerr¨® la televisi¨®n y pasamos del plat¨® a las tabernas, entre tapas y vinos, y de ah¨ª a su casa, a su terraza, a las nuestras. Tambi¨¦n con Mikel y con I?igo, ambos hijos tan fabulosos porque son tan parecidos a ¨¦l.
Con Jos¨¦ Mari la ¨¦tica era la ropa de andar por casa, no era pose ni proclamaci¨®n. La risa y la inteligencia pon¨ªan todo lo dem¨¢s. Ser perseguido por ETA o vivir un mont¨®n de a?os rodeado de escolta no le dio grandes medallas y aunque le quit¨® muchas, much¨ªsimas cosas, nunca la dignidad. Vean Todos estamos invitados, esa pel¨ªcula tiene mucho de ¨¦l. Gloriosa es su an¨¦cdota de aquel propio de C¨¢diz que sol¨ªa espetarle cuando llegaba al sur y ¨¦l miraba el panorama de seguridad: ¡°No tiene la ETA cohone pa ven¨ª a matarte aqu¨ª¡±.
La risa con ¨¦l era de las que dejan agujetas. El cari?o, de los que alimentan m¨¢s que esa merluza vasca que te serv¨ªa al plato. Hemos bailado rock puro, hemos cantado, hemos gozado juntos de las ¨²ltimas tertulias en Hoy por Hoy, nos hemos acompa?ado en todos los libros y el ¨²ltimo que ha publicado, Lo bueno de Espa?a, es el mejor mensaje para un pa¨ªs quebrado por el independentismo que tanto combati¨®. En un momento de esta Espa?a coja por cainismos, complejos y nacionalismos, Jos¨¦ Mari acept¨® el reto de reunir todas aquellas cosas de las que podemos estar orgullosos. La lista la hizo en una servilleta de taberna y salieron muchas: desde la derrota de ETA, las Constituciones (la Pepa y la actual), la Transici¨®n, las maestras de la Rep¨²blica o la intensa creaci¨®n cultural. La present¨® el 4 de marzo en la librer¨ªa Alberti de Madrid.
Tan recio en valores como blando en sentimientos, hoy nos deja un inmenso desgarro. Tal vez un d¨ªa logre ser cicatriz, pero tambi¨¦n entonces, siempre, seguiremos siendo callejeras.
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