El desconfinamiento italiano huele a caf¨¦
Italia comienza la fase dos, durante la que volver¨¢n al trabajo unos 4,4 millones de personas y bares y restaurantes pueden servir a sus clientes productos para llevar
Ha llegado la fase dos a Italia. Tras m¨¢s de 50 d¨ªas de m¨¢xima emergencia, Italia, el primer pa¨ªs por el que entr¨® la covid-19 a Europa, comenz¨® ayer a relajar las medidas restrictivas que han permitido reducir la mortalidad por debajo de los 200 casos diarios (ayer 195) y doblegar la curva de contagios (1.221). Se nota ya en la calle. Ayer volvieron al trabajo unos 4,4 millones de personas, reabri¨® la industria y los sectores textil, de construcci¨®n y mayoristas. Los bares y restaurantes ya pueden servir a los clientes que se lo lleven a casa. A muchos les parece muy poco, pero el paisaje en la calle ha cambiado y se vuelve a empezar desde los fundamentos b¨¢sicos.
Las iglesias seguir¨¢n sin celebrar misas hasta final de mes. El primer ministro, Giuseppe Conte, ha cerrado un acuerdo ya con los obispos despu¨¦s de un conato de guerra. Pero los verdaderos templos romanos, los de fieles de molinillo y torrefacto, abrieron ya el lunes por la ma?ana. A las nueve, ante el caf¨¦ Sant¡¯Eustachio, junto al Senado, hab¨ªa una fila india de adictos a su denso ristretto (por primera vez en d¨¦cadas sin un solo turista). Desde ayer los clientes pueden entrar de uno en uno, pedir su caf¨¦ y llev¨¢rselo a la calle. El ritual, en realidad, no cambia tanto. Sucede a una velocidad parecida a la que se tarda normalmente en tomarlo de un sorbo en la barra. ¡°Ten¨ªamos ganas de volver a abrir. No por el negocio, porque vamos a perder dinero con este modo de hacerlo [los clientes entran de uno en uno]. Nos apetec¨ªa volver a una cierta normalidad. Pero tardaremos mucho en recuperar lo que hab¨ªa antes¡±, se?ala Raimondo Ricci, propietario de este hist¨®rico local, inaugurado a finales del siglo XIX.
Los bares y restaurantes podr¨¢n abrir al p¨²blico y servir en sus propias mesas a partir del 1 de junio, y solo con medidas de seguridad sanitarias excepcionales. No tuvieron la misma suerte ayer la mayor¨ªa de negocios minoristas que no sean los ya regulados (alimentos, higiene personal, quioscos, farmacias, estancos, librer¨ªas, tiendas de ropa para ni?os y beb¨¦s, flores y plantas).
Las cuentas ahogan. Y ciertos locales buscan grietas: hasta ayer algunos bares colocaban libros en sus barras para abrir como librer¨ªas. Ya hay algunas tiendas que sirven caf¨¦ y comida. ¡°Siempre hemos tenido este servicio¡±, masculla mirando al tendido la propietaria de un comercio de ropa junto a la piazza Navona. La fase dos de la desescalada ser¨¢ tambi¨¦n la de la picaresca. Y hasta que llegue la tres, hay algunas buenas noticias donde agarrarse.
Las calles de Roma y la de las principales ciudades han recuperado cierta vitalidad. Ninguna exageraci¨®n. Pero centenares de personas con urgentes ajustes de peluquer¨ªa (hasta el 1 de junio no podr¨¢n abrir salones de belleza y derivados) aprovechan la ma?ana de otro lunes extra?o para dar una vuelta. Massimo, dise?ador gr¨¢fico de 37 a?os, se ajustaba los guantes seleccionando la fruta en uno de los pocos puestos abiertos en el Campo dei Fiori. ¡°Est¨¢ mal decirlo, pero ojal¨¢ Roma fuera as¨ª de tranquila a veces¡±.
Desde ayer se puede salir a practicar deporte donde se quiera, incluso cogiendo el coche para desplazarse a la otra punta de la ciudad. Se permiten algunas visitas: no muchas y a trav¨¦s de una confusa disquisici¨®n sobre lo que ser¨ªa un allegado o ¡°seres queridos¡±. Ha quedado claro que se podr¨¢ ir a ver a los novios y novias. Pero nada de amigos, reuniones o fiestas familiares.
La movilidad ha cambiado ya. El tr¨¢fico en Roma no tiene nada que ver con los infernales atascos de la era precovid-19, pero ayer volvieron a tener sentido los sem¨¢foros y pasos de peatones. M¨¢s bicicletas, pocas motos y coches. En el transporte p¨²blico es obligatorio llevar mascarilla y en una gran parte de asientos est¨¢ prohibido sentarse. Es obligatoria tambi¨¦n la autocertificaci¨®n para salir de casa, pero en las regiones con menos contagios (como Lacio) se impone una evidente flexibilidad policial. Algunas, como Calabria, reabren m¨¢s servicios de los permitidos, desafiando al Gobierno. Sicilia incluso ha abierto sus playas.
El confinamiento es ahora m¨¢s bien regional. Los viajes por los motivos permitidos, es decir trabajo y salud, solo est¨¢n autorizados en la misma regi¨®n de residencia (excepto para estudiantes o trabajadores atrapados lejos de su casa que quieran volver). Tampoco se puede ir a segundas residencias el fin de semana, -aunque el decreto no lo proh¨ªba expl¨ªcitamente-, pero la estaci¨®n de Termini empezaba ya a cobrar m¨¢s vida a media ma?ana. Roma reabre. Y no hay rastro del ruido, la contaminaci¨®n o los turistas. A veces es tentador buscar algunas ventajas de la pandemia.
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