Espa?a inicia la fase 0 con las peluquer¨ªas como avanzadilla: ¡°Los clientes estaban desesperados¡±
Algunos peque?os comercios reabren tras 50 d¨ªas, pero la mayor¨ªa se mantienen cerrados
Los 50 d¨ªas con el pelo creciendo libremente y las canas campando a su aire han convertido la reapertura de las peluquer¨ªas en uno de los acontecimientos m¨¢s esperados de este lunes, inicio de la fase 0 de la desescalada en casi toda Espa?a (a excepci¨®n de Formentera, La Gomera, La Graciosa y El Hierro, que pasan directamente a la fase 1). Estos establecimientos, con una clientela expectante y obligatoriedad de cita previa, han sido los m¨¢s madrugadores y casi los ¨²nicos en subir la persiana, en el primer d¨ªa permitido desde la declaraci¨®n del estado de alarma. ¡°Hab¨ªa ganas de abrir, sobre todo por los clientes, que estaban desesperados¡±, dice Custodia, propietaria de la peluquer¨ªa Carapinha, en el paseo de Maragall de Barcelona.
Un recorrido por distintas ciudades permite confirmar que pocos locales m¨¢s han abierto. Ferreter¨ªas, mercer¨ªas, librer¨ªas, restaurantes y alguna peque?a tienda de ropa han vuelto t¨ªmidamente a la actividad, con un cumplimiento desigual de la cita previa y dudas sobre la aplicaci¨®n de la normativa. La mayor¨ªa de los comercios ha optado por dejar de momento el cierre echado, en una jornada en la que se ha notado mayor presencia de gente en las calles y ha comenzado la obligatoriedad de usar mascarillas en el transporte p¨²blico. Seg¨²n la Confederaci¨®n Espa?ola del Comercio (CEC), solo el 15% de los comercios que pod¨ªan abrir lo ha hecho, por la ¡°incertidumbre¡± e ¡°indefinici¨®n¡±.
El tel¨¦fono no para de sonar en la peluquer¨ªa de Custodia. A las 8.55 ya hab¨ªa una clienta en la puerta. Las dos empleadas han llegado a las 8.00 para desinfectar el local, donde han instalado mamparas entre las sillas. Custodia, protegida con mascarilla y visera, lamenta que ¡°el Gobierno no ha dado pautas claras y ha avisado con tres d¨ªas de que hay que tener mascarillas¡±. ¡°?A nosotras quien nos las da? En el transporte p¨²blico s¨ª, porque queda muy bien¡±, a?ade.
Jonathan Romero y Paqui Palma, propietarios de la peluquer¨ªa Kolosseum de Granada, preparan pasadas las 9.00 todo para empezar a atender clientas una hora despu¨¦s. Se han acogido a las ayudas para aut¨®nomos, y han aplicado un ERTE a sus cuatro empleados. Jonathan conoce las medidas de precauci¨®n sanitaria, pero se queja de no haber recibido "ninguna indicaci¨®n laboral. No s¨¦ si mis empleados pueden volver a trabajar hoy o no. Estoy esperando a que abra mi gestor¨ªa para que me diga qu¨¦ tengo que hacer. De hecho, ni siquiera s¨¦ si es legal que yo abra la peluquer¨ªa¡±, comenta.
Mar¨ªa Jos¨¦ tiene no solo este lunes, sino toda la semana ocupada con citas. ¡°No me puedo quejar, pero tambi¨¦n es verdad que ahora cuesta mucho m¨¢s atender a los clientes uno a uno¡±, dice esta peluquera en su local, Les tissores de Mapari, en el c¨¦ntrico barrio del Carmen, en Valencia. Durante el confinamiento, solo ha atendido a dos ancianos en su casa. ¡°A domicilio es m¨¢s complicado y a la gente no le gusta¡±, explica.
Centros de est¨¦tica
Pero no solo es posible arreglarse el pelo desde este lunes. Luc¨ªa regenta un negocio de pedicura y manicura en una v¨ªa perpendicular a la calle Barcelona, en el barrio de Agra do Orz¨¢n, en A Coru?a, y tiene ya la semana completa de citas. No es, sin embargo, una cuesti¨®n de est¨¦tica. ¡°Son sobre todo personas mayores para pedicuras porque a su edad se les encarnan las u?as y les duelen los pies¡±, aduce la due?a de Bella Luc¨ªa, mientras recibe los saludos cari?osos de clientes que pasan por su puerta y se alegran de volver a verla trabajando. Ella y su empleada atender¨¢n con pantallas y a trav¨¦s de mamparas. Tambi¨¦n han colocado un purificador de aire con ozono. Conf¨ªa en volver a levantar el vuelo: ¡°En el barrio tenemos muy buena acogida, pero como aut¨®noma necesito ayudas p¨²blicas. Si suben los impuestos, al menos que no nos afecte a nosotros¡±.
Tambi¨¦n Carmen Medina ha reabierto su centro de est¨¦tica con la agenda de la semana llena, en el barrio de Extramurs de Valencia. A la entrada del local tiene una mesa con gel hidroalcoh¨®lico y un bactericida para que todos los clientes se limpien el calzado. ¡°Ha sido m¨¢s f¨¢cil de lo que pensaba, y la gente est¨¢ teniendo mucha empat¨ªa con la situaci¨®n¡±, comenta. Su sector est¨¢ acostumbrado a trabajar con guantes y mascarillas de forma habitual y la mayor¨ªa del material que usa es desechable. Entre cliente y cliente deja 15 minutos para higienizar las cabinas y cuando les cita pide que lleven sus propios guantes y mascarilla. ¡°El cierre fue de un d¨ªa para otro y ha sido una ruina¡±, comenta.
Peque?as reparaciones y repuestos
Aparte de las necesidades capilares, estar seis semanas confinados parece haber agotado los repuestos para peque?as reparaciones en el hogar. Pedro Sola ha reabierto su tienda El¨¦ctrica Minerva, en el barrio del Clot, en Barcelona. Est¨¢ despachando ¡°sobre todo pilas, bombillas y cables de RJ45 para Internet¡±. Se queja de que no le hayan dejado abrir antes: ¡°Con la gente en casa, las cosas se estropean y me han echado de menos los clientes tanto como yo a ellos¡±.
En la calle Alhamar, en Granada, una ferreter¨ªa y una tienda de pinturas atend¨ªan a sus clientes, la mayor¨ªa con mascarilla. Pese a que la normativa establece que los peque?os comercios han de atender con cita previa, ninguno la ten¨ªa, y han formado una cola en la puerta. Son atendidos igualmente. Uno de los clientes, que no quiere identificarse, dice: ¡°Ni s¨¦ el tel¨¦fono de la tienda ni voy a pedir cita para comprar unos tornillos¡±.
Maite regenta una relojer¨ªa y joyer¨ªa en Valencia. Est¨¢ sorprendida de que no hayan dejado de llamar clientes. ¡°La venta de hoy puede ser algo excepcional. Est¨¢n comprando pilas para term¨®metros, para reloj... Me nutro sobre todo de gente mayor como Alberto, un cliente habitual que siempre ha llevado pendientes y los hab¨ªa perdido durante el confinamiento. Mira, ahora est¨¢ ah¨ª fuera Paco¡±, dice detr¨¢s de la mascarilla, mientras abre la puerta. Dos ancianas vecinas se paran en el escaparate al ver la puerta abierta y le preguntan a Maite el horario porque necesitan las pilas para el reloj.
Tiendas de ropa y librer¨ªas
En los centros y zonas comerciales de ciudades como Barcelona, Sevilla, M¨¢laga o Granada, las grandes cadenas de ropa que copan los escaparates se manten¨ªan cerradas, pues a¨²n no est¨¢n autorizadas a reabrir. Pero la mayor¨ªa de las tiendas peque?as tampoco se hab¨ªan animado a hacerlo, ni las tiendas de souvenirs, ante la ausencia de turistas.
Tambi¨¦n un poco m¨¢s lejos del centro de Barcelona, la inmensa mayor¨ªa de tiendas de ropa o zapater¨ªas permanecen cerradas. En la avenida de Gaud¨ª, en el Eixample, solo ha abierto una tienda de ropa y complementos, Ainioutfits. ¡°Atiendo solo con cita previa y a una sola persona. Le aplico gel hidroalcoh¨®lico en las manos y si se prueba algo lo aparto y le paso la vaporetta para desinfectar¡±, cuenta Anna Li Escolano.
M¨¢s dif¨ªcil tiene la desinfecci¨®n Anna Sol¨¤, propietaria de la librer¨ªa y papeler¨ªa BoliBloc, cerca de la Sagrada Familia. Ha vendido durante toda la cuarentena por Internet. Este lunes ha abierto y ya tiene lista de clientes que han pedido cita previa. Pero tambi¨¦n se acerca gente a comprar de forma espont¨¢nea. Sol¨¤ explica que ha instalado una gran mesa en la puerta para impedir la entrada de los clientes, porque el BOE dice que si tocan libros hay que desinfectarlos: ¡°No les voy a poner lej¨ªa¡±. No tiene claro si puede atender a los espont¨¢neos. ¡°A quien pasa y se acerca le vendo, pero solo acepto pagos con tarjeta¡±, explica.
Jose Moreno ha reabierto con "una mezcla de ilusi¨®n, nervios y preocupaci¨®n¡± La C¨¢psula, su librer¨ªa, tienda de discos y ropa en C¨¢diz. Con cita previa, retoma la venta de los dos primeros productos, mientras dise?a c¨®mo har¨¢ para la moda. Se ha tomado esta semana ¡°como prueba¡± para ver si hay clientes. El negocio, junto a las peluquer¨ªas, es uno de los pocos que ha reabierto en la ciudad, que sigue paralizada y sin apenas llegadas de viajeros de la Bah¨ªa en Cercan¨ªas y buses metropolitanos.
Restaurantes
Todos los restaurantes de la Rambla barcelonesa, con excepci¨®n del Pita House, permanec¨ªan cerrados. Este local, acostumbrado a una clientela take away, ha abierto aunque no parec¨ªa tener muchos clientes. Tampoco han abierto comercios tan ic¨®nicos como la decena de floristas del paseo, ni tiendas de ropa, ni muchos de los quioscos. Una t¨®nica de persianas bajadas que se ha mantenido en gran parte de la ciudad. El passeig de Gr¨¤cia tampoco ha abierto sus comercios, la mayor¨ªa de m¨¢s de 400 metros, pese a que las calles ni mucho menos estaban tan vac¨ªas como las ¨²ltimas semanas.
En la zona de la madrile?a estaci¨®n de Atocha, solo estaban abiertos este mediod¨ªa algunos restaurantes para los clientes que quisieran recoger pedidos o para servicio a domicilio. Otros ten¨ªan la persiana a medio subir y estaban preparando todo para la pr¨®xima semana, cuando prev¨¦n abrir si Madrid pasa a la fase 1 de la desescalada. Sammy Hachimi, de 32 a?os, trabaja en el Taco Away, que ha funcionado durante el confinamiento con las plataformas de pedidos online. ¡°Tenemos un 50% menos de ventas con la entrega a domicilio¡±, dice. Hachimi no cree que la situaci¨®n vaya a mejorar. Tambi¨¦n lo hizo Wrappipan. Richard Neira, trabajador del local, duda que funcione la cita previa. ¡°No sabemos si solo puedes comprar en tu horario de paseos o en cualquier horario ¡±, dice. ¡°Sin turismo vamos a tener que cerrar muy pronto¡±, asegura.
El Caf¨¦ de la Reina, en la plaza del Museo Reina Sof¨ªa, abre por primera vez desde que empez¨® el confinamiento. Su due?o, Osiri Hern¨¢ndez Mendoza, de 48 a?os, lleva seis a?os con el restaurante. ¡°Nuestros clientes no saben que pueden venir a recoger pedidos con cita previa¡±, se lamenta. Debe tres meses de alquiler, un total de 9.000 euros. ¡°Tenemos todo preparado para empezar, pero todo parece que sigue en pausa¡±, dice Hernandez con cara de decepci¨®n. Tampoco cree que las cosas vayan a mejorar la pr¨®xima semana. ¡°Tengo 10 mesas de terraza por lo que solo me van a dejar utilizar tres y as¨ª no me sale rentable abrir¡±, dice, sin conocer que el Gobierno subi¨® el aforo de los cenadores al 50%.
Afiladores y mercer¨ªas
La cuchiller¨ªa Regina, en la plaza sevillana de La Encarnaci¨®n, es de los pocos comercios que amanec¨ªa abierto en el centro de Sevilla. Su escaparate, con media persiana bajada, evidenciaba, sin embargo, que a¨²n opera a medio gas. ¡°Esta semana solo atendemos con cita previa, pero como nos ven abiertos, hay gente que entra¡±, explica Rosal¨ªa Garc¨ªa, tercera generaci¨®n de un comercio que este a?o cumple 90 a?os. A las 10.15, dos clientes hab¨ªan pasado por su mostrador. ¡°Tienen peluquer¨ªas y nos dejaron sus tijeras para afilar y arreglar antes del estado de alarma y hoy han venido a recogerlas¡±, explica. Garc¨ªa se ha puesto en contacto con sus clientes a trav¨¦s del tel¨¦fono y Facebook. ¡°A lo largo de la ma?ana vendr¨¢ alg¨²n carnicero que tambi¨¦n me dej¨® sus cuchillos¡±, cuenta. A¨²n no le ha dado tiempo de sacar las mascarillas y las pantallas protectoras que encarg¨® en la farmacia.
Un poco m¨¢s arriba de la calle Feria, Tom¨¢s trabaja detr¨¢s del mostrador de su mercer¨ªa. ¡°He avisado a mis clientas que ten¨ªan arreglos para recoger. Estos dos meses cerrados han sido muy duros para su negocio familiar del que tambi¨¦n es la tercera generaci¨®n. ¡°En esta ¨¦poca bordamos muchos escudos de t¨²nicas de nazareno. Se han quedado aqu¨ª y muchos no me los van a poder pagar porque en este tiempo se han quedado sin trabajo¡±, cuenta.
Tambi¨¦n regenta una mercer¨ªa Laura Salgado, en la calle Barcelona, en A Coru?a. ¡°Yo por un metro de goma para mascarillas no pido cita¡±, le ha soltado su primera clienta. ¡°Nosotros hemos puesto el tel¨¦fono en la puerta porque nos obligan, pero a este negocio viene sobre todo gente mayor que no va a llamar antes¡±, advierte.
A pocos metros varias personas hacen cola para comprar el producto estrella en la nueva normalidad de esta calle coru?esa: las revistas de crucigramas. Es lo que m¨¢s se est¨¢ vendiendo en el Bazar Chino, el ¨²nico establecimiento de este tipo que se ha unido a la desescalada. ¡°Hay que pasar el tiempo como sea¡±, explica un se?or sobre la fiebre por los pasatiempos. La familia que regenta la tienda ha ideado un m¨¦todo para evitar que la clientela pise el local. Los compradores vocean qu¨¦ es lo que quieren desde la puerta y ellos se lo sirven y cobran a dos metros de distancia usando dos palos enganchados a una cesta. ¡°Solo dos han pedido cita previa¡±, afirman.
Con informaci¨®n de Clara Blanchar, Alfonso L. Congostrina, Ferran Bono, Eva Saiz, Sonia Vizoso, Javier Arroyo, Luc¨ªa Franco, Cristina V¨¢zquez, Jes¨²s Ca?as y Nacho S¨¢nchez.
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