Italia debate regularizar a 600.000 inmigrantes
La ministra de Agricultura lanza una pol¨¦mica iniciativa para suplir la falta de trabajadores del campo por la pandemia
Teresa Bellanova (61 a?os) caus¨® sensaci¨®n en la ¨²ltima toma de posesi¨®n de las carteras ministeriales. Su autenticidad y su procedencia humilde no ten¨ªan mucho que ver con la mayor¨ªa de titulares elegidos por el segundo Gobierno de Giuseppe Conte. Nacida en Ceglie Messapica, un pueblo de la sure?a regi¨®n de Apulia, dej¨® pronto los estudios para trabajar como jornalera en el campo. R¨¢pida, tozuda y con una fuerte conciencia pol¨ªtica, fue el arma secreta del ex primer ministro Matteo Renzi para ocupar una de las dos carteras que le correspond¨ªan a Italia Viva, su nuevo partido. Bellanova, sindicalista desde que tiene memoria, fue nombrada ministra de Agricultura porque conoc¨ªa el campo mejor que nadie en todo el hemiciclo. Aquel d¨ªa algunos intentaron burlarse de ella por c¨®mo iba vestida. Le dio completamente igual. Poco tiempo despu¨¦s ha quedado claro que tiene sus propias ideas y est¨¢ dispuesta a morir pol¨ªticamente por ellas.
Bellanova ha dictado sentencia: hay que regularizar a 600.000 inmigrantes para suplir la falta de mano de obra durante la pandemia y evitar la salvaje explotaci¨®n de las mafias en el campo italiano. Italia ha pasado en pocos meses de expulsar a inmigrantes por decreto a plantearse una masiva regularizaci¨®n. Muchas cosas han cambiado desde que la Liga de Matteo Salvini pas¨® a la oposici¨®n, pero quiz¨¢ no tanto para un salto tan grande en una materia altamente inflamable electoralmente.
La iniciativa de Bellanova, que dejar¨¢ el Gobierno si no sale adelante, ha vuelto a poner en jaque al Ejecutivo en una semana complicada. La ministra propone otorgar a los migrantes que trabajen en el campo o en labores dom¨¦sticas un permiso de residencia en Italia temporal, durante seis meses, ampliable en otro medio a?o. ¡°Permitamos trabajar de forma regular a las personas sin permiso de residencia que se encuentran en Italia, de lo contrario las empresas dejar¨¢n marchitar los productos¡±, defendi¨® la ministra. Una idea que incluso apoy¨® el Papa en su homil¨ªa matinal esta semana, convertida ya en un cl¨¢sico de la pol¨ªtica italiana. ¡°Hago m¨ªo el llamamiento de todos estos trabajadores explotados para que esta crisis sea una ocasi¨®n de devolverles la dignidad¡±.
El problema es que el socio mayoritario del Gobierno, el Movimiento 5 Estrellas (M5S), no quiere o¨ªr ni en broma hablar de regularizar inmigrantes. El discurso duro que comparti¨® con la Liga durante los tiempos que formaron coalici¨®n ¡ªMatteo Salvini era entonces ministro del Interior¡ª sigue constituyendo la l¨ªnea ideol¨®gica principal de este partido populista. Pero la estabilidad del fr¨¢gil Ejecutivo est¨¢ en juego, porque si Italia Viva retira su apoyo a la coalici¨®n formada por los grillinos y el Partido Democr¨¢tico (PD), no habr¨¢ m¨¢s remedio que buscar un nuevo equilibrio parlamentario y pensar, de nuevo, en una posible convocatoria electoral. La cuesti¨®n, ahora mismo, empieza a tener un car¨¢cter m¨¢s pol¨ªtico que laboral. Y de ello se lamentan los afectados.
Las tendopolis, campamentos de jornaleros subsaharianos con miles de inmigrantes hacinados y viviendo en condiciones infrahumanas, son un cl¨¢sico en el sur de Italia. En San Ferdinando (Calabria), por ejemplo, viven unas 3.000 personas en chabolas de hojalata y pl¨¢sticos esperando la convocatoria diaria para partirse la espalda recogiendo la fruta o verdura de cada temporada. Aqu¨ª suele ser la ¡®Ndrangheta, la poderosa mafia calabresa quien, organiza el trabajo.
Cuando comenz¨® la pandemia unos 200.000 temporeros del este de Europa regresaron a sus pa¨ªses. Un dato con el que no est¨¢n de acuerdo los jornaleros, cuya voz se hace o¨ªr estos d¨ªas en boca del sindicalista y escritor, Aboubakar Soumaharo. ¡°En el campo no faltan brazos, faltan derechos. Hay gente que camina dos horas andando para ir a buscar el agua para beber y lavarse despu¨¦s, de trabajar 12 horas. El permiso de residencia tiene que ver con la salvaguarda de la vida humana, no con la necesidad de satisfacer el mercado o proteger la verdura que se marchita. Nosotros pedimos que se haga porque son vidas humanas. Ligarlo a la recogida de la cosecha es de un cinismo deshumano. El ser humano no es un bien de consumo. Y eso es lo que nos interesa. El resto es ruido¡±.
El problema es que ese ruido empieza a ser ensordecedor para el Gobierno, que ha tenido una semana complicada con la excarcelaci¨®n masiva de miembros de clanes mafiosos y est¨¢ falto de apoyos. El primer ministro, Giuseppe Conte, deber¨¢ ahora hacer equilibrismos sobre uno de los temas m¨¢s espinosos de los ¨²ltimos a?os en Italia.
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