Territorio ¡®Ndrangheta: La multinacional del crimen

Sebastiano Strangio, cocinero de 39 a?os, ech¨® el cierre de su pizzer¨ªa en Duisburgo (Alemania) pasadas las dos de la madrugada. Corr¨ªa el 15 de agosto de 2007, y decidi¨® salir a tomar algo junto a dos camareras y tres amigos. Cuando caminaban hacia sus coches, dos tipos se acercaron y abrieron fuego con pistolas del calibre 9. Cambiaron varios cargadores con toda la calma del mundo y dispararon 59 veces, incluido el tiro de gracia en la cabeza a cada v¨ªctima: todas calabresas. El objetivo principal era Marco Marmo, originario de San Luca, como el propio Strangio. Un peque?o pueblo de 3.700 habitantes a 2.144 kil¨®metros de la fr¨ªa Duisburgo, donde la Navidad anterior hab¨ªa estallado una guerra de clanes en la que muri¨® la esposa de uno de los capos. Cinco de aquellos cad¨¢veres eran parientes de los responsables, la familia Pelle-Vottari. En la trastienda de la pizzer¨ªa se escond¨ªa una armer¨ªa, y en el bolsillo de una de las v¨ªctimas la polic¨ªa alemana encontr¨® una estatuilla del arc¨¢ngel san Miguel quemada. El mundo descubri¨® aquel d¨ªa c¨®mo se hab¨ªa propagado el virus de la ¡®Ndrangheta.

¡ª?Qu¨¦ buscas?

¡ªBusco sangre y honor.

As¨ª se inicia un di¨¢logo de unos 20 minutos para entrar en una organizaci¨®n basada originalmente en dos estratos ¡ªsociedad mayor y menor¡ª, en el secreto y en las estrictas jerarqu¨ªas. Desde ese momento, si es necesario, el nuevo picciotto, el estadio m¨¢s bajo, matar¨¢ a su familia a fin de proteger a la ¡®Ndrangheta. Cuando jura hay una vela encendida y una figurita de san Miguel Arc¨¢ngel, protector de la mafia calabresa. El aspirante, pariente de otro miembro, se clava una aguja en un dedo y cada una de las gotas cae sobre la figura que se va quemando. El resto del clan, sentado en herradura, escucha que el nuevo arder¨¢ como la estatuilla si traiciona a su nueva familia. Siempre es as¨ª. Centenares de sumarios documentan ya una liturgia de la que todav¨ªa se desconoce la mayor¨ªa de detalles.

La organizaci¨®n naci¨® con robo de ganado y secuestros. Hoy controla la distribuci¨®n de coca¨ªna al por mayor en Europa

El pueblo de San Luca, conocido por los afiliados como la Mamma, ayuda a entender esta organizaci¨®n. El Corleone de la ¡®Ndrangheta no es un lugar de paso. La carretera de curvas serpentea por el escarpado Aspromonte y termina en la iglesia de la localidad. Fin del trayecto. Al entrar en el lugar donde echa sus ra¨ªces la mafia m¨¢s peligrosa de Europa, el forastero lo har¨¢ siempre vigilado. Una esc¨²ter con un adolescente sin camiseta, tres pendientes de aros y la cabeza rapada por los lados le escolta dando acelerones unos metros m¨¢s atr¨¢s. En este pueblo, donde nadie se presenta como alcalde desde hace cinco a?os, prendi¨® el fuego de Duisburgo. Los Pelle-Vottari y los Nirta-Strangio han comandado en los ¨²ltimos a?os desde sus b¨²nkeres una organizaci¨®n profundamente ritual¨ªstica que naci¨® con el robo de ganado, la extorsi¨®n y los secuestros, pero termin¨® convertida en una multinacional del crimen con el monopolio de la distribuci¨®n de coca¨ªna al por mayor en Europa. Hoy, seg¨²n la Fiscal¨ªa de Catanzaro, tiene m¨¢s de 30.000 afiliados solo en Calabria y factura unos 43.000 millones de euros que le permiten alterar el sistema democr¨¢tico. Esta mafia l¨ªquida, como la define el escritor Francesco Forgione, es la cuarta empresa de Italia y, probablemente, la que m¨¢s filiales tiene por el mundo: Australia, Canad¨¢, B¨¦lgica, Holanda, Espa?a¡­ Pero la clave es que no lo parezca.

Giampaolo Salvatore mata las horas apoyado en una barandilla junto al ayuntamiento de San Luca. Unos 50 a?os, piel dura, manos de agricultor y espalda de atleta ol¨ªmpico, lamenta que nadie quiera contratarle despu¨¦s de comerse 25 a?os por secuestro de personas. Nada raro aqu¨ª. Durante a?os buscaban a las v¨ªctimas en el norte, siempre de familias ricas; las sub¨ªan a un coche, cruzaban Italia por carreteras secundarias y las escond¨ªan en alguna cueva del Aspromonte. Imposible localizarlas, masculla un amigo de Salvatore. Corr¨ªan los setenta y aquel negocio ¡ª694 secuestros¡ª funcion¨® hasta que un golpe de suerte sugiri¨® cambiar de rumbo a las ¡®ndrinas (familias). El nieto del magnate del petr¨®leo John Paul Getty termin¨® en 1973 en el maletero de un coche rumbo a Calabria. Pidieron 17 millones, desafiando as¨ª al hombre m¨¢s rico del mundo. Pero tambi¨¦n al m¨¢s taca?o. Tras cinco meses de negociaciones y el env¨ªo de una oreja, acab¨® en tres millones. Suficiente para lo que se propon¨ªan.

El hist¨®rico capo Girolamo Piromalli, jefe de la plana de Gioia Tauro, lider¨® una revolucionaria ¡ªy sangrienta¡ª iniciativa para invertir el bot¨ªn. Camiones, excavadoras y sobornos que permitieron entrar en el sistema de concesiones p¨²blicas y participar en la construcci¨®n de infraestructuras clave como la autopista Salerno-Reggio (440 kil¨®metros de comisiones) o un puerto a medida para futuros negocios. La organizaci¨®n cre¨® un nuevo estadio bautizado como La Santa que le dio acceso a la habitaci¨®n de los botones, como suele llamarse en Italia al aut¨¦ntico poder. La decisi¨®n cost¨® una guerra con 800 muertos y la instauraci¨®n de Crimine, una c¨²pula donde tomar decisiones. Pero dio un impulso estratosf¨¦rico a la ¡®Ndrangheta y sent¨® las bases de lo que es hoy.

El puerto de Gioia Tauro

El puerto de Gioia Tauro, cuyo Ayuntamiento lleva tres a?os intervenido por infiltraciones mafiosas (como otros 457 en Italia desde 1991), es la mejor expresi¨®n de c¨®mo la ¡®Ndrangheta ha parasitado una tierra exuberante en recursos naturales e impedido su prosperidad. Inaugurado en 1995 en una gran llanura, iba a estar acompa?ado de la reconversi¨®n industrial de 700 hect¨¢reas de suelo agr¨ªcola para construir un centro sider¨²rgico. Arrasaron los campos de naranjos, se urbaniz¨® el terreno y decenas de empresarios recibieron alrededor de 1.200 millones de euros de ayudas con fondos europeos. El dinero y los hombres de negocios se esfumaron, recuerda en uno de aquellos solares Michele Albanese, el periodista que mejor conoce la organizaci¨®n y que se mueve con dos carabinieri desde que en 2014 planearon asesinarle. Aquellos terrenos albergan hoy uno de los campamentos de jornaleros africanos m¨¢s grandes de Europa: 3.000 habitantes hacinados entre lonas y hojalata cuya mano de obra a precio de esclavo (12 horas a 25 euros) controla la ¡®Ndrangheta.

?El puerto? Castigado internacionalmente por su mala fama (ha despedido a unos 400 trabajadores), es uno de los nudos de distribuci¨®n de coca¨ªna de la organizaci¨®n junto a Amberes y R¨®terdam, se?alan las fuentes jur¨ªdicas consultadas. Imposible controlar m¨¢s del 2% de los 24.000 contenedores que pueden llevar las naves de hasta 260 metros que hacen escala aqu¨ª (unas 10 a la semana). Sus responsables muestran durante toda una ma?ana las instalaciones y se desmarcan de las acusaciones. Los controles, dicen, son superiores a los de cualquier puerto europeo. ¡°Nos ha perjudicado mucho esta imagen. No podemos pintarlo todo de color de rosa, pero toda la droga de Europa no entra por aqu¨ª¡±, rebate el portavoz de la compa?¨ªa.

El fiscal de Catanzaro, Nicola Gratteri, de 60 a?os, discrepa en algunas afirmaciones. Su despacho, al que se accede a trav¨¦s de una puerta de acero dejando atr¨¢s a un grupo de escoltas, guarda los secretos de esta organizaci¨®n cuyo crecimiento solo se entiende mirando al otro lado del Atl¨¢ntico. ?l mismo ha cruzado decenas de veces para dirigir operaciones conjuntas que han terminado con la incautaci¨®n de toneladas de coca¨ªna en alta mar. ¡°En Sudam¨¦rica hay decenas de hombres de la organizaci¨®n que viven all¨ª de manera estable. Se han casado y tienen familias en Colombia, en Bolivia y en Per¨², y de ah¨ª hacen llegar a Europa toneladas de coca¨ªna. El cartel del Golfo y los Zetas han hecho grandes negocios con los calabreses. Esto te da una visi¨®n de su expansi¨®n y del nivel de compenetraci¨®n¡±.

La ¡®Ndrangheta es la organizaci¨®n m¨¢s competitiva y la que goza de mayor confianza entre los carteles. Es la ¨²nica que saca la droga fiada de los tres pa¨ªses productores (Bolivia, Colombia y Per¨²), se?ala Gratteri. Las bandas criminales normales compran la coca¨ªna a 1.800 euros el kilo, con un principio activo del 98%. ¡°Pero la ¡®Ndrangheta lo hace a 1.000 euros. Tiene una relaci¨®n privilegiada, de confianza total, porque nunca fallan. De hecho, las dem¨¢s organizaciones de gran parte de Europa acuden a ellos cuando necesitan un pedido. Cosa Nostra, por ejemplo, les compra desde hace tres d¨¦cadas la coca¨ªna¡±, se?ala el fiscal calabr¨¦s.

La relaci¨®n es tan buena que, por primera vez, una organizaci¨®n externa a los carteles, como document¨® la Operaci¨®n Decollo, dirigida por Gratteri en 2011, logr¨® participar como socia en la producci¨®n de pasta de coca. Un fen¨®meno ins¨®lito para otros grupos criminales, que normalmente solo son capaces de colaborar en el proceso de transporte desde el pa¨ªs de origen. ¡°Sucede desde hace 10 a?os. Especialmente despu¨¦s de la ca¨ªda de los grandes carteles. Ahora hay muchos peque?os grupos obligados a consorciarse cuando la ¡®Ndrangheta pide cinco toneladas de golpe. Las relaciones de esta mafia con las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y las FARC (la antigua guerrilla, desmovilizada) est¨¢n hoy completamente demostradas. Especialmente con una parte de las AUC, que tras el proceso de pacificaci¨®n volvieron a cultivar coca¨ªna como modo de vida¡±, se?ala el fiscal.

El viaje de la coca¨ªna

El puerto de Gioia Tauro ha sido durante d¨¦cadas una gran puerta de entrada. Su colocaci¨®n estrat¨¦gica en el coraz¨®n del Mediterr¨¢neo, la profundidad de sus muelles y el control sobre determinados trabajadores lo hicieron un lugar ideal para camuflar sus env¨ªos entre los 2,8 millones de contenedores que mueve al a?o. Durante mucho tiempo, las dos familias que mandan en la zona (los Bellocco-Pesce y los Piromalli-Mol¨¨) cobraron 1,5 d¨®lares por cada contenedor con el pretexto de garantizar su seguridad. ¡°Tienen operarios a sueldo para sacar la coca de ah¨ª dentro¡±, se?ala el corpulento comandante Giampiero Carrieri, hombre fuerte de la Guardia di Finanza (la polic¨ªa aduanera) en la zona y experto en el tr¨¢fico de estupefacientes. Su equipo trabaja d¨ªa y noche revisando la mercanc¨ªa que entra, y patrulla en lancha y helic¨®ptero los muelles. En el ¨²ltimo decenio han interceptado 17.000 kilos de droga. Poco, admiten, comparado con lo que entra.

El poder lleva en Calabria los mismos apellidos desde hace un siglo. El pilar de la ¡®Ndrangheta es la familia

Pero el negocio empieza mucho antes. Los controles en Colombia han obligado a los proveedores de la ¡®Ndrangheta a transportar la coca en camiones por la selva amaz¨®nica, llegar a Brasil y embarcarla en el puerto de Santos (en el Estado de S?o Paulo, el m¨¢s grande de Sudam¨¦rica). Carrieri, que ha estado en tres pa¨ªses en la ¨²ltima semana y lleva 24 horas sin dormir en el momento de la conversaci¨®n en su cuartel, ha visto de todo: falsos fondos, partidas en el motor del refrigerador¡­ La estrategia suele ser la misma. Sociedades ficticias paname?as organizan la carga y el transporte. Pongamos que salen 10 contenedores de ca?a de az¨²car. Antes de cerrar el contenedor colocan ah¨ª cuatro bolsas de 25 kilos de coca. A eso lo llaman rip off. Luego cierran y ponen un sello. Pero dentro han dejado otro id¨¦ntico al oficial que servir¨¢ para precintar de nuevo el contenedor una vez sacada la coca en Gioia Tauro.

Aqu¨ª empieza el negocio en Europa. Pasar por esa especie de aduana cuesta el 20% de su valor. Luego, fuera del puerto, lo que la ¡®Ndrangheta compr¨® a 1.000 euros en origen ya vale 30.000 euros el kilo. Cuanto m¨¢s compren, m¨¢s barato: quien solo quiere un kilo tiene que pagar alrededor de 60.000 euros. Cuando se abre el paquete, hay quien se hace solo con 300 gramos, lo mete en una batidora y lo mezcla con otros 300 de corte. En ese momento cada dosis vale ya 50 euros el gramo y deja en manos de clanes peque?os el menudeo.

La infiltraci¨®n en el territorio / La Iglesia

El rito de la ¡®Ndrangheta se apoya sobre una perversi¨®n sesgada del catolicismo. Las invocaciones sagradas, las figuras del arc¨¢ngel Miguel o santa Elisabetta, el Evangelio¡­ Tambi¨¦n su gran templo, el santuario de la Madonna de Polsi, colgado al final de una senda imposible en pleno Aspromonte donde solo se llega atravesando torrentes y pendientes resbaladizas en un potente 4¡Á4. Cada 2 de septiembre se reun¨ªan en este silencioso lugar los m¨¢ximos exponentes de los tres mandamientos (Ionico, Tirr¨¦nico y Reggio) para ratificar los nombramientos. Se sab¨ªa, nadie lo hab¨ªa visto. Pero la Fiscal¨ªa de Reggio coloc¨® en 2009 micr¨®fonos y c¨¢maras que lo ratificaron. Justo delante de la estatua de la Virgen, Domenico Oppedisano fue confirmado como capo crimine (supervisor durante un a?o de la organizaci¨®n). La apropiaci¨®n del lugar, con la connivencia de la comunidad eclesial y del p¨¢rroco del lugar, Pino Strangio (acusado por la Fiscal¨ªa antimafia), fue total. El capo pagaba y el cura pon¨ªa el cazo. Las reuniones siguen celebr¨¢ndose en alg¨²n lugar del monte, confirman fuentes policiales. Pero Strangio fue destituido, el templo protegido con c¨¢maras y en el lugar de la estatua de la Virgen de Polsi se coloc¨® el busto de un cura asesinado por la ¡®Ndrangheta. El mensaje estaba claro.

El papa Francisco se tom¨® la cuesti¨®n como algo personal y visit¨® Calabria en 2014. Tras d¨¦cadas mirando hacia otro lado, el Vaticano excomulg¨® a los mafiosos. Un gancho al est¨®mago de la organizaci¨®n criminal m¨¢s extendida en Italia, tan preocupada por la coartada cat¨®lica. Dos meses despu¨¦s, tras una rebeli¨®n de los presos de la ¡®Ndrangheta que se negaron a ir a misa en las c¨¢rceles, el Papa apuntal¨® el muro nombrando a Francesco Oliva obispo de Locride. En la sede del obispado, acompa?ado de dos monjas filipinas que viven con ¨¦l, recuerda c¨®mo rechaz¨® el ¡°dinero sucio¡± de la ¡®Ndrangheta nada m¨¢s aterrizar. Duro, seco y humilde. Un pastor de esos que huelen a oveja, como le gusta definir a Francisco a sus colaboradores. ¡°Un mafioso no puede ser un benefactor sin renunciar al crimen. Esa ayuda es para que crezca su consenso popular, no queremos dinero manchado de sangre. No se puede ir del brazo de la mafia porque siempre pedir¨¢ algo¡±. Hubo consecuencias. Llamadas an¨®nimas al obispado, amenazas. ¡°Prefiero no hablarlo¡±, se?ala don Franco.

La respuesta fue una novedad en un territorio donde la ¡®Ndrangheta ha suplido durante d¨¦cadas a un Estado ausente. Calabria tiene 1,9 millones de habitantes y uno de cada tres vive en el umbral de la pobreza. La renta per capita (16.500 euros) es la m¨¢s baja de Italia, casi tres veces menor a la de Bolzano (41.100). Si uno nace aqu¨ª, tiene una expectativa de vida cuatro a?os menor que en el norte. ¡°Ha habido un abandono total. Solo se ha mantenido un perfil militar, de control. La gente a¨²n ve el Estado muy lejano y eso ha facilitado la ocupaci¨®n del territorio. Ellos ayudan a la gente, colaboran. Pero cuando un mafioso ofrece trabajo, genera dependencia: es una trampa. Sabemos que frecuentan las iglesias. Y que se han apropiado de la simbolog¨ªa religiosa. Los vemos a menudo con la imagen de la Madonna de Polsi. Pero es una religiosidad desviada. He sido muy claro con los curas: aqu¨ª ya no es posible la omert¨¤¡±.

Los lazos de sangre

El poder lleva en Calabria los mismos apellidos desde hace m¨¢s de un siglo. El pilar fundamental de la ¡®Ndrangheta es la familia. Su estructura horizontal, basada exclusivamente en los v¨ªnculos de sangre y en r¨ªgidos procesos de aceptaci¨®n a partir de los 14 a?os, la convierte en un fort¨ªn donde apenas existen los arrepentidos, que dinamitaron desde dentro la Cosa Nostra. En los pueblos, desde Locri hasta Reggio Calabria, nadie dice una palabra sobre el tema. La ¡®Ndrangheta no existe. ¡°Nunca acabar¨¢n con ella. A diferencia de la Cosa Nostra o la Camorra, esta es una mafia basada en los v¨ªnculos de sangre. Y las familias no se rompen tan f¨¢cilmente¡±, se?ala el escolta de uno de los fiscales m¨¢s amenazados de Italia. Tiene raz¨®n, pero algo ha cambiado.

Tras d¨¦cadas mirando hacia otro lado, en 2014 la Iglesia excomulg¨® a los mafiosos y el Papa nombr¨® a otro obispo

La revoluci¨®n, consideran todos los expertos, llegar¨¢ con las mujeres. En el ¨²ltimo piso del Tribunal de Menores de Reggio Calabria, en un austero despacho, aguarda la persona m¨¢s convencida de ello. El magistrado Roberto Di Bella, un hombre enjuto y calmado de 54 a?os que ha dedicado los ¨²ltimos 25 a la lucha contra el crimen organizado, es el precursor de un hist¨®rico giro de guion. ¡°En 2011 me encontr¨¦ juzgando a los hijos de aquellos que procesaba en los a?os noventa. Todos llevaban id¨¦nticos apellidos, pertenec¨ªan a las mismas familias de la ¡®Ndrangheta y comet¨ªan los mismos delitos. Y eso me hizo reflexionar. Si las mismas familias llevan en el territorio desde hace 70 u 80 a?os, significa que la cultura mafiosa se hereda. As¨ª que pensamos que no pod¨ªamos asistir sin hacer nada a un fen¨®meno seg¨²n el cual los padres educan a sus hijos en el crimen¡±.

Di Bella y la asociaci¨®n antimafia Libera iniciaron un proyecto para retirar la custodia de los hijos a las familias ¡®ndranghetistas y ofrecerles una vida en el norte, lejos del ambiente criminal. Ya lo han aplicado en unos 50 casos, tambi¨¦n con las madres que quieren colaborar, con la base jur¨ªdica del maltrato que sufren al ser obligados a delinquir. ¡°Evitamos que tengan un destino escrito. Nunca intervenimos en v¨ªa preventiva solo porque la familia sea mafiosa. No inculcamos una ideolog¨ªa de Estado. Solo cuando hay un adoctrinamiento o pruebas de ese maltrato¡±. Di Bella pone como ejemplo una conversaci¨®n intervenida entre un padre y un hijo: ¡°Yo soy el evangelio de la ¡®Ndrangheta [segundo nivel de la sociedad mayor], hijo m¨ªo. Y t¨² debes saber que est¨¢ el Estado¡­ y luego estamos nosotros, que es muy distinto¡±. Cierto. Y desde hace m¨¢s tiempo de lo que nadie pensaba.

La expansi¨®n en el norte de Italia

La noche del 26 de junio de 1983, el magistrado turin¨¦s Bruno Caccia termin¨® de cenar y sali¨® con su perro. Era domingo y su escolta ten¨ªa permiso. Cuando enfilaba la pendiente de la calle Sommacampagna a la altura del n¨²mero 15, dos personas le dispararon 14 tiros desde un coche. Cay¨® abatido y abrieron fuego tres veces m¨¢s para rematarlo. Nadie vio nada. Pero eran los a?os de plomo en los que las Brigadas Rojas y los grupos fascistas de los N¨²cleos Armados Revolucionarios (NAR) rivalizaban por los asesinatos a funcionarios p¨²blicos. Caccia era un met¨®dico y valiente magistrado que hab¨ªa metido la nariz en todas esas organizaciones. De modo que durante alg¨²n tiempo fue f¨¢cil suponer que ese hab¨ªa sido el motivo de su muerte. Caccia, sin embargo, fue el primer y ¨²nico juez ¡ªal margen de Antonio Scopelliti, al que mataron como favor a la Cosa Nostra en 1991¡ª asesinado por la mafia calabresa.

Nadie hab¨ªa o¨ªdo hablar de la ¡®Ndrangheta hasta entonces en el norte de Italia. ¡°No sab¨ªamos qu¨¦ demonios quer¨ªa decir esa palabra. A esa gente la llam¨¢bamos el clan de los calabreses¡±, recuerda Paola Caccia, la hija del magistrado, en el lugar donde fue asesinado su padre hace 35 a?os. Al cabo de un tiempo, un colaborador de la justicia decidi¨® tenderle una trampa a un capo local llamado Domenico Belfiore, en la c¨¢rcel por otros delitos. Pic¨® y se jact¨® de ser el autor intelectual del asesinato de Caccia. En las escuchas se le oye decir: ¡°Ah¨ª abajo sab¨ªan todo¡±. Seg¨²n Belfiore, mataron a Caccia con el permiso de la c¨²pula en Calabria ¡°porque obstaculizaba la disponibilidad de los otros [magistrados]¡±. Es decir, cuando lo eliminaron, la ¡®Ndrangheta ya controlaba a algunos magistrados en el Palacio de Justicia turin¨¦s. Ese lugar, un enorme complejo de ladrillo rojo al norte de la ciudad, lleva hoy su nombre y la ¡®Ndrangheta ya no es invisible. Pero hubo un punto de inflexi¨®n.

¡°Necesitan tener un sitio donde florezcan los intereses. En el norte y en el extranjero no debe haber sangre¡±

El 23 de octubre de 2006, Rocco Varacalli, afiliado a un clan de Tur¨ªn, mand¨® una carta al fiscal Roberto Sparagna ofreciendo su colaboraci¨®n. Algo as¨ª como cuando Tommaso Buscetta decidi¨® en 1984 traicionar a la Cosa Nostra y explicarle al juez Giovanni Falcone los entresijos de la organizaci¨®n siciliana. Varacalli fue la Piedra Rosetta que permiti¨® descifrar la expansi¨®n de la ¡®Ndrangheta en el norte. Sparagna, un obstinado magistrado de 53 a?os enamorado de Ortega y Gasset, alucinaba. ¡°Fue una revoluci¨®n inesperada. Cuando dijo que formaba parte del Local X [c¨¦lula compuesta de al menos 49 miembros] de la ¡®Ndrangheta de Tur¨ªn, yo ten¨ªa dificultades para entenderlo. Pens¨¢bamos con mentalidad del norte y est¨¢bamos muy desorientados. No entend¨ªamos cuando hablaba del capo giovane, del capo locale o cuando nos explicaba los ritos folcl¨®ricos, que se practicaban tambi¨¦n en Tur¨ªn. Varacalli abri¨® la puerta de una antropolog¨ªa desconocida para nosotros. Hoy en Piamonte todo el mundo sabe qu¨¦ es la ¡®Ndrangheta y no hay duda de que existe. Pero al principio todos los colegas lo dudaban¡±, explica en su despacho, en cuyas paredes descansan los sumarios de la operaci¨®n que lo cambi¨® todo.

Minotauro e Infinite

La ¡®Ndrangheta se expandi¨® en los a?os sesenta a trav¨¦s de las rutas de la emigraci¨®n calabresa. Luego, como demostr¨® la Operaci¨®n Minotauro, dirigida por Sparagna en 2011, lo hizo con criterios puramente empresariales. Fueron 184 detenidos solo en Piamonte y un 85% de condenas por asociaci¨®n mafiosa. Llegaron los primeros Ayuntamientos disueltos (269 desde 1992 a 2017 en toda Italia), tambi¨¦n en Lombard¨ªa, donde se desarroll¨® la macroperaci¨®n Infinite con m¨¢s de 200 condenas. Por primera vez eran los pol¨ªticos, como el siniestro exalcalde de Leini, Nevio Coral, quienes iban a buscar a la mafia. Lo nunca visto en el pr¨®spero y ordenado norte. Sparagna y sus colaboradores descubrieron que la ¡®Ndrangheta ten¨ªa su coraz¨®n espiritual en el sur de Italia. Pero el m¨²sculo financiero se encontraba desde hac¨ªa a?os ante sus narices. Construcci¨®n, restauraci¨®n, concesiones p¨²blicas, casas de apuestas¡­ Incluso el todopoderoso presidente de la Juve, Andrea Agnelli, declar¨® en 2017 por los v¨ªnculos del club con la ¡®Ndrangheta.

La organizaci¨®n sigue siendo pr¨¢cticamente opaca. Pero en julio de 2008, la polic¨ªa intercept¨® una conversaci¨®n clave para entender c¨®mo operaban los clanes del norte. El capo locale Giuseppe Gioffr¨¨ llev¨® a su hijo menor a una reuni¨®n en Tur¨ªn y quiso asegurarse de que hab¨ªa aprendido la lecci¨®n.

¡ª?Has entendido de qu¨¦ hemos hablado?

¡ªS¨ª, de droga.

¡ªPero ?has entendido c¨®mo llega?

¡ªS¨ª, con el barco.

¡ªQuiero que sepas que con ese cargamento comemos 50 familias. No tocamos ni un solo gramo, pero ganamos dos millones de euros. Luego destinamos una parte de esas ganancias a la usura y sin hacer nada recibimos 20.000 euros al mes.

La usura es la manera m¨¢s rentable de lavar el dinero. Pero tambi¨¦n se han documentado inversiones en energ¨ªas renovables o en compra de latifundios con ayudas europeas. Entre 1992 y 2017, la Direcci¨®n de Investigaci¨®n Antimafia embarg¨® a la ¡®Ndrangheta unos 2.972 millones de euros y confisc¨® otros 2.086 millones. Sparagna, extremadamente meticuloso y poco dado a las entrevistas, ha dedicado los ¨²ltimos 11 a?os de su vida a estudiarla. Pero cuando se le pregunta cu¨¢nto la conocemos, se queda callado unos segundos. ¡°Como mucho, un 5%. Hemos tardado tanto porque utiliza el norte y el extranjero como terreno de cultivo. Tiene que invertir, necesita un sitio donde hacer florecer los intereses. As¨ª que no debe haber sangre. Si hay asesinatos, hay investigaciones y se encienden los focos. La estrategia en el norte y el extranjero es ser invisibles¡±.

La noche de Ferragosto de 2007 en Duisburgo, la ¡®Ndrangheta cometi¨® un error de bulto que oblig¨® a reformular la estrategia a su c¨²pula. Desde entonces, pese a ser la mafia m¨¢s extendida de Italia, tambi¨¦n es la que menos ha matado. Nada que ver con las bandas de pistoleros adolescentes de la Camorra o la m¨ªstica sangrienta de la Cosa Nostra, muy debilitada tras declararle la guerra al Estado al otro lado del estrecho de Messina. Su expansi¨®n y el poder econ¨®mico han permitido evitar el ruido y propagarse infectando el mundo, como explican los fiscales Giuseppe Pignatone y Michele Prestipino, convirti¨¦ndose en una rica multinacional fundada en la regi¨®n m¨¢s pobre de ?Italia. La conversaci¨®n telef¨®nica interceptada por la polic¨ªa hace algunos meses, donde un capo aleccionaba a otro, resume bien esa mirada colonizadora desde la que ve el mundo la ¡®Ndrangheta: ¡°Tienes que saber que todo se divide hoy entre lo que es Calabria y lo que terminar¨¢ si¨¦ndolo¡±.?