Partos en casa, una opci¨®n contra el miedo al coronavirus en Argentina
Los nacimientos domiciliarios son inferiores al 1%, pero los fallos en la atenci¨®n m¨¦dica por la pandemia y el temor a contagiarse lleva a las embarazadas a buscar alternativas
El beb¨¦ de Natalia naci¨® en una cl¨ªnica de Buenos Aires el 20 de marzo, el mismo d¨ªa que el presidente argentino, Alberto Fern¨¢ndez, decret¨® la cuarentena obligatoria por la pandemia de covid-19. Naci¨® ese d¨ªa porque su ginec¨®loga la convenci¨® de que era mejor inducir el parto que esperar, dada la incertidumbre de lo que se avecinaba. Desde entonces, cientos de argentinas han vivido la recta final de sus embarazos con estudios m¨¦dicos cancelados y/o aplazados, cambios en el lugar de atenci¨®n y se han enfrentado al parto a veces sin acompa?ante debido a los nuevos protocolos m¨¦dicos. Ante esos problemas y el miedo a contagiarse de coronavirus en los hospitales, algunas exploran alternativas como los partos en casa, que suponen solo el 0,8% del total.
¡°No tenemos cifras oficiales, pero s¨ª puedo decir que recibo muchas m¨¢s llamadas que antes de mujeres que preguntan por partos domiciliarios, al menos una al d¨ªa¡±, asegura el partero Francisco Saraceno. Coincide con ¨¦l su colega Sandra La Porta. A diferencia de lo que est¨¢n acostumbrados, entre las mujeres que se acercan a ellos ahora no est¨¢n solo las que ya estaban decididas de antemano a dar a luz en sus casas, sino tambi¨¦n embarazadas de treinta o m¨¢s semanas de gestaci¨®n que buscan ser contenidas ante la falta de atenci¨®n y por primera vez se plantean si en este contexto no ser¨¢ m¨¢s seguro que concurrir a un hospital.
Sabrina dio a luz a su tercer hijo en casa la semana pasada con el equipo de Saraceno. ¡°En esta situaci¨®n de pandemia estaba muy tranquila con nuestra decisi¨®n. Algunos de mis familiares, que habitualmente les daba mucho miedo el parto en casa, esta vez me llamaban contentos, diciendo qu¨¦ atinado para este momento resultaba tener un parto planificado en el domicilio¡±, explica. ¡°Fue un parto hermoso y r¨¢pido. Lo que m¨¢s me preocupaba era la presencia de mis otros dos hijos en la casa. En una situaci¨®n normal hubi¨¦semos hecho planes para que alguien los venga a buscar y se los lleve, pero esta vez no era tan simple. As¨ª que los ni?os estuvieron en la casa, al principio dorm¨ªan y se despertaron para el final del trabajo de parto. Se quedaron tranquilos en su habitaci¨®n y vinieron cuando el pap¨¢ los fue a buscar¡±, recuerda.
La tranquilidad de estar acompa?ada en un entorno conocido e ¨ªntimo, conservar la autonom¨ªa, poder moverse y cambiar de postura, no sentirse manipulada y saber que la intervenci¨®n m¨¦dica es la menor posible son algunos de los argumentos citados por las mujeres que han preferido su hogar al hospital para recibir al beb¨¦ que han gestado durante nueve meses.
En teor¨ªa, la mayor¨ªa de embarazadas podr¨ªa seguir su ejemplo, pero hay excepciones. Quedan descartadas las que sufren alguna patolog¨ªa, las que tienen un embarazo m¨²ltiple o cuyo beb¨¦ no est¨¢ colocado de cabeza para el parto y requieren de ces¨¢rea. Si el parto en casa se complica hay que ir lo m¨¢s r¨¢pido posible al hospital. Ese traslado est¨¢ siempre previsto, pero aumenta el riesgo frente a quienes est¨¢n a solo a pasos de distancia de un quir¨®fano.
En Argentina, estos partos son legales, pero muchas mujeres no lo saben. Adem¨¢s, hay un obst¨¢culo econ¨®mico: solo se realizan por fuera del sistema de salud p¨²blico y no est¨¢n cubiertos tampoco por los seguros privados, as¨ª que las familias que se decantan por esta opci¨®n ¡ªmenos en contextos de gran vulnerabilidad¡ª necesitan recursos econ¨®micos suficientes para costearlo o encontrar a profesionales que acepten alg¨²n trueque como parte del pago. En la pr¨¢ctica, tampoco ser¨ªa posible un regreso masivo a los nacimientos en casa, como fue habitual hasta mitad del siglo pasado. ¡°Faltar¨ªan parteros para atenderlos¡±, admite Saraceno.
Protocolos r¨ªgidos
Detr¨¢s del inter¨¦s renovado por los partos domiciliarios est¨¢ la abrupta adaptaci¨®n de los hospitales para hacer frente a la pandemia de covid-19. Toda persona que ingresa debe someterse en la entrada a un triaje en el que le toman la temperatura y buscan s¨ªntomas. El uso de mascarilla es obligatorio. Cancelaron de golpe toda atenci¨®n excepto las emergencias y las embarazadas quedaron en un limbo.
A Jessica le suspendieron los controles obst¨¦tricos en su centro m¨¦dico de Monte Grande, en el extrarradio bonaerense, una vez que empez¨® la cuarentena. A Luciana, con un embarazo de riesgo, le pas¨® igual. Ambas pidieron ayuda a Las Casildas, una organizaci¨®n feminista centrada en la violencia obst¨¦trica. De media, durante la pandemia reciben cada tarde medio centenar de llamadas. Algunas de las pr¨¢cticas denunciadas, como prohibir la entrada de un acompa?ante en la sala de partos, chocan con la ley vigente.
Desde hace dos semanas, vuelven a estar habilitadas las consultas y los an¨¢lisis de rutina, pero el temor de profesionales y pacientes es evidente. ¡°S¨ª que tengo miedo, todos tenemos, pero tenemos que seguir trabajando. Una de mis compa?eras dej¨® de trabajar por ansiedad y otra se fue de la casa para no contagiar a los dem¨¢s. Se supone que nosotros elegimos esta profesi¨®n para tratar a gente enferma, si te asusta hay que elegir otra profesi¨®n¡±, dice la partera Alejandra Avenda?o al hablar sobre su trabajo diario en un hospital del conurbano bonaerense. Avenda?o, quien tambi¨¦n atiende partos en casa, destaca que all¨ª tambi¨¦n trabaja con mucha m¨¢s protecci¨®n que antes.
Profesionales como La Porta buscan desde hace a?os democratizar los partos domiciliarios con un proyecto que ya existe en otros pa¨ªses, como las casas de partos. ¡°En Alemania hay 120¡±, pone como ejemplo. Existen tambi¨¦n en Canad¨¢ y Australia. Funcionan fuera de los hospitales, pero a s¨®lo una o dos cuadras de ellos, para agilizar al m¨¢ximo el traslado en caso de emergencia. En lo inmediato, Saraceno propone favorecer las altas voluntarias de las parturientas y organizar visitas domiciliarias posteriores para acortar su tiempo de estancia en los hospitales y reducir el riesgo de infecci¨®n.
Como sus colegas, Avenda?o tambi¨¦n ha recibido m¨¢s llamadas en estas semanas, pero no sabe si el inter¨¦s por los nacimientos domiciliarios ser¨¢ pasajero o si marcar¨¢ una tendencia. De confirmarse, el aumento ser¨¢ bajo, augura, porque queda por fuera del sistema de salud p¨²blico y por la oposici¨®n de muchas mujeres. Al miedo ante cualquier emergencia se le suma la negativa a hacer el trabajo de parto sin epidural. ¡°En el hospital algunas piden de entrada una c¨¦sarea, que es un derecho reconocido por la ley [argentina]¡±, destaca esta partera. A¨²n as¨ª, madres como Sabrina sienten por primera vez c¨®mo crece el apoyo a su elecci¨®n y no dudan en compartirla.
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