¡°Los entierros por las noches y con protocolo de la covid-19 dicen una cosa distinta al discurso oficial¡±
Retratos de la pandemia en Am¨¦rica
¡°En Nicaragua vamos hacia el desfiladero¡±
El neum¨®logo nicarag¨¹ense Jorge Iv¨¢n Miranda relata c¨®mo es tratar a pacientes de coronavirus y ver enfermar a sus compa?eros mientras el gobierno de Daniel Ortega minimiza la pandemia.
En las ¨²ltimas tres semanas me he ba?ado seis veces al d¨ªa como m¨ªnimo. La curva de la epidemia de coronavirus en Nicaragua est¨¢ en la fase de ascenso r¨¢pido. Los pacientes con insuficiencias respiratorias agudas y neumon¨ªas at¨ªpicas tienen copadas las salas destinadas para atender la covid-19 en los dos hospitales que trabajo. Cada vez que atiendo a uno, debo quitarme el traje de protecci¨®n, desinfectarlo y ba?arme. Hay un claro aumento exponencial de casos, aunque el Gobierno no lo reconozca p¨²blicamente. Como neum¨®logo me preocupa, porque vamos hacia el desfiladero.
La primera vez que escuch¨¦ del coronavirus fue el primero de enero de 2020. Vi en las noticias que las autoridades chinas reportaron 46 casos de neumon¨ªas en Wuhan, pero no pens¨¦ que fuese grave. En ese momento, cre¨ª que ser¨ªa como el SARS-CoV, un virus que fue limitado en los pa¨ªses y apenas lleg¨® a Estados Unidos y Canad¨¢. Pero a mediados de enero, cuando vi alarmas en Jap¨®n y Corea del Sur, me preocup¨¦¡ aunque siempre ve¨ªa remoto que llegara a nuestro pa¨ªs. Ten¨ªa confianza en que los pa¨ªses controlaran el virus como lo hizo Corea del Sur, pero fue la ¨²nica naci¨®n que lo hizo bien. El resto de los pa¨ªses no aislaron a las personas que aterrizaron en sus aeropuertos, y fue cuando todo se sali¨® de control. All¨ª fue cuando me dije: ¡°Esto cambi¨®¡±.
Empec¨¦ a leer, a investigar y documentarme sobre el nuevo coronavirus. Prepar¨¦ una serie de presentaciones did¨¢cticas para compartirlas con mis colegas en el Hospital Monte Espa?a (un centro del Seguro Social), en Managua, y con los m¨¦dicos de las asociaciones de neum¨®logos, de cuidados cr¨ªticos y emergenci¨®logos. Viendo lo que pasaba en el mundo, deb¨ªamos prepararnos. Era una sensaci¨®n de inminencia: en cualquier momento la covid-19 llegar¨ªa a Nicaragua.
La sensaci¨®n de inminencia la reforzaba las declaraciones del Gobierno. Las autoridades de salud decretaron que no cerrar¨ªan fronteras ni que habr¨ªa cuarentena preventiva. No les restringieron la entrada a extranjeros ni aislaban a quienes entraban a Nicaragua. En cualquier momento explotar¨ªa¡ Y el sistema de salud p¨²blico, de plano, no estaba preparado. El ¨²nico hospital que estaba preparado, incluso antes de los primeros casos positivos en Centroam¨¦rica, fue el hospital privado Vivian Pellas, el otro centro en el que trabajo. Empezamos a hacer un plan, a destinar el ¨¢rea para atender a los pacientes de covid-19 y a comprar los materiales de protecci¨®n. Porque una cosa clara dijimos: quien tiene m¨¢s riesgo de contagio, es el personal sanitario. El sistema p¨²blico jam¨¢s hizo algo parecido.
La noche del 18 de marzo estaba en el hospital cuando la vicepresidenta Rosario Murillo anunci¨® el primer caso positivo. Sent¨ª miedo. A pesar de que estaba en el hospital m¨¢s preparado de Nicaragua, en el otro hospital, el Monte Espa?a, no hab¨ªa preparaci¨®n. Luego de conocerse el primer caso, el Minsa (Ministerio de Salud) empez¨® a dar a conocer el virus, y la OPS (Organizaci¨®n Panamericana de la Salud) capacit¨® al personal para tomar las pruebas de covid-19. Es lo m¨¢s relevante que ha hecho el Minsa hasta ahora. Los m¨¦dicos est¨¢bamos en alerta.
Durante esa primera etapa de epidemia, ten¨ªamos un umbral de sospecha muy alto. Sab¨ªamos que pod¨ªan circular contagios relacionados con los primeros casos positivos reconocidos por el Gobierno. Pero la explosi¨®n de insuficiencias respiratorias y neumon¨ªas se dieron en la cuarta semana de epidemia. Neumon¨ªas asociadas a la covid-19 por doquier, pero el Gobierno insiste que no existe transmisi¨®n local-comunitaria.
Me toc¨® atender a dos de los primeros casos positivos reconocidos por las autoridades porque fue gente pudiente que lleg¨® de Estados Unidos y se intern¨® en el Vivian Pellas. En la actualidad, he atendido un mont¨®n de casos. Eso da temor y estr¨¦s. Como dije antes: aunque est¨¦s en el hospital m¨¢s preparado, ning¨²n pa¨ªs del mundo est¨¢ listo para el nivel de contagio de este virus. Tu familia se preocupa y eso da nerviosismo y cefalea tensional. Tengo tres hijos y el varoncito se me tiraba en brazos cada vez que llegaba del trabajo. Ahora, su mam¨¢ le ha dicho que no se acerque a su pap¨¢ hasta que se ba?e. Es tremendo ver c¨®mo se corta ese impulso en el ni?o. Lo puedo ver en sus ojitos.
Al inicio de la epidemia, el Minsa usaba una definici¨®n de casos muy estrecha para hacer las pruebas de la covid-19. Rechazaban a un alto n¨²mero de pacientes con claros s¨ªntomas de tener el virus, porque no cumpl¨ªan, dec¨ªan ellos, el nexo epidemiol¨®gico de no venir de otro pa¨ªs. Remit¨ª m¨¢s de 50 pruebas y las rechazaron en ese primer momento. Luego relajaron m¨¢s el criterio. Ahora la condici¨®n para hacer la prueba es que tengas una neumon¨ªa at¨ªpica. Es decir, que un caso moderado o grave no lo rechazan como antes, pero ahora viene el exceso de casos ¡°indeterminados¡±.
Los casos ¡°indeterminados¡± son aquellas pruebas que no dan ni positivo ni negativo; cuando se detecta poco porcentaje v¨ªrico. Entonces, el Minsa los declara indeterminados, aunque en contexto de pandemia deber¨ªan considerarse positivos hasta descartar definitivamente lo contrario. Eso es un origen enorme de subregistro. Para el Minsa, el ¡°indeterminado¡± no vale como positivo, pero para el m¨¦dico s¨ª, porque cl¨ªnica y radiol¨®gicamente son covid-19. Empec¨¦ a ver casos positivos que no los reportan a la estad¨ªstica oficial. Me pregunt¨¦, ?qu¨¦ pasa?
Me empec¨¦ a fijar que, selectivamente, no reportan a quienes no les conviene. Por ejemplo, el segundo trabajador del aeropuerto contagiado. No les conviene admitir un foco de contagio en el aeropuerto internacional. El otro grupo que no admiten son los m¨¢s de 40 casos positivos de m¨¦dicos que existen. No lo dicen porque da mala imagen admitir que existen doctores contagiados, cuando el mismo Minsa les orden¨® que no usar equipos de protecci¨®n porque era innecesario y alarmista. Esa es la causa de que algunos m¨¦dicos est¨¢n graves, intubados. Duele ver a pacientes abarrotando las emergencias y esperando por una cama, pero duele m¨¢s cuando veo a mis colegas con neumon¨ªas en estado grave, porque no les dieron adecuada de protecci¨®n. El Gobierno se ocupa m¨¢s en ocultar la epidemia que en la protecci¨®n del personal sanitario. Es fregado.
El t¨¦rmino ¡°indeterminado¡± existe, es v¨¢lido, pero est¨¢n abusando de ¨¦l. Y lo peor es que no tenemos certeza de que realmente son ¡°indeterminados¡±, porque los resultados de las pruebas los transmiten verbalmente en una llamada. Pero no tenemos reportes escritos, constancias¡ porque si me dan un reporte t¨¦cnico yo puedo verlo y decir: no es indeterminado, es positivo. Nuestras sospechas es que quieren meter los casos positivos en ese bols¨®n de indeterminados.
Yo ya no sigo lo que dice el Gobierno ni el Minsa, porque mienten al decir las estad¨ªsticas oficiales. Aparte de los ¡°indeterminados¡±, excluyen de la lista a los pacientes que se han recuperado o muerto por coronavirus. Por eso en Nicaragua nunca hay m¨¢s de tres casos. Eso es para confundir a los incautos y c¨¢ndidos. A la pobre gente. Pero es incre¨ªble c¨®mo cala este mensaje. La gente se lo cree y minimiza: ¡°Si solo hay tres casos¡±. Es perverso. Entonces no se toman las medidas.
El Minsa oculta muchos casos, pero hay m¨¢s de 2.000 positivos en el pa¨ªs. Tenemos tres meses de epidemia y el Gobierno tuvo que admitir un ascenso de golpe de 254 casos en una sola semana. Cada semana ir¨¢n aumentando las cifras hasta llegar a la real, esto para dar la falsa impresi¨®n que tienen controlada la pandemia. Pero los hospitales est¨¢n desbordados. Los entierros realizados por las noches y con el protocolo de la covid-19 dicen otra cosa distinta al discurso oficial¡ as¨ª como lo que nosotros vemos en los hospitales.
Por decir estas cosas sufr¨ª una represalia: en el hospital Monte Espa?a me excluyeron del equipo de la covid-19. No me daban informaci¨®n de los pacientes siendo yo el ¨²nico neum¨®logo del hospital. Pero el peso del problema es tal ahora, que al ver que se les sale de las manos el manejo de la covid-19, me han consultado por fuerza, y me presentan a los pacientes aunque no conf¨ªen en m¨ª. Prefiero ser un ¡°cerebro deforme¡±, como llam¨® la vicepresidenta Rosario Murillo a los especialistas que alertamos sobre la epidemia a ser un borrego.
Las ¨²ltimas cuatro semanas las he pasado full con puros casos. Me tomo la temperatura en la ma?ana y en la tarde. Lo anoto en una hoja, as¨ª como mis s¨ªntomas. A la primera sospecha que tenga, remitir¨¦ mi prueba para un an¨¢lisis de la covid-19. Entre tanto, sigo trabajando. Y ba?¨¢ndome. Es cansado.
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