Suspenso a la Administraci¨®n y matr¨ªcula de honor a los estudiantes
Veinte alumnos, profesores y padres hacen una evaluaci¨®n no acad¨¦mica a la educaci¨®n durante el confinamiento
Antes de que el coronavirus asolara el planeta, Ram¨®n Rodr¨ªguez, Profe Ram¨®n, se convirti¨® en una celebridad en redes sociales. En sus evaluaciones, este maestro de primaria en un centro concertado de Sevilla inclu¨ªa ¡°las otras notas¡±. Todo sobresalientes: al buen compa?ero, al respetuoso, al sonriente¡ Ram¨®n no decepcionar¨¢ en sus pr¨®ximos boletines: ceder¨¢ un espacio a las notas de las familias. ¡°Las madres y los padres se han hecho profesores, y hay que reconocer esa tarea, darles voz, que cuenten c¨®mo han trabajado sus hijos, su ¨¢nimo, su empe?o¡±, explica este docente que cree que se ha evidenciado que ¡°en el tri¨¢ngulo m¨¢gico de la educaci¨®n deben ir de la mano alumnos, profesores y familias¡±.
Pues la clase online de hoy ha tenido aroma a lentejas en cocci¨®n y como hilo musical, el dulce susurro de la lavadora. El recreo lo hemos pasado jugando al 'Tender la ropa express' y al 'Barrer las habitaciones a contrarreloj'.
— Profe Ram¨®n ? (@Profe_RamonRG) May 20, 2020
?Y vuestras clases, qu¨¦ tal?
? #soyMaestro
Esta cuarentena ha sido un desaf¨ªo sin precedentes para m¨¢s de 700.000 docentes y las familias de 8,2 millones de ni?os. EL PA?S ha invitado a una veintena de profesores, alumnos y progenitores a ponerse nota. Todos coinciden en el ¨²nico suspenso: la Administraci¨®n, por la falta de liderazgo, medios y previsi¨®n y por la escasa formaci¨®n docente. La matr¨ªcula de honor es para los alumnos, por su adaptaci¨®n a pesar de estar privados de todo lo que les importa. Y el sobresaliente para profesores y madres y padres. Los primeros por la intensidad, el trabajo y las 10 horas de media que le dedican a sus alumnos; los segundos, por su capacidad de explicar divisiones mientras preparan las lentejas y atienden una videoconferencia de trabajo.
Los alumnos: matr¨ªcula de honor
Cada d¨ªa, Fernando, de 14 a?os, recorre 15 minutos de montes y valles en busca de cobertura. Cruza los dedos para que nada falle y env¨ªa las actividades a su profesor del IES Vega de Toranzo, en Cantabria. ¡°El af¨¢n de superaci¨®n es bestial, se han crecido ante el reto. Incluso chavales con dificultades de aprendizaje han mejorado¡±, explica su profesor, Pablo Blanco. Por el camino se han descolgado un 10% de alumnos, a la mayor¨ªa los hab¨ªa perdido antes del cierre de las aulas. Pero el profesor destaca la actitud ejemplar del resto: ¡°Han entendido su responsabilidad. Hab¨ªa m¨¦dicos, cajeros de supermercado o camioneros jug¨¢ndose la vida para que pudi¨¦ramos seguir estudiando...¡±, apunta. Coinciden con ¨¦l Charo Rico, de un instituto en la localidad madrile?a de Pozuelo de Alarc¨®n, en Madrid, y Enrique Ballesteros, profesor en la capital. ¡°Alguno se ha relajado con el mensaje del aprobado general, pero ha sido excepcional¡±, dice Charo.
Su hijo, Jorge Mart¨ªn Rico, tiene 15 a?os y se queda con la autogesti¨®n y el trabajo en equipo con sus compa?eros del IES Pr¨ªncipe Felipe. ¡°Hemos creado un grupo de WhatsApp donde compartimos respuestas, hacemos trabajos, recordamos las tareas por entregar o los contactos de los profes¡±. Puro trabajo cooperativo y por competencias, dos grandes desaf¨ªos educativos que han brotado de forma natural.
En Primaria tambi¨¦n se han esforzado. Sergio y David, de siete y 11 a?os, creen que se merecen ¡°por lo menos un 8¡±, aunque les cost¨® entender que las tareas eran como ir a clase, pero en casa. ¡°A los ni?os les pedimos demasiado y nos han dado una lecci¨®n. Pero es insostenible y veremos las consecuencias. Les hemos aislado, les hemos privado del juego con sus iguales, y el ¨²nico v¨ªnculo con su vida social es el acad¨¦mico y a trav¨¦s de una pantalla. No puede ser m¨¢s antinatural¡±, dice Julia Lamela, profesora de tercero de Primaria de Madrid en el colegio Las Naciones.
Para Susana Herreras, madre de una ni?a de cuatro a?os, ha sido una cuesti¨®n de supervivencia. ¡°Les tenemos medio abandonados, ser¨ªa muy cruel ponerles nota. Y todo lo que hagan mal es culpa nuestra, son nuestro espejo¡±, dice. Aunque saca una lecci¨®n para el futuro: ¡°Hemos aprendido a adaptarnos, a trabajar la paciencia... Ha sido una prueba muy extrema¡±.
Los profesores: sobresaliente
Para Sonia L¨®pez, profesora de sexto de Primaria en Terrassa, y madre de dos hijos, el reto es llegar cada d¨ªa a todos sus alumnos. Lo logra con muchas horas y mucha escucha. ¡°Cada d¨ªa cuelgo las tareas y empiezo las llamadas. Tengo estudiantes haciendo todo con un m¨®vil compartido con hermanos y padres. Y paso horas escuchando tristezas, d¨¢ndoles tarea, anim¨¢ndoles¡ Hemos acompa?ado p¨¦rdidas de abuelos, de t¨ªos, de primos, y respondiendo unos 300 correos diarios y algunos padres me escriben incluso los correos en el asunto. Nueve o diez horas conectada¡±, apunta. Y a?ade: ¡°Hemos montado la escuela online en una semana y con profesores autodidactas, que aportaban sus medios y conexiones, el esfuerzo merece un 15 sobre 10¡±. Y aun as¨ª tiene mala conciencia: ¡°Trabajas mucho, pero unos te dicen que te est¨¢s pasando, otros, que no llegan. Sientes que algo falla¡±, concluye. Coincide con ella Julia Lamela, que se estrenaba este curso como profesora. ¡°Ha sido un aprendizaje bestial, y no siempre estoy convencida. En clase, si algo no funciona puedes rebobinar. Aqu¨ª, se magnifica¡±, explica.
Todos los alumnos entrevistados elogian a sus profesores: ¡°Siempre han estado ah¨ª¡±, asegura David, de 11 a?os, de Legan¨¦s, Madrid. Natalia apunta que no ha dejado de aprender cosas nuevas ni un d¨ªa. Mari ?ngeles Fern¨¢ndez, su madre, subraya que incluso ten¨ªan contacto con el director en caso de dificultad. En los puntos de mejora, algunas excepciones de docentes que han desaparecido, no responden o no se han adaptado. ¡°Tengo una que no ha dado se?ales de vida desde que esto empez¨®¡±, dice Natalia. Jorge protesta si tardan d¨ªas en responder: ¡°Nos dejan atascados, y alguno ni siquiera nos ha dado su mail as¨ª que nos comunicamos a trav¨¦s del delegado, pero la mayor¨ªa nos ha ayudado mucho¡±. El profesor Enrique Ballesteros apunta que tambi¨¦n los docentes lo han tenido dif¨ªcil con ¡°situaciones personales a veces inasumibles¡±, pero tambi¨¦n estableciendo prioridades. ¡°A mis familias les expliqu¨¦ que lo primero era la salud, y la convivencia, y que las tareas deb¨ªan mantener a los ni?os activos pero no pod¨ªan ser un problema¡±, apunta Ram¨®n. ¡°A m¨ª me disgusta que en redes sociales parece a veces que los profesores estamos de vacaciones y la cantidad de trabajo que estamos haciendo es ingente¡±, concluye Sonia L¨®pez.
Madres y padres: sobresaliente
Profesores y alumnos coinciden en que el esfuerzo de las familias y su tenacidad tambi¨¦n han sido una lecci¨®n para todos. ¡°Les doy sobresaliente por no rendirse y luchar para que esto no les pare, mientras viven un ERTE, se arruinan, o pierden familiares. Incluso a los que no han podido seguir porque est¨¢n desesperados: que el ni?o haga las tareas es el menor de sus problemas¡±, dice Pablo Blanco, de Cantabria.
Pero la autocr¨ªtica de las familias puede ser feroz: ¡°Como madre suspendo: hemos abandonado a quien m¨¢s nos necesita, mi hija de tres a?os sabe que la frase m¨¢s repetida es ¡®espera, ahora no¡±, explica Julia. ¡°Yo he hecho lo que he podido y no s¨¦ si es suficiente, he perdido la paciencia y ha sido frustrante¡±, dice Susana Herreras, que no se ha sentido muy acompa?ada por su colegio. Pero los alumnos no lo viven con tanto drama: ¡°Mis padres me han ayudado todo el rato¡±, dice David Espinosa. ¡°Los m¨ªos priorizan mis problemas a su trabajo. Nos hemos organizado para colaborar en casa¡±, apunta Xavier Moreno, de 12 a?os.
Pero varios docentes, sobre todo de centros privados, han notado cierta incomprensi¨®n por parte de las familias. ¡°Piden clases en directo como si fuera la panacea, pero para poder atenderles bien hace falta dividir el grupo, y media hora de videoconferencia de calidad requiere tres horas de trabajo¡±, explica Elisa, que prefiere no identificar su colegio. ¡°Y luego est¨¢ la sensaci¨®n de que los padres est¨¢n fiscalizando la clase, porque meternos en la casa de una familia es dar clase para los 20 alumnos y sus 20 padres o madres que est¨¢n atentos a lo que haces¡±, a?ade. Otro aspecto negativo que destacan los docentes de instituto son los padres que se implican tanto en las tareas, que algunos llegan a resolverlas ellos mismos.
Pero m¨¢s all¨¢ de eso, de propina, los estudiantes reparten un par de suspensos m¨¢s. ¡°Suspendo a esa gente insolidaria que a pesar de las restricciones sal¨ªan de casa exponiendo a todos¡±, explica Pol Moreno, de 14 a?os. Natalia, de 14 a?os, suspender¨ªa a los alumnos que no han sabido agradecer el esfuerzo de los profesores y se han descolgado, y Sergio Espinosa, de siete a?os, lo tiene claro: ¡°El suspenso m¨¢s gordo es para el coronavirus, que nos ha tenido encerrados sin ver a los abuelos, sin jugar al f¨²tbol y sin ver a los amigos¡±.
Suspenso para la Administraci¨®n por olvidar a los vulnerables
¡°Hay chicos que viven en caba?as donde apenas hay luz y agua, as¨ª que mandamos las tareas al Ayuntamiento, las imprimen, y un voluntario les lleva los deberes a casa, recoge los del d¨ªa anterior, los escanea y las manda al profesor¡±, explica Pablo Blanco, profesor IES Vega de Toranzo, en Cantabria. Es la cara positiva de la Administraci¨®n, que tambi¨¦n ha ofrecido a veces dispositivos o tarjetas de datos. Pero no ha llegado a todo el mundo, y las consejer¨ªas y el Ministerio de Educaci¨®n se llevan las peores notas por no haber llegado a los vulnerables.
¡°Parece que los que est¨¢n a cargo no fueran profesionales o no fueran conscientes de las consecuencias de sus decisiones¡±, dice Blanco. ¡°Esper¨¢bamos unas instrucciones precisas que nunca llegaron, y lo hemos hecho como hemos podido¡±, a?ade el profesor Ram¨®n Rodr¨ªguez. Los alumnos tambi¨¦n son muy cr¨ªticos. Reprochan "lo desprotegidos que est¨¢n los ciudadanos¡±, cuenta Pablo.
¡°Ni siquiera han planteado medidas de conciliaci¨®n para los profesores o las familias, les hemos resuelto la papeleta a base de dormir poco, trabajar mucho y usar nuestros m¨®viles y dispositivos personales¡±, dice Sonia L¨®pez, madre y profesora. ¡°Yo le pongo un 2, porque no han llegado a los que m¨¢s lo necesitaban, las plataformas se colgaban y hemos tenido que migrar a Google; si no llega a ser por los profesores y las familias, habr¨ªa sido dram¨¢tico¡±, concluye Sara Sanz, madre de David y Sergio Espinosa.
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