El regreso a las aulas
Tres centros de Pa¨ªs Vasco, Catalu?a y Galicia que han reabierto sus puertas tras alcanzarse la fase 2 cuentan su experiencia
Tras 63 d¨ªas sin clases, el 25 de mayo comenz¨® el goteo de la reapertura de centros educativos en varias comunidades. Alumnos y profesores de escuelas e institutos de Catalu?a, Pa¨ªs Vasco y Galicia relatan su experiencia en el reencuentro.
¡°En casa me aburr¨ªa mucho. Hac¨ªa los deberes, pero me gusta venir a la escuela. Me ha hecho mucha ilusi¨®n volver¡±, explica Mariam, una alumna de 6? de primaria que, con la mochila a la espalda y luciendo una mascarilla de tela blanca, entra por la puerta de la escuela Mare de D¨¦u de Montserrat, de Terrassa (Barcelona). Son las 9.30 del viernes. Ella f...
Tras 63 d¨ªas sin clases, el 25 de mayo comenz¨® el goteo de la reapertura de centros educativos en varias comunidades. Alumnos y profesores de escuelas e institutos de Catalu?a, Pa¨ªs Vasco y Galicia relatan su experiencia en el reencuentro.
¡°Lo peor del confinamiento ha sido no poder ir a la escuela¡±
¡°En casa me aburr¨ªa mucho. Hac¨ªa los deberes, pero me gusta venir a la escuela. Me ha hecho mucha ilusi¨®n volver¡±, explica Mariam, una alumna de 6? de primaria que, con la mochila a la espalda y luciendo una mascarilla de tela blanca, entra por la puerta de la escuela Mare de D¨¦u de Montserrat, de Terrassa (Barcelona). Son las 9.30 del viernes. Ella forma parte del segundo grupo de su curso que accede al centro de forma escalonada cada media hora tras la toma de temperatura y el chorrito de gel hidroalcoh¨®lico. Mariam explica que lo peor del confinamiento ha sido ¡°no poder venir a la escuela ni ver a mis amigos ni a las profesoras¡±.
El plan de reapertura dise?ado por Catalu?a contempla que puedan regresar a las aulas, siempre de forma voluntaria, las etapas de infantil (con padres con problemas de conciliaci¨®n), los del ¨²ltimo curso de cada etapa como 6? de primaria o 4? de ESO, mientras que en el resto de los niveles se prev¨¦n solo tutor¨ªas individuales y puntuales. En la clase de Mariam eran 26 y este junio han vuelto 19. Aunque la ratio m¨¢xima de alumnos por aula en primaria es de 13 alumnos, el centro los ha tenido que dividir en tres grupos. ¡°Nuestra escuela es peque?a y las aulas tambi¨¦n. Si tenemos que respetar los cuatro metros cuadrados de espacio por alumno, en cada clase solo caben nueve¡±, tercia la directora Marina Mateu. Unas l¨ªneas verdes en el suelo marcan la cuadr¨ªcula donde se ubica la mesa de cada estudiante.
Aunque muchas escuelas han decidido reducir a la m¨ªnima expresi¨®n el regreso en junio (ten¨ªan margen para decidirlo), esta escuela de Terrassa ¡ªque est¨¢ calificada como de m¨¢xima complejidad por el elevado n¨²mero de alumnos vulnerables que acoge¡ª ha optado porque los estudiantes de sexto acudan dos horas cada d¨ªa (el resto solo lo har¨¢n un d¨ªa en las dos semanas que queda de curso). ¡°Quer¨ªamos que salieran de casa. Son ni?os acostumbrados a jugar y hacer vida en la calle, y de repente se han quedado encerrados en pisos peque?os. Quer¨ªamos que tambi¨¦n se pudieran ver entre ellos, acompa?arlos emocionalmente y despedirlos¡±, tercia Mateu, quien admite haber sufrido estos meses por sus alumnos. ¡°De algunos de ellos no sab¨ªamos nada, no pudimos contactarlos¡±. El primer d¨ªa de clase, el 8 de junio, lo dedicaron a las emociones: ¡°Sencillamente los dejamos hablar. Dec¨ªan que lo han pasado muy mal y han estado muy tristes¡±.
¡°En clase se presta m¨¢s atenci¨®n, est¨¢s m¨¢s centrado¡±
Aitor, Ekaitz, Lucas y Gorka acaban la clase de Ciencias Sociales con la profesora Idoia Alzola. Son estudiantes de cuarto curso de la ESO en el colegio Summa Aldapeta de San Sebasti¨¢n. ¡°Hoy hemos corregido unos ejercicios sobre la industrializaci¨®n, repasado el tema de la colonizaci¨®n y despu¨¦s hemos pasado a la I Guerra Mundial¡±, cuenta la maestra. ¡°En clase se presta m¨¢s atenci¨®n, est¨¢s m¨¢s centrado y puedes resolver mejor las dudas con los profesores¡±, afirma Aitor. Estos j¨®venes est¨¢n recibiendo atenci¨®n presencial desde que el Gobierno vasco autoriz¨® el retorno a las aulas el pasado 25 de mayo. En la actualidad, la ¡°pr¨¢ctica totalidad¡± de los institutos vascos, seg¨²n el Departamento de Educaci¨®n, han reanudado la actividad lectiva con ¡°alumnos que necesitan refuerzo o tienen que recuperar asignaturas¡±.
Al terminar, desinfectan el pupitre y colocan encima el asiento como se?al de que han sido limpiados. Todos llevan puesta la mascarilla y dejan las mesas de estudio con una separaci¨®n de dos metros para la siguiente clase. Antes de marcharse, es obligatorio pasarse las manos con gel hidroalcoh¨®lico. Los j¨®venes coinciden en que est¨¢n sacando m¨¢s provecho a las clases presenciales porque, en las sesiones online durante el confinamiento, ¡°en casa siempre est¨¢ la tentaci¨®n de distraerse con el m¨®vil, por ejemplo. Y hacer preguntas por ordenador es un rollo¡±, dice Lucas. La profesora Maite ?lvarez matiza que ¡°se mezclan las ventajas de venir al colegio con las ganas que los chavales tienen de estar con sus amigos¡±. Estos solo ponen una pega: ¡°Hay que mejorar el gel, porque huele un poco mal¡±, comenta entre risas uno de ellos.
Para los docentes est¨¢ siendo una experiencia compleja a la vez que enriquecedora. Adem¨¢s de la clase de sociales, Alzola ha tenido que desdoblarse para mantener atareados a otros alumnos que siguen el curso desde casa: ¡°El cuaderno digital, que es el gran hermano de la educaci¨®n, nos permite seguir al minuto todos los trabajos que realizan los chavales¡±. ¡°El primer gran aplauso es para los sanitarios, sin duda, pero el segundo lo merecen los maestros¡±, opina el director del centro, Javier Cort¨¦s.
Summa Aldapeta tiene unos 140 estudiantes de ¨²ltimo curso de la ESO ¡ªla n¨®mina completa es de 2.130 alumnos en todas las etapas¡ª divididos en cinco aulas. Ahora solo est¨¢n asistiendo una veintena a diario: ¡°No podemos tener a todos en clase, solo vienen los que iban un poco rezagados en los estudios¡±, explica el director, que cita con orgullo los mensajes de felicitaci¨®n recibidos de algunos padres y madres. Este es, resumido, uno de los recibidos precisamente por Idoia Alzola durante la cuarentena escolar: ¡°Mi hijo est¨¢ llevando sus tareas con bastante responsabilidad (sinceramente pens¨¦ que le iba a costar m¨¢s). Esto no ser¨ªa posible sin vuestra ayuda y apoyo (no solo acad¨¦mico). Las videollamadas que haces le dan un chute de energ¨ªa y le ayudan a no perder su conexi¨®n con el exterior¡±.
El gran desaf¨ªo, apostilla Cortes, vendr¨¢ en el arranque del curso que viene: ¡°La madre del cordero ser¨¢ decidir si duplicamos espacios y profesores o reducimos a la mitad la atenci¨®n a los alumnos¡±. La soluci¨®n es ¡°muy complicada¡±, reconoce. En Summa ya est¨¢n pensando en, si es necesario, habilitar los pasillos, salas de reuni¨®n o laboratorios para dar clase a partir de septiembre.
¡°Fue un alivio volver, incluso con algo de miedo¡±
¡°Las etapas no se cierran si se dejan medio abiertas. Fue un alivio volver, incluso con algo de miedo¡±. As¨ª responde ?ngela P¨¦rez, reci¨¦n graduada en 2? de Bachillerato en el IES Eusebio da Guarda de A Coru?a, cuando se le pregunta por qu¨¦ decidi¨® dejar las clases virtuales y volver a pisar el instituto en estado de alarma. Esta joven de 18 a?os, que aspira a estudiar Pedagog¨ªa de la Danza, forma parte de la primera generaci¨®n de espa?oles a los que una pandemia ha impuesto un extra?o y fr¨ªo adi¨®s a su vida escolar.
En este centro de ense?anza secundaria fundado hace 130 a?os, del que fue alumno un preadolescente llamado Pablo Picasso y que ha pasado a la historia por ser testigo de su despertar art¨ªstico, un 40% de los matriculados en 2? de Bachillerato han querido regresar a sus pupitres. Han recibido clases con mascarilla, distancia, gel hidroalcoh¨®lico y solo una parte de sus compa?eros. ¡°En la marcha a la Universidad es muy importante desligarte f¨ªsicamente de esas aulas con las que has tenido una relaci¨®n permanente durante seis a?os¡±, opina la directora, Isabel Ruso, orgullosa del ¡°v¨ªnculo personal¡± entre alumnos y centro. El equipo directivo busca alguna forma de reunir a todos los muchachos y celebrar el tradicional acto de graduaci¨®n pese al coronavirus.
?ngela y sus compa?eros Marcos Herrero y Iago Jopia vivieron el 12 de marzo sin imaginar que era el ¨²ltimo d¨ªa ¡°normal¡± de su vida en el instituto. Solo unas jornadas antes hab¨ªan llegado de un viaje a Toledo con todos sus compa?eros que ahora recuerdan con especial nostalgia. ¡°Not¨¦ mucho compa?erismo en la cuarentena y las videollamadas me dieron pie a conocer m¨¢s a mis compa?eros¡±, cuenta Marcos, que quiere estudiar Psicolog¨ªa. ¡°A m¨ª [el confinamiento] me ha servido para conocer m¨¢s a los m¨ªos. Y es verdad que hubo compa?erismo. Me voy con lo bueno¡±, apunta Iago, inclinado a matricularse en un grado de Ciencias Sociales.
Estos estudiantes apuran las ¨²ltimas clases preparatorias de la selectividad. ?ngela dice estar ¡°m¨¢s tranquila¡± por el modelo especial de examen que multiplica las opciones, pero Pedro Rodr¨ªguez, jefe de estudios del IES Eusebio da Guarda, advierte que el sistema puede convertir el acceso a ciertas titulaciones en una pugna m¨¢s apretada: ¡°La flexibilidad ha hecho que las notas sean mejores. La mayor optatividad de la selectividad y las medias m¨¢s altas pueden provocar que haya un bloque muy grande de buenas notas y que el acceso a las carreras se decida por unas cent¨¦simas¡±.
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