El profesorado no ha ninguneado el derecho a la educaci¨®n
?Ser¨ªa posible que un reponedor de productos de un supermercado gestionara la reposici¨®n de forma teledirigida desde el comedor de su piso?
Compartimos la tesis y los argumentos que el catedr¨¢tico y buen amigo Xavier Bonal expone en su art¨ªculo del primero de junio. As¨ª pues, no se entienda esta reacci¨®n como una cr¨ªtica a sus planteamientos. Solo deseamos poner el foco en algunos aspectos que tambi¨¦n forman parte de la realidad educativa que estamos viviendo, pero que en su discurso quedan en un segundo plano.
Como todos los colectivos profesionales, las maestras y los maestros han sufrido un choque profundo en el ejercicio de su profesi¨®n. La inseguridad e incertidumbre que ello les ha generado son tan leg¨ªtimas como las de cualquier otro colectivo, como el de los profesionales de la medicina o el de los supermercados. Pero existe una diferencia: mientras que m¨¦dicos y reponedores han seguido desarrollando la misma actividad profesional (con m¨¢s presi¨®n, con mucha angustia, pero la misma actividad profesional), el profesorado ha tenido que reinventarse de forma improvisada, sin recursos ni apoyos suficientes, de hoy para ma?ana con algo tan complejo como la ense?anza, y dar una respuesta educativa de calidad a la diversidad de su numeroso alumnado desde sus domicilios.
Los m¨¢s de 750.000 profesionales que se dedican a la educaci¨®n en Espa?a han visto c¨®mo se cerraban sus centros de trabajo, los hospitales y los supermercados han permanecido abiertos. ?Imaginamos a una doctora que tiene que atender a sus pacientes encerrada desde su casa? ?Ser¨ªa posible que un reponedor de productos de un supermercado gestionara la reposici¨®n de forma teledirigida desde el comedor de su piso?
Creemos que detr¨¢s de la mayor¨ªa de las quejas del profesorado debemos leer un malestar fruto del golpe al cual maestras y maestros han tenido que hacer frente, y para el cual no se han sentido preparados. El profesorado no ha ninguneado el derecho a la educaci¨®n, sino que su inquietud ha ido m¨¢s all¨¢. El interrogante durante todo este tiempo ha sido c¨®mo garantizar el derecho a una educaci¨®n¡ ¡°de calidad¡±: ?c¨®mo proveer educaci¨®n escolar sin escuela? ?C¨®mo atender a veinticinco alumnos, o treinta, desde sus propias casas, sin su presencia? ?C¨®mo mantener la calidad educativa en un escenario totalmente distinto? En definitiva, ?c¨®mo hacer posible lo imposible?
Una escuela no es solo un edificio, sino un contexto natural de relaciones humanas que proporciona las condiciones necesarias para que la educaci¨®n sea posible. Y ese contexto natural ha desaparecido de la noche a la ma?ana. Usando ahora la analog¨ªa gastron¨®mica, seguimos disponiendo de los ingredientes (profesorado, educadores, alumnado, familias, curr¨ªculo, administraciones), pero nos hemos quedado sin cocina y, peor a¨²n, sin receta para cocinarlos, todo bajo la enorme presi¨®n de seguir sirviendo platos cinco d¨ªas a la semana con el restaurante cerrado. El malestar de la gran mayor¨ªa del profesorado debe interpretarse como una angustia resultado de la impotencia y la soledad ante una situaci¨®n adversa.
Y puestos a decir, tampoco ha ayudado contemplar la lentitud exasperante de las administraciones educativas a la hora de apoyar al profesorado, en claro contraste con la rapidez con la cual dichas administraciones se han doblegado a la presi¨®n de las clases medias a favor de la reapertura inmediata de las escuelas. Que sea la presi¨®n de un sector de la ciudadan¨ªa a la Administraci¨®n, y no el criterio del sector profesional competente, lo que acaba determinando una decisi¨®n pol¨ªtica de tan amplio calado, no deja de profundizar en la herida. ?Se imaginan que la apertura o cierre de plantas de un hospital fuese una decisi¨®n en manos de los pacientes? ?O que la ampliaci¨®n de un supermercado pudiese estar dictada por los clientes?
Gracias a Xavier Bonal por hablar n¨ªtido y fuerte. Su actitud y su sabidur¨ªa nos empujan a los dem¨¢s a reflexionar y a seguir humildemente su ejemplo. De hablar n¨ªtido y fuerte, claro est¨¢, porque de retratar con rigor y exactitud la educaci¨®n espa?ola, nuestro querido amigo no tiene igual.
Miquel ?ngel Essomba es director de la c¨¢tedra de Educaci¨®n Comunitaria de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona.
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