M¨¦xico registra una de las tasas de letalidad por coronavirus m¨¢s altas del mundo

M¨¦xico escala posiciones en el r¨¢nking mundial de muertes por coronavirus. El pa¨ªs latinoamericano ha rebasado este mi¨¦rcoles a Espa?a y ya ocupa el sexto puesto en t¨¦rminos absolutos, al acumular 28.510 defunciones, de acuerdo con la Universidad Johns Hopkins. El caso ha llamado la atenci¨®n de expertos nacionales e internacionales porque los mexicanos se est¨¢n muriendo m¨¢s que los enfermos de coronavirus en el resto del mundo. Mientras que la Organizaci¨®n Mundial de la Salud ha observado que un 5% de los pacientes de covid-19 no sobreviven la enfermedad, en M¨¦xico esa proporci¨®n es m¨¢s del doble: uno de cada ocho personas muere tras contraer el virus, m¨¢s del 12%, seg¨²n datos oficiales. La elevada letalidad ha puesto otra vez en el foco la gesti¨®n de la pandemia del Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. ¡°El problema de M¨¦xico es que no hace suficientes pruebas y las aplica tarde, cuando los s¨ªntomas est¨¢n muy avanzados¡±, afirma Eric Feigl-Ding, miembro s¨¦nior de la Federaci¨®n de Cient¨ªficos Americanos y epidemi¨®logo de la Universidad de Harvard.

La pol¨¦mica por el bajo n¨²mero de tests aplicados en M¨¦xico arranc¨® desde el inicio de la epidemia. Hasta el lunes, M¨¦xico aplicaba solo alrededor de 63 pruebas diarias por cada mill¨®n de habitantes, una de las cifras m¨¢s bajas en el mundo, seg¨²n el comparativo del Centro Europeo para la Prevenci¨®n y Control de Enfermedades y del portal Our World in Data. Argentina, por ejemplo, aplica tres veces m¨¢s; Colombia, cinco veces m¨¢s, y Chile, encima de 13 veces m¨¢s. Feigl-Ding enfatiza que no es solo una cuesti¨®n de analizar a m¨¢s personas, sino de cu¨¢ndo se realizan los estudios. Las autoridades sanitarias mexicanas exhortan a la poblaci¨®n a aislarse y acudir a un especialista apenas tengan indicios de la enfermedad, pero no aplican las pruebas hasta que los cuadros son severos, con s¨ªntomas que tardan varios d¨ªas en presentarse. ¡°Estamos llegando tarde¡±, concuerda Malaqu¨ªas L¨®pez Cervantes, especialista en Salud P¨²blica de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM).

El retraso en la aplicaci¨®n de las pruebas y en la llegada de los pacientes mexicanos a los hospitales ha llevado a que la tasa de letalidad sea la segunda mayor entre los 20 pa¨ªses m¨¢s afectados por la pandemia, solo detr¨¢s de Reino Unido, que tiene un porcentaje casi del 14%, seg¨²n la Universidad Johns Hopkins. Otras cifras como el ¨ªndice de positividad -el n¨²mero de positivos por cada muestra aplicada- que ronda el 40% en el caso mexicano, pero lleg¨® a estar hasta en 60% hace una semana, dan cuenta de que la pandemia sigue creciendo en el pa¨ªs, apunta Feigl-Ding. ¡°La epidemia est¨¢ en su momento m¨¢s alto¡±, dijo el mi¨¦rcoles Hugo L¨®pez-Gatell, el portavoz gubernamental para la epidemia, que avanza con un promedio de 600 defunciones diarias. A pesar de los reclamos por el subregistro de casos, M¨¦xico acumula 231.770 contagios y ya est¨¢ entre los 10 pa¨ªses con m¨¢s personas infectadas.

La desescalada del confinamiento ha revivido el temor por la aparici¨®n de nuevos brotes. En Am¨¦rica, asentado como el epicentro mundial de la pandemia con m¨¢s de la mitad de los 10 millones de contagios globales, los especialistas temen que la gente haya salido demasiado pronto de sus casas. ¡°La ¡®nueva normalidad¡¯ se ha convertido en un espejismo para ganar tiempo y reanudar las actividades¡±, lamenta L¨®pez Cervantes, ante las limitaciones que tienen las medidas actuales, como el uso de equipo de protecci¨®n personal, para controlar los contagios. Otro riesgo de los rebrotes es que la crisis se desplace a zonas rurales, donde la infraestructura y los medios para atacar la epidemia son limitados. ¡°Adem¨¢s del tama?o de la poblaci¨®n, otra explicaci¨®n es la diferencia en la calidad de tratamiento a la que tiene acceso cada persona¡±, agrega el especialista.

¡°Se ha cometido el gran error de creer que esta crisis se resuelve en los hospitales, pero apresurar el desconfinamiento es como jugar a la ruleta rusa¡±, insiste L¨®pez Cervantes. ¡°No se puede argumentar que salir a la calle es seguro porque hay camas disponibles en los hospitales, es el peor error que se puede cometer en Salud P¨²blica¡±, complementa Feigl-Ding, ¡°es como si le dij¨¦ramos a la gente que deje de usar cond¨®n porque hay hospitales disponibles donde puede tratarse el VIH, se tiene que apostar por la prevenci¨®n¡±.

Mientras que en Europa, el anterior epicentro de la pandemia, la edad media de la poblaci¨®n es se?alada como uno de los factores determinantes para la mortalidad, la espiral de defunciones por covid-19 en M¨¦xico, donde la edad promedio es de 29 a?os, se explica m¨¢s por los problemas de obesidad que arrastra el pa¨ªs, donde mueren m¨¢s de 100.000 personas cada a?o de diabetes, seg¨²n datos oficiales. Siete de cada diez defunciones presentan al menos una comorbilidad, como hipertensi¨®n o diabetes, entre otras enfermedades.

¡°Se est¨¢ fraguando un tema de responsabilidades por muertes que pudieron haberse evitado¡±, vaticina L¨®pez Cervantes. ¡°Los liderazgos pol¨ªticos son una variable muy significativa, no sorprende que pa¨ªses como EE UU, Brasil o M¨¦xico encabecen los conteos, sus gestiones han sido muy deficientes¡±, advierte. Figuras como Ja¨ªr Bolsonaro, Donald Trump y el mismo L¨®pez Obrador han sido duramente criticadas por minimizar el impacto de la covid-19.

Aunque la carrera por la vacuna avanza, el epidemi¨®logo no prev¨¦ que est¨¦ disponible para la mayor¨ªa de pa¨ªses hasta la primavera de 2021. Reconociendo que la losa del confinamiento es muy pesada para la econom¨ªa y que la inmunidad de reba?o est¨¢ lejos de conseguirse, Feigl-Ding insiste en la aplicaci¨®n temprana de pruebas, intensificar el rastreo de contactos, evitar actividades en espacios cerrados y usar mascarillas y cubrebocas para las semanas que vienen. Una proyecci¨®n de la Universidad de Washington calcula que M¨¦xico rondar¨¢ las 88.000 muertes para el 1 de octubre, pero ese n¨²mero bajar¨ªa hasta las 79.000 con el uso extensivo de mascarillas. ¡°Solo si el 90% de la poblaci¨®n las usa, podemos hablar de una protecci¨®n efectiva y necesitamos que los pol¨ªticos pongan el ejemplo¡±, subraya el especialista de la Universidad de Harvard.