Temporeros en Lleida | ¡°No nos da miedo ni morir ni la covid-19, nos asusta la miseria¡±
Muchos leridanos acuden a segundas residencias mientras cientos de temporeros malviven en las calles a la espera de trabajo
Tres furgonetas de los Mossos d¡¯Esquadra rodean una de las entradas a la ciudad de Lleida. A un lado de la glorieta, la gasolinera de la carretera de los Alam¨²s; al otro, el club Eva. En medio, a m¨¢s de 30 grados a la sombra, una l¨ªnea policial de los antidisturbios de la polic¨ªa auton¨®mica. Una barrera de agentes que desde la tarde de este s¨¢bado se ha convertido en una frontera que incomunica y a¨ªsla a los 210.000 vecinos de los 38 municipios de la comarca leridana del Segri¨¤ ¡ªincluida la capital de provincia¡ª a los que la Generalitat ha ordenado confinar.
¡°?D¨®nde va usted? Mu¨¦streme el DNI¡±, repet¨ªan secos y contundentes los agentes a todo veh¨ªculo que se acercaba al control. A las 16.00, toda la comarca qued¨® pr¨¢cticamente sellada por 25 controles de los Mossos d¡¯Esquadra. La ciudadan¨ªa ya sab¨ªa a lo que se enfrentaba y fueron centenares de leridanos los que al o¨ªr la orden de la Generalitat llenaron los coches y, antes de que el reloj marcara las 16.00, se marcharon rumbo a Salou y Cambrils (Tarragona) a disfrutar de la playa y las segundas residencias.
En la ciudad han quedado los que no tienen otro remedio, junto a cientos de temporeros que llevan meses malviviendo en las calles. Los mismos a los que culpan de haber ido a trabajar contagiados y de no respetar las distancias sociales. Unas normas complicadas cuando duermes sobre un cart¨®n y amontonado con el resto de compa?eros en el mismo lugar donde, por la ma?ana, aparecen furgonetas de agricultores que seleccionan a dedo a los elegidos para trabajar ese d¨ªa a cambio de sueldos que oscilan entre cinco y siete euros la hora.
Ali tiene 33 a?os y es de Senegal. Vino hace un mes y medio a Lleida procedente de Alicante. ¡°Yo vend¨ªa camisetas de f¨²tbol en el top manta. Del Bar?a, del Real Madrid¡ Siempre les dec¨ªa que a 30 euros pero las llegu¨¦ a vender por 15. Con el coronavirus el turismo desapareci¨® y escuch¨¦ que en Lleida podr¨ªa trabajar recogiendo melocotones. Llevo aqu¨ª semanas y nadie me ha contratado¡±, lamenta. Al¨ª asegura no temer al coronavirus, pero admite que est¨¢ complicando mucho la existencia de los m¨¢s necesitados: ¡°El jueves estuve andando todo el d¨ªa buscando trabajo. Cuando entr¨¦ en el albergue municipal son¨® una alarma. Tengo verdadero terror a ese ruido. Me dijeron que las c¨¢maras hab¨ªan detectado que ten¨ªa fiebre. Solo era calor. Tuve que ir andando al hospital a hacerme un test. Nadie me llev¨®¡±. Hoy Ali duerme sobre unos cartones en una especie de porche junto a la sede de los Castellers de Lleida. Jura que no est¨¢ enfermo.
¡°Lo del coronavirus no es m¨¢s que otra excusa contra nosotros. Aqu¨ª en Catalu?a es donde peor nos tratan. En Ja¨¦n o en Huelva cuando trabajamos nos dan un lugar donde dormir. En Lleida muchas veces hasta tenemos que pagar cinco euros para que nos lleven y nos traigan de los campos. Claro que hay compa?eros enfermos pero nosotros somos pobres, no nos da miedo ni morir ni la enfermedad, nos da miedo la miseria¡±, advierte Ser, de 38 a?os, tambi¨¦n de Senegal. Nadie le ha contratado en los dos meses que lleva durmiendo junto a la plaza de la Ereta.
Los vecinos del centro hist¨®rico de Lleida se han constituido en la plataforma Som Veins. Oscar Lanza, uno de sus portavoces, advierte: ¡°Desde marzo lo estamos denunciando. No se puede mantener las distancias de seguridad cuando vives en la calle amontonado y las Administraciones no hacen nada¡±. Lanza denuncia que dos de los lugares donde se han detectado contagios no respetan el confinamiento. ¡°Uno es un narcopiso situado en la plaza Josep Solans. El otro es el albergue Jeric¨®¡±, lamenta. Un responsable del albergue Jeric¨® asegura que los cinco positivos est¨¢n en el hospital y el resto guarda la cuarentena en el albergue.
A las 16.00, los Mossos acababan de cerrar el per¨ªmetro de la comarca del Segri¨¤. Cientos de leridanos ya hace horas que est¨¢n en las segundas residencias de la playa. En el centro de la ciudad centenares de temporeros esperan la llegada de furgonetas que les contraten a cinco euros la hora.
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