Contra la desinformaci¨®n y la desconfianza: la batalla de los rastreadores de covid-19 en Colombia
El trabajo de los epidemi¨®logos de campo en un pa¨ªs eminentemente rural es clave para reducir la velocidad de la pandemia
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Diana Malo levanta el tel¨¦fono y sabe que tiene por delante una llamada dif¨ªcil, inc¨®moda pero necesaria. ¡°Tengo que informarle que usted estuvo en contacto cercano con alguien que tiene covid-19¡å, debe decir, declinando la frase en distintas versiones. A veces hay silencio del otro lado de la l¨ªnea. ¡°Necesitamos saber c¨®mo se ha sentido en estos d¨ªas. ?Qu¨¦ hizo usted en los ¨²ltimos 14 d¨ªas? ?Recuerda con qui¨¦nes estuvo? Si se desplaz¨®, ?qu¨¦ rutas tom¨®?¡±, continuar¨¢ en la entrevista.
Aunque parecen preguntas para esclarecer un crimen, son en realidad las que hacen cada d¨ªa los epidemi¨®logos y rastreadores, esa nueva palabra que se sum¨® al lenguaje de la pandemia y que hoy es clave para limitar la propagaci¨®n de la enfermedad. Su llamada es determinante y la petici¨®n es clara: ¡°Por favor, qu¨¦dese en su casa¡±.
Diana Malo tiene una voz suave y es la referente en enfermedades respiratorias del Instituto Nacional de Salud de Colombia. Ya no hace tantas llamadas porque su labor, que comienza a las seis de la ma?ana, tambi¨¦n consiste en depurar las bases de datos con la informaci¨®n de contagios que env¨ªan desde las regiones y verificar e incluso enviar los reportes para que el presidente Iv¨¢n Duque los difunda en su programa de televisi¨®n diario. Ante la avalancha de casos, que superan este viernes los 226.000, el equipo de epidemi¨®logos de campo no es suficiente y para las llamadas se turnan entre varios. Se necesita un batall¨®n, dice.
Todo empieza, sin embargo, con los casos verificados de la covid-19. La primera llamada es a ellos: los rastreadores deben confirmarles el resultado que antes ya le ha dado la entidad privada de salud, preguntarles los s¨ªntomas, identificar su per¨ªodo de contagio, con qui¨¦nes se han visto, sus posibilidades de aislarse, entre otras 19 preguntas. ?Cu¨¢nto tardan con cada uno? ¡°Es variable¡±, explica Diana Walteros, epidemi¨®loga de la subdirecci¨®n de vigilancia del INS. ¡°Si la persona vive sola podemos tardar 1 hora; si es alguien que, por ejemplo, trabaja en tres lugares y se desplaza, pueden ser unas tres horas. Eso nos abre ¨¢rboles de seguimiento y hay que ubicar a los contactos¡±, explica.
Una sola persona puede hacer entre 8 y 12 rastreos en un d¨ªa, pero en el INS tienen otras labores y a veces, como explica Walteros, es necesaria la verificaci¨®n personal. Ante la reactivaci¨®n econ¨®mica, que tiene a mucha gente en la calle, urge el refuerzo del equipo. ¡°Si hay m¨¢s 120.000 casos confirmados [para el momento de la entrevista] hay que pensar que cada uno tiene entre cinco a siete contactos, es decir un mill¨®n de personas aproximadamente. Y eso sin contar los casos probables que, pueden ser medio mill¨®n¡±, explica Walteros, que ha tenido experiencia en otras epidemias como la del ¨¦bola y chikungu?a.
De esa magnitud es el problema que enfrentan hoy muchos pa¨ªses como Colombia. Ante el aumento de casos, no hay suficientes manos para hacer los cercos epidemiol¨®gicos y evitar que alguien que ignora tener el virus contagie a muchos otros. La Gerencia del Coronavirus desarrolla una estrategia de Pruebas, Rastreo y Aislamiento Selectivo Sostenible (PRASS) que contempla contratar rastreadores para hacer seguimiento telef¨®nico. Una suerte de call center de personas capacitadas en las din¨¢micas espec¨ªficas de la enfermedad, que funcionar¨¢ a partir del 8 de agosto. Consultados por EL PA?S, desde la Gerencia presidencial para Covid-19 dijeron que a¨²n no tienen clara la cifra de rastreadores que necesitar¨¢n contratar.
Con experiencia en terreno escarpado
Colombia tiene 1.142 millones de kil¨®metros cuadrados con una geograf¨ªa intrincada. No todo se resuelve con una llamada y las medidas tecnol¨®gicas o aplicaciones que se ofrecen como la panacea y han funcionado en otros pa¨ªses no siempre sirven en el pa¨ªs andino. ¡°En algunos territorios no hay tel¨¦fono y es necesario ir a las fincas. Ah¨ª, por ejemplo, una persona sola alcanza a hacer dos rastreos por d¨ªa. Hay que tener en cuenta que si es una comunidad ind¨ªgena, se requiere alguien que hable la lengua¡±, acota la m¨¦dica Walteros.
Esas dificultades, sin embargo, han fortalecido la epidemiolog¨ªa en el pa¨ªs. Desde hace m¨¢s de dos d¨¦cadas, el INS capacita a los epidemi¨®logos de campo, los ¡°periodistas de calle¡±, como los llama Franklin Prieto, director de vigilancia y an¨¢lisis del Instituto. ¡°M¨¢s que detectives, somos como periodistas que buscamos informaci¨®n para tomar decisiones en caliente y evitar la propagaci¨®n de la enfermedad¡±, explica Prieto.
Colombia tiene 2.400 epidemi¨®logos titulados, pero muchos de ellos se han formado, adem¨¢s, en epidemiolog¨ªa de campo. Una especie de entrenamiento parecido al de supervivencia que reciben los militares. ¡°El INS ha formado 170 epidemi¨®logos de campo y se est¨¢ capacitando q otros 30¡±, dice Prieto. Pero la formaci¨®n se ha extendido a 3.000 personas de otras disciplinas, muchos de los cuales han servido como ¡®reservistas¡¯ y est¨¢n ayudando desde las regiones.
Su presencia en los territorios no ha sido f¨¢cil y la desinformaci¨®n ha sido la principal barrera con la que chocaron. Diana Malo dice que en una ocasi¨®n, durante una visita a tres barrios de Cartagena que concentraban brotes de covid-19, les impidieron la entrada por temor a que ¡°les inocularan el virus con el hisopo¡±; en otra, la gente les pidi¨® que no lleguen con sus trajes de astronauta por el temor a ser estigmatizados por los vecinos; en muchos casos, las personas no cuentan detalles porque tienen vidas ocultas u otras familias. ¡°Recuerdo que tuve que decirles con mucha paciencia: ?ustedes creen que nosotros venimos a caminar los barrios con este sol desde las once de la ma?ana y todos los equipos de protecci¨®n personal para hacerle mal a la gente?¡±, dice la epidemi¨®loga que, como otros de sus compa?eros mantiene una muda de ropa para viajar de urgencia a los lugares donde se dispara el virus.
Y est¨¢ tambi¨¦n el riesgo para su salud. ¡°Este contexto ha recordado que los epidemi¨®logos de campo tambi¨¦n somos profesionales de la salud¡±, dice Prieto, cuando habla de los contagios que han tenido entre los que rastreadores de terreno y sobre la necesidad de apuntar a una estrategia de rastreo telef¨®nico. ¡°As¨ª como se tuvo que aumentar la capacidad de pruebas y de ventiladores, hay que aumentar la capacidad de los rastreadores y fortalecer algo que ha fallado en algunas zonas y garantizar que las personas contagiadas puedan respetar el aislamiento obligatorio¡±, concluye.
Informaci¨®n sobre el coronavirus
- Aqu¨ª puede seguir la ¨²ltima hora sobre la evoluci¨®n de la pandemia
- El mapa del coronavirus: as¨ª crecen los casos d¨ªa a d¨ªa y pa¨ªs por pa¨ªs
- Preguntas y respuestas sobre el coronavirus
- Gu¨ªa de actuaci¨®n ante la enfermedad
- En caso de tener s¨ªntomas, estos son los tel¨¦fonos que se han habilitado en cada pa¨ªs de Am¨¦rica Latina.
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