¡°Sacar 10 en todo y volver a los terneros¡±

Luz (nueve a?os) so?¨®, antes de volver a clase, que junto a la torre Eiffel ve¨ªa bailar unas vacas con tut¨². ¡°Alrededor hab¨ªa camareros que eran toros¡±. Quiere ser bailarina, ¡°y si no pudiera serlo ser¨¦ ganadera¡±. Este tiempo lo ha pasado con sus padres en Tollo, una aldea c¨¢ntabra. Ha convivido con terneros y vacas. ¡°Es un pueblo que inspira¡±. Vuelve a clase, en Madrid. ¡°El curso espero llenarlo de dieces y volver luego a ver a los terneros¡±. Martina ha tenido un confinamiento ¡°aburrido, no he podido abrazar a mis amigos, hemos hablado por videollamada, y todo esto de las mascarillas es un rollo¡±. En el colegio es preciso llevarlas ¡°excepto cuando comes. Pero menos mal que hemos vuelto¡±. Aspira un d¨ªa a dise?ar ropa para otros. ¡°Me preocupa ir bien vestida, y es guay dise?ar para que otros vayan bien¡±. ?Alg¨²n sue?o? ¡°?Una m¨¢quina que toques y te quite el virus!¡±. Oliver, de la misma edad de Luz y de Marina, imagina ¡°los patios como piscinas de gel hidroalcoh¨®lico¡±. La ausencia del aula ¡°ha sido un aburrimiento¡­ Volver me cogi¨® nervioso, pero ver a los amigos fue como jugar por primera vez un partido de f¨²tbol¡±. Quiere ser cocinero o programador de v¨ªdeos, ¡°para que, en lugar de tener la fama, poder darla¡±.

En la franja de arriba de la edad escolar, los trece a?os, Elena sabe que ¡°costar¨¢ volver a la normalidad de los abrazos¡±. De este tiempo queda en su aprendizaje ¡°el respeto, hablar con otros¡±. Echaba de menos la rutina, ¡°no me acostumbr¨¦, llor¨¦; ahora respiro mejor, pero es dif¨ªcil desenvolver en medio de las restricciones¡­ Est¨¢bamos acostumbrados a una vida y de pronto se impone otra. A hora volvemos a un mundo m¨¢s organizado, un poco m¨¢s militar, quiz¨¢¡±. Quiere ser maestra: ¡°Porque me gustan los ni?os, y entiendo lo que ahora han pasado, pendientes de la maquinita, divirti¨¦ndose para que, sin amigos, el tiempo se les pasara volando¡±. Samuel ser¨¢ ¡°bi¨®logo o arquitecto¡±. Pas¨® la larga pausa de la pandemia ¡°ayud¨¢ndome a entender todo gracias a la conversaci¨®n con compa?eros¡­ Los profesores lo organizaron bien, pero estar fuera del aula fue triste, aburrido. Nos queremos ver de nuevo¡±. Una alegr¨ªa fue comprobar que los abuelos superaban la amenaza. Volver es ¡°adaptarse a la vida normal. Dentro de a?os le podr¨¦ decir a los hijos: ¡®tu padre estuvo encerrado seis meses sin ver a nadie¡¯. Un r¨¦cord¡±. Camino quiere ser ¡°guardia civil o fot¨®grafa¡±. Su hermana le pide retratos. Guardia civil porque hay m¨¢s en la familia. Encerrada, dibujaba ¡°anclas, un ni?o dentro de una bombilla rota, un barco¡­ S¨ª, quiz¨¢ el viaje, salir del encierro, eran los motivos¡±. Marina ser¨¢ violonchelista. ¡°Mi madre es pianista, mi padre es violinista, mi hermana estudia viol¨ªn¡­¡± Cuando quer¨ªa alegrarse escuchaba pop ¡°en este tiempo raro, nuevo e inolvidable¡±. A hora espero que ¡°tomen las suficientes medidas para que no volvamos al reducto¡±.

Los chicos han estado ¡°expectantes, como nosotros, los profesores¡±, dice Ana, 35 a?os de maestra, ¡°por ver de d¨®nde pod¨ªan venir los contagios¡­ Lo que abruma es el silencio en clase, telem¨¢tica o presencial. Un silencio tenso, m¨®rbido, fr¨ªo, contra el silencio saludable de las aulas llenas. Es una desgracia, que seguir¨¢ para siempre en la memoria de estos chicos¡±. Ella tiene algunas alegr¨ªas: ¡°Cuando volvimos a clase, esta semana, los que interven¨ªan desde casa estaban todos, ?hasta los m¨¢s revoltosos!¡±.

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