Por qu¨¦ el estado de alarma se queda corto
Seis puntos d¨¦biles en los que la nueva medida falla ante una pandemia que avanza m¨¢s r¨¢pido que las restricciones
Los partidos se han enredado en la duraci¨®n del nuevo estado de alarma cuando ese es seguramente el menor de los problemas que afronta. El principal: que la covid avanza mucho m¨¢s r¨¢pido que las medidas que van tomando con dificultades, divisiones y un espect¨¢culo impropio de una crisis sanitaria. Y que pronto se va a quedar corto. Estos son los seis puntos d¨¦biles de este estado de alarma cuya pr¨®rroga llega hoy al Congreso:
1. Insuficiencia de los horarios restringidos. Se proh¨ªbe la movilidad de 23.00 a 6.00, con un margen de una hora que las comunidades pueden adelantar o atrasar. Varias ya han adoptado la opci¨®n m¨¢s laxa y, en todo caso, los expertos juzgan insuficiente esa medida en un horario tan estrecho y de escasa actividad. La pr¨®rroga, adem¨¢s, elimina desde el 9 de noviembre su car¨¢cter obligatorio y lo deja en manos de las autonom¨ªas.
2. Insuficiencia de los confinamientos perimetrales. El decreto habilita a las comunidades para ordenar cierres regionales o de localidades y muchas as¨ª lo han hecho. Los cierres perimetrales en ¨¢reas tan grandes, sin embargo, se han revelado tambi¨¦n insuficientes. Palencia y Le¨®n, por ejemplo, que el viernes cumplieron dos semanas bajo esa medida, vivieron un fuerte aumento de cifras de contagios en su interior. El estado de alarma no habilita a las comunidades para una restricci¨®n de libertades como la que suponen los confinamientos domiciliarios, que antes o despu¨¦s ser¨¢n necesarios, seg¨²n los especialistas. Y la batalla pol¨ªtica empezar¨¢ de nuevo. Mientras, si optan por esa v¨ªa y otras no previstas en el decreto deber¨¢n ampararse en la legislaci¨®n de 1986 y sus leyes auton¨®micas y acudir a los Tribunales Superiores, con el riesgo de par¨¢lisis que conlleva. De nuevo, el tiempo se perder¨¢ en la batalla.
3. Sin ayudas. Cuando el primer ministro italiano anunci¨® el cierre de bares y restaurantes a las 18.00, lo acompa?¨® de las ayudas correspondientes. Aqu¨ª no ha sido as¨ª y el sector tendr¨¢ que librar la batalla ante una situaci¨®n necesaria, pero letal.
4. Legislaci¨®n alternativa. El PP ha insistido en reformar la legislaci¨®n existente para dotar a las comunidades de instrumentos jur¨ªdicos apropiados sin recurrir al estado de alarma. El propio Edmundo Val, exabogado de Estado, hoy en Ciudadanos, asegura que una limitaci¨®n de derechos como esta solo puede realizarse mediante el estado de alarma y no en la legislaci¨®n ordinaria. El Gobierno, que en junio prometi¨® la reforma legal y luego se desdijo, deber¨ªa explicar con claridad por qu¨¦ hoy se niega.
5. Sanciones sin concretar. El decreto no concreta las sanciones a incumplidores, que deja en un gen¨¦rico ¡°con arreglo a las leyes¡±, lo que el ciudadano deber¨ªa poder tener claro. Acaso no se ha analizado suficientemente la ineficacia de las medidas sin una vigilancia suficiente y un claro r¨¦gimen sancionador en esta segunda oleada.
6. Seis meses. Tanto el PP como Cs o ERC han mostrado dudas sobre una extensi¨®n tan prolongada. El debate es interesante, s¨ª. Pero la realidad es que, al ritmo con que se extiende la pandemia, los servicios m¨¦dicos se ver¨¢n de nuevo desbordados en noviembre, un estresor a?adido para los sanitarios, para la sociedad y para los enfermos que nadie quisiera volver a atestiguar. Sin nuevos recursos y medidas m¨¢s contundentes, lo veremos.
Por ¨²ltimo, y si me aceptan una apuesta, ver¨¢n qu¨¦ pronto estaremos debatiendo medidas mucho m¨¢s restrictivas. Miren Francia, Alemania, Italia. Al menos, ese ser¨¢ nuestro deber.
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