El cierre de la hosteler¨ªa avanza ante el rechazo a confinar en casa
Cuatro comunidades clausuran bares y restaurantes para frenar la segunda ola. El Gobierno se opone a una cuarentena y pide esperar al lunes para ver el efecto de las medidas actuales
Limitar actividades o a las personas. En el equilibrio entre ambas se debate ahora Espa?a para frenar la segunda ola del coronavirus. El estado de alarma aprobado la semana pasada en el Congreso no permite seguir avanzando en la restricci¨®n de la movilidad m¨¢s all¨¢ de confinar perimetralmente territorios y establecer toques de queda. El Gobierno quiere esperar para comprobar si estas medidas surten efecto y, mientras, cada vez m¨¢s comunidades optan por seguir acotando los espacios de las actividades sociales. Catalu?a fue la primera en cerrar la hosteler¨ªa. Le siguieron Melilla y Navarra, que prorrog¨® el martes la iniciativa. Ante la negativa de establecer confinamientos domiciliarios del Ministerio de Sanidad, el lunes se sum¨® Asturias y el martes, Castilla y Le¨®n, que clausur¨® tambi¨¦n los centros comerciales.
El presidente de esta ¨²ltima comunidad, el popular Alfonso Fern¨¢ndez Ma?ueco, ha pedido al Gobierno que ¡°asuma las medidas de excepci¨®n que la excepcional situaci¨®n requiere¡±, entre las que cit¨® ¡°el confinamiento, si fuera preciso¡±. Esto ha sucedido al mismo tiempo que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, se reun¨ªa con las autoridades sanitarias de Asturias, que hab¨ªan solicitado lo mismo un d¨ªa antes, para explicarles que es pronto para esa medida radical.
Tras el Consejo de Ministros del martes, la ministra portavoz, Mar¨ªa Jes¨²s Montero, ha dejado claro que el Gobierno se mantiene firme en la decisi¨®n de rechazar ese confinamiento domiciliario: ¡°En la primera oleada ya aprendimos que las medidas que se aplican tardan varios d¨ªas en dar resultados. Es pronto para valorar el impacto de este nuevo estado de alarma, que limit¨® la movilidad en horario nocturno¡±.
La ministra, eso s¨ª, ha abierto la puerta a tomar medidas nuevas en la reuni¨®n del mi¨¦rcoles del Consejo Interterritorial de Salud, pero de forma consensuada. ¡°Ma?ana [por el mi¨¦rcoles] hay prevista una nueva reuni¨®n del Consejo Interterritorial donde vamos a adoptar decisiones compartidas que sean recomendaciones que seg¨²n este estado de alarma tienen que dictar los presidentes auton¨®micos¡±, ha se?alado Montero. El confinamiento no est¨¢ ahora mismo encima de la mesa del Ejecutivo, pero nadie se atreve a descartarlo si llegado el final de este estado de alarma, el 9 de noviembre, se comprueba que las medidas actuales no son suficientes y la curva sigue subiendo. El Ejecutivo se qued¨® sorprendido por la petici¨®n de Asturias, una comunidad socialista, pero cree haber reconducido la situaci¨®n y conf¨ªa en que el presidente de esta comunidad, Adri¨¢n Barb¨®n, esperar¨¢ unos d¨ªas m¨¢s hasta ver la evoluci¨®n de la curva tal y como le ha solicitado en privado el Ejecutivo.
No todos los ministros tienen la misma opini¨®n sobre la dureza de las medidas a tomar, pero en el Consejo de Ministros apenas hubo debate sobre este asunto y el n¨²cleo duro del Ejecutivo dej¨® muy claro que cree que las medidas actuales son las correctas y quiere esperar un poco antes de tomar nuevas decisiones. En el Gobierno se intenta con llamadas y trabajo pol¨ªtico discreto evitar una carrera entre los presidentes auton¨®micos para ver qui¨¦n toma las medidas m¨¢s duras, sobre todo por sus consecuencias econ¨®micas: el cierre de nuevo de toda la restauraci¨®n y buena parte del peque?o comercio llevar¨ªa una nueva oleada de ERTE y probable destrucci¨®n de empleo.
El director del Centro de Coordinaci¨®n de Emergencias y Alertas Sanitarias, Fernando Sim¨®n, tambi¨¦n ha desechado la aplicaci¨®n del confinamiento domiciliario de forma inminente. ¡°No se va a descartar ninguna medida, pero hay que ser comedidos, no se pueden forzar medidas cuando no sea el momento. Es necesario un margen para valorarlas de forma clara¡±, ha se?alado. Sim¨®n ha asumido que si una comunidad decreta un confinamiento domiciliario, ¡°ser¨¢ dif¨ªcil que no se tenga que aplicar a todas¡±.
Subida en los hospitales
Pero la vertiginosa subida de la curva en los hospitales y la preocupaci¨®n por su saturaci¨®n est¨¢ llevando a algunas autoridades a dar nuevos pasos. La de cerrar la hosteler¨ªa no es una medida cuyos resultados est¨¦n claros. Como casi todas, se aplica junto a otras y es casi imposible analizarlas de forma aislada. En las dos comunidades que ya llevan dos semanas con ellas (Navarra y Catalu?a, adem¨¢s de Melilla) la incidencia ha seguido creciendo, aunque se ha desacelerado. ¡°Antes de ver un cambio en la curva se llega a una meseta, eso ya es un primer signo positivo¡±, opina Pedro Gull¨®n, vocal de la Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa.
La combinaci¨®n de medidas que permite el estado de alarma en Espa?a puede llegar a acercarse mucho al confinamiento domiciliario que proponen algunos expertos: m¨¢s laxo que el de marzo, con posibilidad de salir a la calle a pasear. Es lo que sucede en Catalu?a, donde el teletrabajo obligatorio siempre que sea posible sumado al toque de queda nocturno, al confinamiento perimetral de los municipios, la restricci¨®n de reuniones y el cierre de toda la hosteler¨ªa implica de facto una enorme limitaci¨®n a la sociabilidad.
El camino de cerrar bares y luego restaurantes ha acabado con el confinamiento domiciliario en otros lugares de Europa, si bien las medidas son tan heterog¨¦neas que es pr¨¢cticamente imposible comparar. Existe una miriada de cierres de hosteler¨ªa totales, parciales, en zonas concretas, con limitaci¨®n de horarios y sus resultados han sido dispares. De nuevo: es muy dif¨ªcil analizar las consecuencias de limitaciones concretas.
Un pa¨ªs que ha ido dando pasos a una suerte de confinamiento sin adoptarlo de forma radical es B¨¦lgica. En primer lugar se establecieron limitaciones horarias, luego se cerraron bares, m¨¢s tarde restaurantes; se aplic¨® despu¨¦s un toque de queda. Se intentaba evitar el confinamiento total, pero los hospitales empezaron a colapsar. El Gobierno lleg¨® al convencimiento de que la ¨²nica manera que ha resultado ser efectiva para controlar la situaci¨®n con los hospitales a tope era un confinamiento light: cierre de tiendas, teletrabajo obligatorio y tiendas de bricolaje y librer¨ªas abiertas. Las cafeter¨ªas y restaurantes tambi¨¦n est¨¢n abiertos pero solo despachan productos para llevar. La conclusi¨®n: la hosteler¨ªa no era suficiente y hab¨ªa que cerrar todos los focos de contagio, que b¨¢sicamente est¨¢n en los interiores. Y en cambio, puedes salir a correr, al parque, a la monta?a, etc.
Algo parecido ha sucedido en Francia, Rep¨²blica Checa, Irlanda y el Reino Unido, donde cierres de bares y hosteler¨ªa permit¨ªan a menudo tantas excepciones que no resultaron ¨²tiles. Alemania, sin embargo, ensay¨® la medida con ¨¦xito en la primera ola y esta semana vuelve a aplicarla. Todos estos pa¨ªses, menos este ¨²ltimo, han adoptado alg¨²n tipo de confinamiento domiciliario. En el Reino Unido las medidas de restricci¨®n o cierre de bares, pubs y restaurantes fueron muy irregulares y confusas desde un principio. En primer lugar, porque cada naci¨®n tiene sus propias competencias sanitarias. Escocia tard¨® m¨¢s en abrir que Inglaterra, y comenz¨® a restringir los aforos mucho antes en esta segunda ola. Gales o Irlanda del Norte tambi¨¦n ordenaron el cierre antes. Adem¨¢s, la estrategia local ensayada sin ¨¦xito por el Gobierno de Boris Johnson contemplaba demasiadas excepciones e invitaba al incumplimiento. Los establecimientos de las zonas que permanecieron en el nivel 1, o medio, y en el nivel 2, alto, no pod¨ªan atender a m¨¢s de seis personas por mesa, y quedaba prohibido que fueran de dos n¨²cleos convivenciales diferentes. Desde un principio result¨® complicado vigilar el cumplimiento de la norma (al menos, en lo que se refer¨ªa a la mezcla de hogares diferentes), y la hosteler¨ªa no estaba muy dispuesta a aplicar una rigidez que hubiera acabado por hundir sus expectativas econ¨®micas. En el caso del nivel 3, o muy alto (Liverpool, M¨¢nchester, Leeds o la regi¨®n de Yorkshire), las restricciones estaban llenas de huecos legales. En teor¨ªa, el cierre completo quedaba en manos de las autoridades locales, y ninguna lo decret¨®. Los locales pod¨ªan permanecer abiertos, solo si estaban en condiciones de atender en mesa y ejercer de restaurantes. La mayor¨ªa de los pubs tienen esa posibilidad, aunque tuvieran que reducir aforo. Bastaba con darse una vuelta por M¨¢nchester, la ciudad con mayor incremento del ¨ªndice de transmisi¨®n, para comprobar que la gran mayor¨ªa de establecimientos segu¨ªan abiertos. Solo los muy peque?os hab¨ªan renunciado a seguir adelante.
Seg¨²n datos de Public Health England, el organismo gestor de la sanidad p¨²blica en Inglaterra, desde que abrieron los establecimientos el 9 de julio hasta el pasado 23 de septiembre, la hosteler¨ªa fue ¨²nicamente responsable del 5,18% de los nuevos rebrotes del virus. Pero las cifras generales de contagios son muy altas, y en estos momentos se duplican cada dos semanas. El Gobierno de Johnson ha optado finalmente por un confinamiento total, sin excepci¨®n alguna. A pesar de que, como durante la primera ola, se permite salir al exterior para hacer ejercicio, los campos de golf o de tenis (donde, en teor¨ªa, el riesgo de contagio ser¨ªa muy bajo), tambi¨¦n permanecer¨¢n cerrados durante cuatro semanas.
Uno de los problemas a la hora de tomar medidas en Espa?a es que no se conoce d¨®nde se producen los contagios. Solo est¨¢n categorizados el 12% de los positivos que se pueden agrupar en brotes. Seg¨²n estos datos, la hosteler¨ªa tampoco supone el mayor foco de transmisi¨®n, que est¨¢ m¨¢s bien en el ¨¢mbito social y familiar. Pero existen enormes vac¨ªos de conocimiento que hacen complicado actuar quir¨²rgicamente. Esta es la raz¨®n por la que algunos expertos y comunidades abogan por restricciones m¨¢s severas. Los ¨²ltimos en sumarse fueron ayer los presidentes de Ceuta y de Castilla y Le¨®n, quienes pidieron al Gobierno que les permita decretar el confinamiento domiciliario. De momento, tendr¨¢n que seguir esperando. Al menos, hasta el 9 de noviembre, fecha que la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, ha se?alado como hito para comprobar si las medidas adoptadas hasta ahora surten efecto.
Con informaci¨®n de Llu¨ªs Pellicer, Rafa de Miguel, Ana Carbajosa y Juan Navarro.
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