Reinventar la psicolog¨ªa: la tercera ola ser¨¢ mental
La salud mental afronta con escasos recursos los enormes retos de la pandemia. Y al mismo tiempo evoluciona con rapidez para adaptarse al tratamiento a distancia
M¨¢s all¨¢ de la atenci¨®n primaria o la presi¨®n hospitalaria, la pandemia ha desnudado tambi¨¦n unos servicios de salud mental que si en Espa?a eran ya raqu¨ªticos antes del coronavirus, en palabras de algunos profesionales, hoy son absolutamente insuficientes ante los problemas a medio y largo plazo que se vislumbran entre las secuelas. M¨¢s recursos son necesarios, aseguran todos los consultados, y tambi¨¦n reinventar y adaptar el ejercicio de la profesi¨®n a formatos a distancia ante los peligros de contagio y las limitaciones que imponen los confinamientos.
¡°Viene una ola de trastornos mentales y tenemos que ser innovadores y cambiar la forma de salud mental para llegar a todo. La pandemia va a abrir una brecha a¨²n mayor entre poblaciones de riesgo y las dem¨¢s, y los programas de salud mental tienen que reinventarse para que esa poblaci¨®n no se quede atr¨¢s¡±, asegura Celso Arango, jefe de Psiquiatr¨ªa del hospital Gregorio Mara?¨®n de Madrid.
El acceso a los servicios de salud mental hospitalarios cay¨® en picado durante el confinamiento ¡ªal igual que el de las patolog¨ªas f¨ªsicas¡ª y se retom¨® con fuerza una vez pasada la primera ola. ¡°En junio y julio nos entr¨® una avalancha de casos¡±, relata Marif¨¦ Bravo, jefa de Psiquiatr¨ªa de La Paz. Este oto?o, los mismos servicios han notado un nuevo descenso de ingresos o consultas y no porque haya menos problemas, cuentan, sino porque en general proceden de servicios de atenci¨®n primaria que han vuelto a estar desbordados por el coronavirus. El resultado es un mayor recurso a los ansiol¨ªticos y una contenci¨®n de ingresos que, seg¨²n los consultados, derivar¨¢ en otras oleadas de afectados por trastornos de salud mental que vendr¨¢n m¨¢s adelante y en peores condiciones.
¡°Cuando un enfermo necesita un antibi¨®tico, se le dan todas las dosis que requiere durante varios d¨ªas para superar su enfermedad¡±, cuenta Antonio V¨¢zquez Morej¨®n, presidente de la Sociedad de Psicolog¨ªa Cl¨ªnica del servicio p¨²blico de Andaluc¨ªa. ¡°Pero cuando a un paciente que requiere atenci¨®n mental se le niega todo el tratamiento que requiere o se le reduce a un m¨ªnimo, es como dar a ese enfermo media dosis de antibi¨®tico un solo d¨ªa. Ser¨¢ insuficiente¡±.
Y es que en salud mental, como recuerda este psic¨®logo con 30 a?os de experiencia en coordinaci¨®n, los recursos m¨¢s importantes ¡°son humanos, y si hay pocos recursos humanos, se multiplica el acceso al psicof¨¢rmaco, en cuyo consumo Espa?a es el segundo pa¨ªs europeo, triplicando la tasa de Alemania¡±.
Espa?a cuenta con seis psic¨®logos cl¨ªnicos por 100.000 habitantes, con una gran desigualdad entre comunidades, mientras la media europea es de 18 y, la de la OCDE, 26.
Espa?a cuenta con seis psic¨®logos cl¨ªnicos por 100.000 habitantes, con una gran desigualdad entre comunidades, mientras la media europea es de 18 y, la de la OCDE, 26, seg¨²n los datos que manejan varias organizaciones. Algunos pa¨ªses n¨®rdicos alcanzan los 40 por 100.000 habitantes. Por cada 100 euros que Espa?a gasta en sanidad, 5,5 van a salud mental, frente a 7 en la UE, asegura Arango.
Un estudio realizado por el Consejo General de la Psicolog¨ªa en las ¨²ltimas dos semanas se?ala que uno de cada tres y uno de cada cuatro espa?oles, respectivamente, presenta en esta segunda ola s¨ªntomas graves de ansiedad y depresi¨®n, relata Silvia Berdullas, gerente de este Consejo. ¡°Se trata de tasas de prevalencia claramente superiores a las encontradas en situaciones anteriores a la pandemia y deben ponernos en alerta. Nos encontramos frente a un sistema que ya ven¨ªa raqu¨ªtico de antemano y que se encuentra ahora frente a un aumento de las necesidades de atenci¨®n psicol¨®gica y que va a ser necesario resolver¡±.
¡°Viene lo que la OMS denomina la tercera ola, que ser¨¢n las consecuencias en la salud mental de los problemas econ¨®micos¡±, asegura la psiquiatra Marif¨¦ Bravo. Defiende la creatividad con la que reaccionaron los profesionales ante la primera ola, pero ve insuficientes los recursos para lo que falta. Ella cuenta c¨®mo los hospitales y servicios de salud mental en general proporcionaron c¨¢maras y cuentas corporativas de Zoom para actuar con rapidez y atender telem¨¢ticamente a todos los pacientes. ¡°Se ha hecho un seguimiento telef¨®nico de todos los pacientes que estaban citados, atendiendo presencialmente a aquellos m¨¢s graves o que requer¨ªan medicaci¨®n. La mayor parte de las terapias se han realizado por videoconferencias. Hemos hecho un esfuerzo de b¨²squeda de otras experiencias que pudieran orientarnos y nos permitieran hacerlo con una cierta garant¨ªa t¨¦cnica y de seguridad de la confidencialidad, y se han realizado diversos cursos y sesiones para formar a los profesionales en estas t¨¦cnicas¡±, relata Bravo. ¡°Y esto ha venido para quedarse, sobre todo con personas con las que ya se ten¨ªa un contacto previo y estaba creada una relaci¨®n terap¨¦utica. Para los casos nuevos resulta insuficiente¡±.
Lo mismo cree V¨¢zquez Morej¨®n: ¡°Hace falta una preparaci¨®n para las intervenciones telef¨®nicas, requiere un entrenamiento y es un reto aplicarlo bien, detectar a qui¨¦n le conviene y a qui¨¦n no. Muchos pacientes quieren venir, conocernos, vienen a contarnos cosas graves. Una vez establecido ese v¨ªnculo, aceptan bien el tratamiento telef¨®nico¡±.
Pero lo cierto es que la psicolog¨ªa sigue ausente de los grandes planes de refuerzo. Sara Li¨¦bana, por ejemplo, especialista en situaciones de cat¨¢strofe y una de las psic¨®logas que particip¨® en el tel¨¦fono de asistencia que dispuso el Ministerio de Sanidad durante el primer estado de alarma, llama la atenci¨®n sobre este dato: en la convocatoria de adscripci¨®n voluntaria de profesionales para el hospital Isabel Zendal que est¨¢ poniendo en marcha la Comunidad de Madrid ¡°no se incluyen psic¨®logos ni psiquiatras¡±. ¡°Y ahora m¨¢s que nunca es importante reforzar la contrataci¨®n en el Sistema Nacional de Salud si queremos apostar por la salud mental de los espa?oles¡±. ¡°Necesitamos una concepci¨®n m¨¢s integradora que incluya lo biol¨®gico, lo social y lo psicol¨®gico, y no solo lo biol¨®gico, en la salud¡±, a?ade Berdullas.
Pero la psicolog¨ªa, cree Li¨¦bana, ha sabido ¡°subirse al carro de la reinvenci¨®n ante la necesidad de adaptarse y realizar sesiones por videoconferencia¡±. M¨¢s que reinventarse, a?ade Berdullas, ha acelerado un proceso que se ven¨ªa dando de forma m¨¢s progresiva. ¡°La validez y eficacia de las modalidades a distancia de terapia est¨¢n ampliamente probadas y lo que, quiz¨¢s, estaba pendiente era que usuarios y profesionales se atrevieran a dar el salto a las nuevas tecnolog¨ªas. Ha sucedido de forma natural, porque nos hemos acostumbrado a relacionarnos as¨ª durante la pandemia¡±.
Y es que estos cambios, como dice Marif¨¦ Bravo, han venido para quedarse.
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