El peque?o roedor que amenaza hect¨¢reas de cultivos
Los agricultores de Castilla y Le¨®n piden ¡°medidas excepcionales¡± para combatir los picos c¨ªclicos de poblaci¨®n del topillo campesino
Los campesinos castellanos no quieren al topillo campesino. Cada cinco a?os, aproximadamente, se dan unos repuntes de poblaci¨®n del roedor que intrigan a bi¨®logos y especialistas. Los agricultores rezan por que este a?o el invierno sea fr¨ªo y limite su expansi¨®n. Las asociaciones agr¨ªcolas alertan de que hay varias comarcas, sobre todo en Valladolid, donde estos animales est¨¢n proliferando descontroladamente, y piden actuar r¨¢pido por el riesgo de propagaci¨®n de bacterias que causan la tularemia, tambi¨¦n conocida como fiebre de los conejos.
Un g¨¦lido viento procedente de la pr¨®xima sierra segoviana azota una cercana plantaci¨®n de colza de Campaspero (Valladolid, 1.100 habitantes). Los agricultores Rub¨¦n Arranz y Gonzalo Hernando, de 33 a?os, muestran los m¨²ltiples hoyos que horadan las tierras y conforman extensos laberintos subterr¨¢neos. Arranz explica que ya en verano se puede intuir si en primavera habr¨¢ plaga: si se ve mucho animal y muchas madrigueras en los rastrojos que deja la recolecci¨®n, mala pinta. La voracidad se nota tambi¨¦n entre las matas, con varias arrancadas por la base. ¡°Campan a sus anchas porque las aves no los ven¡±, lamentan los labradores.
Los mordiscos se aprecian m¨¢s en cultivos como la patata, que no se vende cuando presenta la m¨¢s m¨ªnima imperfecci¨®n. ¡°Perdemos un 20% de producci¨®n¡±, calculan. Queja que repiten en Fompedraza (100 habitantes), a seis kil¨®metros de Campaspero, donde trabajan hect¨¢reas de remolacha. La tierra presenta peque?os mont¨ªculos aqu¨ª y all¨¢: son peque?as masas de arena que sacan los topillos para oxigenar las galer¨ªas. Hernando coge varias remolachas a medio comer por los roedores y lamenta la ¡°merma de producci¨®n¡±.
La situaci¨®n preocupa a Valent¨ªn Garc¨ªa, presidente de la asociaci¨®n agraria UCCL, que insiste en da?os en plantaciones de patatas, remolacha y cereal. Garc¨ªa explica que las rapaces no dan abasto porque las linderas, cunetas u orillas de arroyos protegen a sus v¨ªctimas. ¡°La situaci¨®n va camino de 2007 si el invierno es suave¡±, asevera, en referencia a la plaga de topillos que sufrieron ese a?o. Demanda ¡°medidas excepcionales para momentos excepcionales¡± y se queja de que apenas quedan m¨¦todos qu¨ªmicos permitidos. Solicita tambi¨¦n la quema controlada de cunetas y el desbroce de peque?os cauces para que la primavera no revele grandes perjuicios en cultivos de colzas y plantaciones ¡°totalmente mordidas¡±.
Jos¨¦ Ram¨®n Alonso, del colectivo agrario Asaja, cifra en un 50% las p¨¦rdidas potenciales. Fuentes del departamento de Agricultura de la Junta de Castilla y Le¨®n destacan que sus datos no proyectan ¡°superpoblaci¨®n¡±. Augusto Cobos, delegado territorial de la Junta en Valladolid, ha anunciado un encuentro con representantes de UCCL el jueves, a solicitud de la asociaci¨®n.
Esta vez Tierra de Campos, m¨¢s cercana a Palencia y ¡°zona caliente¡± del topillo, se ha librado. La comunidad cient¨ªfica no termina de entender la movilidad y los ciclos de esta fauna. El bi¨®logo y doctor en zoolog¨ªa Juan Jos¨¦ Luque-Larena, de la Universidad de Valladolid, ha estudiado durante a?os las conductas de unos animales que ¡°han colonizado la regi¨®n desde las monta?as a partir de los sesenta y setenta, cuando se transform¨® el paisaje agrario al introducir regad¨ªos y alfalfas¡±, un alimento y refugio estupendo para cualquier roedor. La especialista Silvia Herrero considera ¡°impensable¡± calcular el n¨²mero de estos animales, pero precisa que en a?os de explosi¨®n demogr¨¢fica los picos de crecimiento pueden multiplicarse por 50.
Luque ve complicado cuantificar los da?os econ¨®micos porque ¡°no hay mediciones t¨¦cnicas p¨²blicas¡± y sostiene que el t¨¦rmino plaga es ¡°muy antropoc¨¦ntrico y negativo¡±. ¡°Nunca nos ponemos de lado de la biodiversidad¡±, afirma el bi¨®logo Miguel ?ngel Hern¨¢ndez, de Ecologistas en Acci¨®n, que encuentra un f¨¢cil porqu¨¦ a la presencia de estos animales en las cosechas: ¡°La agricultura ocupa enormes terrenos y deja escasos h¨¢bitats naturales¡±. As¨ª, los animales se alimentan de las siembras y agradecen el cobijo que le suministran ciertos regad¨ªos o vegetales como la alfalfa.
Hern¨¢ndez asegura que los venenos usados anta?o los padec¨ªan tambi¨¦n las aves y defiende que el mejor aliado contra estos picos de poblaci¨®n son depredadores como las rapaces. ¡°No vamos a acabar con los topillos, forman parte de la naturaleza¡±, sostiene.
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