Trump relaja la ley ambiental para acelerar grandes infraestructuras
EE UU lanza la mayor desregulaci¨®n en medio siglo. La propuesta facilitar¨¢ la construcci¨®n de oleoductos o gasoductos bloqueados en los tribunales
La batalla de la Administraci¨®n de Donald Trump por eliminar regulaciones ambientales en Estados Unidos escribi¨® ayer un nuevo cap¨ªtulo con el anuncio de importantes modificaciones a la ley de protecci¨®n ambiental, que lleva en vigor medio siglo. Los cambios anunciados rebajar¨¢n los requisitos de los estudios medioambientales para grandes infraestructuras, lo que permitir¨¢ acelerar proyectos como minas, oleoductos, gaseoductos o aeropuertos. La iniciativa se suma a otros golpes para la regulaci¨®n ambiental como el recorte a los l¨ªmites contaminantes de los coches.
El argumento para debilitar las normas federales es acelerar proyectos que se pueden ver paralizados durante a?os en los juzgados. ¡°Queremos construir nuevas carreteras, autopistas y puentes m¨¢s grandes y m¨¢s deprisa¡±, dijo Trump. La decisi¨®n ¡°va a eliminar burocracia que ha paralizado la toma de decisiones de sentido com¨²n durante una generaci¨®n¡±, dijo el secretario de Interior, David Bernhardt, quien destac¨® las ¡°profundas consecuencias de la inacci¨®n del Gobierno¡± por la regulaci¨®n medioambiental y dijo que se trata de ¡°la propuesta de desregulaci¨®n m¨¢s importante¡± de la presidencia de Trump.
La ley (NEPA, por sus siglas en ingl¨¦s) fue aprobada en 1970 en el primer mandato de Richard Nixon, el primer presidente en crear una agencia federal contra la contaminaci¨®n, la Agencia de Protecci¨®n Ambiental (EPA). Apenas han sido modificada. Esta es la primera transformaci¨®n seria de este marco regulatorio que afecta a todo proyecto que tenga dinero federal. El plan entra ahora en fase de alegaciones; hay 60 d¨ªas para presentar argumentos en contra. Con toda seguridad ser¨¢ denunciado en los tribunales si llegara a entrar en vigor.
En los ¨²ltimos a?os, cuando la evidencia del cambio clim¨¢tico ha alcanzado ya un consenso cient¨ªfico casi un¨¢nime, los tribunales han entendido que las protecciones de la ley no solo afectan al impacto medioambiental inmediato, sino que debe tenerse en cuenta su contribuci¨®n a las emisiones a largo plazo. Con ese marco se han podido parar o ralentizar en los tribunales grandes proyectos de industrias contaminantes, como perforaciones en terrenos p¨²blicos, minas y oleoductos. El conflicto m¨¢s conocido fue el del oleoducto Keystone Pipeline XL entre Canad¨¢, Illinois y Texas. Las modificaciones anunciadas van dirigidas a romper esa conexi¨®n entre los proyectos y el cambio clim¨¢tico, lo que reduce las posibilidades de oposici¨®n.
Los intentos de la Administraci¨®n Trump por eliminar regulaciones y burocracia en temas medioambientales han sido contestados por municipios, Estados y grupos ecologistas en los tribunales y por ahora el saldo es muy negativo para la Casa Blanca. Un estudio del Institute for Policy Integrity, de la Universidad de Nueva York, que sigue la pista a todas las demandas, concluye que el Gobierno solo ha ganado una de 40.
El cambio de la ley ampl¨ªa el tipo de proyectos que quedan exentos de ser examinados con los criterios de la NEPA. La ley dejar¨¢ claro que los estudios medioambientales ya no han de tener en cuenta los ¡°efectos acumulativos¡± de la contaminaci¨®n, como est¨¢ dictando la jurisprudencia, lo cual da v¨ªa libre a las industrias contaminantes a construir respetando solo el impacto medioambiental inmediato. Adem¨¢s, impone un plazo m¨¢ximo de dos a?os para estudios de impacto detallados y un a?o para los m¨¢s generales. Seg¨²n el Consejo de Calidad Medioambiental ¡ªoficina del Ejecutivo¡ª una evaluaci¨®n completa tarda de media cuatro a?os y medio y ocupa unas 600 p¨¢ginas. Los distintos departamentos del Gobierno federal hacen unos 170 estudios de este tipo al a?o.
Volar consensos
La pol¨ªtica de Donald Trump ha estado definida por el empe?o en revertir por completo el legado de su antecesor, Barack Obama. Sin embargo, en algunos ¨¢mbitos como la pol¨ªtica exterior o la protecci¨®n del medioambiente, est¨¢ volando consensos que existen desde hace d¨¦cadas, independientemente del partido que gobierne. Trump empez¨® poniendo al frente de la EPA a Scott Pruitt, quien desde el puesto de fiscal de Oklahoma hab¨ªa liderado una campa?a feroz contra esa misma agencia. Su sucesor es Andrew Wheeler, un abogado que ha trabajado como lobista contra las regulaciones. Los expertos y la oposici¨®n han denunciado que se est¨¢ destruyendo la agencia creada por Nixon desde dentro.
Un an¨¢lisis de The New York Times de diciembre identificaba 95 propuestas de desregulaci¨®n medioambiental por parte de la Administraci¨®n Trump en estos tres a?os de mandato. De ellas, 58 hab¨ªan sido ya completadas y 37 se encontraban en proceso.
Entre las decisiones m¨¢s trascendentes ha estado relajar los l¨ªmites contaminantes de los coches, como ped¨ªan los fabricantes, y eliminar la exenci¨®n de California para poner sus propios l¨ªmites. Adem¨¢s, ha eliminado los l¨ªmites a las emisiones de la industria del carb¨®n, con lo que ha dejado su continuidad en manos de los Estados. Ya no es estrat¨¦gico para EE UU reducir el carb¨®n como fuente de energ¨ªa. En el plano internacional, Trump sac¨® a EE UU del hist¨®rico Acuerdo de Par¨ªs que compromet¨ªa a 196 pa¨ªses a reducir sus emisiones.
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