Una brecha entre dos papas
El nuevo libro de Benedicto XVI, donde presiona a Francisco para abandonar la idea de ordenar a hombres casados, cuestiona la relaci¨®n entre ambos
El Vaticano afronta una nueva e inesperada turbulencia llegada esta vez desde los apacibles jardines donde vive retirado desde hace casi siete a?os Benedicto XVI, el primer papa en renunciar desde el siglo XV. Entonces, Joseph Ratzinger anunci¨® que no interferir¨ªa en la vida y el gobierno de la Iglesia. Pero en los ¨²ltimos meses su silencio se ha interrumpido dos veces cambiando el paso del actual papado. La ¨²ltima en un libro que se publicar¨¢ ma?ana, supuestamente escrito al alim¨®n con el cardenal Robert Sarah ¡ªel preferido de la ultraderecha en el pr¨®ximo c¨®nclave¡ª en el que se opone frontalmente al celibato opcional y, sobre todo, a la ordenaci¨®n de hombres casados, tal y como adelant¨® Le Figaro el domingo. El problema, sin embargo, no es la cuesti¨®n en s¨ª, sino la injerencia nada inocente en un tema importante y sobre el que Francisco deber¨¢ decidir en las pr¨®ximas semanas.
La relaci¨®n entre dos hombres que visten igual y viven a pocos metros no siempre es f¨¢cil. Ni uno cantaba a los Beatles cuando se conocieron ni el otro se dejaba ense?ar a bailar tango, como se?ala la pel¨ªcula Los dos papas estos d¨ªas. La realidad es que ambos pont¨ªfices ¡ªde 83 y 92 a?os respectivamente¡ª han mantenido una comunicaci¨®n exquisita en las formas y que Bergoglio s¨ª empuj¨® con sus apoyos para que Ratzinger fuera nombrado Papa en 2005. Pero la convivencia ideol¨®gica y teol¨®gica est¨¢ algo m¨¢s alejada de esa meliflua melod¨ªa. Los opositores a Francisco han intentado utilizar a Benedicto XVI desde que se retir¨® como s¨ªmbolo de la rectitud teol¨®gica frente a lo que consideran una traici¨®n a la Iglesia (el actual pont¨ªfice ha sido acusado de hereje). Y la publicaci¨®n del libro que firma ahora con Sarah ¡ªque defendi¨® ayer en Twitter que no es un texto contra Francisco¡ª devuelve vigor a esa bandera de guerra.
El texto y el momento de su publicaci¨®n no son casuales. El libro se refiere expl¨ªcitamente al s¨ªnodo sobre la Amazon¨ªa que tuvo lugar el pasado octubre en el Vaticano y a la pol¨¦mica decisi¨®n votada por la asamblea de obispos ¡ªse aprob¨® con 128 miembros a favor y 41 en contra, pero con un qu¨®rum m¨ªnimo de 120¡ª de emplazar al Papa a estudiar la ordenaci¨®n de hombres casados en algunos lugares remotos donde los fieles no tienen acceso a los sacramentos. Francisco debe decidir pr¨®ximamente si da su aprobaci¨®n definitiva en la exhortaci¨®n apost¨®lica que redacta y el texto atribuido a Benedicto XVI solo puede considerarse como una presi¨®n ante esa decisi¨®n.
Los defensores de Francisco recuerdan que Ratzinger tiene una salud muy fr¨¢gil que no le permite mantener conversaciones largas y, mucho menos, escribir. Las conversaciones siempre est¨¢n filtradas por dos o tres personas de su entorno privado fuera del control de la Santa Sede, y se?alan a ese sector, con inclinaciones conservadoras, como responsable del enredo. Adem¨¢s, a ¨²ltima hora de ayer, algunos medios publicaron una versi¨®n del entorno de Ratzinger seg¨²n la cual el papa em¨¦rito no conocer¨ªa en realidad el verdadero uso que se iba a hacer del ensayo que ¨¦l escribi¨® meses atr¨¢s sobre el celibato ni la cubierta del libro donde aparece su firma. Sarah public¨® poco despu¨¦s en Twitter la correspondencia con el papa em¨¦rito que supuestamente probar¨ªa que conoc¨ªa los planes exactos de c¨®mo se editar¨ªa el libro y daba su autorizaci¨®n a hacerlo "como estaba previsto".
Otras fuentes consultadas que tratan con Benedicto XVI aseguran que conserva lucidez suficiente para no ser manipulado en un asunto de este tipo. ¡°Desde el punto de vista de sus capacidades, no hay ninguna duda de que sabe lo que se ha publicado. Est¨¢ l¨²cido y sale a pasear a diario por los jardines vaticanos. No es comparable a los ¨²ltimos meses de Juan Pablo II. Otra cosa es que no conociese la versi¨®n final del libro¡±, se?ala alguien con acceso a Ratzinger que se remite a un contacto de hace 15 d¨ªas.
Es la segunda vez, de hecho, que un texto de Benedicto XVI cuestiona la acci¨®n de este pontificado. La ¨²ltima fue el pasado abril, cuando el papa em¨¦rito cuestion¨® la persecuci¨®n llevada a cabo recientemente de algunos sacerdotes acusados de pederastia, como recuerda la historiadora y experta en la Iglesia Lucetta Scaraffia. ¡°Cuando Benedicto public¨® aquellas p¨¢ginas no se lo dijo a nadie y aparecieron en un peri¨®dico b¨¢varo. Recordaba sus instrucciones sobre los abusos y parec¨ªa criticar una acci¨®n menos equilibrada y ponderada de Francisco. ?Por qu¨¦ ahora? Ordenar hombres esposados es cancelar el celibato de los sacerdotes. Creo que lo que molesta m¨¢s a Benedicto XVI es que el Papa retuerza puntos claros de la tradici¨®n haciendo excepciones en lugar de discutirlos abiertamente y con profundidad¡±.
El Vaticano, sorprendido con la publicaci¨®n, sali¨® al paso este lunes a trav¨¦s de Andrea Tornielli, su director editorial. El veterano periodista asegur¨® que el libro es una contribuci¨®n ¡°en obediencia filial al Papa¡±. Pero, adem¨¢s, entr¨® en el fondo de la cuesti¨®n recordando que el propio Benedicto XVI tambi¨¦n admiti¨® excepciones al permitir a los sacerdotes anglicanos casados formar parte de la Iglesia cat¨®lica. Muchos ahora piensan que, adem¨¢s de obviar de manera ins¨®lita ese precedente, el texto de Ratzinger y Sarah es una ofensa hacia todos ellos, a quienes el cardenal guineano califica de ¡°sacerdotes de segunda¡± por el hecho de estar casados. Un punto de aparente no retorno que corre el riesgo de embarrar la relaci¨®n hist¨®rica entre dos papas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.