Yum Balam, el tesoro oculto y amenazado de M¨¦xico
M¨¢s de 20 litigios amenazan un ¨¢rea natural protegida que es crucial para almacenar carbono y librar la batalla contra el cambio clim¨¢tico
La isla de Holbox es un destino cada vez m¨¢s conocido entre decenas de miles de visitantes que anhelan una escapada en el Caribe mexicano. A menos de 200 kil¨®metros de la Riviera Maya y Canc¨²n, pero sin los hoteles todo incluido ni el bullicio de las discotecas, Holbox pas¨® de ser un pueblo de pescadores a un para¨ªso tur¨ªstico. El secreto mejor guardado de la isla y de Yum Balam, el ¨¢rea natural protegida donde se encuentra, no son sus aguas color turquesa ni su arena blanca, sino una serie de ecosistemas costeros que son un arma poderosa contra el cambio clim¨¢tico, con la capacidad de mitigar las emisiones anuales de di¨®xido de carbono de m¨¢s de nueve millones de personas. Pero eso puede cambiar. M¨¢s de 20 litigios promovidos por desarrolladores inmobiliarios buscan desmantelar la reserva ecol¨®gica de Yum Balam y consolidar a Holbox en la ¨²ltima sucursal del turismo masivo de sol y playa.
Yum Balam es desde 1994 un ¨¢rea de protecci¨®n de flora y fauna de m¨¢s de 1.540 kil¨®metros cuadrados, m¨¢s del doble de la superficie de Madrid. Cuenta con una biodiversidad sorprendente y es hogar de especies en peligro de extinci¨®n como jaguares, manat¨ªes, la tortuga caguama y la tortuga carey. Pero el secreto de la zona contra los gases de efecto invernadero se extiende en una peque?a franja de 66 kil¨®metros cuadrados de manglares (humedales costeros) y 170 kil¨®metros cuadrados de pastos marinos. Estos organismos acu¨¢ticos no solo albergan una gran cantidad de especies y forman una barrera natural contra tormentas y huracanes, tambi¨¦n almacenan entre tres y cinco veces m¨¢s carbono que los ecosistemas terrestres a trav¨¦s de la fotos¨ªntesis.
El carbono org¨¢nico que es almacenado en los oc¨¦anos y ecosistemas costeros se conoce como carbono azul y ha despertado un gran inter¨¦s en la comunidad cient¨ªfica mundial, pero es relativamente poco conocido y apenas se empieza a estudiar en M¨¦xico, pese a ser el cuarto pa¨ªs con m¨¢s manglares, seg¨²n el Servicio Geol¨®gico de Estados Unidos. "La falta de datos cient¨ªficos tiene que ver con la falta de inter¨¦s p¨²blico, mucha gente en el pa¨ªs ni siquiera sabe que existen organismos como las pastos marinos", se?ala Jorge Herrera-Silveira, experto del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados. Yum Balam cuenta con menos del 1% de los manglares mexicanos, pero gracias a los ¨¢rboles del mangle y los pastos marinos, almacena 38 millones de toneladas de carbono al a?o, seg¨²n los c¨¢lculos de Herrera-Silveira.
Los asentamientos humanos ya han dejado su huella en Yum Balam. Las zonas con manglares menos densos son el pueblo de Holbox ¡ªque tiene unos 3.000 habitantes permanentes, pero puede recibir hasta 20.000 visitantes diarios en temporada alta, seg¨²n estimaciones del Gobierno¡ª y Chiquil¨¢, una peque?a comunidad de 1.500 habitantes de donde salen los ferries que conectan a la isla con la pen¨ªnsula de Yucat¨¢n. "El 80% de los asentamientos de Holbox y Chiquil¨¢ se han hecho sobre manglar", explica Herrera-Silveira. "Hay intereses econ¨®micos muy fuertes que amenazan a Yum Balam, no tendr¨ªa que haber ning¨²n desarrollo tur¨ªstico sobre ¨¢rea de manglares porque est¨¢n prohibidos por ley y cuando se permiten, estamos ante actos de corrupci¨®n", afirma el investigador.
En los ¨²ltimos quince a?os ha habido un boom inmobiliario en Holbox, despu¨¦s de que una reforma constitucional quit¨® restricciones para vender y dividir los terrenos ejidales, un r¨¦gimen de propiedad colectiva en M¨¦xico. La flexibilizaci¨®n en la tenencia de la tierra provoc¨® una recalada de propietarios reci¨¦n llegados que compraron a los habitantes originales con la esperanza de concretar grandes proyectos tur¨ªsticos e inmobiliarios. "Los convenc¨ªan diciendo que iban a desarrollar el lugar y que los har¨ªan part¨ªcipes del negocio, pero al final los propietarios locales eran desplazados", comenta Pilar Diez, directora para el Sureste del Centro Mexicano de Derecho Ambiental.
Desde 2012, el conglomerado Pen¨ªnsula Maya Developments, una asociaci¨®n de empresarios mexicanos, pidi¨® autorizaci¨®n al Gobierno mexicano para construir un ambicioso complejo tur¨ªstico en 980 hect¨¢reas de tierras protegidas y con 2.450 cuartos de hotel conocido como La Ensenada, lo que desat¨® protestas de organizaciones civiles y pobladores. En 2014, unos 70 ejidatarios-empresarios, como se llam¨® a los desarrolladores reci¨¦n llegados, promovieron que se subdividiera el ejido de Holbox en cuatro ejidos para facilitar las gestiones de quienes se oponen a que la isla sea parte de un ¨¢rea protegida. En 2016, tras el esc¨¢ndalo de un incendio intencionado en la isla que arras¨® con 87 hect¨¢reas, Pen¨ªnsula Maya Developments desisti¨® de construir La Ensenada.
Tras una serie de disputas, en 2018 se emiti¨® el programa de manejo para el ¨¢rea natural protegida, los lineamientos que regulan qu¨¦ puede construirse y que no, adem¨¢s de delimitar las zonas de preservaci¨®n, aprovechamiento sostenible, los asentamientos humanos e, incluso, las ¨¢reas de recuperaci¨®n que fueron arrasadas por los incendios de 2016. Las regulaciones que blindan a Yum Balam desataron una serie de demandas de quienes buscan acabar con las restricciones e, incluso, revertir el decreto de ¨¢rea protegida.
Uno de los principales argumentos de quienes promueven los litigios es que no recibieron derecho de audiencia, pese a que la mayor¨ªa compr¨® sus terrenos casi 20 a?os despu¨¦s de que se declarara como reserva ecol¨®gica y de que existen leyes nacionales y convenciones internacionales que garantizan la protecci¨®n. Se espera que varios de estos litigios se resuelvan este a?o, pero es muy probable que los fallos sean recurridos y lleguen hasta la Suprema Corte, han dicho a EL PA?S fuentes que han seguido el caso.
Mientras el mundo descubre el potencial del carbono azul, Herrera-Silveira advierte de que M¨¦xico ya pierde cada a?o entre el 2% y el 3% de sus manglares. Pero hay escenarios m¨¢s preocupantes. Yum Balam y otras zonas costeras que encierran el secreto contra las emisiones de efecto invernadero son tambi¨¦n las m¨¢s vulnerables al cambio clim¨¢tico y podr¨ªan hundirse por completo en 2050, seg¨²n un estudio de Climate Central publicado el a?o pasado en la revista Nature.
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