Pl¨¢cido Domingo encara el fin de su leyenda
El Teatro Real de Madrid se reunir¨¢ pr¨®ximamente para decidir si el tenor cantar¨¢ ¡®La traviata¡® en mayo como estaba previsto
Una hora y 20 minutos de aplausos. A saber si estos d¨ªas Pl¨¢cido Domingo se acuerda de cuando logr¨® el consenso m¨¢s largo de la historia. Sucedi¨® en 1991: despu¨¦s de asistir a su Otelo, el p¨²blico de la ?pera de Viena se entreg¨® a la celebraci¨®n del tenor durante 80 minutos. A la saz¨®n, hac¨ªa tiempo que ya era una estrella, de ah¨ª que ese r¨¦cord se amontonara sobre muchas medallas. Bajo la luz ¡ªy las sombras¡ª de hoy, sin embargo, la marca adquiere un significado inesperado: el divo m¨¢s aplaudido ha pasado a ser el m¨¢s cuestionado. Y, ahora, a aceptar la responsabilidad por los casos de acoso que se conocieron el pasado verano.
Una investigaci¨®n del sindicato estadounidense que representa a los artistas de ¨®pera ha concluido que el tenor acos¨® sexualmente a varias mujeres y abus¨® de su poder cuando ocupaba la direcci¨®n de la ?pera Nacional de Washington y la de Los ?ngeles, seg¨²n inform¨® este martes la agencia AP. Al tiempo, es decir, con argumentos meditados por su parte, se hizo p¨²blico un comunicado por parte del m¨²sico. En el mismo, pide perd¨®n, seg¨²n sus palabras, ¡°por el dolor¡± que caus¨® y acepta toda la responsabilidad. ¡°Entiendo ahora que algunas de esas mujeres pudieran tener miedo para expresarse sinceramente porque les preocupaba que sus carreras se vieran afectadas¡±, dice.
El caso llega as¨ª a su primera conclusi¨®n, m¨¢s de seis meses despu¨¦s de su estallido. El pasado agosto, ocho cantantes y una bailarina ¡ªentre las que solo Patricia Wulff dio su nombre¡ª acusaron a Domingo, de 78 a?os, de casos de acoso sexual que empezaron en los ochenta y duraron tres d¨¦cadas, seg¨²n sus testimonios, tambi¨¦n recogidos por AP. Sostuvieron que us¨® su poder para lograr relaciones con ellas y da?¨® la carrera de quien se resist¨ªa. Entonces, el m¨²sico tambi¨¦n respondi¨® con un comunicado, aunque de tono muy diferente. Defini¨® las acusaciones como ¡°preocupantes e inexactas¡± y agreg¨®: ¡°Reconozco que las reglas y valores por los que hoy nos medimos, y debemos medirnos, son muy distintos de c¨®mo eran en el pasado. Me ce?ir¨¦ al m¨¢s alto est¨¢ndar¡±.
Aquellas primeras denuncias, a las que siguieron otros 11 testimonios parecidos, abrieron una brecha en el mundo de la ¨®pera: a un lado, los que atacaban a Domingo. Al otro, sus ac¨¦rrimos defensores. El sindicato de EE UU anunci¨® la investigaci¨®n que ahora ha concluido, a la par que la ?pera de Los ?ngeles, cuyos resultados a¨²n se desconocen. Domingo fue director general de esa instituci¨®n desde 2003 y hasta que dimiti¨® en octubre, precisamente por las presiones de este esc¨¢ndalo. Desde ese mismo agosto, y a lo largo de los meses, varias ¨®peras de EE UU (Filadelfia y San Francisco, entre ellas) cancelaron sus actuaciones, mientras que la mayor¨ªa de teatros europeos opt¨® por lo contrario: en Salzburgo o en el Palau de les Arts de Valencia, el tenor sali¨® ovacionado. La pol¨¦mica se repart¨ªa entre dos bloques claros: Europa y Am¨¦rica del Norte.
El Teatro Real tambi¨¦n emiti¨® un comunicado en su defensa y varias artistas espa?olas se lanzaron a protegerle y alertaron del riesgo de manchar al mejor tenor de la historia, como proclam¨® una encuesta de la BBC. La reacci¨®n de este martes cambia por completo la situaci¨®n. Ahora m¨¢s que nunca el mito encara el posible final de su carrera. Pero para eso tambi¨¦n deben decir algo los teatros en los que tiene compromisos este a?o. Para empezar, el Real de Madrid, donde Domingo debe cantar La traviata en mayo. Ha sido de las instituciones m¨¢s beligerantes en su defensa. Este martes, en cambio, anunci¨® que ten¨ªa previsto reunirse pr¨®ximamente para tomar una decisi¨®n.
Salzburgo es otra plaza que rindi¨® tributo al cantante a lo largo de 2019. No se han pronunciado acerca del programa de este 2020. ?Renunciar¨¢ el m¨²sico a sus compromisos, como hizo en el Metropolitan de Nueva York cuando estall¨® el esc¨¢ndalo? ?O los cancelar¨¢n ellos?
En conversaciones con una decena de trabajadores del sector en Espa?a, queda claro que su pasi¨®n por ¡°el flirteo y las mujeres¡± era vox populi. Sin embargo, todos insisten en que el m¨²sico nunca sobrepas¨® los l¨ªmites de la seducci¨®n. Lo cierto es que el esc¨¢ndalo ya ha dado la vuelta al mundo. Inevitable, para todo un icono de la ¨®pera. Mientras el siglo XX desfilaba y el XXI mov¨ªa sus primeros pasos, Pl¨¢cido Domingo permanec¨ªa ah¨ª: ha conocido a cuatro papas, entonado La marsellesa en la toma de posesi¨®n de Fran?ois Mitterand en 1981, puesto una estrella en el paseo de la fama de Hollywood y asistido a todos los mundiales de f¨²tbol desde 1974 y ha sido el ¨²nico tenor que ha aparecido representado en Los Simpson.
Ha superado tragedias, como el terremoto de 1985 en M¨¦xico, en el que perdi¨® a varios familiares, o un c¨¢ncer de colon; ha acumulado alegr¨ªas en todo el planeta entre premios, m¨¢s de 100 discos, unos 150 papeles y casi 4.000 representaciones. En 2011 env¨ªo ¡°por primera vez¡± una carta al director de un diario (The Washington Post), para quejarse de una cr¨ªtica que consider¨® abiertamente hostil. Y, como buena leyenda que se respete, su biograf¨ªa no renuncia a la niebla. Hay quien pone en duda hasta su fecha de nacimiento: 21 de enero de 1941, en la calle Ibiza de Madrid.
A partir de ah¨ª, Domingo despeg¨® deprisa hacia el firmamento. Hijo de Pl¨¢cido y Pepita, ambos cantantes de zarzuela, con menos de 20 a?os ya sumaba las experiencias de un veterano: un debut como bar¨ªtono y otro como tenor en M¨¦xico (adonde se hab¨ªa mudado su familia), varias noches como pianista en tugurios para ganarse la vida, dos matrimonios ¡ªel segundo, con Marta Ornelas, contin¨²a todav¨ªa¡ª y un v¨¢stago. Hab¨ªa so?ado con ser torero y futbolista, pero finalmente gan¨® la m¨²sica. M¨¢s adelante tambi¨¦n renunci¨® a la escalada a la alcald¨ªa de Madrid.
En la ¨®pera, en cambio, ha hecho cumbre en las cimas m¨¢s altas: complet¨® m¨¢s de una vez el Grand Slam (Londres, Par¨ªs, Nueva York, Viena y Mil¨¢n), enamor¨® a las masas junto con Carreras y Pavarotti y, gracias al concurso Operalia, que cre¨® en 1993, ha lanzado a m¨¢s de 200 artistas.
No por nada, celebr¨® su 70? cumplea?os en el Teatro Real y el 75? en el Santiago Bernab¨¦u. All¨ª, le volvieron a aclamar miles de fans, amigos y m¨²sicos conocidos. El 80? le toca en enero pr¨®ximo y en la ¨²ltima entrevista que ofreci¨® a EL PA?S dejaba entrever que iba a pasarlo en Madrid y aprovechar¨ªa la ocasi¨®n quiz¨¢s para decir adi¨®s. La noticia que salt¨® ayer puede que adelante los planes y la celebraci¨®n tome otro cariz. Ahora, por primera vez, la oda de elogios desafina. Y el cantante rey de los r¨¦cords en la ¨®pera afronta algo in¨¦dito: un coro de voces levantado en su contra que escapa a su control.
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