El Gobierno descarta el confinamiento pese a que varias autonom¨ªas y expertos lo reclaman por el auge de contagios
Varias comunidades reclaman un cierre total y piden a sus ciudadanos que no salgan de casa. Los expertos avalan la medida o, en su defecto, apuestan por endurecer m¨¢s las restricciones para impedir las interacciones sociales ante una tercera ola que marca un r¨¦cord de incidencia del virus
M¨¢s de 38.000 contagios reportados el mi¨¦rcoles; 35.800 el jueves; 40.200, el viernes. El coronavirus campa a sus anchas por Espa?a y el margen de maniobra para frenarlo se agota. Tras la relajaci¨®n de las medidas ¡ªy de su cumplimiento¡ª durante las Navidades, las autonom¨ªas vuelven a apretar con restricciones m¨¢s duras para contener esta tercera ola. Los tambores de un confinamiento domiciliario suenan con fuerza, pero nadie se atreve a dar el paso: es la medida m¨¢s eficaz contra la expansi¨®n del virus, pero los da?os laborales, sociales y mentales de aplicarla son muy altos. Varios l¨ªderes regionales lo han pedido al Gobierno e incluso Ciudadanos ha ofrecido su apoyo para modificar el decreto de estado de alarma y activar un cierre total. Entre los expertos, el debate est¨¢ abierto, aunque la mayor¨ªa de los epidemi¨®logos consultados avalan un confinamiento duro y corto. El Gobierno, no obstante, es tajante: ¡°No contemplamos un confinamiento domiciliario¡±, ha insistido este s¨¢bado el ministro de Sanidad, Salvador Illa.
Espa?a ya supera los 575 casos por 100.000 habitantes y la presi¨®n asistencial en los hospitales empieza a tensionar las unidades de cuidados intensivos. ¡°Ya estamos tardando en poner un confinamiento estricto. Si se sigue con las restricciones actuales, se va a contener el virus, pero vamos a tardar m¨¢s. Y eso afectar¨¢ a la econom¨ªa y tendr¨¢ un coste en m¨¢s ingresos y muertes¡±, valora Jes¨²s Molina Cabrillana, epidemi¨®logo de la Sociedad Espa?ola de Medicina Preventiva, Salud P¨²blica e Higiene (Sempsph). El principal motivo para aplicar un confinamiento domiciliario siempre ha sido el riesgo de colapso del sistema sanitario. Espa?a no est¨¢ en ese escenario, pero muchos hospitales empiezan a acusar la saturaci¨®n. Desde Navidad, el n¨²mero de personas hospitalizadas a causa de la covid ha aumentado un 83% (hay m¨¢s de 19.600) y la ocupaci¨®n en las UCI ha crecido un 55% (cerca de 3.000 enfermos cr¨ªticos).
Las comunidades apuran ahora para endurecer las restricciones que semanas atr¨¢s rebajaron para ¡°salvar la Navidad¡±. Pero no las tienen todas consigo. Algunas temen que adelantar los toques de queda o aplicar cierres perimetrales no sea suficiente para frenar la expansi¨®n de un virus ya desbocado y abogan por ir un paso m¨¢s all¨¢. Andaluc¨ªa, Castilla y Le¨®n, Murcia y Asturias, por ejemplo, han pedido al Gobierno que considere la posibilidad del confinamiento domiciliario. Por su parte, los presidentes de Galicia, Castilla y Le¨®n, Andaluc¨ªa y La Rioja han recomendado a la poblaci¨®n que se autoconfine. Illa, sin embargo, insiste en que las herramientas disponibles con el actual estado de alarma ¡°son suficientes para doblegarla tercera ola¡±.
Con el actual decreto del estado de alarma (vigente hasta mayo) no hay margen para un confinamiento en las viviendas. De querer aplicarse esta medida, el Gobierno tendr¨ªa que aprobar un decreto nuevo que tendr¨ªa que ser validado por el Congreso. Pero, por ahora, no hay consenso para ello. Ciudadanos se ha mostrado favorable y el PP deja la puerta abierta, pero el Ejecutivo central no est¨¢ por la labor y prefiere esperar a ver si surten efecto las medidas actuales. El Gobierno insiste en que el actual marco jur¨ªdico da ¡°muchas herramientas¡± para combatir el virus y, de hecho, ya se logr¨® con ellas superar la segunda ola. Pero las autonom¨ªas empiezan a cuestionarlo.
La pugna m¨¢s intensa se vivi¨® el viernes entre el Ejecutivo central y Castilla y Le¨®n, cuando el Gobierno regional aprob¨® adelantar el toque de queda a las 20.00, algo que, seg¨²n Sanidad, no est¨¢ permitido por el decreto de estado de alarma, que fija el inicio del cese de la actividad entre las 22.00 y las 24.00. La Junta aduce, sin embargo, que la norma permite ¡±modular, flexibilizar y suspender¡± el toque de queda seg¨²n la situaci¨®n epidemiol¨®gica, y se agarra a ese ¡°modular¡± para endurecerlo. Sanidad rechaza esa interpretaci¨®n y apunta que la posibilidad de regular la medida se dio pensando siempre en suavizarla. Andaluc¨ªa tambi¨¦n pidi¨® el viernes al Gobierno central por escrito que le permita adelantar el toque de queda a las 20.00 y decretar el confinamiento domiciliario en algunos municipios.
Con el ¨®rdago de varias comunidades sobre la mesa, Illa ha abierto la puerta a revisar el toque de queda, pero ha advertido que, cuando una medida afecta a derechos fundamentales, tiene que articularse ¡°con las m¨¢ximas garant¨ªas jur¨ªdicas¡±. ¡°El decreto de alarma que tenemos vigente permite restricciones de movilidad nocturna de 22.00 a 7.00. Si hay que revisar esta franja horaria vamos a hacerlo con todo el mundo. El Gobierno nunca se ha negado a escuchar. Respecto al confinamiento domiciliario, pensamos que con el estado de alarma [vigente] es suficiente¡±, ha asegurado este s¨¢bado en una rueda de prensa en Barcelona.
Algunas voces, sin embargo, insisten en endurecer m¨¢s a¨²n las restricciones. ¡°Con las cifras que tenemos, hay que tomar medidas similares a las de un confinamiento extremo o aplicar un cierre total radical durante un per¨ªodo corto¡±, insiste Juli¨¢n Dom¨ªnguez, jefe de Medicina Preventiva del Hospital de Ceuta y miembro de la Sempsph. Durante la segunda ola, Sanidad y las comunidades acordaron un sem¨¢foro de riesgo epid¨¦mico en base al que decidir las medidas restrictivas, pero con las cifras actuales, todo se ha quedado corto. Las restricciones m¨¢s duras, como los confinamientos perimetrales o el cierre total de comercios y hosteler¨ªa, estaban reservados para los niveles de riesgo alto. Estos se med¨ªan a partir de la combinaci¨®n de varios factores, como tener m¨¢s de 250 casos por 100.000 habitantes en 14 d¨ªas, las UCI por encima del 25% o la tasa de positividad de las pruebas diagn¨®sticas superior al 15%, entre otros indicadores. Todas las comunidades, excepto Canarias, superan con creces los 250 casos por 100.000 habitantes. Siete autonom¨ªas est¨¢n por encima del nivel de riesgo extremo en los tres par¨¢metros principales.
El director del Centro de Control Atenci¨®n de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Sim¨®n, admiti¨® el jueves que la curva seguir¨¢ al alza, al menos, unos d¨ªas m¨¢s y que las UCI ¡°sufrir¨¢n¡± a¨²n un tiempo la saturaci¨®n. Pero, en la l¨ªnea del ministro Illa, insisti¨® en que el auge de la curva epid¨¦mica se podr¨¢ contener con las restricciones actuales y ¡°no es necesario¡± un confinamiento domiciliario. ¡°La segunda ola, que en su fase m¨¢s ¨¢lgida ven¨ªa a tener un nivel de transmisi¨®n similar al de ahora, se consigui¨® controlar con medidas que no supusieron el confinamiento completo. La opci¨®n del confinamiento est¨¢ ah¨ª, pero con el nivel de transmisi¨®n que tenemos y las caracter¨ªsticas espec¨ªficas de esta tercera ola no parece ahora necesario¡±, aleg¨®.
Con todo, comunidades como Castilla y Le¨®n o Andaluc¨ªa se mantiene en sus trece. Fuentes del Ejecutivo de Alberto Fern¨¢ndez Ma?ueco han asegurado que van a seguir reclamando al Gobierno central que reconsidere la posibilidad de un nuevo estado de alarma para permitir un confinamiento domiciliario. ¡°Tiene que al menos desarrollar la herramienta porque si es necesaria no tendremos tiempo. No entienden la velocidad del virus¡±, se?alan. Una l¨ªnea que sigue tambi¨¦n el gobierno andaluz. El vicepresidente de la Junta, Juan Mar¨ªn, ha pedido a Illa que ¡°rectifique de inmediato¡± su postura contraria al confinamiento domiciliario. Fuentes del Ejecutivo regional, no obstante, han asegurado que insistir¨¢n al Gobierno para que propicie la medida en la Interterritorial del pr¨®ximo mi¨¦rcoles: ¡°Lo volveremos a poner encima de la mesa¡±.
Murcia tambi¨¦n ha sido muy cr¨ªtica con el Gobierno y, aunque no prev¨¦ un confinamiento domiciliario a corto plazo, lamenta no tener disponibles las herramientas para aplicarlo si fuera necesario. ¡°Es incomprensible la total ausencia de un Gobierno central que est¨¢ permitiendo qGue se combata la enfermedad por territorios¡±, han protestado fuentes del Ejecutivo murciano. Sobre el confinamiento, Galicia tambi¨¦n reclama ¡°una previsi¨®n para cualquier eventualidad¡±, incluyendo la posibilidad en casos muy extremos de confinar un municipio o un ¨¢rea de salud. Euskadi insiste en que el cierre total ha de ser ¡°la ¨²ltima opci¨®n¡± y, a prop¨®sito de que el Gobierno se abra a ampliar el toque de queda, fuentes del Gobierno vasco celebran la decisi¨®n, m¨¢xime despu¨¦s de que ellos mismos se encontraran con el rechazo del Ejecutivo central en las dos ocasiones que lo plantearon: ¡°Es una decisi¨®n necesaria poder disponer de esta herramienta, aunque no quiere decir que vayamos a modificar nada por ahora¡±.
Entre los expertos, el debate sobre la conveniencia de un confinamiento domiciliario est¨¢ abierto. Esta semana, el exdirector de Emergencias de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, Daniel L¨®pez-Acu?a, urg¨ªa un cierre total inmediato. ¡°Estamos a a?os luz del sem¨¢foro de Sanidad. Ya lo rebasamos todo. Tenemos una situaci¨®n que amerita decisiones sin titubeos: un confinamiento dr¨¢stico temporal¡±, reclamaba. Una posici¨®n que compart¨ªa tambi¨¦n Alberto Infante, de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III: ¡°Si no hacemos m¨¢s de lo que estamos haciendo, seguiremos yendo por detr¨¢s del virus¡±.
Los costes sociales de que los ciudadanos se queden en casa, sin embargo, no son menores. Y algunos expertos se muestran reticentes. ¡°No soy partidario de un cierre como el de marzo. Un confinamiento sin medidas de respiro crea muchos problemas sociales, de salud mental, de violencia de g¨¦nero¡¡±, tercia Salvador Peir¨®, epidemi¨®logo de la Fundaci¨®n para el Fomento de la Investigaci¨®n Sanitaria y Biom¨¦dica de la Comunidad Valenciana. Un estudio de la Agencia de Salud P¨²blica de Catalu?a revel¨® que durante el confinamiento se triplicaron los s¨ªntomas de depresi¨®n, ansiedad y malestar emocional. Otra investigaci¨®n del Hospital del Mar constata, adem¨¢s, que el 60% de las personas con deterioro cognitivo previo empeoraron durante el encierro.
Peir¨® apuesta por agotar todas las opciones y restringir mucho m¨¢s algunas actividades antes de llegar al encierro total. ¡°Lo que nos interesa es reducir la interacci¨®n social, que la gente no tenga a d¨®nde ir. Me resulta llamativo que algunos no tomen las medidas que pueden tomar, pero pidan al Gobierno que cierre todo¡±, apunta el epidemi¨®logo. Andaluc¨ªa, por ejemplo, ha reclamado el confinamiento, pero a¨²n mantienen la restauraci¨®n abierta (aunque con horarios reducidos).
Un ¡®pseudoconfinamiento¡¯
De hecho, la sugerencia de Peir¨® es, de facto, ir a un pseudoconfinamiento sin tener que encerrar a la gente en su casa. Algo a lo que, en la pr¨¢ctica, ya avanzan muchas comunidades, como Catalu?a, que solo abre la restauraci¨®n para desayunos y comidas, y ha ordenado el cierre de toda actividad no esencial los fines de semana, cuando m¨¢s movilidad de car¨¢cter social se produce. O Murcia, que proh¨ªbe las reuniones entre no convivientes. En Mallorca e Ibiza, la restauraci¨®n est¨¢ cerrada (solo para recogida y entrega a domicilio) y est¨¢n prohibidos los encuentros sociales (excepto convivientes). Adem¨¢s, durante el toque de queda, ¡°la situaci¨®n ya es similar a la de un confinamiento en ese horario nocturno¡±, dice Ildefonso Hern¨¢ndez, de la Sociedad Espa?ola de Salud P¨²blica y Administraci¨®n Sanitaria (Sespas). Esta sociedad cient¨ªfica ha descartado expresamente que haya que volver a las medidas de marzo.
Pa¨ªses del entorno, como Alemania, tambi¨¦n han optado por la v¨ªa intermedia: los colegios y las actividades no esenciales est¨¢n prohibidas, pero los encuentros sociales est¨¢n permitidos, aunque solo pueden incluir a una persona que no viva en el domicilio. Francia tiene un toque de queda desde las seis de la tarde y la restauraci¨®n, cines y teatros permanecen cerrados. El confinamiento m¨¢s duro y restrictivo es el del Reino Unido, que adem¨¢s de cerrar bares, restaurantes, pubs, cines, teatros y tambi¨¦n colegios, solo permite las salidas para lo esencial y los encuentros sociales en el exterior (en interior est¨¢ prohibido con no convivientes) pueden ser de un m¨¢ximo de dos personas para hacer deporte.
Toni Trilla, jefe de Medicina Preventiva del Hospital Cl¨ªnic de Barcelona, tambi¨¦n considera que hay margen de maniobra antes de aplicar un confinamiento domiciliario. ¡°Tienen que agotarse todas las medidas ante de tomar una tan dr¨¢stica, aunque esta sea m¨¢s sencilla de explicar y m¨¢s f¨¢cil de cumplir¡±, apunta. Si la curva de contagios se frena en 7 o 10 d¨ªas, agrega, ¡°no es necesario un cierre completo¡±. ¡°Los hospitales lo vamos a pasar muy mal, eso ya lo doy por hecho. Estamos llenos, pero hay capacidad a¨²n de hacer algo, aunque sea a expensas de paralizar parte de la actividad quir¨²rgica¡±, sostiene. Muchos hospitales espa?oles ya han empezado a suspender operaciones para asumir la demanda de pacientes con covid-19 que requieren ingreso.
En lo que s¨ª coinciden los expertos es en que, ante un eventual confinamiento domiciliario, los colegios quedar¨ªan exentos. La actividad escolar seguir¨ªa funcionando porque las escuelas no se han demostrado grandes amplificadores del virus. ¡°La evidencia cient¨ªfica nos dice que el colegio nos sirve de elemento de control de las medidas por parte de las familias y, excepto casos contados, no se han producido brotes¡±, apunta Dom¨ªnguez.
Con todo, mientras no haya confinamiento domiciliario estricto, Peir¨® matiza las recomendaciones y las consignas m¨¢s repetidas: ¡°La medida no es quedarse en casa, como est¨¢n diciendo, porque puede darse el efecto colateral de desplazar las reuniones sociales a las casas y ganamos menos que si los tenemos paseando por la calle. La medida es evitar el contacto con no convivientes¡±. El epidemi¨®logo teme, adem¨¢s, que un confinamiento de solo 15 d¨ªas desplace los contagios al ¨¢mbito intrafamiliar y a los trabajadores esenciales, por lo que, de aplicarse, esta medida tendr¨ªa que durar m¨¢s tiempo.
La inc¨®gnita de la variante brit¨¢nica
Cualquier previsi¨®n de los epidemi¨®logos se queda en agua de borrajas si la variante del virus detectada en el Reino Unido, mucho m¨¢s contagiosa, entra en juego. Las autoridades insisten en que no es la responsable del auge de la curva epid¨¦mica y que no juega un papel capital en el incremento de contagios. Aunque admiten su preocupaci¨®n si esta variante llega a imponerse. ¡°Si la cepa brit¨¢nica empieza a jugar y es como dicen, se complicar¨¢n mucho las cosas¡±, avisa Peir¨®. Los contagios podr¨ªan multiplicarse exponencialmente, lo que dejar¨ªa al sistema asistencial, ya muy tensionado, a los pies de los caballos.
Seg¨²n explic¨® ayer el ministro Illa, los casos detectados de la variante brit¨¢nica son algo m¨¢s de 100 y varios centenares est¨¢n bajo sospecha. Tambi¨¦n se vigila otras dos variantes del virus, conocidas como la sudafricana y la brasile?a, aunque no se ha detectado ning¨²n caso en Espa?a todav¨ªa. ¡°Temo el papel de la variante brit¨¢nica porque es m¨¢s transmisible. Nosotros secuenciamos pocos casos, pero si fuese la que m¨¢s circula, lo sabr¨ªamos. En cualquier caso, en un mundo globalizado, es cuesti¨®n de semanas que circule m¨¢s. Lo peor es que nos pasara ahora, que vamos con la curva en ascenso. Si pasa luego, nos enfrentaremos a ella, como una cuarta ola, pero ahora ser¨ªa m¨¢s complicado¡±, admite Magda Campins, jefa de Medicina Preventiva del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona.
Algunos expertos sostienen, de hecho, que puede estar m¨¢s extendida de lo que se conoce. ¡°Todas las comunidades van empeorando. La variante brit¨¢nica tiene que estar circulando m¨¢s de lo que pensamos. Lo de Navidad ha sido un caos, porque no ha habido un plan ¨²nico y se ha hecho demasiada chanza con las restricciones. Pero achacar todo este aumento a la conducta individual no puede ser. La variante brit¨¢nica tiene que influir¡±, valora Molina Cabrillana.
Con informaci¨®n de E. Garc¨ªa de Blas, M. Ormaz¨¢bal y J. Mart¨ªn-Arroyo.
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