Los errores pol¨ªticos ante el virus
Al principio fue la tardanza de las pruebas y la falta de material de protecci¨®n. Despu¨¦s, la mala gesti¨®n del ocio y las Navidades. Sin embargo, el Ministerio de Sanidad sigue negando que existieran deficiencias
No est¨¢ clara la fecha exacta en la que el virus entr¨® en Espa?a. Lo hizo oficialmente a finales de enero, cuando el Gobierno comunic¨® el primer caso detectado en La Gomera, y se expandi¨® por el pa¨ªs durante las tres primeras semanas de febrero sin que las autoridades sanitarias, ni la central ni las auton¨®micas, lo advirtieran. No hab¨ªa motivos para preocuparse, todo estaba bajo control, habr¨ªa pocos casos y anecd¨®ticos, seg¨²n declar¨® el experto Fernando Sim¨®n, l¨ªder del Ministerio de Sanidad en la gesti¨®n de la lucha contra la pandemia. Para entonces, la epidemia de coronavirus sumaba ya 259 muertos, la mayor¨ªa en Wuhan (China), supuesto origen del brote, y 11.000 contagios. Espa?a estaba muy lejos.
Este error en el diagn¨®stico y en el control de la pandemia es solo uno de los cometidos en Espa?a para combatir la primera embestida del coronavirus, seg¨²n los hechos conocidos y las opiniones de la mayor¨ªa de expertos y profesionales consultados. Las autoridades tardaron demasiado en dar el visto bueno a las pruebas para los casos de neumon¨ªas at¨ªpicas que ingresaban en el hospital, sufrieron una alarmante falta de material de protecci¨®n para evitar nuevos contagios y gestionaron la crisis con unos datos muy deficientes que no permit¨ªan conocer la magnitud del problema.
El Ministerio de Sanidad niega a EL PA?S un a?o despu¨¦s haber cometido errores en la gesti¨®n de la pandemia, a tr av¨¦s de un cuestionario respondido por Fernando Sim¨®n y su equipo del Centro de Coordinaci¨®n de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES).
Un mes de retraso para buscar casos sospechosos
Un hombre que hab¨ªa viajado a Nepal muri¨® el 13 de febrero en el hospital valenciano Vila Arnau, apenas un d¨ªa despu¨¦s de ingresar. Pero hasta el 3 de marzo nadie supo que fue la primera v¨ªctima conocida en Espa?a del coronavirus SARS-CoV-2. Uno de los m¨¦dicos que le atendi¨® estuvo tres semanas pidiendo a Salud P¨²blica que le hicieran las pruebas porque sospechaba que se trataba de una muerte por coronavirus. ¡°Tras estudiar el caso y en base a los protocolos vigentes en el momento, no proced¨ªa la realizaci¨®n de las pruebas diagn¨®sticas por no ajustarse a los criterios. La informaci¨®n disponible indicaba claramente que ¨²nicamente hab¨ªa estado en Nepal, a unos 1.500 kil¨®metros de Hubei, y entonces no se ten¨ªa noticia de casos en Nepal, no refiriendo tampoco estancia en aeropuertos en China¡±, explicaron las autoridades valencianas de Salud P¨²blica.
David Roncero, m¨¦dico de Igualada (Barcelona), tambi¨¦n pidi¨® desde mediados de febrero hacer pruebas a los que ingresaban con neumon¨ªas at¨ªpicas. ¡°Pero me las denegaron, por cl¨ªnica parec¨ªan casos claros de coronavirus, pero no hab¨ªan viajado a China¡±, explic¨® a EL PA?S. La localidad catalana fue confinada el 12 de marzo, dos d¨ªas antes de que el Gobierno cerrase Espa?a. El virus circulaba por Igualada mucho antes. La conexi¨®n de esta ciudad con Italia por su industria textil desencaden¨® la alta tasa de contagiados. En Sevilla o en Madrid se dieron casos sospechosos en diversos hospitales en las primeras semanas de febrero, pero tampoco se hicieron las pruebas necesarias para detectar los brotes. Lo que estall¨® en marzo, con el virus fuera de control, dej¨® cerca de 8.000 muertos y un pa¨ªs aterrado e inm¨®vil.
Espa?a reaccion¨® tarde porque durante varias semanas no fue capaz de aplicar medidas para conocer la magnitud del problema. El 24 de enero, el Ministerio de Sanidad aprob¨® la definici¨®n de caso para practicar las pruebas y tener bajo control al virus. Recomendaba investigar por infecci¨®n de SARS-CoV-2 a toda persona con s¨ªntomas de infecci¨®n respiratoria que hubiera estado en Wuhan (algo que luego se ampli¨® a otras zonas de riesgo) o hubiera estado en contacto con un caso confirmado de covid-19.
Un mes despu¨¦s (25 de febrero), se cambia el protocolo de detecci¨®n de casos: ¡°Se considera sospechoso de SARS-CoV-2 a cualquier persona con un cuadro cl¨ªnico de infecci¨®n respiratoria aguda de aparici¨®n s¨²bita que cursa, entre otros, con fiebre, tos o sensaci¨®n de falta de aire. A todo caso sospechoso de infecci¨®n de SARS-Cov-2 se le realizar¨¢ una PCR¡±. Desde ese momento, Espa?a comienza realmente a buscar el coronavirus, pero ya es muy tarde. Los departamentos de Salud P¨²blica esgrim¨ªan razones parecidas: ¡°Est¨¢bamos en febrero, en plena ola de gripe y catarros, era imposible hacer las pruebas a todas las personas con s¨ªntomas¡±.
La definici¨®n de caso que Sanidad mantuvo vigente desde finales de enero hasta finales de febrero hac¨ªa imposible que la estrategia de contenci¨®n funcionara, porque se estaban escapando muchos infectados que contagiaban a otras personas. Fue uno de los debates que m¨¢s tiempo ocup¨® en la reuni¨®n que mantuvo el 18 y el 19 de febrero el Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en ingl¨¦s). Seg¨²n las actas, ninguno de los 30 expertos insin¨²a siquiera hacer pruebas a todo el que tenga s¨ªntomas, algo que consideran pr¨¢cticamente imposible por la falta de capacidad diagn¨®stica.
El Ministerio de Sanidad rechaza ahora que fuera un error prohibir las pruebas de coronavirus a enfermos con neumon¨ªas at¨ªpicas si no proced¨ªan de China y hab¨ªan estado en contacto con un positivo. ¡°El problema en esos momentos no ven¨ªa con la definici¨®n de caso, sino con la capacidad diagn¨®stica. Solo se pod¨ªa diagnosticar con PCR y no hab¨ªa pruebas disponibles en ning¨²n pa¨ªs, porque el que los fabricaba no los exportaba hasta que garantizaba que sus necesidades estaban bien cubiertas¡±, responde Sanidad a EL PA?S.
Un caos de datos
El viernes 8 de marzo hab¨ªa oficialmente notificados 374 casos en toda Espa?a. Tanto Fernando Sim¨®n como el entonces ministro Salvador Illa han repetido que con solo unas decenas de contagios, la mayor¨ªa controlados, no se habr¨ªa entendido que el Gobierno hubiera decidido cerrar el pa¨ªs y detener toda actividad no esencial. Si hoy se consultan los datos consolidados tiempo despu¨¦s de aquella fecha en las bases de datos del Instituto de Salud Carlos III, ese d¨ªa la cifra real de contagiados era de 7.909. Y eso, a pesar de la estrecha definici¨®n de caso que hab¨ªa por entonces.
Los sistemas de notificaci¨®n de Espa?a eran arcaicos; los recursos humanos, insuficientes; los sistemas de salud p¨²blica estaban muy por debajo de lo que los profesionales ven¨ªan reclamando desde hac¨ªa a?os. Esto no se pod¨ªa arreglar de un d¨ªa para otro cuando lleg¨® la pandemia. Pero s¨ª se podr¨ªa haber previsto que lo que se ve¨ªa era solo la punta del iceberg. Todas las decisiones se tomaron bas¨¢ndose en estos datos insuficientes y sabiendo que se hac¨ªan muchas menos pruebas de las que se deb¨ªan hacer. ?lex Arenas, f¨ªsico e investigador de la Universidad Rovira i Virgili y experto en modelos matem¨¢ticos, ya estaba por aquellas fechas haciendo simulaciones para prever lo que pod¨ªa suceder. ¡°No hab¨ªa nada de epidemiolog¨ªa seria, y los datos eran nefastos. No hab¨ªa manera [de trabajar con los datos], el sistema inform¨¢tico era inexistente y los retrasos de notificaci¨®n eran clave¡±, se?ala.
Sanidad niega que se basaran solo en los datos oficiales. ¡°Con todos los datos de los que dispon¨ªamos y con unos m¨¢rgenes de confianza importantes, ten¨ªamos unas estimaciones de lo que estaba pasando. Dispon¨ªamos de informaci¨®n que nos permit¨ªa proponer medidas que de otra manera hubieran sido completamente injustificables. As¨ª se pone de manifiesto en el momento en que se empezaron a tomar las decisiones m¨¢s duras con restricciones como las que se tuvieron que adoptar para el decreto del estado de alarma (que se hizo el 14 de marzo y que se tuvo que preparar los tres d¨ªas previos). Las medidas se tomaron bas¨¢ndose en los datos de los que dispon¨ªamos, pero sobre todo en c¨¢lculos sobre lo que realmente pasaba y los modelos matem¨¢ticos¡±.
Y para rematar su argumentaci¨®n, Sanidad asegura que cuando el Gobierno cerr¨® el pa¨ªs el n¨²mero de casos era de ¡°entre 30 y 60 diarios y la incidencia en los d¨ªas previos era de 0,3 a 0,6 casos por cada 100.000 habitantes¡±, algo que no es cierto: la semana que comenz¨® el 9 de marzo ya se estaban reportando cientos de casos diarios, seg¨²n los propios informes de Sanidad. El 13 de marzo, d¨ªa que Pedro S¨¢nchez anunci¨® el estado de alarma, hab¨ªa 1.259 diagn¨®sticos nuevos.
Las mascarillas llegan tarde
La recomendaci¨®n de llevar mascarillas lleg¨® tarde en Occidente. En parte porque no estaba claro hasta qu¨¦ punto eran eficaces y en parte porque, literalmente, no hab¨ªa ni siquiera suficientes para los sanitarios que atend¨ªan a los enfermos. Esta es la versi¨®n de Sanidad: ¡°Las mascarillas se recomiendan desde el primer momento a todos los grupos que tienen un requisito claro de recomendaci¨®n, siempre dependiendo de la informaci¨®n disponible en ese momento respecto a la enfermedad. Es cierto que en el momento en el que se pudo plantear el uso comunitario de mascarillas (ante su falta debido al bloqueo de las exportaciones del ¨²nico pa¨ªs en el mundo que las produc¨ªa, que era China) hab¨ªa que priorizar los grupos de inter¨¦s. Siempre se han recomendado las mascarillas para todas las personas sintom¨¢ticas y se ha tratado de priorizar los lugares donde hab¨ªa riesgo de transmisi¨®n en esos periodos de tiempo en los que hab¨ªa falta de mascarillas. Lo que no se pod¨ªa hacer en el momento en el que no exist¨ªan mascarillas en el mercado era recomendar su uso de forma amplia para toda la comunidad. Al principio de la epidemia no hab¨ªa evidencia de transmisi¨®n a partir de personas asintom¨¢ticas y por tanto la recomendaci¨®n ten¨ªa que ir dirigida a controlar la transmisi¨®n, no al uso generalizado de mascarillas¡±.
Mensajes tranquilizadores
Desde el principio, las autoridades sanitarias tuvieron m¨¢s miedo a que se colapsaran los centros de salud por s¨ªntomas leves que a una pandemia. Por eso, los mensajes tendieron siempre a quitar importancia al virus, hasta pr¨¢cticamente la semana en que se declar¨® el estado de alarma. ¡°Parece que la epidemia tiene posibilidades de empezar a remitir. Nosotros creemos que Espa?a no va a tener, como mucho, m¨¢s all¨¢ de alg¨²n caso diagnosticado. Esperemos que no haya transmisi¨®n local. Si la hay, ser¨¢ transmisi¨®n muy limitada y controlada. Pero Espa?a tiene que trabajar en todos los escenarios posibles¡±, dijo Sim¨®n a finales de enero. Y los mensajes continuaron durante d¨ªas en esa l¨ªnea: ¡°Es una enfermedad que vamos conociendo poco a poco y no es tan grave como otras que hemos visto en el pasado. La ansiedad que se percibe en la poblaci¨®n no es razonable con los datos que tenemos¡±, asegur¨® el 13 de febrero. Varios expertos en salud p¨²blica cr¨ªticos con la gesti¨®n de Sanidad aseguran que aunque por esas fechas era muy dif¨ªcil predecir exactamente lo que iba a pasar, los mensajes, entonces y en los d¨ªas sucesivos, podr¨ªan haber concienciado a la poblaci¨®n para que actuase de forma m¨¢s cauta. ¡°Desde principios de febrero¡±, replica el Ministerio de Sanidad, ¡°cuando todav¨ªa en Espa?a no hab¨ªa habido m¨¢s que un caso, se estaba dando mucha informaci¨®n sobre c¨®mo prevenir la enfermedad y la importancia de las medidas de cuidado y prevenci¨®n personal. Progresivamente, a medida que se ten¨ªa m¨¢s informaci¨®n, se iban incrementando este tipo de medidas¡±.
Los equipos de protecci¨®n individual
China cancel¨® la exportaci¨®n de mascarillas con el cierre de Wuhan, en enero, as¨ª que habr¨ªa que haber sido muy previsor para aprovisionarse antes. Pero tampoco hubo b¨²squeda de alternativas ni se puso en marcha la industria nacional hasta mucho m¨¢s tarde. Cuando Espa?a lleg¨® al mercado internacional era tarde.
Reacci¨®n lenta a lo que sucede en Italia
Algunos epidemi¨®logos cr¨ªticos con la gesti¨®n de Sim¨®n pueden incluso entender que hasta finales de febrero no se hiciera m¨¢s. Pero cuando la epidemia hab¨ªa estallado en Italia, Espa?a tard¨® en reaccionar. Tan solo se aconsej¨® (el ministerio no ten¨ªa competencias para prohibir sin declarar el estado de alarma) no jugar partidos con p¨²blico, y eso no fue hasta el 3 de marzo. El Gobierno italiano hab¨ªa confinado a 50.000 personas el 23 de febrero. Cada d¨ªa, 200 vuelos comunicaban Espa?a con Italia. El 26 de febrero, Sanidad se limit¨® a aconsejar que no se viajara a zonas de riesgo, que por entonces eran cuatro regiones italianas ¡ªLombard¨ªa, Piamonte, Emilia-Roma?a y V¨¦neto¡ª, Jap¨®n, Ir¨¢n, Corea del Sur, Singapur y China. ¡°No hay prohibici¨®n, pero a una zona de riesgo, si no es imprescindible, no vaya. Es de sentido com¨²n¡±, dijo entonces Illa. Los vuelos con Italia no se suspendieron hasta el 10 de marzo.
Sanidad rechaza que hubiera falta de previsi¨®n y tardanza en tomar medidas de prevenci¨®n y cree que esas limitaciones eran suficientes: ¡°Las medidas vinieron en el momento oportuno. Lo cierto es que la entrada importante de los casos de Italia a nuestro pa¨ªs se produjo al mismo tiempo que Italia detectaba el incremento de transmisi¨®n en el norte del pa¨ªs, es decir durante la ¨²ltima semana de febrero¡±. Los m¨¦dicos que atendieron neumon¨ªas at¨ªpicas en Igualada creen que los contagios desde Italia se produjeron mucho antes.
Abrir pronto (en algunos sitios)
El presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, admiti¨® este pasado febrero que la desescalada de la primera ola del coronavirus fue ¡°demasiado r¨¢pida¡± y anim¨® a que esto sirviera de lecci¨®n para evitar una cuarta ola. En realidad, Espa?a fue uno de los pa¨ªses m¨¢s cautos de su entorno a la hora de retomar actividades, pero las comunidades aut¨®nomas llegaron a la denominada ¡°nueva normalidad¡± con situaciones muy distintas. Mientras Madrid contaba con una incidencia de 18 casos por 100.000 habitantes, la de Andaluc¨ªa era de uno. En Asturias, ni eso: 0,5. El plan inicial contemplaba dos semanas m¨¢s de estado de alarma para que las autonom¨ªas m¨¢s rezagadas siguieran desescalando poco a poco, pero la falta de apoyos parlamentarios precipitaron el fin de esta situaci¨®n y Madrid, la que ten¨ªa peor situaci¨®n, pas¨® de la fase 2 a la nueva normalidad sin transici¨®n.
No se reforzaron bastante los sistemas de salud p¨²blica
Todo el periodo de desescalada se supon¨ªa que deb¨ªa servir para reforzar los sistemas de salud p¨²blica de forma que pudieran localizar brotes y aislarlos en cuanto se produjeran. Pero en julio Espa?a solo ten¨ªa la mitad de los rastreadores que recomendaban los est¨¢ndares internacionales. Por entonces, cada comunidad ten¨ªa ya las riendas de sus sistemas y tan solo la Comunidad Valenciana se acerc¨® a un n¨²mero que los expertos consideran adecuado. Esto produjo que por cada contacto en Espa?a apenas se identificasen tres contactos por caso, tres veces menos que en otros pa¨ªses. En Canarias, sin ir m¨¢s lejos, consegu¨ªan hallar nueve contactos.
Ocio nocturno
Cuando termin¨® el estado de alarma, las comunidades fueron poco a poco abriendo el ocio nocturno. Dur¨® poco. Ya para finales de julio seis comunidades lo estaban cerrando ante los brotes que se suced¨ªan en este ¨¢mbito. El 14 de agosto las comunidades y el ministerio llegaron al acuerdo de cerrarlo, algo que dura hasta hoy. La noche sirvi¨® para propagar el virus, algo previsible en opini¨®n de los expertos, y que otros pa¨ªses evitaron manteni¨¦ndolo cerrado.
Olvido de los temporeros
Ni el Gobierno ni las comunidades aut¨®nomas tuvieron en cuenta que las precarias condiciones de vida y el hacinamiento de los temporeros se pod¨ªan convertir en una bomba de relojer¨ªa. Ah¨ª naci¨® la segunda ola, que comenz¨® en Arag¨®n y se expandi¨® hacia Catalu?a.
Falta de criterios claros para medidas
Aunque Sanidad manejaba unos datos de trabajo sobre lo que eran niveles altos y extremos, estos no eran p¨²blicos ni supon¨ªan a efectos pr¨¢cticos medidas concretas. As¨ª que las comunidades en la segunda ola hicieron restricciones en ocasiones con demasiada incidencia y sin seguir un criterio com¨²n, que no se aprob¨® hasta octubre.
Navidades
Las Navidades fueron un desastre anunciado. Todos los expertos ven¨ªan advirtiendo de los riesgos, justo cuando se acababa de descubrir la cepa brit¨¢nica, y a pesar de todo se permiti¨® el movimiento entre comunidades para visitar a familiares y allegados y se abri¨® la mano en toques de queda y n¨²mero m¨¢ximo de personas que se pod¨ªan reunir. Esto desemboc¨® en una ola m¨¢s complicada para los hospitales incluso que la primera en algunas comunidades. Se pod¨ªa haber evitado. Las autoridades de Canarias decidieron poner limitaciones estrictas y cerrar Tenerife, que lleg¨® a las fiestas navide?as en ascenso. Unas semanas despu¨¦s, la incidencia all¨ª estaba cayendo mientras se disparaba en el resto de Espa?a. Pero cuando se habla del coronavirus no hay ciencias exactas ni recetas infalibles: la Comunidad Valenciana no fue tan estricta como la isla canaria, pero s¨ª impuso medidas m¨¢s duras que el resto de Espa?a y cerr¨® sus territorios y fue una de las comunidades con peores datos de casos y muertes en la tercera ola.
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