La carga policial durante la vigilia por Sarah Everard en Londres desencadena una ola de indignaci¨®n
La ministra del Interior brit¨¢nica ordena una investigaci¨®n. Miles de personas protestan por la actuaci¨®n de los agentes contra las mujeres que homenajeaban a la ejecutiva asesinada
El Gobierno de Boris Johnson se enfrentaba este domingo a un dilema endiablado. Quer¨ªa respaldar la tarea de la polic¨ªa, sometida durante meses a una tensi¨®n extraordinaria para imponer las duras medidas de distanciamiento, pero estaba obligado a responder a una ola de indignaci¨®n, sin distinci¨®n ideol¨®gica, ante las im¨¢genes de los enfrentamientos en el barrio de Clapham, al sur de Londres, la noche anterior. Miles de personas se han manifestado este domingo ante las puertas del palacio de Westminster, sede del Parlamento brit¨¢nico, y ante la sede central de Scotland Yard para protestar contra la actuaci¨®n policial. Los agentes desplegados cargaron a ¨²ltima hora de la noche del s¨¢bado contra algunas de las mujeres que se hab¨ªan concentrado en la vigilia para recordar a Sarah Everard, la ejecutiva de 33 a?os secuestrada y asesinada hace dos semanas. El sospechoso de su muerte, Wayne Couzens, de 48 a?os y actualmente detenido, es un oficial de polic¨ªa. El propio Gobierno ha puesto en duda la continuidad de la principal responsable del cuerpo, la inspectora jefa Cressida Dick.
Las organizadoras de la manifestaci¨®n, bajo el lema ¡°reclamemos estas calles¡±, se hab¨ªan resignado a que la vigilia del s¨¢bado fuera virtual, o se realizara en cada casa, despu¨¦s de que no lograran llegar a un acuerdo con la Polic¨ªa Metropolitana (conocida popularmente como Scotland Yard). Las actuales restricciones sociales para combatir la pandemia imped¨ªan la concentraci¨®n. El clamor social ante la muerte de Everard, sin embargo, obligaba a responder con inteligencia ante la convocatoria. Miles de mujeres hab¨ªan relatado durante la semana en las redes sociales su propio temor a caminar solas por las calles de las ciudades del Reino Unido, especialmente en Londres. La ministra del Interior, Priti Patel, hab¨ªa respondido con la puesta en marcha de un proceso de consulta p¨²blica para mejorar la ley y ofrecer mayor seguridad a mujeres y ni?as, que recibi¨® m¨¢s de 20.000 sugerencias en 24 horas.
Las vigilias convocadas en recuerdo de Everard en todo el Reino Unido resultaban dif¨ªciles de parar. En Clapham Common, alrededor de un quiosco de m¨²sica en medio del parque, centenares de mujeres y hombres acudieron durante la tarde del s¨¢bado a depositar flores o, simplemente, mostrar su respeto. La estrategia inicial de la polic¨ªa parec¨ªa en un principio la de mostrar flexibilidad y prudencia ante un asunto tan sensible. Decenas de agentes rodeaban la zona sin hacer nada cuando Kate Middleton, la duquesa de Cambridge y esposa del pr¨ªncipe Guillermo, acudi¨® tambi¨¦n para rendir homenaje a Everard.
Pero al adentrarse la noche, la tensi¨®n entre manifestantes y agentes fue aumentando. ¡°Verg¨¹enza sobre vosotros¡±, ¡°la polic¨ªa no la protegi¨®¡± o ¡°arrestad a los vuestros¡±, gritaban algunas decenas de manifestantes frente a los polic¨ªas que se empe?aban en impedir que alguien traspasara la cinta de seguridad que rodeaba el quiosco. A ¨²ltima hora, comenzaron a producirse enfrentamientos violentos entre los agentes y algunas de las mujeres que rodeaban el improvisado santuario. Cuatro de ellas acabaron arrestadas, pero lo que desat¨® la indignaci¨®n fue la imagen, que inmediatamente corri¨® por las redes, de algunas de ellas empujadas contra el suelo mientras las esposaban.
¡°Algunas de las im¨¢genes de la vigilia en Clapham que circulan por las redes sociales son terribles. He pedido a la Polic¨ªa Metropolitana un informe completo de todo lo ocurrido¡±, anunciaba en Twitter la ministra Patel. La pol¨ªtica conservadora, con fama de dura y siempre dispuesta a salir en defensa de la labor de las fuerzas de seguridad, cuestionaba esta vez la sensibilidad aplicada en una situaci¨®n tremendamente delicada. Horas despu¨¦s, al recibir un primer informe de Scotland Yard, no se daba por convencida y aseguraba que ¡°hab¨ªa muchas preguntas sin responder¡±.
Some of the footage circulating online from the vigil in Clapham is upsetting. I have asked the Metropolitan Police for a full report on what happened.
— Priti Patel (@pritipatel) March 13, 2021
My thoughts remain with Sarah¡¯s family and friends at this terrible time.
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, se reun¨ªa a primera hora del domingo con la jefa de Scotland Yard, Cressida Dick, y anunciaba poco despu¨¦s que no le hab¨ªan satisfecho sus explicaciones. ¡°Las escenas que muestran el modo en que la polic¨ªa actu¨® durante la vigilia por Sarah Everard son completamente inaceptables¡±, aseguraba el alcalde en un comunicado. Y exig¨ªa una doble investigaci¨®n, interna y judicial, de lo ocurrido.
Cressida Dick responde directamente ante las dos autoridades que han vertido dudas sobre su manejo de los incidentes: la ministra del Interior y el alcalde de Londres. ¡°Si hubiera sido una concentraci¨®n legal, yo tambi¨¦n habr¨ªa acudido a la vigilia¡±, ha respondido Dick a las cr¨ªticas este mismo domingo. ¡°Pero por desgracia se concentr¨® al final mucha gente, hubo discursos y mi equipo pens¨®, acertadamente, que todo esto supon¨ªa un riesgo para la salud de los ciudadanos bajo las medidas de restricci¨®n actuales¡±.
Ni la ministra ni el alcalde han exigido directamente su dimisi¨®n, como s¨ª lo ha hecho, por ejemplo, el Partido Liberal Dem¨®crata. El l¨ªder de la oposici¨®n, el laborista Keir Starmer, tampoco ha querido llegar tan lejos, pero defin¨ªa las escenas de violencia como ¡°profundamente inquietantes¡± y aseguraba que se deber¨ªa haber podido permitir la protesta pac¨ªfica. ¡°Comparto su rabia y enfado por el modo en que se ha manejado todo esto. As¨ª no se controla policialmente una manifestaci¨®n¡±, denunciaba Starmer.
La primera respuesta de Scotland Yard, en la madrugada del domingo, ten¨ªa un tono defensivo que termin¨® por irritar a todos sus cr¨ªticos. Helen Ball, la segunda de Cressida Dick, aseguraba en un comunicado que los agentes ¡°se hab¨ªan enfrentado a una situaci¨®n complicada¡± en la que ¡°cientos de personas amontonadas supon¨ªan un riesgo de transmisi¨®n de la covid-19¡å, y que ¡°lamentablemente, una minor¨ªa comenz¨® a gritar, empujar y arrojar objetos¡± a la polic¨ªa.
Otras manifestaciones en la era del coronavirus
Durante el pasado mes de junio, cuando todav¨ªa segu¨ªan prohibidas por la pandemia en el Reino Unido las reuniones de m¨¢s de seis personas en la calle, estallaron las protestas del movimiento Black Lives Matter. La Polic¨ªa Metropolitana decidi¨® entonces no intervenir para dispersar las concentraciones, por la naturaleza sensible del asunto. Algunos agentes llegaron incluso a realizar el gesto solidario de poner su rodilla en tierra.
En Glasgow, la pasada semana, las fuerzas de seguridad decidieron mirar para otro lado cuando miles de aficionados de los Rangers decidieron celebrar en la calle la victoria de su equipo. Se limitaron a esperar que la concentraci¨®n se dispersara por s¨ª sola. En Clapham, los agentes optaron por intervenir cuando apenas quedaban concentradas unas decenas de manifestantes.
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