El gran ¨¦xito de las listas de espera para vacunarse con dosis sobrantes en Nueva York
Desde enero miles de personas han burlado los cupos de edad o grupos de riesgo aprovechando viales excedentes
Listas de espera para vacunarse con dosis sobrantes. El sistema paralelo que desde enero ha permitido a muchos neoyorquinos inmunizarse contra la covid-19 sin pertenecer a ning¨²n grupo de riesgo se ha ralentizado a medida que las franjas de edad se ampliaban ¨Da partir de este martes podr¨¢n recibirla todos los residentes de 16 a?os en adelante¨D, pero sigue generando demanda.
Este jueves, en un instituto al norte de Manhattan reconvertido en centro de vacunaci¨®n ¨Dcomo muchos colegios, centros sociales, pabellones deportivos y farmacias, entre otros establecimientos¨D, John se apuntaba a mano en un listado, a la vieja usanza. ¡°Por internet lo he intentado muchas veces, hay muchas p¨¢ginas web que re¨²nen las citas disponibles, pero se cuelgan o est¨¢n todas las horas dadas o bien te toca al otro extremo de la ciudad¡±, explica.
El instituto, a medio camino entre su trabajo y su domicilio, le parece la opci¨®n m¨¢s c¨®moda. ¡°Hace semanas que ya no hay colas; funciona muy bien, con diligencia, y varios colegas se han vacunado as¨ª; solo tienes que registrarte y esperar. Tarde o temprano te acaba tocando¡±, a?ade el hombre, de 35 a?os.
El sistema es sencillo: todas las tardes, entre las cinco y las siete, los administrativos de Somos ¨Duna red sanitaria muy extendida por la ciudad a la que las autoridades estatales y locales han encomendado, entre otros agentes, la gesti¨®n m¨¦dica de la campa?a¨D llaman por riguroso orden a los apuntados en funci¨®n de la cantidad de excedentes que resulten de la incomparecencia de las personas citadas convencionalmente. Una vez descongelado, el vial debe usarse en un plazo de seis horas o terminar¨¢ en la basura, de ah¨ª el generoso plan b.
¡°Ponemos 300 vacunas al d¨ªa, los siete d¨ªas de la semana, no cerramos ni siquiera el Viernes Santo. Hay d¨ªas que no sobra ninguna dosis porque todas las personas citadas acuden. Otros d¨ªas suelen sobrar en torno a ocho, no m¨¢s; a veces solo una o dos. Vamos llamando a los que est¨¢n en la lista de espera, pero entre ellos tambi¨¦n priorizamos a los mayores, enfermos cr¨®nicos o con comorbilidad¡±, explica Yvelise Est¨¦vez, de Somos. ¡°El afortunado recibe un SMS avis¨¢ndole de que hay una dosis para ¨¦l y tiene un plazo de dos horas para presentarse¡±. Aunque la elegibilidad ya es general, y no hay cupos ni franjas de edad, el sistema paralelo continuar¨¢, subraya Est¨¦vez, ¡°para no desperdiciar ni un solo vial¡±.
Desde que comenz¨® la vacunaci¨®n, en enero pasado ¨Dcuando te¨®ricamente era accesible solo para grupos de riesgo y trabajadores sanitarios y, luego, esenciales¨D, la picaresca e internet se han dado la mano para que el neoyorquino ansioso pudiera inmunizarse antes de tiempo. Lo m¨¢s socorrido, con disponibilidad de tiempo, era aventurarse ante el centro en cuesti¨®n a las siete de la tarde y probar suerte, muchas veces previo aviso de redes sociales comunitarias como NextDoor, pr¨®digas en mensajes sobre lugares y oferta. Otras tantas, a las bravas, por ejemplo en los hospitales de campa?a levantados por importantes hospitales en algunos estadios.
Un grado por encima del queo vecinal, webs como Dr B han sistematizado oferta y demanda con un registro formal donde el ciudadano que lo desee recibe notificaciones de los centros con dosis extra, aunque esta f¨®rmula tambi¨¦n sigue las directrices de las autoridades sanitarias para discriminar a qui¨¦n se administra antes los restos. Ha sido tal el ¨¦xito de la web que en su primer mes de vida ha tenido 500.000 suscriptores.
Otra modalidad a la hora de vacunarse en la Gran Manzana son los centros pop-up, improvisados o ef¨ªmeros, como los que este fin de semana abrir¨¢ el Estado de Nueva York en medio centenar de complejos de viviendas sociales e iglesias. Una oferta espec¨ªfica, destinada a grupos de poblaci¨®n m¨¢s reacios a vacunarse, como los afroamericanos, que suponen la mayor¨ªa de los habitantes de esos gigantescos bloques de viviendas. En otras zonas de la ciudad, el Ayuntamiento ha desplegado un sistema de unidades m¨®viles para facilitar la vacunaci¨®n a los vecinos m¨¢s recalcitrantes.
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