El efecto de las vacunas: baja la mortalidad en todas las edades y los fallecidos son cada vez m¨¢s j¨®venes
Los mayores de 80 a?os ya no son el grupo mayoritario en las estad¨ªsticas de decesos, que ahora ocupan sobre todo septuagenarios
La covid-19 sigue siendo una enfermedad que se ensa?a con los vulnerables y el factor de la edad es el m¨¢s decisivo. Esto no lo han cambiado las vacunas. Pero su avance va modulando progresivamente el perfil del enfermo que fallece por culpa del coronavirus. El grupo con m¨¢s mortalidad ha pasado de los mayores de 80 a?os a los septuagenarios. Y, poco a poco, va bajando a quienes tienen entre 60 y 69. Esto no quiere decir que ahora muera m¨¢s gente joven. Al contrario: los decesos bajan en todas las edades y son ahora casi 10 veces menos que en enero. Pero la proporci¨®n se va repartiendo de forma distinta a medida que los grupos de edad superiores est¨¢n protegidos.
Los datos de mortalidad del Instituto de Salud Carlos III muestran que a principios de mayo ¡ªhasta pasadas tres semanas los datos no est¨¢n consolidados y son poco fiables¡ª los mayores de 80 a?os supon¨ªan un 35% de la mortalidad, justo la mitad que en enero. El espacio relativo de estos decesos lo van ocupando las siguientes franjas: los septuagenarios conforman ahora el 37% de los fallecidos (en enero eran el 20%); los sexagenarios un 17,4% (m¨¢s del doble que hace cuatro meses); las personas de entre 50 y 59, un 7,8% (antes un 2,7%); las de 40 a 49 un 2,8% (en lugar del 0,6% de enero). En los treinta?eros, los casos son tan escasos que la comparaci¨®n es complicada. En febrero murieron 15 personas en esta franja; en marzo, 10; en abril, 12; del 1 al 9 de mayo, 3. En personas m¨¢s j¨®venes, las muertes son a¨²n m¨¢s infrecuentes: la mayor¨ªa de los d¨ªas no fallece nadie por debajo de 30 a?os.
La foto ha cambiado radicalmente desde principios de a?o: en enero se llegaron a superar los 500 decesos diarios. Al comienzo de mayo, estaban empezando a bajar a menos de 50. Y la tendencia es claramente descendente. La incidencia acumulada ha frenado su bajada y est¨¢ pr¨¢cticamente estancada desde hace unos d¨ªas, pero la mayor¨ªa de los contagios se producen entre personas menores de 50, con muchas menos probabilidades ¡ªaunque las hay¡ª de enfermar gravemente o morir por covid.
Los expertos tienen pocas dudas de que estos datos son fruto de la vacunaci¨®n. Tanto el n¨²mero de muertes en t¨¦rminos absolutos como su redistribuci¨®n se corresponden de forma calcada con el avance por grupos de edad de los pinchazos. Siguen muriendo personas mayores, pero en su gran mayor¨ªa es porque se infectaron antes de la inmunizaci¨®n. Jos¨¦ Carlos Ige?o, jefe de la UCI del Hospital San Juan de Dios de C¨®rdoba, explica: ¡°Que la gente no se lleve a enga?o. Piensan que si los mayores est¨¢n protegidos, los que fallecen ahora tienen que ser j¨®venes. Y no. Son en su mayor¨ªa personas mayores de 60 o 70 a?os que ingresaron hace mucho en UCI, incluso hace meses, y ya no hay nada que hacer. Muchos de ellos fallecen por hongos y bacterias oportunistas multirresistentes que colonizan y machacan unos pulmones que ya estaban muy mal por la covid¡±.
Coincide con este diagn¨®stico Gabriel Heras, jefe de servicio de Intensiva del ?rea Sur de Granada. ¡°Se van cumpliendo los ciclos de vacunaci¨®n. Ya no ingresa nadie muy mayor. Y cada vez menos de 60 y 70 a?os. Ahora vamos viendo a personas en la cincuentena. Y los que fallecen suelen ser personas mayores que han estado ingresadas mucho tiempo, con gran debilidad muscular y s¨ªndrome pos-UCI, en las que aumenta el riesgo de complicaciones¡±, se?ala.
Los nuevos ingresados en cuidados intensivos, cada vez m¨¢s j¨®venes, tienen ahora un denominador com¨²n frecuente: la obesidad. Junto a la diabetes y la hipertensi¨®n, son las comorbilidades m¨¢s asociadas. Esta es la conclusi¨®n de un estudio con m¨¢s de 4.000 pacientes que presentar¨¢ la semana que viene el intensivista Alejandro H. Rodr¨ªguez en el congreso de la Sociedad Espa?ola de Medicina Intensiva, Cr¨ªtica y Unidades Coronarias.
Entre ellos hay personas que ingresan con una dosis de la vacuna, o reci¨¦n puesta la segunda, cuando todav¨ªa no ha habido tiempo para que genere respuesta inmunitaria. Pero el investigador pr¨¢cticamente no ha encontrado ninguno con las dos pautas asentadas. Es algo que puede suceder: las vacunas no son infalibles. Existe un peque?o porcentaje de personas que, aun con ellas, puede enfermar y, de forma m¨¢s improbable, ingresar en el hospital o incluso morir. El Ministerio de Sanidad no publica datos sobre esta circunstancia, pero, seg¨²n los an¨¢lisis de los cl¨ªnicos consultados, es sumamente infrecuente.
Los datos de Sanidad muestran c¨®mo tanto las plantas como las unidades de cuidados intensivos de los hospitales van poco a poco vaci¨¢ndose, aunque todav¨ªa queda camino por recorrer: las camas tienen un nivel de ocupaci¨®n similar a principios de septiembre, cuando la segunda ola iba cogiendo fuerza; y las UCI, que bajan m¨¢s lentamente, similar a principios de octubre.
El peso que ha perdido la ancianidad en los ingresos de UCI lo han ganado estos otros perfiles de personas m¨¢s j¨®venes con otras patolog¨ªas, pero, en general los casos son menos graves y tienen m¨¢s probabilidades de supervivencia, asegura Rodr¨ªguez. De nuevo, esto se refiere a t¨¦rminos relativos. No hay que deducir que ingresa m¨¢s gente joven con sobrepeso u otras patolog¨ªas, es que ahora estos perfiles son proporcionalmente m¨¢s frecuentes.
Pablo Demelo, internista del Hospital Gregorio Mara?¨®n de Madrid, explica que ahora los casos de personas incluso menores de 40 a?os tienen m¨¢s dedicaci¨®n. ¡°Son normalmente menos graves, se les da antes de alta, pero ahora destacan m¨¢s porque hay menos pacientes mayores¡±, explica.
Un informe de la consultora de datos de salud IQVIA predice que en el mejor de los escenarios de vacunaci¨®n, los ingresos hospitalarios por covid ir¨¢n bajando paulatinamente durante el verano y ser¨¢n anecd¨®ticos o pr¨¢cticamente inexistentes en septiembre. Todo hace prever que la tendencia seguir¨¢ hacia ese camino: cada vez menos muertes, menos ingresos y con un perfil proporcionalmente m¨¢s joven, a medida que la inmunizaci¨®n de los mayores se va consolidando. Est¨¢n protegidos pr¨¢cticamente todos los mayores de 70 a?os con dos dosis. El grupo de edad m¨¢s cr¨ªtico ahora es el de los sexagenarios. Aunque 9 de cada 10 han recibido un pinchazo, solo un 13% tiene la pauta completa. Esto sucede porque la mayor¨ªa ha recibido AstraZeneca, que tiene una separaci¨®n entre dosis de 12 semanas, por lo que la segunda tardar¨¢ en llegar todav¨ªa semanas para muchos de ellos.
Las vacunas no llegaron a tiempo para Vicen y Luis
Vicen Ramos (en la imagen), que hubiese cumplido 48 a?os este julio y ya tendr¨ªa una dosis de la vacuna si no fuese porque la llamaron para hacerle un trasplante. ¡°Justo cuando en la cl¨ªnica de di¨¢lisis le dijeron que ya les tocaba vacunarse, la avisaron para la operaci¨®n, no pudo", dice su hija, Inma Heredia, de 21 a?os. La ingresaron en el Hospital General de Ciudad Real y le trasplantaron un ri?¨®n. De eso hace algo m¨¢s de un mes. Semanas despu¨¦s, all¨ª, se contagi¨® de covid. ¡°En una revisi¨®n del trasplante le dijeron que ten¨ªa un poco de infecci¨®n y era mejor control¨¢rsela, a lo largo de esas tres semanas ella iba mejorando mucho, pero desgraciadamente cogi¨® la covid all¨ª¡±. Lo supieron un jueves de este mayo, ¡°y el lunes siguiente la tuvieron que bajar a la UCI porque ya no ten¨ªa ox¨ªgeno en sangre¡±, explica su hija.
Nueve d¨ªas en la unidad de cr¨ªticos. ¡°Nos dijeron que iba mejorando¡±, recuerda. Un d¨ªa despu¨¦s, el pron¨®stico cambi¨®: ¡°Nos llamaron para contarnos que se estaba muriendo¡±.
Cuenta que ¡°hab¨ªa cogido una infecci¨®n en la sangre y ya la m¨¢quina de di¨¢lisis no pod¨ªa hacer que la sangre se limpiara¡±. Se lo explic¨® la especialista que atend¨ªa a su madre. ¡°?Por qu¨¦ no la vacunaron despu¨¦s de hacerle el trasplante? Pues porque estaba recuper¨¢ndose del ri?¨®n, ten¨ªa que esperar a que su cuerpo estuviera mejor. Pero es eso, no le dio tiempo¡±.
En el hospital, dice, les expusieron las posibilidades que ten¨ªan: ¡°Nos dijeron que si quer¨ªamos denunciarles est¨¢bamos en nuestro derecho¡±. Buscaron un abogado, se informaron, ¡°pero no hab¨ªa habido negligencia¡±. ¡°Ellos hicieron todo lo posible por mi madre, para que saliera adelante¡±.
¡°A pesar de llevar tanto tiempo en di¨¢lisis, ten¨ªa muchas ganas de vivir, no se hund¨ªa a pesar de su enfermedad. Ten¨ªa siempre m¨²sica puesta, mientras limpiaba o cocinaba, era divertida, era alegr¨ªa y estaba loca, en el buen sentido¡±, recuerda su hija.
Algo similar le sucedi¨® a Luis Eguiluz Ortiz de Orru?o, vitoriano de 72 a?os, que fue otra de esas personas que se quedaron a las puertas de la inyecci¨®n que podr¨ªa haber salvado su vida. Comenz¨® con s¨ªntomas el 6 de abril, un poco de fiebre, y dos d¨ªas despu¨¦s dio positivo. Su familia no sabe ni cu¨¢ndo ni d¨®nde se infect¨®. Aseguran que siempre se cuid¨® mucho, iba con mascarilla FFP2 y su actividad social era salir a tomar un par de potes con los amigos, pero nadie a su alrededor se contagi¨®. Su situaci¨®n fue empeorando hasta que ingres¨® en el hospital el 13 de abril. Seis d¨ªas despu¨¦s le lleg¨® el mensaje para su primera dosis. Estuvo 40 d¨ªas luchando contra la enfermedad y, aunque parec¨ªa que la ¨²ltima semana se mostraba estable y comenzaban a despertarle, el domingo 23 de mayo, comenz¨® con fiebre. A consecuencia de una infecci¨®n, falleci¨® a las 0.50 del d¨ªa 24.
/ ISABEL VALD?S / PEDRO GOROSPE