La falta de datos de hijos asesinados por sus padres o madres lastra la protecci¨®n de los menores
78 ni?os han muerto a manos de sus progenitores en Espa?a desde 2011, pero las cifras no permiten diferenciar el sexo del autor. La Ley de Infancia prev¨¦ crear un registro espec¨ªfico de la violencia que sufren
Olivia ten¨ªa seis a?os. Anna, solo uno. Yaiza, apenas cuatro. A las dos primeras las mat¨® su padre en Tenerife y las arroj¨® al mar. A Yaiza la asfixi¨® su madre con una bolsa en Sant Joan Desp¨ª, en Barcelona. Son las tres ¨²ltimas menores asesinadas por sus progenitores en 2021, unos cr¨ªmenes que Espa?a no analiza ni contabiliza en profundidad. Entre 2011 y marzo de este a?o, 78 menores han sido asesinados a manos de sus progenitores o las parejas de estos. Este dato, facilitado por el Ministerio del Interior, no permite saber si lo hizo la madre o el padre ni ahonda en los motivos del crimen. Existe algo m¨¢s de luz en los casos en los que el asesino es el padre, porque los menores que viven en hogares donde se produce violencia machista se consideran v¨ªctimas directas de esta desde 2015 y sus asesinatos se contabilizan oficialmente desde 2013 por parte de la Delegaci¨®n del Gobierno contra la Violencia de G¨¦nero: son 41 con Anna y Olivia. Pero resulta imposible saber a cu¨¢ntos mataron sus madres, no hay ni una sola cifra oficial. La nueva ley de protecci¨®n a la infancia prev¨¦ poner fin a este apag¨®n informativo, algo que los especialistas reclaman para poder tener una foto real de la situaci¨®n y dise?ar pol¨ªticas destinadas a protegerlos mejor dentro de su familia.
Lo pidi¨® Beatriz Zimmermann, la madre de Anna y Olivia, despu¨¦s de que el barco de rastreo encontrara en el fondo del mar el cad¨¢ver de la mayor: ¡°Espero que las leyes se pongan m¨¢s duras protegiendo a los ni?os. Ellos no tienen por qu¨¦ cargar con esa mochila, y si el amor se acaba, lo m¨¢s importante es el bienestar de los hijos¡±, dijo en una carta abierta. La expectaci¨®n que cre¨® el caso, en el que pas¨® m¨¢s de un mes desde que las ni?as desaparecieron hasta que se supo que hab¨ªan sido asesinadas, aument¨® su exposici¨®n medi¨¢tica. Otros asesinatos, cometidos tanto por padres como por madres, no reciben la misma atenci¨®n. En el caso de la ni?a Yaiza, su padre ha lamentado en una carta a los medios de comunicaci¨®n que las instituciones no hayan ¡°condenado un¨¢nimemente el crimen¡±. Hasta este jueves no se ha convocado un minuto de silencio en el Ayuntamiento de Sant Joan Desp¨ª, casi tres semanas despu¨¦s del asesinato. ¡°Que ninguna otra ni?a sufra a manos de su padre o de su madre. Y que ninguna otra v¨ªctima caiga en el olvido¡±, ha escrito. ¡°Me gustar¨ªa que se recordara que la v¨ªctima es ella. Se llamaba Yaiza y ten¨ªa cuatro a?os¡±.
Los asesinatos de los hijos o filicidios, como se conocen en la literatura cient¨ªfica, forman parte de la brutal punta del iceberg que supone la violencia contra los menores, de todo tipo de delitos, desde el abuso sexual al maltrato f¨ªsico o el acoso. ¡°Ahora mismo solo conocemos los datos de denuncias, que en 2019 fueron m¨¢s de 40.000, por delitos que ten¨ªan como v¨ªctima a un ni?o o ni?a¡±, explica Cristina Sanju¨¢n, t¨¦cnica de pol¨ªticas de infancia en Save the Children. ¡°Pero estimamos que apenas se denuncia el 20% de los casos¡±, alerta.
La ley de protecci¨®n a la infancia y la adolescencia, aprobada en mayo, prev¨¦ la creaci¨®n de un registro unificado, que permitir¨¢ por un lado realizar un seguimiento de los casos y, por otro, hacer una recopilaci¨®n estad¨ªstica. Ah¨ª se deber¨¢ especificar la edad, el sexo y la relaci¨®n del agresor con la v¨ªctima. No se trata de un listado de agresores. El foco debe ponerse en la atenci¨®n a la v¨ªctima. ¡°Los datos son muy necesarios para poder realizar pol¨ªticas adecuadas, cuantos m¨¢s y de mayor calidad, mejor¡±, prosigue Sanju¨¢n.
Precisamente la ausencia de esos datos impide tener el dibujo completo. Pero hay una parte de esa realidad que se conoce mejor que otra. En Espa?a han sido asesinados por sus padres o las parejas de sus madres 41 menores desde 2013. Con el caso de las ni?as de Tenerife ha vuelto a emplearse el concepto de violencia vicaria. En l¨ªneas generales, se trata de una violencia que se ejerce contra alguien a trav¨¦s de una v¨ªctima interpuesta. La psic¨®loga cl¨ªnica Sonia Vaccaro acu?¨® el t¨¦rmino en 2012 con esta definici¨®n: ¡°Aquella violencia contra la mujer que ejerce el hombre violento utilizando como objetos a las hijas e hijos, para da?arla. A veces, es desplazada sobre personas significativas de la vida de esa mujer como los hermanos, el padre o la madre¡±. Vaccaro insiste en que, en estos casos, los asesinatos son ¡°el punto final¡±, la ¡°expresi¨®n extrema¡±. Ella solo la contempla en el contexto de la violencia de g¨¦nero, es decir, cuando lo hacen los hombres sobre las mujeres, aunque en ese punto no hay consenso entre los expertos.
Beatriz Zimmermann, la madre de las ni?as de Tenerife, record¨® en su carta que su terrible caso hab¨ªa servido para que se conociera este t¨¦rmino, que recoge sin citar por su nombre la ley de violencia de g¨¦nero, y aparece expl¨ªcitamente citado en algunas leyes auton¨®micas posteriores y en el Pacto de Estado contra la Violencia de G¨¦nero, de 2017. Tampoco hay datos oficiales claros de cu¨¢ntos de esos 41 casos fueron violencia vicaria y en cu¨¢ntos las madres fueron asesinadas tambi¨¦n junto a sus hijos. En una muestra que elabor¨® el Consejo General del Poder Judicial, con 17 casos con sentencia entre 2016 y 2018, 13 de los homicidas mataron a los ni?os y dejaron a las madres con vida. La media de edad de esos menores era de 5,9 a?os. Seis de los asesinos se suicidaron tras matar a los ni?os.
Violencia vicaria es un concepto que solo se emplea en Espa?a. Vaccaro se?ala que lo acu?¨® porque era otra de las violencias sin nombre: ¡°El maltratador sabe que el da?o a las hijas e hijos es un da?o irreversible para esa mujer. Sabe que ella no se recuperar¨¢ jam¨¢s¡±. Antonio Andr¨¦s-Pueyo, catedr¨¢tico de psicolog¨ªa y experto en psicolog¨ªa de la violencia de la Universidad de Barcelona, admite que ¡°es un concepto muy funcional¡±. Y a?ade: ¡°Estos asesinatos ya los hab¨ªa y los habr¨¢, ahora hay un nuevo marco de explicaci¨®n, que es la violencia de g¨¦nero¡±. El forense Miguel Lorente, exdelegado del Gobierno contra la violencia de g¨¦nero, critica en un art¨ªculo reciente que violencia vicaria es un t¨¦rmino que destaca la agresi¨®n y ¡°no el contexto de la violencia del que surge¡±. Ese aspecto, considera, ¡°facilita la confusi¨®n¡± cuando las asesinas son las madres y se usa indistintamente, como en el caso de Yaiza. Cree que el t¨¦rmino no destaca ¡°la violencia diaria que sufren los ni?os y ni?as dentro de la violencia de g¨¦nero¡±. Por ello pide hablar de ¡°violencia vicaria en violencia de g¨¦nero¡±, porque ¡°cualquier persona puede matar, una madre tambi¨¦n, pero no bajo el amparo de toda una serie de circunstancias que definen¡± la violencia machista.
Noem¨ª Pereda, directora del Grupo de Investigaci¨®n en Victimizaci¨®n Infantil y Adolescente en la Universidad de Barcelona, sostiene que en violencia contra la infancia no solo hay pocos datos, sino que se trata de una realidad ¡°poco estudiada¡±. Precisa que ¡°hay muy pocos ni?os asesinados en el mundo occidental¡±, pero ¡°cuando pasa, ocurre tanto por parte de padres como de madres¡±. ¡°Parto de estudios internacionales que demuestran que la madre es la principal homicida, especialmente cuando se trata de beb¨¦s con pocas horas de vida¡±, contin¨²a. Esto tiene una explicaci¨®n, dice: ¡°Generalmente los ni?os est¨¢n con la madre, son las personas cuidadoras, se trata de mujeres desesperadas, no hay pareja en muchos casos¡±.
Uno de los trabajos de los que habla Pereda, una revisi¨®n de estudios internacionales, apunta que el mayor riesgo se presenta durante las primeras 24 horas de vida de un beb¨¦. Y se?ala una mayor implicaci¨®n de la mujer en estos cr¨ªmenes cuando las v¨ªctimas no han llegado a¨²n a los dos a?os y que, a partir de ese momento, el riesgo est¨¢ m¨¢s relacionado con la figura paterna.
Andr¨¦s-Pueyo, que dirige el m¨¢ster de Psicolog¨ªa Forense y Criminal en la misma universidad, explica que hay m¨¢s diferencias en la forma de matar a los hijos que en la motivaci¨®n de estos cr¨ªmenes. ¡°Hay progenitores que matan a sus hijos porque creen que les espera un futuro malo, se conocen como cr¨ªmenes altruistas; hay muertes que derivan de malos tratos, una agresi¨®n que termina con el fallecimiento del menor, y hay tanto padres como madres que cometen el crimen por venganza¡±, indica este experto. ¡°S¨ª hay diferencia en la prevalencia, hay m¨¢s casos de estos ¨²ltimos en hombres que en mujeres¡±, asegura. Pereda, en cambio, cita un estudio internacional en el que se analizan 62 cr¨ªmenes por venganza ¡°que concluye que la proporci¨®n entre hombres y mujeres es parecida¡±. El resumen es sencillo: faltan datos.
La psic¨®loga infanto-juvenil propone dejar a un lado ¡°la polarizaci¨®n¡± y analizar los casos. ¡°Lo ideal ser¨ªa estudiar uno a uno los asesinatos de menores en Espa?a, para poder mejorar la prevenci¨®n. Si realmente es un problema el maltrato infantil, que puede derivar en muertes, dise?emos pol¨ªticas encaminadas a ello; si la depresi¨®n de los progenitores es un factor de riesgo, estemos vigilantes ante estos casos¡±, sostiene. Andr¨¦s-Pueyo puntualiza, no obstante, que al haber pocos asesinatos, ¡°la probabilidad de que pase es tan extremadamente baja que la mayor¨ªa de las veces te equivocar¨¢s al asociar factores de riesgo a la prevenci¨®n de un posible crimen¡±. Pero conviene estudiar m¨¢s estos casos, en eso coinciden ambos. Siendo escasos, son el peor de los asesinatos, el crimen inexplicable.
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