Los que no se vacunan: negacionistas, dudosos o con la infecci¨®n reciente
Todav¨ªa faltan por pincharse 7,7 millones de personas mayores de 12 a?os, la mayor¨ªa j¨®venes que est¨¢n en plena campa?a vacunal, pero el avance del coronavirus ya se ha estancado en los mayores de 40
En Espa?a faltan por vacunarse 7,7 millones de personas mayores de 12 a?os. La mayor¨ªa son j¨®venes en pleno proceso que completar¨¢n su pauta a lo largo de las siguientes semanas. Pero tambi¨¦n hay una peque?a porci¨®n entre los grupos convocados hace meses que no han recibido ning¨²n pinchazo: un 7,4% en el colectivo de entre 50 y 59 a?os y un 15,4% de los cuarenta?eros. La vacunaci¨®n en estos grupos avanza ya muy lentamente y, sobre todo entre los primeros, el porcentaje est¨¢ estancado. Alrededor de dos millones de mayores de 40 a?os no han recibido ni una dosis. Los expertos insisten en que, en...
En Espa?a faltan por vacunarse 7,7 millones de personas mayores de 12 a?os. La mayor¨ªa son j¨®venes en pleno proceso que completar¨¢n su pauta a lo largo de las siguientes semanas. Pero tambi¨¦n hay una peque?a porci¨®n entre los grupos convocados hace meses que no han recibido ning¨²n pinchazo: un 7,4% en el colectivo de entre 50 y 59 a?os y un 15,4% de los cuarenta?eros. La vacunaci¨®n en estos grupos avanza ya muy lentamente y, sobre todo entre los primeros, el porcentaje est¨¢ estancado. Alrededor de dos millones de mayores de 40 a?os no han recibido ni una dosis. Los expertos insisten en que, en conjunto, el ritmo de inyecciones es muy favorable, pero quedar¨¢n nichos dif¨ªciles de alcanzar, porque los implicados no pueden o no quieren vacunarse. E ilustran algunos de los perfiles claros de las personas que act¨²an as¨ª: los negacionistas, los que tienen dudas, los que tienen contraindicaciones, los que acaban de pasar la infecci¨®n y tienen que esperar un tiempo para pincharse e, incluso, un grupo cuyo estado vacunal no se ve reflejado en las estad¨ªsticas, como son los extranjeros en situaci¨®n irregular.
La Comunidad Valenciana ha sido la primera en lanzar una campa?a para repescar a estos rezagados. Les mandar¨¢ mensajes con varias fechas posibles para que puedan elegir y vayan a pincharse. Ya no hay problema de dosis: entre la llegada masiva de viales de esta semana, las vacaciones y que cada vez queda menos poblaci¨®n por inmunizarse, algunas autonom¨ªas, como Murcia y Pa¨ªs Vasco, incluso tienen huecos y est¨¢n llamando a su poblaci¨®n para que acuda a los centros de vacunaci¨®n.
Espa?a, sin embargo, sigue con un ritmo de inyecciones envidiable. Con un 62,2% de la poblaci¨®n con pauta completa, solo Canad¨¢ est¨¢ por delante entre los 50 pa¨ªses m¨¢s poblados del mundo, seg¨²n Our World in Data, un repositorio de la Universidad de Oxford. No se ha llegado todav¨ªa al punto de estancamiento que muestran otros pa¨ªses, como Estados Unidos, Israel, Alemania o Francia. Los expertos consultados abogan por mantener el proceso sin dar incentivos ni tampoco penalizaciones a los no vacunados, informa Pablo Linde. Fernando Garc¨ªa L¨®pez, presidente del Comit¨¦ de ?tica de la Investigaci¨®n del Instituto de Salud Carlos III, sostiene que ¡°es mejor convencer que coaccionar, algo que puede polarizar¡±. ¡°En Espa?a no existe un grupo antivacunas importante contra el que haya que luchar, como sucede en otros lugares¡±, afirma.
Una encuesta realizada en junio por la Fundaci¨®n Espa?ola para la Ciencia y la Tecnolog¨ªa (FECYT) se?ala que los reticentes totales a recibir el medicamento son apenas un 4% de los ciudadanos, cuando en octubre pasado eran casi un tercio de la poblaci¨®n. Am¨®s Garc¨ªa, presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Vacunolog¨ªa, opina que ¡°los antivacunas son absolutamente marginales aqu¨ª, un grupo minoritario, y no van a tener peso en la campa?a vacunal. Yo no perder¨ªa mucho esfuerzo en este grupo¡±, zanja, porque considera que convencerlos es imposible.
No hay cifras oficiales del rechazo a la vacunaci¨®n ni tampoco del motivo exacto de la negativa. Carlos Orqu¨ªn, de 32 a?os, es periodista, pero trabaj¨® unos meses como administrativo dando citas para vacunas en un hospital de Barcelona y cont¨® sus vivencias en este diario. Los noes se marcaban como ¡°no quiere¡± o ¡°dudas¡±. Los primeros, se?ala, eran tajantes ¡°y la conversaci¨®n se acababa enseguida¡±, no hab¨ªa mucho margen para el debate; los segundos, en cambio, expon¨ªan sus reticencias, pero hab¨ªa opci¨®n para repescarlos: ¡°Estos ¨²ltimos ten¨ªan miedo y muchas dudas. Muchos dec¨ªan que se iban a esperar a m¨¢s adelante¡±, agrega.
El Ministerio de Sanidad estima que los noes rondan el 0,6% entre la poblaci¨®n consultada, pero una portavoz matiza que en este porcentaje pueden estar tanto antivacunas como personas que no han respondido al tel¨¦fono cuando se les ha llamado. En las comunidades bailan las cifras en torno al 1%: en Castilla-La Mancha hay un 1,17% de rechazos, aunque no concretan los motivos; en Canarias es del 1% y en la Comunidad Valenciana, el 1,13% de la poblaci¨®n convocada para vacunarse ha rechazado expresamente hacerlo (tambi¨¦n est¨¢n aqu¨ª las contraindicaciones m¨¦dicas), seg¨²n manifest¨® la pasada semana la consejera de Sanidad, Ana Barcel¨®; en Andaluc¨ªa, el rechazo es del 0,63%, seg¨²n la Consejer¨ªa de Salud.
En Sanidad no preocupa el rechazo de la poblaci¨®n general, pero s¨ª en algunos colectivos, como en el de los trabajadores sociosanitarios. Aunque el porcentaje sea m¨ªnimo, est¨¢n en contacto con personas muy vulnerables y cada profesional de este grupo que rechace la inyecci¨®n puede causar una tragedia al introducir el virus en una residencia de ancianos, por ejemplo. Al menos cinco comunidades aut¨®nomas han pedido la vacunaci¨®n obligatoria para estos profesionales y, en algunos casos, tambi¨¦n para los sanitarios, pero es algo que el ministerio no plantea hoy por hoy. El pasado mi¨¦rcoles, la titular del departamento, Carolina Darias, present¨® un documento de recomendaciones t¨¦cnicas para extremar las precauciones en estos centros que inclu¨ªa la realizaci¨®n de dos pruebas semanales para los empleados sin vacunar e incluso valorar la posibilidad de cambiarles de puesto de trabajo.
Llegar a vacunar al 100% de la poblaci¨®n susceptible es un imposible, asumen los especialistas. Para empezar, porque siempre hay un grupo, aunque min¨²sculo, de personas que no se pueden vacunar porque tienen contraindicaciones m¨¦dicas, ya sea por alergias a alg¨²n componente de la vacuna o por interacciones con otros f¨¢rmacos que consumen. ¡°Como los al¨¦rgicos al polietilenglicol, que es como la gota en la que van las vacunas a las c¨¦lulas¡±, apunta Alberto Infante, profesor em¨¦rito de Salud Internacional de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III. ¡°Y tambi¨¦n las personas con alergias m¨²ltiples o graves se miran con lupa. Hay que ver cada caso¡±, se?ala. La Sociedad Espa?ola de Alergolog¨ªa e Inmunolog¨ªa Cl¨ªnica ha matizado, en cualquier caso, que las vacunas no est¨¢n contraindicadas de forma general en personas con cualquier tipo de enfermedad al¨¦rgica.
Entre los que no pueden y los que no quieren, sin embargo, tambi¨¦n hay otro colectivo que baila en la incertidumbre. Son los que, sin ser antivacunas radicales, tienen dudas. Los que temen sus efectos, los da?os colaterales y su eficacia. El presidente de los vacun¨®logos matiza: ¡±Tienen dudas porque tienen miedo, pero con esta gente se puede hablar y dialogar¡±. Y tambi¨¦n, como tercia Toni Trilla, jefe de Epidemiolog¨ªa del Hospital Cl¨ªnic de Barcelona, tercia, ¡±pueden ser convencidos con el tiempo¡±. En este colectivo, a?ade, existe un subgrupo de ¡°ap¨¢ticos¡± que tambi¨¦n se ha visto en Estados Unidos: ¡°Son personas que no piensan en vacunarse, pasan. Est¨¢n de vacaciones o trabajando y no les valen los argumentos de que esto es salud. No s¨¦ si tendr¨ªamos de esto en Espa?a¡±, sopesa el experto.
Otro colectivo que no se puede vacunar, y ahora m¨¢s numeroso entre los j¨®venes tras la quinta ola, es el de las personas que acaban de pasar la covid. Seg¨²n la estrategia vacunal de Sanidad, si tienen menos de 65 a?os tienen que esperar seis meses hasta iniciar o completar la pauta vacunal, un tiempo que la Generalitat de Catalu?a ha reducido a dos meses en esta comunidad. En este ¨²ltimo medio a?o se han contagiado m¨¢s de un mill¨®n y medio de personas de todas las edades. Quienes tengan que esperar por haber superado la enfermedad quedar¨¢n rezagados, admite Infante, pero sostiene que no son un problema: ¡°Normalmente se acabar¨¢n vacunando porque le han visto las orejas al lobo¡±.
Migrantes en situaci¨®n irregular
El ¨²ltimo grupo que se escapa del sistema e, incluso, de las estad¨ªsticas son las personas en situaci¨®n administrativa irregular. Ni siquiera est¨¢n dentro del c¨®mputo de los 9,2 millones que faltan por vacunar porque no aparecen en ning¨²n registro. Seg¨²n Pedro Campuzano, referente sanitario de programas estatales de M¨¦dicos del Mundo, son, sobre todo, personas sin tarjeta sanitaria, como los migrantes en situaci¨®n irregular o gente que est¨¢ en situaci¨®n regular, pero sin el documento de acceso al sistema de salud, como pueden ser los ascendientes reagrupados. S¨ª est¨¢ contemplado que estas personas se vacunen, pero es dif¨ªcil dar con ellas. ¡°Hay una parte que puede tener miedo a relacionarse con la Administraci¨®n y exigir sus derechos, sobre todo los que van a buscar la vacuna de forma proactiva. Pero tambi¨¦n hay un efecto de los bulos y no se quieren vacunar, aunque esto ha ido mejorando con el tiempo. Precisamente, una parte de nuestro trabajo de mediaci¨®n cultural es la educaci¨®n para la salud¡±, resuelve Campuzano.
Las personas sin hogar son otro colectivo vulnerable, igual que los que viven en asentamientos sin residencia fija. Estos perfiles, para los que la estrategia ya prev¨¦ la vacuna monodosis de Janssen para tenerlos protegidos de un solo pinchazo, son dif¨ªciles de localizar y requieren estrategias proactivas. En Barcelona o Madrid ya se realizaron campa?as espec¨ªficas con las personas sin hogar y en Sevilla tambi¨¦n se intenta acercar a este colectivo a los puntos de vacunaci¨®n.
Pero faltan m¨¢s estrategias proactivas, reclama Campuzano: ¡°En las autonom¨ªas los protocolos est¨¢n, pero sobre el terreno no est¨¢ siendo f¨¢cil porque no se conoce la normativa o las personas no conocen esta posibilidad. No se ha hecho una acci¨®n proactiva para comunicar que esta posibilidad existe. Se pierden, les l¨ªan y los llevan de un lado para otro. Ese es uno de los cuellos de botella¡±, zanja.
Los expertos se?alan que, una vez conseguida la vacunaci¨®n del grueso de la poblaci¨®n hay que analizar los nichos de escape y reforzar las estrategias de captaci¨®n con campa?as dise?adas a medida. Am¨®s Garc¨ªa se?ala que ¡±cuando se llegue al 70% [el ¨²ltimo hito marcado por el Gobierno para alcanzar a finales de agosto] hay que seguir construyendo. Los negacionistas distorsionan la situaci¨®n y hacen mucho ruido, pero tienen poco peso¡±. Hay que seguir vacunando, concuerda Infante: ¡°Nos queda un mes para ver c¨®mo terminamos. Llegaremos con mucha poblaci¨®n cubierta con m¨¢s de 40 a?os y ser¨¢ menor por debajo de 30. Pero de ah¨ª no hay que sacar que los m¨¢s j¨®venes no se han querido vacunar, sino que a lo mejor no les ha venido bien. La autocita tiene l¨ªmites. Hay que ser proactivos y llamar y volver a llamar. A partir del 1 de septiembre, al grupo de 18 a 30 a?os, hay que localizarlos y volverles a ofertar la vacuna¡±.