Solo uno de cada cinco hogares pobres que ha pedido el ingreso m¨ªnimo vital lo percibe
C¨¢ritas alerta de que seis millones de personas se encuentran en una situaci¨®n muy vulnerable: el impacto de la pandemia ha sido ¡°desolador y muy preocupante¡±
Apenas uno de cada cinco hogares pobres que han pedido el ingreso m¨ªnimo vital lo est¨¢ percibiendo. Es una de las conclusiones del informe que C¨¢ritas y la Fundaci¨®n Foessa han presentado este mi¨¦rcoles, en el que alertan de que la crisis originada por el coronavirus deja un impacto ¡°desolador y muy preocupante¡±. El pa¨ªs galopa hacia una sociedad cada vez m¨¢s desigual. La organizaci¨®n calcula, tras realizar un sondeo a m¨¢s de 7.000 personas en Espa?a, que hay m¨¢s de seis millones de ciudadanos en exclusi¨®n social severa, es decir, con afectaci¨®n en al menos cinco de las ocho dimensiones que se analizan, que van del empleo al aislamiento social. Son dos millones m¨¢s que en 2018, cuando publicaron su anterior encuesta. Esta es la quinta edici¨®n, la primera fue en 2007. Nunca hasta ahora se hab¨ªa alcanzado semejante cifra. Esta es la huella que deja la covid.
El informe completo sobre la macroencuesta se publicar¨¢ en enero de 2022, pero el avance de resultados concluye lo que las organizaciones llevan meses alertando. Solo cuatro de cada 10 hogares disfruta de integraci¨®n plena (41,2%), es decir, que no tienen afectaci¨®n en ninguna de las ocho dimensiones estudiadas (empleo, consumo, salud, educaci¨®n, pol¨ªtica, vivienda, conflicto social y aislamiento social). Se trata de un descenso de m¨¢s de siete puntos respecto al a?o 2018. La pandemia ha golpeado muy duro a la poblaci¨®n m¨¢s vulnerable, especialmente a la de origen inmigrante (son el 65% de quienes est¨¢n en exclusi¨®n social severa) y a las familias con ni?os. La exclusi¨®n se eleva al 27% en parejas con hijos (es del 18% en parejas sin ni?os), al 47% en el caso de familias numerosas y al 49% en las monoparentales.
Mar¨ªa Salom¨¦ sab¨ªa que sus comienzos en Espa?a ser¨ªan duros. Su madre hab¨ªa viajado desde Per¨² cuando ella ten¨ªa 18 a?os y, en 2019, se decidi¨® a seguir sus pasos. Madre soltera de un ni?o peque?o, sin recursos econ¨®micos, quer¨ªa que su hijo pudiera estudiar. Lo que no esperaba es que estallar¨ªa una pandemia que le cerrar¨ªa ¡°tantas puertas¡±. Aterrizaron en Barcelona apenas cinco meses antes de que se declarara el estado de alarma. Alquil¨® una habitaci¨®n en la casa donde vive su madre en Barcelona, por 250 euros al mes. All¨ª conviven tres unidades familiares. No encontraba trabajo.
Ahora tiene 35 a?os y su hijo, ocho. Dice que est¨¢n mejor, al menos ahora consigue trabajo por horas. ¡°Al no tener papeles, es mucho m¨¢s dif¨ªcil. Si a los que tienen todo en regla les cuesta, a nosotros m¨¢s. No puedo ir a una empresa¡±, relata. Trabaja en lo que va saliendo, limpiando. C¨¢ritas la ayuda con los tr¨¢mites para regularizar la situaci¨®n, y la ha formado para cuidar a dependientes. Su sue?o es dedicarse a la inform¨¢tica. ¡°Yo siempre tiro para adelante. Vengo de una familia que se ha levantado desde abajo y s¨¦ qu¨¦ es ganarse un plato de comida¡±. Si no logra reunir los 250 euros del alquiler, su madre le ayuda con lo que falte, pero no puede asumir m¨¢s gastos. Su ni?o tiene una beca de comedor y para realizar actividades extraescolares. Los servicios sociales les han dado una tarjeta monedero gracias a la cual pueden comer. La ropa se la dan, y el material escolar, y alg¨²n juguete para su hijo. ¡°No puedo pedir el ingreso m¨ªnimo vital porque no tengo papeles¡±.
C¨¢ritas destaca el valor de esta prestaci¨®n, que supone un sost¨¦n econ¨®mico para los m¨¢s de 330.000 hogares que la perciben y las 800.000 personas que se benefician de las mismas. Pero ofrece una cobertura insuficiente y presenta ¡°lagunas importantes¡±. Seg¨²n su encuesta, el 68% de los hogares bajo el umbral de pobreza severa, que en el caso de una persona sola son 535 euros al mes y para una pareja con dos hijos son 1.123 euros, no han solicitado la prestaci¨®n. Solo el 26% la ha tramitado con ¨¦xito. De ellos, apenas el 18,6% la perciben, a casi la mitad se les ha denegado y el tercio restante espera por alg¨²n tr¨¢mite. Un ¡°alt¨ªsimo porcentaje¡± de los hogares no cuenta con informaci¨®n suficiente y, entre las principales barreras, est¨¢n la forma en que se calculan los ingresos de los solicitantes (son los del a?o anterior, y por tanto, antes de la pandemia, en muchos casos) y la obligatoriedad de formar parte de una unidad de convivencia al menos un a?o. Piden mejoras en la prestaci¨®n.
11 millones de personas en exclusi¨®n
¡°La exclusi¨®n social es un fen¨®meno estructural en nuestro pa¨ªs debido a las crisis sucesivas y a un sistema de protecci¨®n social incompleto e insuficiente que deja atr¨¢s a un sector cada vez mayor de la poblaci¨®n¡±, ha afirmado este mi¨¦rcoles Thomas Ubrich, t¨¦cnico del equipo de estudios de C¨¢ritas. La pandemia ¡°ha golpeado con m¨¢s fuerza a los que ya eran perdedores, a los m¨¢s fr¨¢giles, a los que ya ten¨ªan dificultades para mantenerse a flote, a los que no ha llegado el escudo social¡±, se lee en el informe. El grupo que m¨¢s crece es el que est¨¢ en exclusi¨®n social severa, pero si se abre un poco m¨¢s el foco, se concluye que hay 11 millones de personas en situaci¨®n de exclusi¨®n social, es decir, con tres o cuatro de las ocho dimensiones analizadas afectadas. Son dos millones y medio m¨¢s que en 2018.
El estudio tambi¨¦n analiza la exclusi¨®n en funci¨®n del nivel acad¨¦mico. La tasa entre quienes no alcanzan los estudios obligatorios (33,7%) duplica la de quienes han ido a la universidad (15,3%). Sin embargo, el aumento m¨¢s importante de la exclusi¨®n entre 2018 y 2021 se produce entre universitarios: era del 6,9%, ha subido en m¨¢s de ocho puntos. La formaci¨®n sigue funcionando como factor de integraci¨®n, pero C¨¢ritas invita a ¡°abrir una reflexi¨®n sobre el efecto cada vez menos protector de la ense?anza universitaria¡±, un factor que no parece ligado a la pandemia, puesto que ya se apuntaba, aunque con menor fuerza, en su anterior informe.
La entidad se?ala que en Espa?a se ven signos de recuperaci¨®n, pero apunta que la crisis ha incrementado todas las dimensiones de la exclusi¨®n, especialmente la vivienda y el empleo. Un cuarto de los hogares atraviesa dificultades con el trabajo, bien por estar en paro o porque el mercado laboral est¨¢ cada vez m¨¢s precarizado, lo cual dificulta que los hogares puedan mantener la vivienda y los suministros: un 24% de las familias no puede afrontarlos.
Almudena no quiere dar su apellido. Esta madrile?a, que a¨²n no ha cumplido 30 a?os, tiene cuatro hijas, de cuatro a 10 a?os. Las cr¨ªa sola. Dice que no les oculta la situaci¨®n, pero que intenta pint¨¢rsela m¨¢s bonita. La m¨¢s consciente es la mayor, a la que hace unos a?os sorprendi¨® vendiendo pulseras a un euro. ¡°Para que haya comida, mam¨¢¡±, le respondi¨®. ¡°El padre de mis hijas no me ayudaba, me separ¨¦ y me vi con tres ni?as, embarazada y con un desahucio¡±. Ah¨ª toc¨® fondo, fue a C¨¢ritas, comenz¨® a estudiar por las noches, se sac¨® la ESO y ahora se prepara para el acceso a la universidad: quiere ser abogada. En los peores tiempos, durante su ¨²ltimo embarazo, ¡°muchas veces¡± comi¨® las sobras que dejaban sus hijas. ¡°Me dec¨ªa la mayor: ¡®?Por qu¨¦ no comes?¡¯ Yo le contestaba que ya hab¨ªa comido antes, cualquier excusa¡±.
Aquello qued¨® atr¨¢s, pero nunca termin¨® de recuperarse de la anterior crisis. Y lleg¨® esta. Trabajaba cuidando a un matrimonio por 450 euros. Pero el pasado diciembre le comunicaron que se acababa, iban a mudarse a una residencia. ¡°Fue un jarro de agua fr¨ªa¡±, recuerda. De nuevo sin sueldo. Ahora, los 604 euros del ingreso m¨ªnimo vital le permiten afrontar, ahogada, los gastos b¨¢sicos, pero hay meses que no llega. ¡°No quiero vivir de ayudas, quiero trabajar y ganarme el pan de mis hijas con mi sueldo¡±, explica. Teme otro desahucio por falta de pago. ¡°S¨¦ que llegar¨¢. La sensaci¨®n es de espera: a una carta del juzgado, a que la ayuda se termine. Ocurrir¨¢ tarde o temprano. Hoy voy tirando, ?pero qu¨¦ va a pasar ma?ana?¡±.
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