La ola de enfermos por covid sin vacunar satura los hospitales de Rumania

Con las unidades de cuidados intensivos (UCI) repletas de pacientes de covid-19, los hospitales rumanos est¨¢n viviendo estos d¨ªas un infierno por primera vez desde que comenz¨® la pandemia. En la ¨²ltima semana, Rumania se ha situado en el segundo puesto de la lista de fallecidos por coronavirus en el mundo, con 18 muertos por mill¨®n de habitantes de media, seg¨²n datos de la Universidad de Oxford, solo por detr¨¢s del peque?o pa¨ªs caribe?o de San Vicente y las Granadinas. La principal causa es que apenas un 30% de la poblaci¨®n est¨¢ inmunizada. Para tratar de frenar la ola de casos, que ha llevado al pa¨ªs a batir su cifra m¨¢xima de fallecidos diarios (574 este martes), las autoridades han impuesto un toque de queda de ocho de la tarde a cinco de la madrugada para las personas sin vacunar, as¨ª como el cierre de los centros educativos durante las pr¨®ximas dos semanas. Unas medidas que empezar¨¢n a aplicarse el lunes.

¡°Nos estamos precipitando hacia el abismo¡±, explica Elena Copaciu, m¨¦dica de la UCI del Hospital Matei Bals de Bucarest. ¡°En 25 a?os de experiencia, no he sentido tanta frustraci¨®n e impotencia ante la indiferencia de los ciudadanos y la extrema pasividad de nuestros gobernantes a la hora de informar de la importancia de la vacuna y de tomar medidas¡±, prosigue Copaciu con voz indignada.

Ante la falta de camas en cuidados intensivos, los enfermos, algunos de ellos agonizantes, forman extensas colas a las puertas de los servicios de urgencia, a la espera de que quede una plaza libre, posiblemente a causa del fallecimiento de otro paciente. Y algunos hospitales han reconvertido ambulancias en salas de espera con equipos de ox¨ªgeno. Copaciu cuenta que ha visto escenas terribles: ¡°Los enfermos se enzarzan por un suministro de ox¨ªgeno; cada uno lucha por su vida¡±.

A ello se a?ade el agotamiento de los trabajadores sanitarios. Una imagen, que se convirti¨® en viral en las redes sociales el pasado domingo, muestra a una asistente sanitaria del Hospital Cl¨ªnico de Urgencias San Pantelimon, en la capital del pa¨ªs, Bucarest, extenuada encima de una caja de cart¨®n. La campa?a de la entidad gubernamental que promueve la vacunaci¨®n clama en Facebook: ¡°Agotamiento¡­ Una enfermera descansa unos instantes, entre demasiados casos graves en la UCI. Lamentablemente, todas las camas, sillas y mesas est¨¢n ocupadas por pacientes en estado grave. ?Y? ?Siguen llegando emergencias! Esperamos que el mensaje llegue a todos los que todav¨ªa se lo est¨¢n pensando. Por favor: vac¨²nese. Es la soluci¨®n de protecci¨®n m¨¢s ¨²til contra la covid-19¡å. La morgue del Hospital Universitario de Bucarest est¨¢ abarrotada. Sus frigor¨ªficos est¨¢n llenos y faltan bolsas de pl¨¢stico para cubrir los cad¨¢veres agolpados en los pasillos del s¨®tano.

El hasta ahora impasible presidente de Rumania, Klaus Iohannis, calific¨® el martes la situaci¨®n de ¡°drama nacional de proporciones terribles¡±. Y las alarmas tambi¨¦n han sonado en la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), que calcula que al ritmo actual el pa¨ªs necesitar¨ªa dos a?os y medio para alcanzar el 70% de la poblaci¨®n vacunada. Ante un escenario que ha considerado ¡°sin precedentes en Europa¡±, la OMS ha anunciado que proporcionar¨¢ asesoramiento y enviar¨¢ 200 generadores de ox¨ªgeno al pa¨ªs.

Ante el vertiginoso repunte de los casos, que super¨® el martes sus r¨¦cords, con 574 fallecidos y casi 19.000 nuevos contagios en un d¨ªa (Espa?a notific¨® 1.285 positivos el mi¨¦rcoles y 71 muertes en una semana), las autoridades y los especialistas en salud han pedido vehementemente en las ¨²ltimas horas a los ciudadanos que se vacunen. La enfermedad ya ha causado 43.039 muertos y los contagiados superan el mill¨®n y medio, en un pa¨ªs de 19,2 millones de habitantes. El Colegio de M¨¦dicos de Bucarest ha enviado un mensaje dram¨¢tico a los ciudadanos: ¡°Estamos desesperados porque todos los d¨ªas perdemos a cientos de pacientes; porque no importa cu¨¢nto lo intentamos, esta enfermedad parasitaria se lleva a nuestros enfermos; porque a menudo nos enfrentamos desarmados y con las manos vac¨ªas; y porque muchas veces escuchamos: ¡®No puedo respirar¡­ No estoy vacunado¡±.

El 95% de los fallecidos no estaba inmunizado. La doctora Copaciu asegura que ya se esperaba que esta ola iba a alcanzar cotas altas de infectados, pero no tan tr¨¢gicas. ¡°La permisividad con que se trata a ciertos medios de comunicaci¨®n que propagan teor¨ªas conspirativas y la feroz lucha por el poder entre los pol¨ªticos han llevado a una relajaci¨®n de las medidas restrictivas¡±, asevera.

El papel de la Iglesia

La incidencia en Rumania se sit¨²a en 1.000 casos por cada 100.000 habitantes a 14 d¨ªas, cuando era de 20 a finales de agosto. La Iglesia Ortodoxa Rumana, que durante meses ha lanzado mensajes de escepticismo hacia la vacunaci¨®n, urgi¨® el mi¨¦rcoles a la poblaci¨®n a escuchar ¡°con m¨¢xima atenci¨®n¡± exclusivamente los consejos de los expertos sanitarios, pero sin pedir expl¨ªcitamente a la gente que se inmunice.

Cristian Pantazi, periodista y analista del medio local G4Media, explica la situaci¨®n fuera de Bucarest: ¡°Las autoridades de una ciudad del norte del pa¨ªs han comprado una excavadora para enterrar a los muertos y han fallecido ni?os incluso sin una enfermedad cr¨®nica; debemos actuar ya¡±. Pantazi cree que se deber¨ªa exigir el certificado verde (un documento que certifica que una persona ha sido vacunada, ha dado negativo en un test reciente o ha pasado la enfermedad) para acceder a todo tipo de comercios y eventos. ¡°Adem¨¢s, debemos aislar a la extrema derecha y a sus esl¨®ganes dementes contra la campa?a de vacunaci¨®n¡±, subraya Pantazi, en referencia a una manifestaci¨®n antivacunas que concit¨® a miles de personas a comienzos de octubre frente a la sede de Gobierno.

Rumania afronta, en paralelo, una crisis pol¨ªtica, despu¨¦s de que el Parlamento del pa¨ªs hiciera caer al Gobierno del primer ministro Florin Citu a principios de mes. Pantazi se lamenta: ¡°Ni que tres miembros de una misma familia hayan perdido su lucha contra el coronavirus en 24 horas, ni que dos pacientes tambi¨¦n perecieran en una ambulancia mientras esperaban una plaza de hospital para ingresar logran que los partidos se pongan de acuerdo para frenar esta masacre sanitaria¡±.